Febrero 2020

¿Cómo surgió la serie de la ampliación del Canal? Después de Colón me fui a hacer una serie de fotografías de las ruinas en Amador, en el Causeway, antes del Biomuseo, en los chalets viejos. Algunos la encontraron interesante y presentamos una muestra en La Casa del Soldado en 2015. Entonces al año siguiente hice varias visitas a los trabajos de ampliación del Canal, resultado de lo cual fue una muestra en la galería Arte Consult. ¿Vendió? Como cuatro. Después Global Bank compró 11 fotografías para la edificación nueva. ¿Cómo se dio la oportunidad de exponer en La Habana? En La Habana, fue una retrospectiva digital y analógica en la Fototeca de Cuba en febrero de 2019. Mi curadora Maylin Pérez Parrado le propuso una muestra al director Nelson Ramírez De Arellano, y él contestó que les interesaba. Después creé un portafolio e hicimos los arreglos con un año de anticipación y entonces me dediqué todo ese tiempo a seleccionar con la curadora. Y producir en mis propias impresoras desde el negativo. ¿Cuántas fotos expuso? 42. Había 4 de un metro de ancho y las demás eran más pequeñas. Y participé en la XIII Bienal de La Habana en abril de 2019 con cuatro fotografías montadas sobre paneles translúcidos iluminados por detrás, interesante. Allá estuvo gente de Panamá como Mónica Kupfer, Adrienne Samos, y también Maylin Pérez Parrado, la curadora. Los comentarios fueron buenos. Y en septiembre de 2019 expuse en el Festival Internacional de Fotografía Pyongyang, China. ¿Qué percibió ante la magnitud de la expansión? Que era irrepetible, que tenía trascendencia histórica, pero quería hacer algo más que el simple registro gráfico documental. Un impulso intenso por hacer fotografías en las que la forma fuera importante para mí. Una especie de formalista que es una tendencia modernista, pero fue una reacción intuitiva, la intuición también se alimenta y viene subconscientemente. Hay la tendencia de reaccionar intensamente a una forma súper interesante. Regresé a Panamá, vino la invasión y poco después me robaron el carro y quedé montando en bus. Hice fotografía menos seguido. Entonces me dediqué a trabajar en Derecho para obtener cierta independencia económica. Pasados unos años me fui a Costa Rica a hacer un doctorado en Filosofía con profesores ticos graduados de Indiana, Harvard, Hamburgo, con programas muy fuertes que exigían un índice académico de 9 sobre 10, era una tensión horrible. Estuve 4 años y pico porque seguí directo al doctorado. Cuando terminé todo en Costa Rica me fui a Barcelona, donde conocí a mi esposa. El periodo de estudio de filosofía fue de poca fotografía, pero sí hice fotografía en Londres, París y España, no en la cantidad que hacía originalmente. Tuve un periodo de baja producción y cuando regresé a Panamá, retomé. ¿En qué año? 2012, e hice la transición de analógica a la fotografía digital. Para mí fue un descubrimiento mágico, la productividad aumentó y me entusiasmó esa dualidad, ese doble carácter y doble productividad de hacer blanco y negro, y color. Mi amiga Patricia Pizzurno me sugirió hacer una serie sobre Colón e hice una gran cantidad de fotografías y una exhibición en una galería del INAC en Colón en 2015, luego la trajimos al edificio Hatillo y a la galería Amador de la Universidad de Panamá. De la serie de Colón. Autoretrato. Foto: Alberto Hernández

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