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5A LaPrensa Panamá, martes 21 de noviembre de 2023 Panorama Ese lugar de cielos azules, sol brillante y aguas cristalinas, que muestra en revistas internacionales y ha sido refugio de estrellas de Hollywood y de algún magnate de la tecnología, languidece lentamente. Algunos cierran hoteles, mandan de vacaciones a los empleados o trabajan con lo mínimo. CRÓNICA ElianaMoralesGil [email protected] En esta historia lo primero que hay que deciresqueBocasdelToro vive bloqueado buena parte del año. Cierres en Chiriquí Grande, en Guabito, en el puente sobre el río Changuinola, en cualquier punto de la provincia. Es un foco constante de protestas: por agua potable, mejores escuelas, carreteras, por el grupo que se denomina los SinTierra. La gente se pregunta: ¿dónde están los millonarios recursosqueel gobierno afirma haber invertido en la zona? ¿Dónde están los $28.9 millones que en tres años recibió la provincia de la descentralización paralela?Esosfondosnoseven.Olvidados e ignorados, los bocatoreños resisten y recurrenaloscierresdecallespara llamar la atención de las autoridades. En Changuinola llevan la cuenta de los bloqueos: se han registrado al menos 523 hasta la fecha. Por eso, en Bocas del Toro, con 159 mil habitantes de acuerdoconel últimocenso, constantemente deben hacer malabares para obtener suministrosbásicos. Pero,unmesdecierretotal en la ruta para acceder a la provincia, producto de las protestaspor el contratominero, lepasaunacostosafacturaal turismodelazona.Lo asfixia lentamente causando gran sufrimiento. El paraíso languidece. Los múltiples bloqueos aniquilan el sustento económico de Isla Colón, la cabecera de Bocas del Toro, donde viven 17 mil 274 personas. Ese lugar de cielos azules, sol brillante y aguas cristalinas, quemuestran en revistas internacionales y ha sido refugio de estrellas deHollywood y de algún magnate de la tecnología, estátriste. Caminar por las calles de IslaColónduranteestosdías de tiempos revueltos, es ver hoteles cerrados o conpocos clientes, restaurantes vacíos, conductoresde lanchas y botes apretujados bajo la sombra de algún árbol esperando turistas que no vendrán.Lospocosque lleganlo hacen a través de avión y buena parte de ellos se hospedanenhotelesdelujo. La gasolina, fuente indispensable para poner a funcionar las lanchasque transportan a los turistas a las diferentes islas, les llega a cuentagotas. Tener un tanquedegas,motordelascocinas de los restaurantes, es como ganar la lotería. Pero también les falta pollo, huevos, lácteos, legumbres, medicinas. Una larga lista de cosas. Lo que llega al archipiélago es objeto de rebatiña. Los camiones que les suministran provisiones están atascados en los cierres de Chiriquí. Según cálculos de Juan Pablo De Caro, presidente de la Cámara de Turismo de Bocas del Toro, en la provinciaelturismocayóen60%.A los hoteles les cancelaron la mayoría de las reservas que tenían para fiestas patrias y eltemaesquebuenapartede ellos había conseguido más personal para reforzar la operación, pues regularmente sondíasdecasa llena. “Ha sido el mes más caro de la historia”, afirma después dedecirqueestánperdiendo “muchísimo”. “Nolepodemosdeciral turista ‘no hay huevos, no hay pan’ ... entonces estamos trayendopor aviónalgunade la mercancía, yaveces, cuando se abre una hora la carretera de Chiriquí hasta aquí, conseguimos algunos de los vegetales, peroson16cortesde callehastaaquí(IslaColón)”, cuenta. Mientras tanto, dice, algunoshoteleshancerradoprovisionalmente, enviando al personal de vacaciones y en otroscasosleshandisminuido la cantidad de horas de trabajo. En el archipiélago, según laCámaradeTurismo de Bocas del Toro, hay 140 hoteles registrados, pero en internet