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5B La Prensa Panamá, martes 16 de diciembre de 2025 La boda de la presentadora Katy Dolande con el productor de cine Óscar Faarup. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. El fenómeno de los villanos redimidos El estreno de Wicked: For Good no solo ha sido materia viral en redes sociales, sino que ha batido récords históricos de taquilla. Al mismo tiempo, en las pantallas de los hogares, la visión gótica de Guillermo del Toro sobre Frankenstein invita al espectador a observar a la criatura no con horror, sino con compasión. Así, la recta final de estrenos del año ha confirmado una tendencia que lleva años gestándose pero que ha volado hasta lo más alto en las últimas semanas: ya no queremos matar al monstruo, queremos abrazarlo. Justicia más allá del arcoiris La segunda parte de Wicked, estrenada el 21 de noviembre, superó ampliamente a su antecesora al recaudar 223 millones de dólares en su primer fin de semana, incluyendo 147 millones solo en Norteamérica. Con este desempeño, se convirtió en el mejor debut histórico para una adaptación cinematográfica de un musical de Broadway y ya figura entre las favoritas para los Globos de Oro y potencialmente los Óscar. Pero este fenómeno va más allá de números e hitos. La historia de Elphaba, la Bruja Malvada del Oeste, empuja al espectador a revivir los hechos de El `Wicked: For Good”, película protagonizada por Cynthia Erivo (izquierda) y Ariana Grande (derecha), ha pulverizado récords. EFE Mago de Oz desde la perspectiva del marginado, a mirar más allá del relato hegemónico y de las apariencias para buscar la verdad desde el corazón. El monstruo no era la criatura Y, mientras Oz tiñe de verde esmeralda las salas de cine, la adaptación de Frankenstein dirigida por Guillermo del Toro hace lo propio en Netflix. Estrenada en la plataforma el pasado 7 de noviembre de 2025 tras un breve paso por las grandes pantallas, también opta ahora a varios premios en los Globos de Oro. por EFE [email protected] Del Toro, conocido por recrear con empatía historias sobre aquellos que son diferentes, presenta a una criatura interpretada por Jacob Elordi que es menos un monstruo de terror y más una trágica figura, víctima del abandono y la discriminación. Para darle vida a este icónico personaje, el actor se sometió a sesiones de maquillaje de hasta 11 horas diarias, logrando la apariencia de un ser cosido a partir de cadáveres pero que a la vez expresa una profunda humanidad. “Tengo tanto amor dentro de mí, más del que podrías imaginar. Pero, si no puedo inspirar amor, prefiero inspirar miedo”. Una frase del libro que la criatura le dice a su creador y que, leída con una mirada más actual, podría ayudarnos a comprender todo este fenómeno de “la redención moderna”. La maldad como tal se sustituye ahora por una respuesta ante el rechazo, por el dolor ante la falta de un amor anhelado y por la búsqueda de un lugar en medio de un mundo hostil. Los marginados son los nuevos populares Un rechazo o señalamiento es algo que comparten personajes como Elphaba y el monstruo de Frankenstein, aunque cada uno lo encaje de distinta manera. ¿Pero, por qué estas historias funcionan tan bien en los últimos años? La respuesta está más allá de la pantalla, en la mente de los espectadores. El compositor Stephen Schwartz, creador de la música de Wicked, señaló que los cambios realizados para la película debían ser, en sus propias palabras citando para Variety al productor Marc Plat, “aditivos”. Es decir, añadidos que sumasen. En lugar de “cambiar las cosas solo por hacer algo diferente”, tenían que aportar algo a la historia que la enriqueciera. Y quizá en este caso y en el de Frankenstein ese “algo” resulte ser algo tan simple y complejo como la “humanidad”. Un estudio de la Universidad de Michigan, liderado por Valerie Umscheid, explica la teoría que hay tras esta tendencia: “la gente cree que hay una discrepancia entre los comportamientos externos de un villano y su verdadero yo interior”, sugiere esta investigación. De este modo, nuestra afinidad por los villanos ficticios (desde Úrsula, Cruella o Maléfica hasta el Joker, entre otros muchos ejemplos que pueden sumarse a los actuales) no significa que haya fallas morales en nuestra mentalidad, sino que, como espectadores, vemos en estos personajes una “bondad interior” oculta. Y allí, en esa disonancia cognitiva, radica la magia de nuestro interés. Queremos ver a Elphaba volar no para que destruya Oz, sino para que haga justicia y tenga su final feliz. Queremos que la Criatura de Frankenstein encuentre paz, no venganza. Y, sobre todo, queremos desafiar ya no solo a la gravedad, sino a los estereotipos. La segunda parte de ‘Wicked’ ha batido récords y, junto al nuevo ‘Frankenstein’ de Guillermo del Toro, plantea una tendencia: ¿por qué nos gusta que los malos se conviertan en los buenos? ‘Frankenstein’ de Guillermo del Toro (centro), protagonizada por Oscar Isaac (izquierda) y Jacob Elordi (derecha) cautiva hogares en Netflix. Cortesía

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