Febrero 2020
RICARDO LÓPEZ ARIAS { FOTÓGRAFO } propiedad privada_ _20 0 2 . 2 0 ¿En qué año fue su primera exposición? En el 84, en la Casa Museo Banco Nacional con Carlos Montúfar y Guzmán González. ¿Qué estilo tenía en esa época? Hice fotografía de la ciudad de Panamá y algunas de Los Santos, que yo mismo revelaba, tenía un laboratorio ultra sofisticado. Por esos años estudié a dos fotógrafos, uno todavía está vivo: Paul Caponigro, y el otro era Frederick Sommer. Los llamé por teléfono. Les dije que me interesaba ir a visitarlos y Sommer me dijo: “Mándame 20 fotografías”. Caponigro me pidió 24 y me dio una dirección de Roger Fremier en Carmel. Poco después, hablé con Sommer y me dijo: “Eres bienvenido”. Bueno, hice los arreglos y cogí un avión en medio de la crisis que había aquí en Panamá en marzo del 88. En 2018, la Fototeca de Cuba le extendió una invitación al fotógrafo panameño Ricardo López Arias para presentar una retrospectiva de su trabajo. Después de un año de preparación y el trabajo de la curadora cubana Maylin Pérez Parrado, se llevó a cabo la muestra en las mismas salas donde han presentado su obra grandes maestros de la fotografía como Sebastiao Salgado, Robert Mapplethorpe, Ralph Gibson, René Burri y Larry Clark, entre otros. { PERSONAL } Ricardo López Arias estudió Derecho en la Universidad de Panamá y ejerció la abogacía por 22 años. ¿Paralelo al Derecho, empezó a tomar fotografías? Empecé a hacer fotografías a mediados de los 70, pero muy amateur, yo solo hacía fotografía en blanco y negro y en esa época para hacerlas de buena calidad había que aprender los aspectos técnicos de la laboriosa fotografía química. En 1981, tuve el encuentro con la obra de Ansel Adams y los libros que escribió del método del sistema de zonas. ¿Comenzó haciendo paisajes como él? No, miré su técnica y la encontré muy liberadora y empecé a trabajar con formato grande, y no solo producir sino que tuvieran un significado. Vendí dos o tres cámaras Leica que tenía, y tomé un vuelo. En Los Ángeles alquilé un carro y me fui arriba hacia Carmel. Me dijo que nos viéramos en Point Lobos, un lugar muy famoso, con una tradición muy rica de grandes fotógrafos. La cosa es que me dijo que fuera al centro de fotografía de Roger Fremier, donde revelaría mis negativos, y allí estuve cinco días antes de que llegara Caponigro para vernos en Point Lobos. Nos sentamos a una mesa. Con los años me di cuenta de cuántos gringos hubieran dado la mitad de un brazo por tener un encuentro de esos toda una mañana. ¿Qué dijo de su fotografía? Le enseñé 15, entonces me separó creo que dos. “Estas son las que tienen más posibilidades”, fue muy amable y me regaló un libro, me lo dedicó y me animó. ¿Y después se vio con Frederick Sommer? Cogí mi carro para irme a Arizona, pasé por donde Fremier y le conté que iba donde Sommer. Me dijo: “Vas a ver a uno de los grandes”. Pasé por el desierto Mojave. Cuando llegué a su chalet de madera había un Volvo último modelo afuera, y ahí estaba, un tipo alto muy nítidamente vestido, con su esposa Frances y Naomi Lions, una muchacha joven que era ayudante del laboratorio que sabía tanto que al ver mis fotografías dijo qué químico había usado, nos acompañaba otro tipo que tomaba notas. ¿Qué dijo Sommer? Que tenía mucho que aprender. Que estudiara arte del Renacimiento. De la serie de la expansión del Canal de Panamá.
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