Página 6 l Lunes 14 de abril de 2025 MI DIARIO Cuidar los riñones a través de lo que comemos ayudar a evitar complicaciones graves, especialmente en personas con factores de riesgo como diabetes o hipertensión. “El mantener hábitos alimenticios saludables es fundamental para preservar la función renal y evitar enfermedades crónicas”, subrayó el IMSS en recientes recomendaciones difundidas a la población. Según el organismo, una dieta ideal para cuidar los riñones debe ser equilibrada, variada y basada en alimentos frescos. Entre los alimentos recomendados se encuentran: Frutas y verduras: Por su alto contenido de antioxidantes, agua y fibra, favorecen la solo en contadas ocasiones. Otras son demisexuales, es decir, solo sienten atracción sexual cuando hay un fuerte vínculo emocional. Y hay quienes, sin etiquetas adicionales, simplemente no sienten deseo en absoluto. eliminación natural de toxinas. Manzanas, uvas, sandía, zanahoria y col rizada son algunas de las opciones más beneficiosas. Cereales integrales: Ayudan a reducir el consumo de azúcares refinados y aportan fibra que favorece la digestión. El arroz integral, la avena y la quinoa son aliados importantes en una dieta renal saludable. El IMSS también recomienda evitar alimentos ultraprocesados, ricos en sodio, azúcares añadidos y grasas saturadas, ya que estos pueden contribuir al deterioro de la función renal. Además de una buena alimentación, el instituto sugieA pesar de que las cifras exactas varían, algunos estudios estiman que entre el 1% y el 2% de la población mundial se identifica como asexual. Sin embargo, el estigma persiste. Muchos asexuales enfrentan incomMONSERRAT ALZAMORA Mi Diario MONSERRAT ALZAMORA Mi Diario Los riñones son órganos vitales que desempeñan funciones clave para el buen funcionamiento del organismo. Filtran la sangre, eliminan toxinas mediante la orina, regulan la presión arterial y mantienen el equilibrio de líquidos y minerales. Por ello, proteger su salud no es solo recomendable, sino esencial. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una de las formas más efectivas de prevenir el deterioro renal es a través de una alimentación adecuada. Los especialistas coinciden en que una dieta balanceada puede En un mundo donde el deseo sexual suele considerarse sinónimo de salud, amor o plenitud, hay quienes rompen el molde y enseñan una verdad poco reconocida: no sentir atracción sexual también es natural. La asexualidad, lejos de ser una moda o una etapa pasajera, es una orientación sexual legítima y profundamente humana. Los asexuales no experimentan atracción sexual hacia otras personas. Esto no significa que sean incapaces de amar, de tener relaciones afectivas o de formar vínculos sólidos. Simplemente, el componente sexual no forma parte esencial de su experiencia de vida. Existen diferentes matices dentro del espectro asexual. Algunas personas se identifican como gris-asexuales, experimentando deseo sexual prensión por parte de médicos, terapeutas, amigos e incluso sus propias familias, que intentan “curarlos” o “arreglarlos”, como si no sentir deseo fuese una falla en lugar de una variación natural del ser humano. En nuestra sociedad hipersexualizada —donde el sexo vende, define y valida— resulta difícil imaginar una vida plena sin él. Pero los testimonios de personas asexuales demuestran lo contrario. Hablan de libertad, de autenticidad, de relaciones profundas que se construyen sobre la base de la comunicación, la empatía y el respeto mutuo. La asexualidad no es celibato, ni represión, ni trauma. Es una orientación sexual más dentro de la rica diversidad humana. Validarla es reconocer que el deseo —o su ausencia— no mide el valor de nadie. Porque en la pluralidad de sentires y formas de amar, todas las experiencias son válidas. La asexualidad existe Vivir sin deseo sexual también es válido y humano re mantener una hidratación adecuada, realizar actividad física regularmente y acudir a revisiones médicas periódicas, especialmente si se padece alguna condición crónica. Cuidar los riñones es una inversión en salud a largo plazo. Adoptar un estilo de vida saludable no solo mejora la calidad de vida, sino que puede marcar la diferencia entre el bienestar y una enfermedad renal crónica.
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