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5A La Prensa Panamá, martes 21 de octubre de 2025 Panorama Protesta ante el Minsa de los recién graduados. Anel Asprilla Nuevos médicos: ‘Queremos servir, pero no tenemos dónde’ Aleida Samaniego C. [email protected] SERVICIOS DE SALUD La ausencia de cupos en hospitales del Minsa y de la CSS dejó a 203 egresados sin poder realizar su práctica médica, requisito obligatorio para ejercer en el país. Los médicos recién graduados que se quedaron sin plaza de internado en el último proceso de Viva Voz acudieron ayer al Ministerio de Salud (Minsa) para exigir una pronta solución; sin embargo, no recibieron respuesta inmediata. Las autoridades propusieron retomar la mesa de diálogo el próximo 11 de noviembre, fecha en la que se espera definir los lugares donde los aspirantes podrán realizar su internado. En total, 203 médicos quedaron sin plaza, aunque dos de ellos renunciaron a los cupos que aún quedaban disponibles. La asignación de plazas se realiza por orden de puntaje: quienes obtienen mejores resultados en el Examen de Certificación Básica en Medicina tienen prioridad para escoger el hospital formador del Minsa o de la Caja de Seguro Social (CSS) en el proceso de Viva Voz. El internado médico dura dos años: el primer año se realiza en hospitales de alta complejidad en la ciudad de Panamá y el segundo en hospitales del interior o de segundo nivel, con el objetivo de que los médicos adquieran competencias clínicas diversas. Sin embargo, la capacidad de esos hospitales es limitada: cada interno debe supervisar un mínimo de diez camas para garantizar un aprendizaje adecuado. Si se aceptan más internos sin ampliar la infraestructura, la proporción se diluye y se compromete la calidad del entrenamiento. Disparidad entre egresados y plazas Desde tempranas horas de la mañana, los médicos se concentraron en la plaza 5 de Mayo y marcharon hasta la sede del Minsa, a las faldas del Cerro Ancón. Allí fueron recibidos por Serafín Sánchez, asesor del Minsa; Mayra Abood, jefa del Departamento Nacional de Formación y Capacitación de Recursos Humanos; y Paulino Vigil De Gracia, director nacional de Docencia e Investigación de la CSS. A la reunión también asistieron los diputados Betserai Richards y Yarelis Rodríguez, vicepresidenta de la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional. Rodríguez, diputada independiente, calificó la situación como un problema de planificación estructural, señalando que las universidades están graduando más médicos de los que el sistema puede absorber. “La disparidad entre el número de egresados y las plazas disponibles es lo que ha provocado esta situación. Por eso propusimos establecer una planificación clara: cuántos hospitales hay, cuántas plazas existen y cuántos egresados se proyectan”, explicó. Por su parte, Richards lamentó que los jóvenes tengan que salir a protestar para reclamar un derecho fundamental. “El Estado panameño tiene la obligación de garantizar que los médicos graduados accedan al internado y obtengan su idoneidad”, declaró. También enfatizó que “la falta de presupuesto no puede seguir siendo una excusa” y aseguró que la Asamblea está dispuesta a respaldar con recursos económicos las medidas necesarias para integrar a estos jóvenes al sistema de salud. El ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, explicó que, desde que asumió el gobierno, se ha trabajado con expertos nacionales, médicos y representantes de gremios en una mesa de trabajo para dar solución a la situación. Destacó que su administración logró nombrar a 805 internos en primer año y 704 en segundo, saldando la mora de nombramientos acumulada por gobiernos anteriores. Este año se nombraron 294 nuevas plazas, incluyendo 37 que habían quedado pendientes de procesos anteriores. Paulino Vigil De Gracia, director nacional de Docencia e Investigación de la CSS, indicó que las facultades de Medicina de las universidades privadas no tienen límite para el ingreso de estudiantes —a diferencia de la Universidad de Panamá— lo que ha llevado a que se rebase anualmente la cifra de 800 graduados. Anteriormente, con los egresados del extranjero, el número máximo era de 150 por año. El director nacional de Docencia e Investigación advirtió que, aunque se abren más plazas porque se cuenta con el presupuesto, surge otro problema: la capacidad