8A La Prensa Panamá, viernes 31 de octubre de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. tacado al tomar prisioneros a los generales Juan B. Tovar y Ramón Amaya, que vinieron de Colombia a sustituirlo en el mando, lo cual, sin duda, fue la acción decisiva para el triunfo del movimiento separatista”. No son pocos quienes olvidan “las siete experiencias políticas de 1821, 183031, 1840-41, 1855, 1860-61, 1885-86 y 1903”, que nos recuerda Armando Martínez Garnica sobre la “biografía de la nación panameña” y su tradición autonómica. La desmemoria o el desconocimiento reducen la separación de Panamá de Colombia a una relación comercial deshonrosa, como no pocas. Desde la invitación del Libertador Simón Bolívar, con el nacimiento de “la nueva entidad histórica republicana, organizada bajo el nombre de Colombia”, y “el poder del general José de Fábrega”, el 10 de noviembre de 1821, en cabildo de la ciudad de Los Santos, se firma la independencia de España “bajo el auspicio y garantía de Colombia”. El 28 de noviembre, con el liderazgo del coronel José de Fábrega, Panamá firma el acta de su independencia del Gobierno español y acepta la invitación de Colombia a unirse a ella. Desde entonces, la marcha de ocho décadas hacia la autonomía y su existencia independiente no se detiene, hasta cuando el 3 de noviembre de 1903 Panamá alcanza el republicanismo y la independencia ansiadas. Me obligo a citar a Martínez Garnica una vez más: “Fueron las visiones, decisiones, actos y sacrificios de los istmeños que se destacaron en cada uno de esos acontecimientos las que construyeron el ente histórico que hoy llamamos República de Panamá…”. “Es responsabilidad de unos istmeños eminentes, de sus esfuerzos de ocho décadas, la existencia independiente de su república y de su proceso de construcción de una nación independiente. Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Proyectos Tecno Sociales: nuevo paradigma de incidencia comunitaria desde la UTP Participación ciudadana Para la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), la participación social constituye un catalizador poderoso para el cambio positivo en nuestras sociedades. A medida que los desafíos sociales se vuelven más complejos, es necesario abordarlos de una manera más creativa e inclusiva, donde el desarrollo tecnológico propicie soluciones sostenibles que mejoren la calidad de vida de las personas y promuevan un bienestar más equitativo. En ese contexto, el Laboratorio de Gestión Empresarial, Emprendimiento e Innovación (LGEEI) del Centro de Investigación Eléctrica, Mecánica y la Industria (CINEMI) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) desarrolló una investigación en el marco del Programa Ciudadanía Activa: herramientas para la participación e incidencia de la ciudadanía en los procesos legislativos, impulsado por la Fundación Espacio Cívico. Este trabajo incluyó el estudio de los componentes de ingeniería de proyectos tecno sociales, a partir de propuestas generadas por estudiantes de carreras de ingeniería, desde un enfoque de innovación social y participación ciudadana, fundamentado en la metodología de diálogo de saberes y la técnica de design thinking (pensamiento de diseño). La generación de proyectos con participación ciudadana y uso de tecnología crea oportunidades para que las comunidades lideren su propio desarrollo, respondiendo a sus realidades y necesidades. A partir de esta premisa surgieron los Proyectos Tecno Sociales, concebidos como espacios de co-creación entre universidad y comunidad. Para ello, se experimentó con 17 grupos de estudiantes de diferentes centros regionales de la UTP, con el fin de fortalecer capacidades en la formulación de proyectos mediante procesos de co-diseño en diversas comunidades del país. Durante el proceso se realizaron talleres de formación y desarrollo en los que las comunidades compartieron el conocimiento de sus propias realidades, desafíos y necesidades, para validar y legitimar propuestas de soluciones tecnológicas con impacto social. Además, se aplicaron criterios de innovación social como sostenibilidad, impacto, capacidad transformadora, originalidad, iniciativa genuina, replicabilidad y vigencia. Estos criterios fueron evaluados mediante 44 indicadores preestablecidos por el LGEEI. El estudio evidenció cuatro factores esenciales en la ingeniería de los Proyectos Tecno Sociales: 1. Procesos de co-creación y co-ejecución de proyectos. 2. Manejo de herramientas de participación ciudadana. 3. Mayor conocimiento de los contextos sociales. 