3A La Prensa Panamá, domingo 26 de octubre de 2025 Panorama Las tres etapas que integran la cinta costera así como la calzada de Amador serán rehabilitadas. El Ministerio de Obras Públicas dio inicio a una licitación pública por mejor valor que busca adjudicar un contrato cuyo precio de referencia es por $26.6 millones para el mantenimiento integral, recuperación de estas zonas y sus infraestructuras. La licitación no solo contempla labores superficiales de limpieza y ornato, sino una intervención completa, rehabilitación estructural, supervisión “constante y protocolos operativos en tiempo real”. La cinta costera y la calzada de Amador son reconocidas como símbolos urbanos funcionales y activos, cuya utilización se extiende desde el amanecer hasta la medianoche. Así, la utilización diaria y masiva de este espacio público ya pasa factura a las estructuras. En la zona de juegos infantiles y en los gazebos, por ejemplo, ya se observa el desgaste, y la mayoría de los baños públicos no funciona. Detalles de las obras Las autoridades reconocen en la licitación que la cinta costera y la calzada deben ser vistos como sitios urbanos vivos que requieren un esquema de mantenimiento similar al de un aeropuerto, con respuestas inmediatas, equipos permanentes y supervisión digitalizada. En el caso de la cinta costera, el contrato abarca unos 10 kilómetros continuos de infraestructura entre sus tres fases principales, desde el área próxima a la avenida de los Poetas y el viaducto de la avenida de los Mártires, hasta los accesos más cercanos al puente de las Américas. Por tanto, incluye la rehabilitación y remozamiento de las actuales plazas, ciclovías, estacionamientos públicos, canchas deportivas, zonas infantiles, pasos peatonales, miradores frente al mar, sistemas de riego, iluminación inferior de viaductos, bombas de agua, espacios para skateparks, áreas de sombra y mobiliario público como bancas, pérgolas y bebederos. También contempla la construcción de la nueva fuente Anayansi y un sistema de chorros interactivos. Uno de los puntos más sensibles, de acuerdo al pliego de cargos, es la iluminación, dado que la cinta costera funciona hasta altas horas de la noche y la apertura al paso peatonal depende directamente del buen funcionamiento eléctrico, incluyendo cámaras de seguridad, sensores, tableros de control y luminarias estratégicas en la franja costera. En la actualidad, hay áreas oscuras o poco iluminadas y se ha denunciado el hurto de $26.6 millones para renovar la cinta costera y la calzada de Amador LICITACIÓN PÚBLICA artículos en vehículos. Más tecnología El contrato exige que toda la infraestructura sea inventariada y georreferenciada mediante plataformas digitales de cartografía avanzada, como ArcGIS o QGIS. Esta tecnología no se limita a tener una base visual, sino que obliga al contratista a documentar el estado exacto, ubicación y características técnicas de cada elemento, desde una luminaria hasta un baño público, pasando por adoquines, fuentes, pérgolas o árboles de gran porte, detalla el pliego. Esto permite que el mantenimiento deje de depender de llamadas de emergencia y pase a un esquema autogestionado, casi en tiempo real. La licitación también incorpora el Mirador del Pacífico, una zona que se ha convertido en espacio de eventos multitudinarios y que requiere un esquema de supervisión reforzado durante fines de semana y temporada alta. El pliego deja claro que el contratista deberá responder no solo a labores de limpieza o poda, sino a reparaciones integrales que devuelvan las instalaciones a su estado original o, si es necesario, a una versión modernizada, siempre que ello respete la coherencia paisajística del proyecto. El Causeway En la calzada de Amador se intervendría un tramo de unos cuatro kilómetros, desde la rotonda del BioMuseo hasta la isla Flamenco, donde el Estado exige no solamente restaurar áreas visibles como aceras, vallados o luminarias, sino introducir un sistema de control sanitario, riego paisajístico y modernización de mobiliario urbano que garantice “su funcionamiento sin interrupciones”. Incluye el reemplazo de bancas. En el pliego se especifica que los baños públicos deberán estar atendidos como mínimo cinco días a la semana, los juegos infantiles deberán mantenerse en condiciones seguras, y los estacionamientos públicos deben conservar demarcaciones limpias y visibles. El MOP exige, además, la instalación y supervisión permanente de cámaras de seguridad enlazadas a centros de monitoreo, sin delegar esa responsabilidad a dependencias externas. Uno de los elementos claves es que se requiere presencia técnica fija: personal de plomería, eléctrico, operativo y de respuesta inmediata deberá estar disponible todos los meses, sin depender de avisos reactivos. La licitación obliga a que todos los registros de revisión, reparación o sustitución sean sistematizados digitalmente, lo que permitirá al MOP tener trazabilidad exacta de cada intervención. Las 11 internas fueron guiadas por la Fundación Dame un Chance durante los cuatro meses que duró la capacitación en valores. Cortesía Del dolor al vuelo: la graduación de las mariposas Eliana Morales Gil [email protected] José González Pinilla [email protected] CAPACITACIÓN EN VALORES Jóvenes mujeres del Centro de Custodia Resistencia Femenina comparten sus historias de dolor y redención. La entrada al Centro de Custodia y Cumplimiento Resistencia Femenina conduce a un pasillo amplio que desemboca en un patio interior. Dos puertas metálicas, pintadas de verde turquesa, permanecen abiertas. Sobre el umbral, una frase en letras azules recuerda el propósito del lugar: “La grandeza nace de pequeños