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6A LaPrensa Panamá, domingo 13 de junio de 2021 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores . La opinión de LaPrensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Contacto [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 500 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otrosmedios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Diego Quijano Durán Directora Rita Vásquez Director asociado y editor general de investigación Rolando Rodríguez B. Subdirectora Mónica Palm Editores generales Cecilia Fonseca - Rafael Luna Noguera - Juan Luis Batista Editores Eliana Morales (Política), Aleida Samaniego (Sociedad), Yolanda Sandoval (Negocios) Gerente General Juan Carlos Planells Gerentes Sudy S. de Chassin (Sénior Comercial), Basilio Fernández (Operaciones) Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Tabla de mareas de la Covid-19 Olas Marta Illueca [email protected] E nPanamá, tenemos la granbendi - ciónde ser unpaís costeropor par - tidadoble. La granmayoríade la población tiene acceso fácil auno de los dos océanos que comunica el Canal dePanamá, el Atlántico y el Pacífico. Y todos entendemos bienque las playas, regalo especial de lanaturaleza istmeña, ofrecenespacioparadivertirse sana - mente, peronodejande tener sus peli - gros y riesgos a la vida. Por eso, nos apo - yamos ennuestra culturaplayera y tam - biénen la experiencia climatológica. Es - taúltimanos informa el patrónde com - portamientode este gigante denuestro planeta, quenos baña y nos ofrece hospi - talidad en sus aguas, aménde todas las debidas precauciones. Los océanos tienenunmovimiento consistente, propiciadopor la fuerza gravitacional entrenuestroplaneta y su satélite, la luna. Lasmareas sonel resul - tadode esta interacción y son recurren - tes, predecibles y variables. Los que re - gularmente usamos las playas tenemos por costumbre observar la intensidadde las olas, sualtura y velocidad, y otrosmu - chos chequeamos las conocidas tablas de mareas. Es sencillobañarse y nadar en marea baja, pues esmuchomas seguro que aventurarse a competir con los olea - jes de lamarea alta. No es nada agradable ser “revolcado”por una ola. LaOrganiza - ciónMundial de la Salud (OMS) tabuló 236,000ahogados enel 2019. Global - mente, lasmuertes por ahogamiento son la tercera causade fallecimientopor trauma accidental y son la quinta causa demuerte en la edadpediátrica,mas fre - cuente en los primeros 4años de vida. Es lógico, entonces, que elmiedo a ahogar- nos nos induzca a verificar las tablas de mareas o almenos observar el ritmode las olas antes de adentrarnos enelmar. Y tal como los bañistas se apoyanen las su - sodichas tablas demareas, también te- nemos tecnologías quenos protegende los oleajesmas peligrosos, como, por ejemplo, los rompeolas y los salvavidas. Esta analogíade lasmareasme sirve para abordar un temapreocupante, que esmotivode innumerables preguntas y consultas periodísticas con respecto a la Covid-19. ¿Vamos a tener una tercera ola? ¿Una cuarta? ¿Va a ser peor que la anterior? ¿Volverá la cuarentena y el co - lapsodel sistemade salud? Sugiero apo - yarnos en la cienciade la epidemiología para entender que, cual océano, las epi - demias tienenoleajes y patrones dema - reas que se puedenanalizar y enfrentar. He aquí las famosas curvas epidemioló - gicas tan familiares en los noticieros. LaCovid-19 es todavíaunanueva en - fermedad. No tenemos el beneficiodel tiempopara trazar una curva, lo sufi - cientemente larga, parapredecir lape - riodicidadde los repuntes. Y tambiénes muy prontopara ver el efectode la vacu - naciónen los picos observados. Lo más esencial es entender que podrían ocurrirmás olas hasta que se denun par