Febrero 2020

NUDOGORDIANO _ caídalibre C uenta la leyenda que cuando Alejandro Magno llegó a la ciudad de Gordio, capital del reino de Frigia, en la península de Anatolia (hoy Turquía), se le mostró el carruaje del rey fundador de la ciudad con su yugo atado a un poste con un nudo complicado que nadie podía soltar. La profecía del pueblo frigio decía que quien pudiese desatar el nudo sería el conquistador de Asia. Ante ello, Alejandro Magno agarró su espada y declaró: “Es lo mismo cortarlo que desatarlo”. Cortó con su espada el nudo, y como suele decirse, el resto es historia. Esta leyenda consta de dos partes: la del nudo gordiano imposible de desenredar y la de la solución con un corte con la espada. Estas representan la necesidad de tomar acciones radicales y pensar “fuera de la caja” para atajar problemas de gran envergadura o complejidad atacando la esencia de los mismos. E n Panamá tenemos varios de estos nudos. La Caja de Seguro Social (CSS) y el sistema educativo probablemente son quizás los más claros ejemplos. La salida a estos problemas no vendrá con soluciones incrementales o parciales que solo atiendan ciertos aspectos del mismo, sino de propuestas más radicales que nos permitan salir del atolladero actual. Alejandro Magno nunca hubiera salido de Anatolia si se hubiera puesto a desenredar el nudo lazo por lazo y encontró una solución práctica a la profecía. E n línea con esto, está la definición de locura que se le atribuye erróneamente a Einstein (su origen es incierto): “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. ¿Mejorará la atención de los pacientes de la CSS si no cambiamos nada? ¿Mejorará la calidad educativa si todo se queda igual? Supongo que la respuesta dependerá de lo loco que sea cada uno. Lo cierto es que sería descabellado pensar que con la arquitectura actual de las instituciones, con sus pesos y contrapesos, incentivos y desincentivos, y mecanismos para atribuir responsabilidades, se deba mantener el statu quo. Cuando Den Xiaoping subió al poder en China, las reformas que impulsó tenían una filosofía fundamental detrás que consistía en concentrarse en los procesos que conseguían resultados deseados. Para ello, acuñó la famosa frase: “No importa de qué color sea el gato, lo importante es que cace ratones”. Si durante 30 años las políticas comunistas y totalitarias no habían brindado los resultados deseados para el pueblo, entonces era hora de cambiar la forma de hacer las cosas. Para ello hay que preguntarse cuál es la esencia de los problemas que se enfrentan y tratar de reducir a uno o dos conceptos fundamentales cada problema y los objetivos que se desean de cada institución. La idea es dar claridad y enfoque a las reformas que se planteen, y que estas no sean un popurrí de deseos de cada gremio involucrado que terminen engrosando el nudo. S i por un lado se trata de identificar los objetivos de los cambios, del otro lado hay que identificar los obstáculos para realizar los cambios. Habrá resistencia al cambio de dos grupos: tanto de los que tienen miedo de que lo que vendría sería peor, como de los que tienen algo que perder de modificarse la estructura actual. Estos últimos serían también los que liderarían las campañas para alimentar el rechazo. ¿Habrá manera de incluirlos en el proceso de tal forma que sientan que salen ganando? Dependerá de los tipos de reformas que se hagan y lo aventuradas que sean las propuestas. El espadazo a estos nudos gordianos terminará de darse si se logra un consenso al menos en una mayoría de la población. Ello requiere un mensaje claro y sencillo del problema y de lo que se requiere hacer, pero hay que construirlo y comunicarlo. ¿Conseguiremos desarticular estos nudos gordianos o nos congelaremos ante el desafío, incapaces de tomar acción? DIEGO QUIJANO @RYUAUSTRO HABRÁ RESISTENCIA AL CAMBIO DE DOS GRUPOS: TANTO DE LOS QUE TIENEN MIEDO DE QUE LO QUE VENDRÍA SERÍA PEOR, COMO DE LOS QUE TIENEN ALGO QUE PERDER DE MODIFICARSE LA ESTRUCTURA ACTUAL.

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