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6B La Prensa Panamá, domingo 6 de julio de 2025 Lucía y Joaquín Galán. EFE Más de cuatro décadas de Pimpinela por EFE [email protected] El paso de los años no ha restado frescura ni vigencia al dúo. Pocos artistas pueden presumir de haber creado un género propio dentro de la música popular hispanoamericana. Han pasado más de cuarenta años desde que dos hermanos argentinos, Lucía y Joaquín Galán, transformaron una discusión de pareja en canción. Entre reproches, traiciones, reconciliaciones y adioses, sus puestas en escena y sus canciones han acompañado a varias generaciones en América y Europa, convirtiendo ese pegadizo melodrama amoroso con tintes humorísticos en espectáculo popular que todos hemos cantado alguna vez. Desde entonces, lejos de ser un recuerdo nostálgico, Pimpinela no ha dejado de recorrer escenarios ni de reinventarse. Desde sus inicios a comienzos de los años ochenta, Lucía y Joaquín Galán no solo cantan sino que interpretan escenas de la vida misma. Sobre el escenario son dos personajes atrapados en las eternas contradicciones del amor, -discuten, se traicionan, se reconcilian, aman, o se despiden-, pero fuera de él son hermanos, cómplices y creadores de un fenómeno que ha marcado a millones de personas. Para comprender la vigencia de Pimpinela es necesario recordar cómo y por qué se convirtieron en un caso único. Su debut discográfico en 1981 con el álbum Las primeras golondrinas ya insinuaba que no serían un dúo convencional. Pero fue con su segundo trabajo, y en especial con la canción Olvídame y pega la vuelta, con la que rompieron todos los moldes. Por primera vez, una canción pop no se limitaba a contar una historia de amor o desamor; la dramatizaba. Lucía y Joaquín representaban en directo los diálogos de una pareja al borde de la ruptura, en un formato que mezclaba la canción melódica con el teatro de revista y el humor popular. A partir de entonces, y sin apartarse de ese sello original, Pimpinela construyó un repertorio que habla de todas las dimensiones del amor: la pasión, el engaño, el orgullo, la reconciliación, la familia, los celos, la traición... Temas como A esa, Valiente, La Familia o Por ese hombre” se convirtieron en éxitos inmediatos en Argentina, México, España y Estados Unidos, donde llenaron teatros y vendieron millones de discos. Reinventarse sin perder la esencia El paso de los años no ha restado frescura ni vigencia al dúo. Su capacidad para reinventarse sin traicionar su estilo es una de las claves de su longevidad. En sus últimos trabajos, Pimpinela ha incorporado sonidos contemporáneos, guiños al pop global e incluso colaboraciones con artistas jóvenes. Prueba de ello son sus recientes éxitos Traición y La Trampa, este último con más de 7 millones de reproducciones en YouTube en pocas semanas. Una carrera marcada por el compromiso Más allá de su éxito artístico, Pimpinela ha demostrado un fuerte compromiso social. Desde hace años mantienen en Argentina la Fundación Hogar Pimpinela para la Niñez, un espacio dedicado a ayudar y dar asistencia a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Con más de 30 millones de discos vendidos, decenas de giras mundiales y numerosos premios, Pimpinela es mucho más que un fenómeno musical: es una marca cultural que ha resistido el paso del tiempo, las modas y las transformaciones del mercado discográfico. En cada una de sus actuaciones, el dúo ofrece un recorrido por las distintas etapas de su carrera, desde aquellos primeros dúos cargados de dramatismo hasta las nuevas canciones que dialogan con el presente. Lucía y Joaquín comentaron a EFE que “mientras haya quien sienta y quien quiera escuchar, nosotros seguiremos contando esas historias que nos unen a todos.” Ellas. pa

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