de escenarios. Ose alcanza la in- munidadde rebaño o logramos un grado tal de vacunación, que la trans - misibilidaddel coronavirus y su im - pactode salud se debilite cual simple “trancazo”, conpocos casos complica - dos y pocasmuertes. De tal suerte, que para enfrentar los oleajes de laCovid-19, tenemos dos principales estrategias, una anivel comunitario y otra anivel personal. La vacunaciónmasiva es el rompeo - las comunitario y ladecisiónde vacu - narse es el salvavidas personal. Nin - gunade las dos estrategias es perfec - ta. Así pues, siempre habrá ahogados, por no saber nadar opor noquerer usar salvavidas o aunpor ser incau - tos. Y luego, por supuesto, estaránel mal tiempo y los cambios climatoló - gicos fueradenuestro control. Igual será con laCovid-19. El no va - cunarse es como “fajarse” con las olas de unmar picado, sin chaleco salvavi - das. Los“oleajes”del virus vana con - tinuar y nuestra responsabilidad es demutua solidaridad, para apoyar la vacunación y lasmedidas de biosegu- ridad.Hay que dejar que las autorida - des de salud vigilen cadanueva ola o repunte, a lapar que vigilan la trans - misión comunitaria y las nuevas va - riantes del virus. Anosotros nos com- pete llevar una vida responsable, evi - tar las “mareas altas” y ponernos nuestro salvavidas. LAAUTORA esmédica, investigadora científica y teóloga Para enfrentar los oleajes de la Covid-19, tenemos dos principales estrategias: una a nivel comunitario y otra a nivel personal. La vacunaciónmasiva es el rompeolas comunitario y la decisión de vacunarse es el salvavidas personal. Legado que inspira la acción Gallego MaytéGonzálezS. [email protected] C ada generaciónenfrenta luchas y desafíos que sondeterminantes y que exigen compromisos yméto - dos renovados para generar el cambio. En la coyuntura actual en la que, bajo una supuestapremisade reactivación económica, se aprovecha la fragilidadde la economía y de las familias, parapre - surar decisiones que comprometenel patrimonionacional, tiene plena vigen - cia el legadodel padreHéctorGallego, quienhacemedio siglodenunció, desde la opciónpreferencial por los pobres, los mecanismos de explotación y opresión que perpetuabanel círculode lapobreza de comunidades campesinas enteras. Inspirado enunaprofunda espirituali - dad, Gallego elevó la concienciade los campesinos de SantaFe deVeraguas en cuanto a suderecho auna vidamejor. A pesar de un contextohistórico adverso, signadopor laDoctrinade la Seguridad Nacional, al amparode la cual prolifera - ron las dictaduras en todo el continente, la sencillez y potenciadelmensaje de HéctorGallego fueronunpuntode infle - xiónque cambió las reglas del juego. Hoy, 50años después de sudesapari- ción, nuevas formas de explotaciónha - cenque las aspiraciones de equidad, in - clusión y sostenibilidad enque se funda - mentan los objetivos de desarrollo soste - nible, resultenen ficciones que poco tie - nenque ver con la realidad concretade las familiasmás desfavorecidas de este país. El viraje inconsulto aunmodelo ex - tractivista, ampliamente cuestionado desde sus fundamentos, enel que se des- poja al país de verdaderas opciones de desarrollo sostenible para favorecer a grupos económicosminoritarios, atesti - gua el surgimientodenuevas fuerzas vi - vas que estándenunciando la expolia - ción sistemática y conello elevando la conciencia colectiva sobre el derecho a unambiente sano, auna tutela jurídica ambiental y a exigir participaciónen las decisiones que afectandemanera irre - versible el patrimonionatural de lana - ción, a la luz de compromisos internacio- nales vinculantes y de las salvaguardas ambientales y sociales de las propias en- tidades financieras nacionales e interna - cionales. Además de tener que en- frentar