5B La Prensa Panamá, martes 4 de noviembre de 2025 Lidera tu vida: Seis hábitos que impulsan tu éxito y redefinen tu relaciones. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. ¿Un llavero de sancocho? ¿Aretes con forma de ajo? Así son las creaciones de Crenativo, el proyecto fundado por Ángel Cueva y Edgardo Llerena, que toma la cultura panameña y lo lleva a pequeñas piezas de arte hechas a mano. Crenativo Studio nació de la observación, según explicó Ángel en entrevista a ELLAS. “En el mercado local de souvenirs casi siempre encontrábamos lo mismo. Fue entonces cuando entendimos que había espacio para innovar, para proponer algo distinto que hablara de Panamá de una manera fresca y auténtica” destacó. Su nombre, de la fusión de “creativo y ”nativo”. Su primera pieza fue un mango. Ángel detalló que ambos les encanta comer mango, por lo que para ellos esa creación estuvo cargada de simbolismo. En un inicio, únicamente creaban collares, pero se fueron expandiendo a más accesorios como llaveros, aretes, calcomanías y más. “En ese entonces todo era experimentar, descubrir, darle forma a lo que teníamos en El nombre Crenativo surge de la fusión entre “creativo” y nativo”. Cortesía mente. Se nos hacía conveniente llegar por la comida, a los panameños nos encanta la comida, y definitivamente la gastronomía panameña y su biodiversidad es muy particular” aseveró. El recibimiento que han tenido sus creaciones les ha causado sorpresa y alegría, comentó Edgardo. “Cada pieza despierta sonrisas y conecta con nuestra identidad, como ocurre con el llavero de sancocho, que evoca por Diana Fernández [email protected] recuerdos y sensaciones. Aunque a veces surgen dilemas super chéveres, como el de si los sancochos llevan mazorca o no lo llevan”. En Crenativo se pueden encontrar piezas como dijes de tortilla de maiz con queso amarillo, collares de patacón y aretes de bosas de naranja. Edgardo detalló que la forma en la que deciden qué nuevo elemento crear es observando el entorno panameño. “Observamos lo que realmente conecta con los panameños, guiándonos también por temporadas y festividades. La complejidad de cada diseño también es un factor importante en nuestra elección” indicó. Añadieron que el humor y la nostalgia son ingredientes esenciales de su propuesta. “A veces nos da risa porque terminamos hablando más de comida que de accesorios. Pero eso es lo que nos gusta: que las piezas se sientan cercanas, que sean parte de lo que nos une”, dijo Edgardo. Del sancocho al sous Entre sus creaciones, Ángel destacó que las cuatro piezas que se han convertido en favoritas son el patacón, el raspao’, el marañón y las pulseras con la silueta de Panamá. “Todas transmiten una esencia única de lo que somos” afirmó. Destacaron que cada accesorio es un reto y que “ninguno es fácil de fabricar”, aunque las más complicadas son las que requieren más nivel de detalle como el sancocho o el sous. “Desde la forma de la olla hasta los ingredientes componen el sancocho; la presa de pollo, el ñame, el color característico del caldo. Otra pieza compleja es la del sous: recrear diminutas patitas de cerdo o incluso rodajas de pepino no es nada sencillo, pero al final son precisamente esos detalles los que le dan vida y autenticidad a cada accesorio” destacó Ángel. La materia prima de estas piezas es la arcilla polimérica, la cual complementan con resina. “Nos encanta Panamá, y estamos seguros de que nuestras piezas aportan un granito de arena al sentido de pertenencia. Al final, cada pieza es un pedacito de Panamá que puedes llevar contigo; y para quienes están lejos, un recuerdo que conecta con nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra memoria” concluyeron. por Roxana Muñoz [email protected] iStock Pensar en aliados más que en beneficiarios En América Latina, la palabra filantropía empieza a cambiar de sentido. Ya no se trata solo de ayudar: se trata de transformar. Así lo plantea la Fundación Rockefeller en su reciente estudio “Cinco agendas para activar la transformación del sector filantrópico en América Latina y el Caribe”, presentado en alianza con la consultora Dalberg. El informe, construido a partir de la voz de más de 70 líderes sociales, empresariales y comunitarios de 13 países, escucha las urgencias de una región caracterizada por la desigual y a la vez llena de oportunidades. En América Latina, el 10% más rico concentra ingresos 12 veces mayores que el 10% más pobre, y un tercio de la población vive entre la pobreza y la pobreza extrema. A esto se suma la amenaza climática: ocho países están en la “zona roja” de riesgo ambiental. Frente a ese panorama, la Fundación Rockefeller —que acaba de anunciar la apertura de su oficina regional en Bogotá para fortalecer su presencia en América Latina y el Caribe— busca impulsar una filantropía más moderna y transformadora. El estudio, presentado en Panamá en un encuentro virtual, propone cinco ejes que buscan que la filantropía deje de ser reacción y se convierta en transformación: Colaborar de verdad, no solo coordinar. Las soluciones sostenibles nacen cuando gobiernos, empresas y comunidades trabajan desde la cocreación. No se trata de sumar esfuerzos de forma paralela, sino de construir juntos desde el origen. Desplegar mejor los recursos. Muchos proyectos sociales duran lo que dura su financiamiento. La apuesta es pensar a largo plazo: inversiones multianuales, flexibles, capaces de generar cambios estructurales y no solo atender emergencias. Fortalecer el ecosistema. En América Latina, solo el 27 % de las personas confía en organizaciones sociales. Para la Fundación Rockefeller, fortalecer capacidades locales, medir el impacto y comunicar resultados con transparencia es clave para recuperar esa confianza. Movilizar nuevos recursos y nuevas generaciones. Cada vez más jóvenes de familias empresariales y grupos patrimoniales entienden la filantropía como una inversión social. Son ellos quienes pueden acelerar el cambio si la región logra inspirarles a involucrarse. Escuchar lo local. Ninguna estrategia tiene éxito si no nace desde las comunidades. En países como Colombia, por ejemplo, Rockefeller impulsa la agricultura regenerativa: prácticas que devuelven vida a la tierra y bienestar a las personas. “Queremos dejar de hablar de beneficiarios y empezar a hablar de aliados”, resumió el equipo regional de la Fundación Rockefeller. En tiempos de crisis climática, desigualdad y desconfianza, la filantropía del futuro no será caridad, sino colaboración, aprendizaje mutuo y compromiso compartido Llaveros de sous y collares de patacón Los artistas Ángel Cueva y Edgardo Llerena crean accesorios artesanales inspirados en distintos elementos de la cultura y tradición de Panamá. En Crenativo se pueden encontrar piezas como dijes de tortilla de maiz con queso amarillo, collares de patacón y aretes de bosas de naranja. Cortesía
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