4. Gestión de vínculos entre actores. Estos resultados permitieron elaborar una guía metodológica con enfoques de innovación social aplicables a proyectos tecno sociales en entornos universitarios. Independiente, republicana y soberana 3 de noviembre El Istmo de Panamá surge separatista hace 122 años, para muchos como un fracaso de Colombia y un asalto de los Estados Unidos. Como un negocio, “una venta del Istmo hecha por la élite política criolla”, señalaron los colombianos en su momento, entre próceres separatistas y generales colombianos rendidos a las ambiciones norteamericanas y a las propias, siempre logradas a punta de un big steak. Más que nostalgia, rabia. Más que precisión, implosión. Colombia estuvo y sigue dolida. Panamá también. Una de las caricaturas que más reflejó el menosprecio por la “independencia de Panamá”, la publicaba Mefistófeles, el semanario colombiano de crítica social de la época, en la figura de un negro, obligado a estar “en cuatro” en el suelo, por la bota vaquera opresora del imperialismo yanki encima de donde termina su espalda, opresor que lleva sus armas de conquista, una enorme bolsa a cuestas con “40 millones” de dólares, y en las manos, una cañonera en la izquierda y un puñal a la nuca del pueblo, en la derecha. El negro forzado a doblegarse indignamente representaba al general Esteban Huertas. Esteban Huertas, nos recuerda Celestino Andrés Araúz, “nació en Úmbita, departamento de Boyacá, en 1876 y falleció en Panamá en 1945. A finales de 1902 fue nombrado comandante del batallón Colombia de guarnición en Panamá. El 3 de noviembre, Huertas cumplió un papel desAtribuirla a la estupidez o a la ambición de los dirigentes de otras naciones, o a la suerte de algún aventurero francés, es ignorar que la posibilidad de existencia independiente de la República de Panamá estuvo a la vista de los istmeños desde que cesó en su territorio la función del Estado indiano. Si los conductores del Estado colombiano no supieron extinguir definitivamente esa posibilidad, haciendo triunfar para siempre la opción de la integración de los istmeños a la nación colombiana, esa es su responsabilidad”. Y, como también nos lo recuerda el historiador santandereano Martínez Garnica, Ramón Maximiliano Valdés fue enfático en 1903 al señalar que el acontecimiento del 3 de noviembre fue “el desenlace lógico de una situación ya impostergable, la solución de un problema gravísimo e inquietante, la manifestación sincera, firme e irrevocable de la voluntad de un pueblo”. Hoy, quizás más que nunca antes, nuestra vida republicana, nuestra soberanía y nuestra independencia se ven amenazadas por la corrupción imperante en la sociedad política y en la sociedad civil nacionales, así como por los apetitos expansionistas, irreverentes e insaciables de una administración extranjera que hace enemigos de sus amigos y amigos de sus enemigos. Digo como el poeta: “Habrá palabras nuevas para la nueva historia, y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde”. Opinión LA AUTORA es doctora en Ingeniería de Proyectos, investigadora y docente en la Universidad Tecnológica de Panamá. EL AUTOR es médico. Sidia Moreno Rojas Pedro Ernesto Vargas Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente y Director Editorial (Encargado) Jorge Molina Mendoza Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Subdirector Asociado Rolando Rodríguez B. Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón Réplica sobre La nota ‘Escándalo en Costa Rica: el abogado que visitaba el Palacio de las Garzas’ San José, 28 de octubre de 2025 Señor Diario La Prensa PANAMÁ Estimados señores: El firmante Randall Chuken Varga, abogado, ciudadano costarricense portador de la cédula de identidad 1-0777-205, vecino de San José C.R., me dirijo a ustedes muy atentamente para solicitar el derecho a réplica con motivo de la inexacta publicación que hizo ese medio, el día 27 de octubre de 2025, titulada: “Escándalo en Costa Rica: el abogado que visitaba el palacio de las Garzas”. En dicha publicación, de manera mal intencionada, se hace referencia a mi persona vinculándome con sociedades panameñas en las cuales supuestamente figuraba como dignataria la señora Teresa de Jesús Riaño Lancheros, insinuando una posible relación con hechos de naturaleza penal. Ante tales aseveraciones infundadas y claramente escritas con una agenda previa, considero necesario y justo ejercer este Derecho a Réplica, a fin de aclarar los hechos y preservar mi integridad personal profesional y familiar. En el