las conse- cuencias ya evi - dentes del cambio cli- mático, unadeuda pública geomé- trica- mente aumen- tada por los présta- mos ad- quiridos para la supuesta reactiva - cióneco- nómicapos pandemia, se pretende car- gar a lapróxi- ma generación conel pesode mega contratos y concesiones de lar- goplazo, pactados en condiciones de fal- tade transparencia y escasa legitimidad, pero legalizadas. Elmétodode“ver, refle - xionar y actuar” le sirvió a HéctorGallegoparamovili - zar a los campesinos y generar una institucionalidad coope - rativista que los liberódel po - der de los terratenientes y que semantiene plenamente vigente. Esemétodo, poten- ciadohoy díapor las tecnolo- gías de comunicacióne infor- mación, e inspirado en la es - piritualidadde laprotección de la casa comúndesde Lau- datoSi y la cienciade una economía verde y circular, puede ser otra vez una fuerza imparable que inspirenuevos liderazgos que hoy, como ayer, devuelvan la espe - ranza, al denunciar los abusos y anunciar cambios profundos. “ Defender lanaturaleza es defen- der al ser humano ”. OctavioPaz LAAUTORA es directora de laFundaciónWetlands International A pesar de un contexto histórico adverso, la sencillez y potencia del mensaje del sacerdote Héctor Gallego fueron un punto de inflexión que cambió las reglas del juego, hacemás de 50 años. Cómo es nuestra clase política Parásitos JoséDomingoSamudioC. [email protected] M uchoscambiosseestánviendo enAméricaLatina,especial - menteenlaseleccionesdeva - riospaíses,dondelatendencia socialistaestádominandolasestadísti - casdevictorias.¿Estoserálasolucióna losproblemas?Podemosverlarespuesta conlosresultadosdelagestióndegobier - nosenpaísessocialistas,comoVenezue - la,Bolivia,Ecuador,NicaraguayCuba. Noesunbuenejemploatomarcuando vemospaísesotrorapoderososeconómi - camenteyquehoyestánenlomáspro - fundodelcaossocialyvemossusecono- míasdestruidas,laimposiciónguberna - mentalalpueblo,abusosdeautoridad, violacionesalalibertaddeexpresióny, sobretodo,elenriquecimientoilícitode estoslíderessocialistas. Ahora,lacontrapartedelsocialismono eselmejorejemplo.Laclasepolíticade losgobiernosdemocráticosenlosúlti- mos30añoshademostradoquesololle - gaalpoderparasaquearlasarcasyenri - quecerse,manipularlosestamentosdel Estadoasuconvenienciaycrearsubsi - diosquesoloconviertenalciudadanoco - múnenunautómataqueseguiráalque lesdadádivasparareelegirlosensus puestos.Así,estosciudadanosalosque subsidianhastalamaneradecaminar podránvivirsinesfuerzo,niorgulloy,lo mástriste,comoparásitos. Eseeseldenominadorcomúnquelle- vóavariospaísesalsocialismo:laco- rrupciónalmásaltonivel,laimpunidad queseaplicaatodoslosdecuelloblancoy elmanejodelajusticiaparaprotegeralos suyosycastigarasusenemigos,muchas vecesilegalmente.Esahídondeapare- cenlossupuestossalvadoresdelapatriay delpueblo,yenrealidadesellobovestido deoveja.Elpueblosevuelcaaapoyara estossupuestossalvadoresyloquehacen escolocaraunmaladirigiralpaís. EnPanamá,nonosescapamosaesta posibleynefastarealidad.Solovemosen losmedioslasnotasdelosactosdeco - rrupciónyalosposiblesculpablescami - narporlascallescomosinohubieranhe - choabsolutamentenada.Lademocracia ensudefiniciónes“elsistemapolíticoen elcuallasoberaníaresideenelpueblo, quelaejercedirectamenteopormedio derepresentantes”.Enotraspalabras,es unsistemadegobiernoquepermiteque laciudadaníaexpresesuopiniónyseaes - cuchada.EnPanamá,¿estamostancer - cadelcolapsodelademocracia?¿Esta - mostancercadelnefastosocialismo? Sondosinterrogantesqueeltiempores- ponderá;loquesiesclaroesquenuestra clasepolíticaeslamásbaja,hipócritay corrupta,elementosclavesparaquelle - gueelinfierno.Pongamosnuestrabarda enremojo. EL AUTOR es oficial de tecnología de la información

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