7A LaPrensa Panamá, sábado 30 de noviembre de 2024 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista La opinión de Hilde En los 20 años del abuelo de mi abuela Literatura Carlos Fong [email protected] Son varios los libros que se publicaron en el marco del centenario de la República de Panamá. De diversas temáticas y enfoques. Cien años de teatro en Panamá, de Agustín del Rosario. Cien años de historia: la salud pública en Panamá y sus antecedentes, de María Victoria Arosemena V., y Egberto Stanziola P.; Cien años de arte en Panamá 1903-2003, de Pedro Luis Prados; Panamá cuenta: cuentistas del centenario (1851-2003), de Enrique Jaramillo Levi; las ediciones conmemorativas de la Asamblea Legislativa que destacó a varios autores; la Historia general de Panamá, dirigida por Alfredo Castillero Calvo; Antología del Centenario: Literatura Panamá 1903-2003 ; y muchos más. Valiosos todos. Pero hay un libro en especial con unas características únicas porque fue construido con las huellas, los sueños, los caminos, las memorias y con muchas preguntas sobre lo que somos, sentimos y pensamos. Me refiero al libro: “El abuelo de mi abuela…era un niño hace cien años”. Fue publicado en agosto del 2004; hace 20 años dio a luz. El abuelo de mi abuela fue el resultado de un proyecto coordinado por la Fundación Casa Taller. Fue una propuesta pedagógica de construcción ciudadana que se enfocó desde la biblioteca pública hacia la comunidad y también al revés. Toda una compleja maquinaria de talleristas, narradores orales, asistentes, fotógrafos, investigadores, realizadores de cine, en fin. Pero la participación que más hay que destacar fue la de los abuelos y los niños que participaron en los talleres, porque ellos son las voces de muchos relatos que se pueden leer en este libro como el tejido de una araña (¿la araña Anansi?); tener el libro en la mano implica una lectura que es como leer las manos que tejen un sombrero o una mola, es como leer el movimiento de la mano que talla una tagua. El libro en una invitación a jugar y construir. De hecho, su estructura es como una rayuela. Puedes brincar entre sus páginas y tejer historias en el tiempo que te llevan a preguntarte qué hay más allá del horizonte de los pensamientos. Es un libro para pensar y sentir. De pronto estás escuchando un relato de un abuelo donde los zapatos son el eje conductor y de pronto estás leyendo una historia de nacimientos, de orígenes, o estás cantando una canción o tratando de recitar una retahíla. Es un libro mosaico, un libro laberinto, un libro circular e infinito con muchas zonas del pensamiento que rescatan lo que somos. El abuelo de mi abuelaes un libro que explora el mapa de los rincones del pensamiento. Tal vez es el único libro donde la historia se narra desde la solidaridad, desde las búsquedas, desde la diversidad, como quien va tejiendo con metáforas el recuerdo y el presente para mirar un futuro con más esperanza. Es un libro que se edificó desde el útero, como un parto; desde los nacimientos y los juegos, los relatos, las historias implícitas en los objetos, desde lo privado como la casa de la infancia, desde los nombres, desde las semillas que encierran un universo, desde los ritmos de los tambores, desde múltiples voces que trenzan un solo relato. Para lograr el nacimiento del Abuelo de mi abuela, los talleristas del proyecto viajaron con sus mochilas de pensamientos y de ideas. Viajaron a Bocas del Toro y Kuna Yala, a Herrera y Veraguas; a Taboga y Boca la Caja; a la comarca Ngöbe-Buglé; a Coclé y Los Santos; a Colón y Chiriquí; a las comarcas Emberá y Wounnan y la ciudad de Panamá. De esta forma cada tallerista elaboró una metodología de una propuesta para buscar las historias que tiene la gente. Esas historias que no están en los libros de historia tradicionales porque son los relatos que se construyen con la alquimia de los abuelos, con los pasos de ausencia y silencio de los caminos cotidianos que gravitan en la memoria. Una de las riquezas de este libro son los relatos que se lograron rescatar de la voz de los abuelos. En el año 2003 muchos de esos abuelos tenían 70, 75, 87, 89, 91, 100 y hasta 103 años. Han pasado 20 años y tal vez esas voces ya no se escuchan, pero han quedado en un libro que se hizo con amor, creatividad y con la mirada que busca nuevos horizontes para construir las utopías. Porque como dice Eduardo Galeano en uno de los epígrafes del libro: “¡Tenemos un espléndido pasado por delante! Para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un punto de partid a”. El abuelo de mi abuelareposa en todas las bibliotecas del país. Es un libro con el cual un maestro