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prensa_2021_11_29

8B LaPrensa Panamá, lunes 29 de noviembre de 2021 Gastronomía Vivir Madreehijaganan premioalmejor libro derecetasdelmundo Se trata de Zoraida Agamez y Heidy Pinto, son de Barrancabermeja, Colombia, y su libro se llama ‘ Envueltos ’ . GASTRONOMÍA AFP.BARRANCABERMEJA, COLOMBIA D os cocineras colom- bianas,madreehija,y un editor apasionado de la gastronomía reciben hoy el premio al mejor libro de cocina del mundo en Pa- rís, una historia inesperada detenacidadyrecompensa. Zoraida Chori Agamez y Heidy Pinto son madre e hija, cocinerasdesdequetie- nen uso de razón enBarran- cabermeja. Dos años antes del inicio de la pandemia se empeñaron en averiguar los orígenes y las diferentes for- masde cocinarunplato típi- co no solo de Colombia, sino de buena parte de América Latina: una masa de harina cocinada con toda clase de aderezos y envuelta enhojas que, a su vez, son de infini- daddevariedades. Son los envueltos, o tama- les en países comoMéxico o Guatemala. Hechos a base demasa demaíz, de yuca, de plátano, de arroz... Adimen- tados con carne de puerco, de res, hortalizas. O incluso de insectos, según las cróni- casde losconquistadoreses- pañolesenel sigloXVII. “ Veníamos trabajando los envueltos en talleres, ense- ñando técnicas. Nos enfocá- bamos en las masas, pero la gente quería saber de las en- volturas ” , explicó vía telefó- nicaHeidyPintoalaAFP. “ Así que empezamos a via- jar por toda Colombia, para averiguar de dónde salen, cómo se llaman, cómo seha- cen... Recogimos más de 300recetas. La recopilación deprontoque era comomuy grande, así que decidimos hacer un libro, pero sola- mente de los envueltos de plátano maduro, de yuca y de maíz, que son los que se encuentranportodaColom- bia ” , contó. La madre cocinaba, una hija la ayudaba, una tercera investigaba los orígenes his- tóricos de una comida an- cestral, hecha para resistir viajes y sacudidas, gracias a una envoltura que a veces es todounarteensimismo. Chori y Heidy cocinaron más 100 envueltos o bollos, como también los denomi- nan, para ajustar las recetas. “ Empezamos a probar hasta que no pudimosmás ” , expli- caconunacarcajadaHeidy. Escribieron el libro sin másayuda, y luegodifundie- ron un anuncio en redes so- ciales. En su blog, El toque colombiano , colgaron un “ mapa de los envueltos ” con las recetas y los lugares dón- deencontrarlasdistintasva- riedades seleccionadas. Un trabajopacienteyartesanal. “ Apareció Daniel, que quería comprar el libro. Y le dijimos: ‘ mijito, no lo tene- mos, buscamos editor... ” , re- cuerda Heidy. Daniel Gue- rrero había llegado años atrásaColombiaprovenien- tedeEspaña.Apasionadode la literatura gastrónomica, compró los derechos de En- vueltos . Fundó la editorial Hambre de cultura. Se fue con una fotógrafa a casa de lasseñorascocineras. “ Viven en una zona muy humilde, las fotos lashicimosensuca- sa ” , explicó. Llegó la epidemia y aun- que la economía se paralizó, el confinamiento las ayudó y en un año y medio han ven- dido2mil ejemplaresentres ediciones. Guerrero mandó el libro a Edouard Cointreau, organi- zador del Gourmand Awar- ds, el certamen más impor- tante del sector. Envueltos ganó el primer premio. Sus protagonistas lo recibenhoy durantelaSemanadelasCo- cinasdelMundo, enParís.

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