aparecen hasta 310 hospedajes. Los hoteleros dicen que esta situación es “peor ” que loquevivieronconlapandemia por la covid-19. Otros hasta lo comparan con “una guerra ”. Afirman que“están pasando el Niágara en bicicleta”. “Chiriquí lo dijo bien claro: ‘estamossecuestrados por un grupo del que no se entienden sus intereses’ . Todos sabemos y estamos claros que la Corte Suprema de Justicia tiene que definir esto y lo que se está haciendo (con los cierres) es destruyendo la economía de un paíssinningunarazón”,añadeJuanPabloDeCaro. El próximo 24 de noviembre, la Corte entrará a analizardosde lasdemandaspresentadas contra la Ley 406 del 23 de octubre de 2023 que adopta el contrato entre elEstadoyMineraPanamá. ComprargasolinaenLimón No hay nada de aquellos días de la islamágica, donde turistas de cualquier parte del mundo se paseaban por sus callespersiguiendoel sol caribeño o buscando la mejor langosta. ¿Cómo sobrevive una comunidad que vive del turismo en estas condiciones? A golpe de soluciones intrépidas. Como las que implementa José Peña, quien pidió que su nombre real no fuese mencionado en esta nota. Dueño de varias lanchas que transportan visitantes a distintos puntos del archipiélago, se “la rifa”díaa día para conseguir suministros. Recientemente, tomó un vuelohasta lacapital ydesde un puerto en Colón, transportó25barrilesdecombustible y 200 tanque de gas, en una embarcaciónmarítima. Navegaron durante 24 horas. Zarparon durante una madrugada, vieron pasar el díay llegaronaBocasdelToro nuevamente en otra madrugada. “Aquí me esperabanparadesembarcar la gasolina y el gas se fue para Almirante.Enunratitosevendió todo”, narró a La Prensa sentado en una oficina a pocos pasos del muelle desde dondepartenlas lanchaspara el puerto de Almirante. Mientras que la embarcación se devolvió a Panamá cargadadeplátanos. José también viaja aManzanillo, unapoblacióndeLiA la espera de los visitantes. AgustínHerrera món, Costa Rica, a buscar combustible. Esmuchomás cercaqueiraColón.Llegaen horaymedia,perolatravesía es riesgosa. Debe enfrentarse a lo que llaman “el mar adentro”, una rutausadapor los traficantes de drogas. También a la posibilidad de ser sancionados por personal del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) por navegar en aguas internacionales sinautorización.No es el único que lo hace. Varios de sus compañeros implementan maniobras similares. Es eso o quedarse sin sustento. “Traigo ocho tanques de gasolina.Mequedocondosy vendoseis.Hehechoesoduranteunasemanacompleta. Otras personas están haciendo lo mismo”, cuenta. “Bocas del Toro siempre ha estado secuestrado por los cierres. Pero, estebloqueoes épico. La causa nos mueve a todos, estamos en contra de la minería, pero no deben perjudicarnosdeestaforma. Cualquiercosaquepaseenel gobiernocentral, lapagaBocas del Toro con los cierres”, añade. A la conversación se une Luis Hernández, el compañero de travesía de José Peña. “Somosunaprovinciaolvidada. Anadie le interesa lo quepaseenBocasdelToro.A nadie le importa si haydesabastecimiento de comida, desabastecimiento de gas, demedicina”,afirma. También interviene Alba Peterson, de la sociedadcivil de la isla. Ella se queja de lo costosoqueesvivirenBocas. “Nuestra canasta básica es carísima. Hago un mercado de $300 y todavía me faltan cosas elementales, no estamos hablando de ningún producto de belleza. Aquí la comida es súper cara, tanto así que algunos suizos van al super de aquí de IslaColón y dicen que están pagando lo mismoquepaganensupaís. Los estadounidenses me dicen lo mismo: que los preciosenBocasdelToronoson tan diferentes a los de Estados Unidos. Un plato de comida aquí cuesta lo mismo que en Estados Unidos”, cuenta. JoséPeñacomplementa la historiade lavida