puede tener una carta de navegación de búsqueda para jugar y pensar, para ayudar a educar a un niño y joven sentipensante. No es un libro que te da respuestas, sino un libro que nos ayuda a hacernos preguntas. Porque sin duda hoy, más que nunca, tenemos que enseñar a preguntar para encontrar las respuestas que mejoren esta realidad decadente. EL AUTOR es escritor Tal vez es el único libro donde la historia se narra desde la solidaridad, desde las búsquedas, desde la diversidad, como quien va tejiendo con metáforas el recuerdo y el presente para mirar un futuro con más esperanza. ¿Prevención del VIH, con paso firme? Salud Ricardo Beteta [email protected] ¿Con paso firme? Me pregunto si realmente es así. Según ONUSIDA, las nuevas infecciones por VIH han disminuido a nivel mundial. Sin embargo, esa no es la realidad que enfrentamos en Panamá. Implementar y sostener campañas de prevención ha sido un desafío constante para el Ministerio de Salud (Minsa), mayormente obstaculizado por prejuicios religiosos y temores políticos. Mientras tanto, la sociedad civil lucha con recursos limitados, haciendo esfuerzos titánicos por brindar respuestas a nuestras comunidades. Un trabajo que el Minsa rara vez reconoce o incluye en sus informes oficiales. Es justo señalar que el Minsa ha logrado avances significativos en asegurar el acceso a medicamentos para personas viviendo con VIH. Años de articulación con la sociedad civil y los grupos de personas con VIH han dado como resultado altos índices de acceso a tratamientos, incluso en medio de problemas esporádicos de desabastecimiento. Según las autoridades, el servicio es generalmente satisfactorio, y en ese aspecto, es importante reconocer los logros alcanzados. Pero la prevención cuenta una historia diferente. En Panamá, clínicas comunitarias clave han cerrado debido a la falta de financiamiento, mientras que otras enfrentan el mismo destino. Por más de un año, no hemos tenido acceso a condones, lubricantes ni materiales educativos esenciales para la prevención. La única clínica que ofrecía servicios específicos para la población trans cerró hace dos años, y otras dos que atienden a poblaciones vulnerables con pruebas rápidas han visto sus servicios paralizados, víctimas de la falta de recursos y decisiones de la administración de Laurentino Cortizo. En Chiriquí, la única clínica comunitaria que brinda atención a indígenas y poblaciones clave cerrará sus puertas en diciembre por las mismas razones. ONUSIDA destaca que la respuesta al VIH debe estar arraigada en las comunidades. Sin embargo, el Minsa no valida este planteamiento y, en cambio, ha optado por tercerizar servicios. Esta estrategia ha debilitado aún más la respuesta nacional a la epidemia. El pasado 4 de julio, durante una recepción, tuve la oportunidad de acercarme a la primera dama, Maricel Cohen de Mulino. Le estreché la mano y, en nombre de la comunidad LGBTIQ, le pedí la reactivación de la Comisión Nacional del VIH (CONAVIH). Ella me aseguró que su equipo estaba al tanto de esta tarea, pero han pasado cinco meses y aún no hay fecha para la primera reunión bajo el actual gobierno. Mientras tanto, las cifras no paran de subir: Panamá ocupa el primer lugar en Centroamérica en porcentaje de nuevas infecciones por VIH. Además, los casos de sífilis, tuberculosis y gonorrea han mostrado incrementos alarmantes. La clave está en la sociedad civil. El Minsa debe apostar por trabajar con nosotros. Somos quienes vivimos y conocemos de cerca las realidades de las poblaciones clave. Llegamos a los lugares donde muchos funcionarios públicos no pueden o no quieren ir, ya sea por la hora, el entorno o el riesgo. Promovemos la salud en espacios complicados, con empatía y entendimiento, algo que solo se logra estando inmersos en estas comunidades. Sin embargo, el Minsa nos ha dado la espalda. Los espacios de diálogo y decisión entre la sociedad civil y las autoridades sanitarias han desaparecido, cerrándose uno a uno. Sra. Maricel Cohen de Mulino, con respeto le solicitamos: las poblaciones clave necesitamos de su liderazgo para garantizar nuestra salud frente a las infecciones de transmisión sexual.Esperamos con urgencia la reactivación del CONAVIH, un espacio fundamental para coordinar y fortalecer la respuesta nacional. Solo así podremos avanzar con paso firme. EL AUTOR es activista por los derechos humanos y la salud de la población LGBTIQ Clínicas comunitarias cierran debido a la falta de financiamiento. Por más de un año, no hemos tenido acceso a condones, lubricantes ni materiales educativos esenciales para la prevención.
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