Bienvenido suscriptor
Perfil Cerrar sesión
Iniciar Sesión
Registro

edicion_2020_10_18

2A LaPrensa Panamá, domingo 18 de octubre de 2020 Panorama Suscríbete www.prensa.com Síguenos twitter.com/prensacom Comenta facebook.com/prensacom Brunch dominical MónicaPalm [email protected] C onlaponenciadel magistradoCecilio Cedalise,elplenode laCorteSupremadecidió rampantementequelain- vestigacióndelossobornos queFCCpagóenelcontra- todelcorredorVíaBrasil, yanotendrálacalificación decausacompleja.Aunque lafiscalRuthMorcillocree quepodrárepararpartedel dañoqueproduceunade- cisióncomoesta,locierto esque-mientrastanto-es- tánenpeligrolosacuerdos depenapactadosconanti- guosejecutivosdelacons- tructorayotrasdiligencias practicadasapartirdeoc- tubrede2019.Desurgirlas peoresconsecuenciasque podríanderivarsedeeste fallodelaCorte,ocurriría lomismoqueconlainves- tigacióndelosfondosasig- nadosalasjuntascomuna- les:unjuezladeclarócausa complejayluegoelPrimer TribunalSuperiorrevocó esadecisión.Esosucedió enjuliopasado,enplena pandemiayconlostérmi- nosjudicialessuspendidos. Contraesto,notenemos inmunidadderebaño. ESTEFIN de semana, la AsociaciónBancariade Panamá (ABP) emitióun comunicadoparahacer frenteal “discursode odio”que, desdehaceme- ses, sepromueveenel país, para “demonizar” a losbancos. Laasociación sostieneque toda la infor- maciónde susagremiados espública, quenoreciben subsidioalguno, que las tasasde interésdeprésta- mosdelmercadopana- meñoson lasmásbajasde laregiónyque, desdeel iniciode lapandemia, han acordadomedidasdeali- vio financieroymodifica- dopréstamos consaldos queasciendena$26,319 millones. “ Los25mil cola- boradoresque laboranen 60bancosque formanel centrobancario interna- cional, rechazanenérgi- camente los insultosy mentirasquebuscansem- brar el caosydestruir la confianzapública ”, seña- la laABPenuncomunica- do.NiMiguel deCervan- teshablabaenuncastella- nomás claroqueeste.Este comunicadoes congruen- tecon laposiciónqueel presidentede laRepúbli- cahaadoptado frentea proyectosde leydispara- tados y sinrespaldodees- tudiosdeningunanatura- leza, surgidosde laAsam- bleaNacional.Esmuy probablequealgunosdi- putados seesténconvir- tiendoenunos influen- cers queapruebancosas quenoatienden lasnece- sidadesde lapoblación, sinoque respondena ten- denciaenredes sociales, muchas veces impulsadas por ellosmismos. Yenci- ma, hayquepelarles el ojo en losdosmesesde receso, quecorrenapartirdel próximo31deoctubre. La últimavezqueestagente tuvoun break , laAsam- bleadesembolsó$8millo- nesde suplanilla172 (afectuosamenteconoci- dacomo cashback ), sin que todavíasepamos quiénes fueron las 1,750 personas contratadas y qué serviciospresunta- menteofrecieron, si se su- poneque todomundoes- tabaconfinadoensucasa. Paraquéquiereestagente convencernosqueestán cuidandonuestrodinero de losbancos, si sonellos losque lodespilfarran… Lasdemocraciasafrontan un futuro incierto En pandemia, los regímenes democráticos, tal y como los conocemos, están confrontando el mayor cuestionamiento de la historia reciente. ANÁLISIS RodrigoNoriega EspecialparaLaPrensa [email protected] S egún un reloj en la Union Square, en la ciudad de Nueva York, nos queda algo así co- mo 7 años y unos 70días an- tes de que la contaminación humanacausequeelcambio climático y sus peores efec- tosseanirreversibles.Estees apenas uno de los grandes desafíos que enfrentan las naciones del mundo, y que en particular se dibujan co- mo una posible fuente de disturbios y protestas popu- lares contra la accióndel Es- tado. Si algo ha demostrado la pandemia, es la molestia ciudadana contra medidas restrictivas de su movilidad y de su vida social, y de la ac- tividad económica. Desde Argentina hasta Estados Unidos, al igual quede Italia alaIndia,pasandoporIsrael y Sudáfrica, entre muchos ejemplos, los ciudadanos se han manifestado pública- menteenrechazode las cua- rentenas, confinamientos y las medidas de suspensión delaslibertades. El viejoEstadode derecho fundamentadoendemocra- ciasimperfectas,sehavistoa gatas enfrentando una pan- demia para la cual nadie es- taba preparado. Las desor- ganizadas respuestas esta- tales empezaron por lo más sencillo: separar y aislar a la población. Esto no solo su- mió a la economía en crisis, sino que también ha produ- cido graves consecuencias emocionales, psicológicas y sociales. De acuerdo conBill Gates, los grandes avances en ma- teria de salud, educación y otros derechos sociales ocu- rridos en los últimos 20 años, en los países subdesa- rrollados, están desapare- ciendo. Enotras palabras, se borró el siglo XXI en mate- ria de desarrollo humano. Las graves consecuencias en cuanto a la nutrición infan- til,ladeserciónescolardeni- ños y jóvenes, el debilita- miento de las redes de pro- tecciónsocial de losmás vul- nerables, y la erosión del te- rreno ganado en materia de equidad de género, son to- dos fenómenosqueyaseevi- dencianpordoquier. El hambre y el fracaso es- colar acompañan al desem- pleo. Por suparte, el aumen- todeladelincuencia,lapros- titución clandestina y el