cara conel dramadequedarsesinclientes para las lanchas. Resulta que desde mayo, hasta mediados de octubre, estaban en lo que el sector hotelero llama “la temporada baja”. Noviembreeraclave,pueses el mes en que empiezan a compensar lo que no tuvieron el resto del año. “Teníamos bastantes reservas de grupos. En época normal, sacamos entre 3 a 4 embarcaciones diariamente. Ahorita mismo sacamos una. Dos o tres días no salen, narra. Recalcaque los restaurantes están trabajando “con lo que hay”. Y aquí cuenta esta historia: “ayer (domingo) sacamos un grupo de Eslovenia. Eran 25 personas. No cancelaron porque eran de agencia.LosllevamosaCayo Zapatilla, yteníamosunareservaenunrestaurante,ysolamente lograron preparar los 25 platos exactos. No tenían provisión para uno más. Después llevamos a un grupodeocho (turistas) yno pudimos conseguir comida”. LapromocióndeCosta Rica Al final de lacalleprimera, enlapartesurdelpueblo, está el Hotel Gran Bahía, uno delosmásantiguosdelaisla. Su edificio original albergó la sede de la United Fruit Company. Soportó el terremoto de Bocas del Toro (1991) y sobrevivió a la pandemia. Regentado por Arsenio Beker, el negocio soporta los efectos del aislamiento. “De Costa Rica nos visitan diferentes grupos que vienen condiferentespaquetes. Por estos días esperábamos a un grupo de europeos que venían por el Sixaola en bicicleta. Ellos llegan directo a San José (Costa Rica), allá losllevanalasmontañas,pero la playa que les ofrecen es la de Bocas del Toro. Pensaban llegar a la isla, luego se irían a Boca Chica, en Chiriquí; ydeallí aSantaCatalina (Veraguas). Luego pensabanavanzar a la ciudadpara irse de regreso a su país”, contóBeker. Pero, esteañoelplansecayópor los cierres.“Sequedaron en Costa Rica. No se atrevieron a cruzar a Panamá.Lospróximosvienenel 1 de enero, pero están con incertidumbreporlasituación del país. No sabemos si tambiénvanacancelar las reservas ”,narróBeker. En Isla Colón todos lo dicen: CostaRica promociona másaBocasdelToroquePanamá. “Para serle franco, Costa Rica vende Bocas del Torocomosi fuesesuyo.Niel propio gobierno (de Panamá) vende a Bocas como lo hacenellos”,añadióBeker. Entre los pocos turistas que por estos días visitan el archipiélago, figuran precisamente los ticos. Llegaron por carretera y desafiando los cierres, unode ellos el del puente sobre del río Changuinola,queestásitiadodesde hace más de 45 días por quienesreclamantierras,un temalargoycomplejo. Entonces, en Changuinola, los turistas deben bajarse antes del puente, para luego cruzarlo caminando. La travesíaescorta:unoscincominutos, pero la mayoría viaja con equipaje y si no lo lleva a cuestas,debepagarle$1alos que transportan cargas en unacarreta.Allí, untaxi oun bus, los lleva hastaAlmirante, donde finalmente toman lalanchahastaIslaColón. El cierre del puente sobre el ríoChanguinola, ha generado una especie de mercado clandestino a sus alrededores. Además de los carretilleros,estánlosquevenden agua, raspado, además de los conductores de buses y taxisesperandoclientes. Esta historia tampoco tiene un final. El futuro es incierto. Los responsables de loscierresdecalles seniegan adar una tregua. Insistenen la derogación de la Ley 406 que adopta el contrato minero. La Corte se reúne en sesión permanente el próximo 24 de noviembre para empezar a discutir las demandas de inconstitucionalidad sobre el contrato, pero nada está claro. Mientras tanto, IslaColón, ylascomunidades cercanas sufren. Haytristezaenelparaíso. Los empresarios han tenido quemandar de vacaciones a los empleados o reducir la cantidad de personal AgustínHerrera Los vendedores de la calle también sufren las pocas ventas. AgustínHerrera Tristeza en el paraíso

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