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7A La Prensa Panamá, martes 4 de febrero de 2025 Opinión decisiones más responsables. Para ello, es crucial abordar este desafío a través de tres enfoques clave de manera coordinada: la educación formal, no formal e informal. Educación formal: el rol de las escuelas y universidades Los centros educativos deben promover la transversalidad de la educación ambiental desde los primeros años de la educación inicial y básica. La formación de los estudiantes no debe basarse en la importancia de cuidar el ambiente, sino en relación a los seres humanos-ambiente-problemática socioambiental y sostenibilidad. Programas enfocados en el cambio climático, la gestión de los recursos naturales y la sostenibilidad deben ser parte integral del currículo, preparando a los estudiantes para ser agentes de cambio en sus comunidades. El sistema educativo panameño, actualmente basado en un enfoque de aprendizaje por proyectos y pedagogía interdisciplinaria por competencias, tiene una gran oportunidad de resignificar la educación ambiental. Esto implica repensar y redefinir conceptos y enfoques, adaptándolos a las necesidades actuales y a los desafíos que enfrentamos. En este sentido, la educación ambiental debe ofrecer una visión más integral y actual, conectando los problemas ambientales contemporáneos con las nuevas formas de enseñar y aprender. Las universidades, por su parte, juegan un rol fundamental en la formación de una ciudadanía consciente y responsable. No basta con trabajar de manera reactiva o en red, sino que debemos integrar la educación ambiental en los programas académicos de las carreras universitarias. La Universidad de Panamá ya promueve la investigación, la extensión y la innovación en esta área, con el objetivo de formar profesionales comprometidos, capaces de enfrentar los retos ambientales con soluciones efectivas y reales para el país. Educación no formal: aprendizaje en la El celo político y comercial de Estados Unidos por Panamá Punto estratégico Como un padre que regaña y amenaza a su hijo con la correa en la mano, advirtiéndole que no vuelva a hablar con el vecino con el que tiene una disputa de linderos en una comunidad dividida por el tema, así suenan los reclamos de Donald Trump: “Si no respetas los principios morales y legales del gran gesto de donación que te hice con el canal, entonces exigiré su devolución total, de inmediato y sin cuestionamientos. ¿Me estás escuchando? Has roto la promesa que me hiciste. Mis barcos pagan tarifas enormes e injustas para transitar por el canal, todo por tu compincheo con China. Y pensar que eres mi aliado tradicional… Sabes que ellos son mi adversario y aun así les permitiste controlar el canal con puertos a cada lado. Eso NO es neutralidad. Para mí, es una amenaza a mi seguridad y mis intereses. Quiero mi canal de vuelta si no te pones en cintura.” A pesar de que el 70% de la mercancía que pasa por el canal de Panamá es de uso norteamericano, la mayoría no viaja en buques con bandera de Estados Unidos Esto se debe a que ese país no cuenta con una flota mercante propia y competitiva, ya que el gobierno no subsidia la construcción de nuevos buques. Como resultado, el 98 % de la carga que entra o sale de Estados Unidos lo hace a través de navieras extranjeras, cuyos barcos pagan las mismas tarifas que todos los demás usuarios del canal, incluyendo el 1.5% de la carga transportada en barcos con bandera estadounidense. Además, los submarinos y buques de guerra de la marina estadounidense tienen privilegios especiales: no hacen fila para cruzar y, aunque el precio se basa en el tonelaje, pagan tarifas mínimas. Entonces, ¿dónde está el supuesto trato injusto? “Quien afirma, debe probar.” El Canal es ahora más moderno y eficiente que cuando fue construido por Estados Unidos hace 111 años, y su ampliación se financió con dinero panameño, aún en proceso de pago. No hay presencia militar extranjera en la vía interoceánica. Si Estados Unidos tiene pruebas de que empresas chinas comprometen la seguridad, la neutralidad o el funcionamiento responsable del canal, que las haga públicas. “Detrás de cada posición, hay un interés.” Si no hay fundamentos para estas acusaciones, ¿por qué hacerlas? Porque son un medio para un fin. Actualmente, vivimos en la New Era of Great Power Competition (nueva era de la gran competencia por el poder mundial) entre Estados Unidos, China