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6A La Prensa Panamá, domingo 21 de diciembre de 2025 La actriz estadounidense Hilary Swank le compró una de las obras a Javier Gómez. Cortesía Silla de sala. Cortesía Un diseñador panameño en la feria de muebles más importante del mundo Lucero Maldonado ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] ENTREVISTA El diseñador panameño Javier Gómez participará por primera vez en Maison & Objet, en París, una feria que reúne a más de 150,000 compradores y marcas de diseño internacional. Del 15 al 19 de enero será en París la exposición de diseño de muebles de autor Maison & Objet, la más importante del mundo, y por primera vez un diseñador de la región tendrá exhibición: se trata del panameño Javier Gómez, creador de ‘La Silla Panamá’. Cuéntenos la importancia de esta exposición en París, Francia La exhibición Maison & Objet es el show más grande del diseño de muebles de arte, donde las firmas más prestigiosas presentan sus colecciones. Asisten más de 150,000 visitantes a comprar para proyectos de hoteles de lujo, boutiques y restaurantes, desde Dubái, en Medio Oriente, hasta Estados Unidos y Europa. ¿Qué presentará usted? Voy a tener por primera vez un stand con 18 piezas nuevas, justo 10 años después de que Maison & Objet me entregara el Premio ‘Talento Emergente de América’, que hasta hoy no lo ha ganado nadie más en Centroamérica; por ello fui su embajador para Estados Unidos de 2016 a 2018. Eso me abrió puertas y en los años posteriores hice colaboraciones con casas de diseño. Tener un stand este enero es muy exclusivo: los artistas que quieren estar deben aplicar, ser aceptados por un comité, además de constatar años en el mercado y la elaboración por artesanos, porque ahí no entran muebles en serie de China. Debo construir la exhibición en el espacio, con paredes, techo, la instalación y las piezas. Un stand de 20 metros cuesta alrededor de $55,000 dólares. Entonces voy a estar compitiendo con grandes firmas. ¿Qué tanto hay de Panamá en sus diseños? Panamá es siempre para mí una inspiración y lo incluyo en mis colecciones, en mis ideas. Soy Panamá, lo llevo dentro y siempre tendré ese toque en los diseños. En mis colecciones hay mucho color y mucho movimiento, entonces hay una conexión con la parte natural. Además, tendré una colección de perfumes de flores en una obra de arte hecha de arcilla, de manera que cuando entras a una casa y ves la flor de arcilla sobre la mesa o en la pared, es un perfume. ‘La Silla Panamá’, diseñada por usted, ¿hará presencia en París? En esta ocasión no va a estar porque la presenté en otro evento hace dos años, pero siempre está bajo pedido. ‘La Silla Panamá’ fue escogida por la revista Elle Decor de Nueva York para mostrarla en su editorial, así que tuvo un buen apogeo. A la gente le gusta mucho, es muy diferente y siempre brilla Panamá. Por ejemplo, la vi instalada en un hotel y se veía espectacular. La solicitan bastante; la han comprado diferentes diseñadores de interiores para proyectos residenciales de alto nivel de sus clientes, pero como tenemos que firmar un acuerdo de confidencialidad no puedo decir nombres. Esta silla y mis otros diseños se catalogan como ‘accent piece’, piezas de acento, piezas de conversación. Es una obra de arte funcional. ¿Qué tan largo ha sido el trayecto para llegar a esta exhibición en París? Me fui a vivir un año a Italia en 2003 y, en 2004, me mudé a Estados Unidos, donde creé una carrera como artista de la fotografía en Nueva York, ciudad en la que viví 10 años. Al tiempo que trabajaba en fotografía estudié Visual Arts en NYU, y arte en Cooper Union. Después de varias exposiciones de mis fotografías por el mundo creé mi primera colección de mesas de acrílico, que fueron dadas en exclusividad a la casa francesa Roche Bobois por cuatro años. Luego diseñé alfombras con mi arte, sábanas de lujo, y ahí fue donde Maison & Objet de París supo de mí y me nombró talento emergente y embajador para América. Esto me dio la oportunidad de que las compañías quisieran colaborar bajo mi nombre. Entonces dije: ‘¿por qué no hacemos sillas?’ Años después, en un viaje de reuniones con artesanos, quedé atrapado en Lisboa por el covid; eso me llevó a vivir en Portugal, donde decidí crecer mi compañía para estar cerca de los talleres. Ahora me muevo entre Lisboa y París. Siendo panameño, ¿cuál era el tema principal de sus fotografías? Siempre he tratado de conectar a las personas con la naturaleza, flora y fauna de mi país. He hecho reportajes documentales de los indígenas guna y su cultura matriarcal, que presenté en Mónaco, Tokio y Madrid, para dar a conocer nuestra cultura, fotografiados en su entorno natural. Otras sesiones fotográficas de mi país fueron durante la expansión del Canal de Panamá y las nuevas esclusas, al ser invitado por la ACP para fotografiar antes de iniciar el llenado, lo cual expuse en Europa y Estados Unidos. En mi etapa dedicada solo a la fotografía expuse en Maison de América Latina en Mónaco, en Madrid, en Beirut y en Tokio. Fui escogido por Bvlgari para ser el artista del editorial de su revista por el aniversario 130. Consistió en fotografiar la arquitectura de Italia y, durante cinco años, continué en sus proyectos, además de realizar colaboraciones para Fendi Casa en Estados Unidos. Siempre hubo buena acogida de mi fotografía, incluso por celebridades como Bill Clinton, Pelé y Hillary Swank, entre otros. En 2008 vi un programa de Oprah Winfrey; ella hablaba de la ley de atracción y del libro El Secreto. Quince años después, Oprah conoció mi historia y me nombró uno de los trece hispanos destacados en Estados Unidos. ¿Está la sostenibilidad incluida en sus elaboraciones? Uso madera de nogal, roble y acacia de Portugal. Trabajamos con certificados de sostenibilidad que exige Europa; todo está protegido y controlado, con regulaciones muy estrictas, por eso es muy valorado el producto.Misdiseñossehacen por artesanos según pedido; no hay inventarios en bodegas. ¿Cuánto puede costar una pieza, por ejemplo, ‘La Silla Panamá’? ‘La Silla Panamá’ cuesta unos $5,500 dólares. Otras piezas, como una silla de bar o una silla de sala, rondan los $2,500, y los sofás entre 5,000 y 8,000 euros. Para hoteles y arquitectos tiene otro costo. En Panamá aún no tengo una tienda que me represente; tenemos puntos de venta en París, Nueva York, Lisboa y Phuket, Tailandia. ¿Qué le aconseja a las nuevas generaciones que quieren dedicarse al diseño de muebles de arte? Primero les recomiendo diseñar, crear, tomar fotos; es la única forma en que uno moldea su identidad y se da a conocer. Tu trabajo como artista es crear, llevar tu identidad, no preocuparte por si vas a llegar. Cuando ya tienes tu portafolio, presentarlo y seguir. No es fácil, como toda profesión. A veces la gente se retira tras un par de años y dice: ‘lo voy a dejar’, sin darse cuenta de que estaban a un paso de lograrlo. En Panamá hay mucho talento y mucho de dónde inspirarse, pero no se empuja al arte. ¿Sabes cómo fue mi primera exhibición? Yo mismo alquilé un salón en Cipriani, en Manhattan, hice todo, invité a amigos y a un invitado especial, Colin Cowie, que quedó atrapado en el elevador y hubo que llamar a los bomberos. Tras ser rescatado llegó, los medios lo publicaron, los paparazzi estaban ahí y, para mí, fue una oportunidad de que mi nombre, Javier Gómez, saliera en los periódicos. Se vendieron todas las obras. ¿Qué más le quedó de esos primeros años en Nueva York? Estudiaba y trabajaba. Yo tenía un negocio de eventos, una pequeña compañía de catering, y ahí fue donde evalué y dije: ‘voy a hacer lo que amo, que es mi arte’. Mira todo lo que la fotografía me trajo: poder tener un nombre. Al final, sabes, mañana muero, pero la compañía sigue; todos los meses recibimos emails de compras y la marca Javier Gómez continúa viva. Silla Panamá. Cortesía Javier Gómez. Cortesía Panorama

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