2020-07-01
135 P or lo tanto, la pandemia del coronavirus no es un evento de tipo “cisne negro”, bajo la terminología acuñada por Nassim N. Taleb, es decir, un evento sorpresa, pero de alto impacto, precisamente porque era conocido que podría ocurrir. Once días después de que salió el Global Risk Report 2020 del WEF, Joseph Norman, Yaneer Bar-Yam, y Taleb publicaron un breve artículo (Systemic risk of pandemic via novel pathogens – Coronavirus: A note, New England Complex Systems Institute, 26 enero 2020) advirtiendo sobre el enorme riesgo que implicaba el nuevo coronavirus que brotó en Wuhan, China. A su juicio, con la información que ya había a la fecha, se trataba de “un evento extremo de cola gruesa debido a una conectividad mayor, que incrementa el contagio en una forma no lineal”. En resumen, que el virus SARS- CoV-2 causaría una epidemia global de crecimiento exponencial. N orman, Bar-Yam y Taleb advertían que mecanismos tradicionales de identificación, aislamiento y el rastreo de contactos serían demasiado lentos para frenar la expansión de la enfermedad y recomendaban adoptar medidas de distanciamiento social para cortar las redes de contacto. En conclusión, advirtieron, es necesario reducir la movilidad en el corto plazo que, aunque costoso, de no hacerlo, nos puede costar todo. E se mismo día, el 26 de enero, la OMS informaba en su Reporte de Situación No. 6 que había 2,014 casos reportados en el mundo, 1,985 de ellos en China y que mantenía su evaluación de riesgo del pasado 22 de enero. A juicio de la OMS, el coronavirus aún no constituía una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. Esto se declaró 4 días más tarde. “Cuando la gente me pide que hablemos sobre riesgo, les digo que hablemos de epidemias”, apuntó Taleb en agosto de 2015 en una conferencia en la Escuela Fletcher para el derecho y la diplomacia de la Universidad de Tufts. Se teme más al terrorismo porque es emotivo y captura titulares, cuando en realidad tiene un efecto localizado. Compare eso con una enfermedad contagiosa que se puede esparcir por el planeta con un impacto sobre todos. E l negocio de las predicciones es encantador y a muchos les gusta pagar por esos encantos y sentirse ilustrado. Es seductor escuchar pronósticos que no se alejen mucho de la realidad tal y como la percibimos hoy, y si se alejan, que sean muy positivos, mientras que es poco agradable que nos cuenten de sucesos negativos de alto impacto que quizás no ocurran o que falta mucho tiempo para ello. Nos toca escuchar más a nuestras Casandras panameñas y entender la magnitud de los riesgos que plantean si no hacemos nada al respecto. k CIUDADANO DEL MUNDO, PERMANENTEMENTE CURIOSO, PADRE DE ELENA Y LIBERAL. PANAMEÑO, LICENCIADO EN ECONOMÍA INTERNACIONAL POR LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN. MÁSTER DE LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS Y EL CENTRO DE ESTUDIOS MANUEL AYAU. APROVECHÓ SUS ESTUDIOS PARA VIVIR EN WASHINGTON, PARÍS, MADRID Y JAPÓN. SOBRE EL AUTOR:
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