7B La Prensa Panamá, jueves 18 de diciembre de 2025 Miss Cosmo, Ketut Permata Juliastrid, se empollera junto a la panameña Italy Mora. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. En 2026, el instituto Pantone sorprende con una elección inédita: “Cloud Dancer”, un blanco suave, equilibrado y luminoso que, lejos de la frialdad del blanco clínico, representa una invitación a la calma en plena era de la saturación digital. Esta selección marca un punto de inflexión en el programa, iniciado en 1999, y prepara el terreno para un año en el que la serenidad y la búsqueda de claridad se perfilan como aspiraciones centrales. Un blanco que no es neutro: la precisión de ‘Cloud Dancer’ Aunque se define como un blanco neutro, Cloud Dancer se distancia de la idea de un tono plano o impersonal. Pantone lo describe como un blanco de presencia aireada y matices cálidos que contrarrestan la dureza habitual de esta gama cromática. Su suavidad tiene ligeros matices que lo acercan al marfil o al blanco hueso. La clave de su encanto radica en esa sutileza: es lo suficientemente luminoso para transmitir claridad, pero posee la calidez mínima necesaria para resultar acogedor. Pantone lo define como una tonalidad que invita a “un nuevo comienzo”, un lienzo desde el que repensar hábitos, espacios y decisiones. La carga simbólica del blanco en tiempos convulsos Elegir un blanco como color del año no es un gesto menor. Su simbología, culturalmente compleja y a veces contradictoria, oscila entre la pureza, la calma, la claridad y la renovación, pero también entre las tensiones asociadas a su carácter aparentemente absoluto. Su carácter silencioso responKendall Jenner luciendo un vestido en tono cloud dancer. EFE de a la demanda creciente de espacios donde la mente pueda descansar, tanto en la vida cotidiana como en los entornos visuales saturados por estímulos permanentes. El blanco también remite a transparencia y honestidad, conceptos cada vez más valorados en comunicación, diseño y consumo. Aplicación en moda: la fuerza de lo discreto En moda, Cloud Dancer aparece como un aliado natural de la estética minimalista que domina la industria desde hace varias temporadas. Su neutralidad permite construir combinaciones serenas, equilibradas por EFE [email protected] y atemporales, sin estridencias. Funciona en tejidos suaves, prendas estructuradas o diseños fluidos. Los estilistas resaltan su capacidad para suavizar líneas y volúmenes, lo que lo convierte en un recurso valioso en camisas, pantalones rectos, prendas exteriores y vestidos de corte sencillo. En propuestas más experimentales, sirve de base para juegos de textura: bordados casi imperceptibles, encajes delicados, algodones orgánicos o tejidos técnicos que cobran protagonismo precisamente porque el color cede el espacio. Con tonos tierra aporta naturalidad; con negros, sobriedad; con pasteles, suavidad. En pasarela, numerosos diseñadores han empezado a incorporarlo como color dominante en colecciones de transición, anticipando ya su protagonismo durante todo 2026. Diseño e interiorismo: la luz como materia prima Si hay un ámbito donde Cloud Dancer brilla con especial fuerza es el interiorismo. Su capacidad para potenciar la luz natural lo convierte en un recurso clave en espacios que buscan amplitud sin renunciar a la calidez. En paredes, techos o mobiliario, produce una sensación de continuidad que favorece la armonía visual. Al combinarse con materiales orgánicos como la madera clara, la piedra o los tejidos naturales, el blanco de Pantone genera ambientes de reposo, ideales para años en los que el bienestar doméstico sigue siendo fundamental. Muchas tendencias en decoración de 2026 ya apuntan hacia esta filosofía: espacios despejados, líneas puras, texturas naturales y una paleta que huye de saturaciones cromáticas. Otro de sus grandes puntos a favor es su versatilidad. Puede funcionar como base total o aparecer únicamente en detalles que aporten luminosidad: cerámicas, lámparas, cortinas, alfombras, piezas artesanales, entre otras. ¿Puede un blanco dividir opiniones? Cloud Dancer ha generado debate. La designación del primer blanco de la historia del programa ha sorprendido a parte del público y ha despertado críticas de quienes esperaban una apuesta más vibrante. Algunas voces sostienen que un tono tan sobrio corre el riesgo de diluirse entre tendencias, mientras otras celebran su potencial atemporal. También se han señalado cuestiones simbólicas: el blanco, pese a su apariencia neutra, es un color cargado de significados culturales, y su elección en un momento de reivindicaciones sociales puede resultar controvertida para algunos sectores. Sin embargo, para los defensores de Cloud Dancer esta elección responde precisamente a la necesidad de un lenguaje visual que rebaje tensiones, evitando excesos cromáticos y promoviendo un paisaje más calmado. El color como refugio: por qué ‘Cloud Dancer’ resume el espíritu de 2026 La elección de Pantone para 2026 no es un gesto estético aislado. Cloud Dancer sintetiza una tendencia global: la búsqueda de calma en un entorno convulso. Su presencia invita a detenerse, observar y reordenar prioridades, tanto en el espacio físico como en el emocional. La designación del Color del Año de Pantone se ha convertido en una brújula cultural que anticipa tendencias estéticas y estados de ánimo colectivos. ‘Cloud Dancer’, el blanco que genera debate
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