año 2007, cuando adquirí las sociedades, era una práctica legal y plenamente reconocida en Panamá, la compra de sociedades anónimas ya constituidas (shelf companies) dichas sociedades eran formadas por despachos de abogados o agentes residentes panameños con el propósito de ser transferidas posteriormente a nuevos propietarios, quienes luego realizaban los cambios de directores o dignatarios, conforme lo autoriza la Ley 32 de 1927 sobre Sociedades Anónimas. El procedimiento legalmente admitido incluía la cesión o endoso de las acciones a favor del nuevo propietario, la remoción de los dignatarios anteriores y nombramiento de los nuevos y la a protocolización e inscripción de los cambios en el Registro Público de Panamá. La compra de sociedades ya constituidas y el cambio de personeros era —y sigue siendo— una práctica societaria válida y transparente, sin implicación alguna de irregularidad. Al adquirir las sociedades en el año 2007, y conformarla con nuevos dignatarios, la señora Teresa de Jesús Riaño Lancheros fue removida de su cargo de dignataria (directora) de las mismas mediante los procedimientos legalmente establecidos e inmediatamente se procedió a sustituirla mediante acta y escritura pública inscrita en el Registro Público, conforme a los artículos 27 y 28 de la Ley 32 de 1927. Aclaro enfáticamente que NUNCA conocí personalmente, ni mantuve relación alguna de carácter comercial, profesional ni personal con dicha señora- Su designación como dignataria se debía únicamente a su papel nominal y temporal, designada por el agente residente en la constitución original de las sociedades. Soy un abogado que me enorgullezco de gozar de buen nombre en mi país, y ciertamente en otros países ya que gracias a mi profesión y bien hacer, tengo clientes que han confiado por años en nuestra persona. Eso de “Abogado misterioso” que su diario escribe en negritas, es tan burdo que prefiero obviarlo. La “visita” al palacio de las Garzas en la Ciudad de Panamá la hice caminando como cualquier turista que recorre ese emblemático barrio, NO visité al Presidente Mulino, NO me reuní ni con él ni con ningún funcionario público y aún si lo hubiera hecho, estaría en mi derecho. Al igual que estoy en mi derecho de conocer presidente Chávez, ¿es ello un delito? No, no lo es. Hablan en el artículo de una “licitación” que aclaro fue sólo una cesión que ni siquiera se dio ¿Que seguiremos trabajando, si, en Panamá, Costa Rica y donde exista una oportunidad de trabajar limpiamente como siempre lo hemos hecho. Por las razones expuestas y en aras de la verdad, solicito la publicación íntegra del presente escrito, en el mismo medio y espacio en que se efectuaron las publicaciones que dieron lugar a esta aclaración. Fundamento la presente solicitud en el artículo 14.1 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, articulo 69 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional. Atentamente, Lic. Randall Chuken Vargas Abogado y Notario [email protected] Nota del editor: Sobre el contenido de la presente réplica, se hacen las siguientes acotaciones: 1. Sobre la adquisición de las sociedades a las que el ciudadano costarricense Randall Chuken hace referencia, este medio jamás ha hecho las aseveraciones que el abogado alude, ni tampoco existe agenda previa, como él afirma. La nota dice que la constitución de las tres sociedades anónimas fue en 2006 y que el quejoso entró en ellas meses después, en calidad de dignatario. No se señala que haya conocido a los dignatarios anteriores, como capciosamente alega. La noticia solo menciona que una de las integrantes de la sociedad, al momento de constituirse, tiene el mismo nombre que una mujer colombiana que fue detenida en una operación policiaca en 2008, en la que se incautaron más de 700 kilogramos de droga. 2. El abogado costarricense alega que su visita al Palacio de las Garzas la hizo “caminando como cualquier turista…”, lo cual sí es una novedad, pues ni a locales ni a turistas se les permite la entrada expedita solo porque caminan por el Casco Viejo. Sus explicaciones sobre supuestas visitas al presidente José Raúl Mulino son enteramente voluntarias, pues la nota aludida no menciona nada de eso, salvo que su fotografía bajando por las escalinatas internas del patio principal del Palacio de las Garzas, de acuerdo con fuentes costarricenses, es de data reciente. * Las réplicas son publicadas tal como son enviadas por su autor. La Prensa no modifica, edita o corrige su contenido.
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