y Rusia. Para estas potencias, Panamá tiene un valor geoestratégico crucial. Tener mayor control sobre el canal, ya sea en el ámbito comercial, militar o tecnológico, representa una ventaja sobre el adversario. Trump considera que la reversión del canal a Panamá fue un error histórico y cree que Estados Unidos ha perdido poder con la presencia china en los puertos de la vía interoceánica. Su objetivo es claro: recuperarlo. Como empresario y negociador agresivo, Trump aplica la táctica del negociador duro o tiburón, usando el hard power (poder duro) y el soft power (poder blando) como herramientas de disuasión. Su meta es obligar a su adversario a aceptar una solución favorable a sus intereses y recuperar influencia sobre el canal en futuras negociaciones. Los desquiciados ladraron más de lo que mordieron Visita de Rubio do con negociadores deshonestos de nuestra parte que permitieron que esos concesionarios nos tomaran a los panameños “de congos”. Tuvieron que venir los desquiciados gringos a exigirnos que los saquemos del área canalera, pensamiento que comparto, pero no por la razón de que sean chinos, sino por la sinvergüenzura y amañamiento para lograr las concesiones y encima de esto no compartir razonablemente los frutos económicos de dichas operaciones. Nuestra falta de actuaciones razonables y oportunas, lo único que hacen es traernos crisis innecesarias dándoles excusas para los inventos. En Gringolandia se sienten seguros teniendo a los chinos operando en por lo menos cinco puertos importantes, pero la brusca en el ojo la pusimos nosotros. Si los gringos desean adquirir los puertos en la ribera del canal, y hablan de que quieren tener un clima propicio para inversiones en Panamá, eso es fácil: Entonces que las empresas gringas negocien directamente con las operadoras portuarias para comprarle los activos tangibles de su propiedad y renegocien transparentemente nuevas concesiones con la República de Panamá. La búsqueda y aprobación de las empresas sustitutas es por cuenta de Gringolandia y no pretendan que Panamá les cancele las concesiones y les expropie los activos, para ellos “coger los mangos bajitos”. Aunque pensando de otra forma, si resulta de las distintas auditorias que esas empresas “nos han estado congueando por muchos años, entonces podríamos cuantificar y reclamarles los daños materiales causados y embargar dichos activos para resarcirnos de las “congueadas”. Esta situación no pareciera difícil de resolver y desde ya le decimos a los gringos que busquen candidatos. De nuestro lado, debemos estar preparados a aceptar el reJorge G. Obediente [email protected] La educación ambiental: clave para un futuro sostenible Contaminación Hace poco, mientras veía un noticiero internacional, me encontré con un dato alarmante: el 1% más rico del mundo agotó su límite anual de emisiones de CO2 en solo 10 días del 2025. En el mismo telediario, se informaba que grandes empresas internacionales incumplían sus políticas verdes, a pesar de promoverlas y que la Casa Blanca anunciaba que el presidente Trump abandonaría el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Con estos hechos en mente, pensé en los esfuerzos que hacemos como país, donde cada vez más personas se suman a la gestión ambiental. Es claro que la educación ambiental es la herramienta que nos permitirá avanzar hacia un futuro sostenible. ¿Por qué lo pienso? La crisis ambiental global ha alcanzado niveles críticos, lo que ha dado lugar a lo que muchos expertos han denominado la “triple emergencia planetaria”: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. En Panamá, un país rico en biodiversidad y recursos naturales, esta situación es aún más urgente. El futuro sostenible de nuestra nación depende de nuestra capacidad para educar e inspirar a las nuevas generaciones y también a los adultos, a tomar conciencia de la importancia de proteger y gestionar el ambiente. Con todo esto, la educación ambiental no es solo una necesidad, sino una herramienta esencial para lograr que las personas comprendan el impacto de sus acciones y tomen comunidad A pesar de los esfuerzos, muchas comunidades rurales y urbanas en Panamá carecen de acceso a información, organización y herramientas para enfrentar los desafíos ambientales. No es suficiente con ofrecer talleres, charlas o actividades de voluntariado; es necesario promover proyectos comunitarios que involucren a los ciudadanos en