mi- crotráfico de drogas están saturando amás comunida- des en los países latinoame- ricanos y africanos. Los dé- biles Estados no cuentan ni con los recursos, ni conel ta- lento humano para atender de forma plausible estos nuevosdesafíos. A la vez que se han caído los ingresos fiscales de los gobiernos del mundo y se handesvanecido decenas de millones de empleos, ha au- mentado la desigualdad. En Estados Unidos, por ejem- plo, los 50 estadounidenses más ricos tienen un patri- monio económico equiva- lente al de los 165 millones de ciudadanos más pobres de ese país, según el Banco de la Reserva Federal. Du- rante los seis primeros me- ses de este año, el patrimo- nio de los 50 más ricos au- mentó 339 mil millones de dólares. La pandemia está dejandomuchísimos perde- dores y unos cuantos gana- dores. Antes de la Covid-19, el principal resultado de la re- volución tecnológica de los últimos 30 años fue el acceso de miles de millones de per- sonas a un mundo de infor- mación, que incluye elmayor desfile de bienes de consumo y objetos aspiracionales que lahumanidadhayaconocido. Aunque un mejor nivel de consumo viene aparejado de unmejornivel devida, laweb haaceleradolaconcentración de la riqueza en mercados muy ineficientes. Si puedo traerunproductodeAmazon másbarato, no lovoyaadqui- rir de una tienda local que lo ofrece a un mayor precio. Mi acto de racionalidad econó- mica termina perjudicando a mi familia y a mí, porque la tienda local paga impuestos y seguro social, ymantiene una planilladecolaboradoresjun- to a una red de proveedores que, muy probablemente, de forma directa o indirecta, tambiénmedandecomer. Las democracias no garan- tizan resultados personales para ningún ciudadano. La creciente desigualdad junto a las viejas plagas de la corrup- ción, la delincuencia organi- zada y la ineficiencia de mu- chosserviciospúblicos,secar- gó de esteroides gracias a la pandemia. Thomas Fried- man, el maravilloso colum- nistadel NewYorkTimes ,ha dicho repetidamente que la pandemia es solo un ensayo de lo que traerá el cambio cli- mático.Unagrancantidadde Estados democráticos que se hanquedadocortosfrenteala pandemia,nopuedenenfren- tarlacargadelasnarcomafias o del cambio climático. ¿Sig- nifica esto que las democra- ciassonunaespecieenpeligro deextinción? Los sistemas democráticos nacieron como un fenómeno de élite. En la Atenas de Peri- cles, vivían 300 mil habitan- tes, pero solo 6 mil varones acaudalados eran ciudada- nos. Ni las mujeres, los po- bres, las personas con disca- pacidad, los extranjeros y los esclavos podían participar en el proceso “democrático”. Unos 18 siglos más tarde, el Rey Juan “sin tierra” firma en 1215laprimera Constitución del mundo. Esa CartaMagna le reconocía derechos a 25 se- ñores feudales de la nobleza inglesay,pordelegación,alos varones libres que tuvieran propiedades. Le tomó seis si- glosmásaesanaciónabolirla esclavitud,yotrosigloadicio- nal para reconocer la igual- daddelasmujeres.Nohasido un camino corto ni un reco- rridorápido. Maravillosas democracias desaparecieron a manos de dictaduras, se perdieron en el fanatismo religioso o en medio de tiranías ideológi- cas. Un número importante de democracias débiles se mantienen coqueteando permanentemente con el autoritarismo por el popu- lismo. Los Estados naciona- les que son la base de una parte importante de las de- mocracias latinoamerica- nas, africanas o del este de Europa, tienenuna altapro- pensión hacia la condición de Estado fallido. Para Max Weber, unEstado fallido era aquel que no tenía el mono- polio de la fuerza dentro de sus fronteras. Esas otras fuerzas tienen el rostro del crimen organizado, el nar- cotráfico e incluso segmen- tos de las propias fuerzas de seguridad que responden a otrasagendas. Si los desafíos externos, como la pandemia y el cam- bioclimático,ylasamenazas internas, como la desigual- dad social la corrupción y la ineficiencia del Estado, se constituyen en tendencias quedebilitan lademocracia, entonceslaconsecuenciase- ría que estos regímenes es- tuvieran destinados a desa- parecer por ineficiencia, caos social o la necesidad de unordenestricto. El economista indio Amartya Sen presentó un caso convincente en el cual las sociedades libres res- ponden mejor a las crisis que las tiranías. Sen encon- tróquelasgrandeshambru- nas que aún viven los países asiáticos y africanos, no son causadas por la falta de ali- mentos, sino por la desi- gualdad en la distribución de los mismos. La libertad delosciudadanosparacriti- car a sus gobiernos, le per- mitió a los países democrá- ticos enfrentar y mitigar mucho mejor las hambru- nas, que las dictaduras. Así, queda claro que la clave pa- ralasobrevivenciadelasde- mocracias es escuchar a la gente, y atender sus proble- mas. Ayer, un artista trabajaba enunmural dedicado a los trabajadores de la salud, enManchester. Unas 28millones de personas en Inglaterra están bajo las restricciones impuestas desde el pasado sábado, para frenar los casos de laCovid-19. AFP/OliScarff

RkJQdWJsaXNoZXIy MzM5NjY=