comienzos.” La luz se filtra suavemente desde el fondo y todo parece en orden: limpio, sencillo, silencioso. Es el punto de tránsito diario entre la rutina y los intentos de reconstrucción personal que allí habitan. Este sábado 24 de octubre fue distinto. Las 11 internas de la residencia se graduaron en valores. La Fundación Dame un Chance las ha guiado en este proceso durante los últimos cuatro meses. Son jóvenes de entre 15 y 25 años, y están allí por distintas circunstancias: drogas, pandillerismo, homicidios, entre otros delitos. Ahora la escena se traslada a un salón rosado, donde se realizará el acto. En el centro, una cortina azul con estrellas blancas y un árbol pintado en la pared. Del techo cuelgan globos verdes y amarillos. Ellas están sentadas en un grupo de sillas a lo largo del salón. Lucen radiantes. Sonríen. El momento se siente ligero, casi festivo. En sus gestos hay una mezcla de nervios y esperanza. Primero bailaron una canción titulada Sonríele a la vida. Luego, al frente, compartieron con los asistentes lo que las jornadas de aprendizaje con la fundación les habían dejado. Expusieron el dolor, la ansiedad, la infancia marcada, la importancia de la familia, la tristeza, la rabia, pero también la esperanza y el perdón. Se habló mucho del perdón. Estos fueron algunos de los temas centrales en su trabajo final. El semáforo de las emociones María y Patricia expusieron sobre el semáforo de las emociones. Lo dibujaron en una mampara de cartón. Rojo: ira, frustración, enojo, miedo. Amarillo: ansiedad, duda. Verde: alegría, esperanza, felicidad. María siempre se identificó con el rojo. Nunca con el verde. Durante mucho tiempo vivió atrapada en el dolor, en la tristeza, en el miedo. Ese sábado miró al público y las palabras no le salían. Patricia le dio unas palmaditas suaves en el hombro. Desde las filas, sus compañeras le hicieron señas con las manos: que respirara, que no pasaba nada. Y comenzó su relato: “Tenía ocho años. Mi mamá trabajaba en un supermercado. Vivíamos con mis hermanos. También vivía un hermano de mi papá. Él abusó de mí. Cuando tenía 10 años no quería vivir con mi mamá. Le echaba la culpa por todo. La única persona que me entendía era mi abuela. Durante mucho tiempo nadie me podía tocar. Rechazaba los abrazos de las personas”. Pero ahora si abraza. Yo, periodista invitada a la actividad por mi amigo y compañero, José Alejandro Rodríguez, más conocido como Jackson, la escuchaba desde una esquina y pensé que quizá el mundo sería distinto si existieran festivales de abrazos. María siguió hablando, con pausas largas, como quien busca las palabras en un terreno nuevo. En un momento logró decir que ahora transita por el verde. Lloró. El silencio se rompió con aplausos suaves. Perdonar El siguiente grupo de chicas habló del perdón. “Perdonar es liberar al prisionero y descubrir que el prisionero eres tú”, dijo Aurora. Sandra habló del legado. Leyó un texto profundo que escribió:“Comprendí que encerré mi corazón en una jaula, pensando que ya no sentía, y en este lugar confirmé que no era ese cadáver. Aprendí la importancia de cerrar ciclos, regalando mi ausencia a quien no valoró mi presencia”. Rosa se inspiró en la familia. Habló de la empatía, la igualdad, la paciencia, la participación. Habló de los niños y de la importancia de ayudarlos a ser libres. “No hay manual para criar niños”, dijo. Fotos Emilia eligió tratar el tema del poder de la imagen. Mostró varias fotografías de gran carga humana para abordar asuntos sociales complejos: una madre pobre, niños olvidados, un anciano, habitantes de la calle, pobreza. Mientras pasaban las imágenes, lanzaba frases potentes, acompañadas de datos duros:“Panamá está olvidando a sus niños.” “Se ha normalizado la pobreza.” “¿Dónde estás? ¿Qué haces? No los observo… Gobierno.” “¿Pero qué hacemos nosotros por un mejor Panamá?” Nuevamente apareció el perdón con un relato duro. “Me atreví a pedirle perdón a mi mamá y ahora encontré paz.” “Yo no podía perdonar. Quedé con secuelas. Afuera, me dio un ataque de ansiedad. Le pedí a Dios que me guiara. Ahora que estoy aquí, en el centro, entendí que era necesario estar aquí”, contó Silvia. ‘Era mi mejor amigo’ Fue el turno de Rosa. “Cuando tenía 14 años me tocó hacerle daño a mi mejor amigo. Le quité la vida, por complacer a una familia (pandilla). Ha sido una carga muy pesada. No poder dormir. No poder vivir en paz. Ver a su mamá llorar por su hijo. Ella me invitó al entierro, y yo sin poder decirle la verdad ni pedirle perdón.” Lloró. Hizo una pausa. En el salón se sintió un silencio espeso, casi físico, como si el aire también hubiera decidido detenerse. Nadie la interrumpió. Algunas bajaron la mirada, otras la observaron con una mezcla de tristeza y respeto. Cuando por fin levantó la cabeza, alguien aplaudió despacio. “Le conté a mi mamá y me dijo: ‘La verdad, siento que no eres mi hija…’ “Luego habló de renacer, de volar como la mariposa. “Cuando salgamos de aquí, seremos mariposas”. Después sucedió el momento de dar. Ellas entregaron pequeños regalos a los miembros de la fundación. Luego recibieron sus diplomas, se tomaron fotos con toga y birrete, y también bailaron. Y por un momento el aire del salón se llenó de alas invisibles. En enero de 2023, el Ministerio de Gobierno dio a conocer que 707 jóvenes en conflicto con la ley penal recibían apoyo a través de intervenciones socioeducativas. Nota del editor: Los nombres de las jóvenes mencionadas han sido modificados para proteger su identidad. El acto público está previsto para el 17 de noviembre. Al acto de homologación se presentaron 30 empresas. Isaac Ortega
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