Febrero 2020

_ imagen & semejanza producción, entonces la mayoría de las veces cuando se presentan en el Fashion Week tienen piezas únicas, hay que mandarlas a hacer y en ese proceso se puede perder el interés del ‘consumer’. Marciscano vendió 38 camisas en Fashion Week Panamá, y Andrea Sousa también. Gabriela Vallarino imprime sus propias telas en Colombia, Ecuador o Perú, que tienen industria. Sus telas con palabras escritas como con marcador hablaban de inclusión y sentimientos positivos, me encantó. Su colección fue portada de la revista italiana de moda Grazia, versión L.A. En medio del ‘show’ le coordinamos una sesión en el Casco con el fotógrafo Jorge Andrés Rojas y las modelos Nia Santos de Colón y Emigdielys Samaniego. ¿Qué tanto permea la moda local a la clase acomodada? Mucho. Definitivamente hay diseñadores que presentan colección y al otro día dicen “ya lo vendí”. Ha sido un proceso de los últimos 20 años cambiar la mente de las personas. Hoy prefieren comprar un diseño panameño a algo en las tiendas de lujo del ‘mall’. ¿Y en su caso en particular? En mi caso, me dejo llevar por algo que capture mi atención, por la sensibilidad que encuentro en un diseño, trabajado en un laboratorio de pensamientos para crear algo único. ¿Cuáles son los rangos de precio? Depende del diseñador y la pieza, creo que de $150 por una falda a $200 por una camisa, y hasta $3,000 un vestido de noche lleno de encaje, $400 por pantalón y camisa. No son precios tan locos, están comprando moda de autor, moda responsable, ellos trabajan en talleres con gente muy valorada y con buenos salarios. Estás pagando por una pieza que es imperecedera, que no pasa de moda. Tengo piezas de Helene Breebaart de hace 15 años, son icónicas. ¿Y los accesorios? Un accesorio de Tony Vergara cuesta entre $100, $150 y $250, son hechos a mano, de un valor artesanal impecable. Es súper importante que la gente en Panamá apoye el diseño local. ¿Qué diseñadores vendrán al Fashion Week? Ya estamos en conversaciones, y tal vez este año traigamos uno de moda masculina. Hay un diseñador europeo que queríamos traer hace dos años, el holandés Jan Taminiau, está sonando interesado en venir, aunque nada confirmado al momento, es una celebridad, hace exposiciones en museos. ¿Cómo eligen a los jóvenes diseñadores panameños? El primer filtro es mandar su ‘lookbook’, vemos los dibujos y telas, y si tiene coherencia y calidad. A veces presentan un ‘inspiration board’. Después viene la presentación con ellos y un proceso de curaduría. Un grupo de curadores se reúne hasta seis veces con los diseñadores para ver la construcción de las producciones. Se involucran invitados como Patricia Pagani, italiana con mucha experiencia en moda que trabajó en Milan Fashion Week y era ‘PR’ de diseñadores; Marissa Midolo, que viaja constantemente y es asesora de moda y sabe de tendencias; George Pauline, que aporta el punto de vista artístico; Debbie Kuzniecky, sobre historia de la moda y coherencia; Nadine Edde, experta en moda y ‘personal shopper’ de la comunidad hebrea y Ana María Zampogna. En cuanto a la experiencia en el FWP ¿cuántas modelos de Physical han logrado proyección internacional? Muchas. Son treinta y pico de años. Recientemente ha habido la posibilidad para varias modelos en el mercado internacional que han tenido la cuna aquí, tenemos contactos con fotógrafos, revistas y sabemos el proceso de llevar una modelo desde sus primeros pasos a convertirse en una posible modelo para exportación. Cuando están listas hemos hecho el acercamiento con mercados internacionales. La última que mandamos fue Emigdielys Samaniego, que trabaja en Nueva York y está en el ‘casting’ del Fashion Weeks de NY. ¿Dónde nació Emigdielys? En Chepo, en la 24 de Diciembre. Su mamá es de Las Tablas. ¿Cómo la descubrieron? Llegó a Physical de 14 años y vimos su potencial, la formamos. También está Hilary Cerezo, de Colón, que se formó en Physical, pero yo no la ubiqué internacionalmente, me robaron el mandado. ¿Hay competencia desleal? Siento que una modelo no debería ir a un mercado internacional hasta que se haya graduado del colegio. Mandar chicas de 15 años es una maldad porque no tienen la madurez. ¿Es un mundo voraz? Muy voraz, tal vez una chica rusa o de Europa oriental a los 16 años tiene otra vida. Una chica de 16 años en Panamá está muy frágil. Y es para un público más joven que ustedes organizan el Macro Fest. ¿Cómo andan los preparativos finales? El Macro Fest ha funcionado exitosamente 10 años, es el evento cultural gratuito tal vez más grande. Lográbamos hacer la producción gracias al apoyo del Instituto Nacional de Cultura, pero el Ministerio de Cultura no nos ha apoyado, siendo el Macro Fest un evento popular inclusivo, que abre puertas a artistas jóvenes. ¿Cuándo les quitó el patrocinio? En noviembre, pensábamos entonces poder cobrar para hacerlo sostenible con una donación de $10 porque eso sostendría la cartelera musical. Pero los primeros días de enero nos confirmaron que nos daban el espacio, pero que no podíamos cobrar. Entiendo que las plazas públicas no deben ser usadas con eventos donde se cobre, el problema es que la respuesta vino tarde. No nos daba el tiempo para cambiar de ‘venue’ (locación), ni comunicarlo. ¿Cuándo solicitaron el apoyo del Ministerio de Cultura? Desde julio de 2019. Espero que realmente eso pueda cambiar porque al final Macro ha construido una comunidad, ha tenido crecimiento y tiene unos seguidores fieles. Hicimos una convocatoria y se interesaron 115 bandas, de las que quedarán 9. Han llegado alrededor de 90 artistas en las ramas de fotografía, ilustración digital de artes plásticas, arte y moda tipo ‘performance’. [Del 10 al 15 de marzo]. 0 2 . 2 0 37_

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