la gestión del entorno, permitiendo que se conviertan en gestores activos de la naturaleza. Esta es una forma efectiva de fomentar el sentido de pertenencia y la acción colectiva ante los problemas ambientales. Educación informal: el poder de la cultura y los medios La educación informal, transmitida a través de los medios de comunicación, las redes sociales y las tradiciones culturales, es esencial para llegar a un público más amplio. Las campañas de sensibilización ambiental, los documentales y las publicaciones en redes sociales son herramientas poderosas para inspirar cambios de comportamiento. En Panamá, el uso de los medios locales para promover el respeto hacia la naturaleza y las prácticas sostenibles puede marcar una diferencia significativa, especialmente entre las generaciones adultas que quizás no han tenido acceso a una educación ambiental formal. Finalmente, en nuestro país, es necesario que sigamos construyendo una sociedad más consciente y motivada para actuar y proteger nuestro hogar común. Cada vez más, nuestras acciones exigen una respuesta colectiva y decidida. La educación ambiental, como herramienta transformadora, es la clave para lograr un cambio real y sostenible que nos permita avanzar con el desarrollo humano ambientalmente sostenible. EL AUTOR es abogado y magíster en seguridad y defensa y exsubdirector del Senafront. EL AUTOR es doctora en educación ambiental. EL AUTOR es ciudadao panameño. Luis Carlos Trejos [email protected] to, siempre y cuando nombremos personas idóneas, honorables, éticas y honestas dispuestas a realizar un buen trabajo para la Patria. El tema de los migrantes también habrá que considerarlo sin que se menoscabe nuestra dignidad ni se mancille nuestra soberanía. El comunicado el Departamento de Estado también comentó que “…la reunión marcó un paso importante en revitalizar la estratégica relación entre Estados Unidos y Panamá, en línea con la visión del Presidente Trump.” Es increíble la habilidad que tiene dicho personaje político para manifestar tan “sutil” conclusión orientada únicamente a “echarse flores” y también complacer a su Capo. Inmediatamente se me vino a la mente una de esas frases que salían a relucir en las películas y novelas del Viejo Oeste y que decían los indios nativos: “White men speaking with forked tongue” que traducida significa “Los hombres blancos hablaban con lengua bífida”, haciendo alusión a las serpientes que tienen la lengua partida ya que los funcionarios oficiales les prometían cosas para endulzarlos y nunca se las cumplían. mente quedamos con el balón en nuestro campo y ojalá no nos durmamos en la primera acción que deberíamos tomar: Notificarle al Departamento de Estado de Gringolandia a que empiece a preseleccionar empresas gringas interesadas eventualmente en tomar las operaciones de los puertos en la ribera del Canal y nos remitan la información para nuestra consideración. Simultáneamente, Panamá continúa determinando la cuantía del daño material causado por cada una de ellas, para tomar las medidas que se ameriten para resarcirnos económicamente. Después de toda la alharaca gringa en los medios sobre las amenazas a Panamá, sobre todo lo que olía a chino, se volvieron “puro tilín tilín y nada de paleta”. Como los desquiciados son impredecibles, me parece que Panamá ha salido bien librado por obra y gracia del Espíritu Santo, pues los visitantes encontraron a un Presidente demacrado y en su desarticulado mensaje después de la reunión, no entendimos nada. Gracias al comunicado del Departamento del Estado gringo un par de horas después de la reunión, y que fue replicado inmediatamente por agencias de prensa internacionales, nos pudimos enterar realmente de la pretensión más relevante que buscaban: No quieren que empresas chinas continúen operando los puestos en la ribera del Canal y nos exigen acción inmediata al respecto. Por lo que se ha publicado en medios locales, las empresas operadoras de los puertos en el área canalera no han sido ningunos “santos” en su tratamiento hacia Panamá y las concesiones no han rendido frutos equitativos para el país, pero posiblemente han enriquecido a nuestros sinvergüenzas. El mero micho dijo en su “conferencia” que iba a esperar los resultados de las auditorias de dichas empresas cuando es “vox populi” las concesiones amañadas que han lograMelitza Tristán [email protected]

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