hospitalaria y docente para recibir a los médicos graduados durante su formación de internado. La problemática revela una tensión entre la demanda de formación médica y la infraestructura disponible en el sistema público de salud. La marcha al Minsa no solo fue un reclamo individual, sino un reclamo colectivo por fortalecer un sistema que requiere urgentemente más espacios, tanto físicos como formativos, para consolidar una atención de calidad. En conclusión, la carencia de plazas de internado para 203 médicos recién graduados no se reduce a una simple demora administrativa: es un obstáculo real para la integración de nuevos profesionales al sistema de salud panameño y una advertencia clara sobre la urgencia de establecer una planificación estratégica en la formación del recurso humano médico. Garantizar que estos profesionales puedan completar su formación en tiempo y forma es esencial —no sólo para ellos— sino para la salud de la población que esperan servir. El empresario Carlos Raúl Piad aspira a la presidencia del Partido Panameñista en una elección interna marcada por la pugna entre la renovación y la continuidad. Su rival es Jorge Herrera, presidente de la Asamblea Nacional y primer vicepresidente del colectivo. Piad, quien se define como un panameñista “sin ataduras”, propone “rescatar al partido de sí mismo”. Su discurso mezcla autocrítica y promesas de reforma interna: “Hemos tenido dos derrotas consecutivas, en 2019 y 2024, y alguien debe asumir la responsabilidad. Si no analizamos nuestros errores, no podemos corregirlos”. El dirigente sostiene que las raíces del problema son estructurales. “De los once miembros de la junta directiva, diez fueron candidatos. ¿Dónde estaban el día de las elecciones? En sus campañas. Ese conflicto de interés debilitó al panameñismo”, explica. Para Piad, la crisis no es solo electoral, sino moral. “Probablemente tengamos que rescatarnos de nosotros mismos, de las prácticas clientelistas que dominan desde hace 15 o 20 años. Hoy muchos preguntan primero qué hay para mí antes de pensar en soluciones. Hemos perdido la discusión ideológica; los grandes temas nacionales ya no se debaten en el partido, sino en la Asamblea”. El empresario asegura que su nómina no incluye diputados ni funcionarios del Legislativo, en contraste con la lista de Herrera, que agrupa a figuras de la Asamblea y gobiernos locales. “Más de lo mismo. No entiendo cómo pueden dirigir el partido y atender al mismo tiempo sus circuitos, comisiones y campañas. Este trabajo no se puede hacer en los ratos libres”, dice. Piad se retiró de sus empresas en octubre pasado para dedicarse por completo a recorrer el país. Su propuesta central es una reforma de los estatutos que prohíba que los miembros de la junta directiva aspiren a cargos de elección popular dos años antes de los comicios. Además, promete transparencia total en el uso de los fondos del subsidio electoral: “Los partidos deben rendir cuentas detalladas. Los recursos del subsidio son dinero de los panameños, no de los partidos”. También se declara firme partidario de mantener al panameñismo en la oposición al gobierno de José Carlos Raúl Piad: ‘El panameñismo necesita rescatarse de sí mismo’ ENTREVISTA Raúl Mulino. “La ciudadanía votó en 2024 para que fuéramos oposición, no aliados del gobierno”, afirma. Rechaza las versiones que lo vinculan con la expresidenta Mireya Moscoso como un puente hacia el oficialismo. “Tengo una amistad con la señora presidenta y le tengo cariño, pero mis decisiones políticas las tomo por mí mismo. Cuando he sido jefe de campaña, nunca pedí permiso a nadie”. Piad dice haber financiado personalmente su campaña interna, con el apoyo puntual de un amigo. “Publicaré la lista de aportes con total transparencia”, asegura. Su mensaje al panameñista de base es directo: “Entiendo la desilusión, pero este es el momento de corregir el rumbo. Si logramos hacer este cambio, el partido estará preparado para 2029”. La elección del nuevo presidente panameñista está prevista para el 23 de noviembre. Ese día —dice Piad— los convencionales decidirán entre la continuidad de las viejas estructuras o una apuesta por la regeneración. “Ojalá voten con convicción y no por necesidad. Ese día no se juega un salario, se juega el futuro de Panamá.” Eliana Morales Gil [email protected] Carlos Raúl Piad. Jean Carlo Mendoza Santiago Peña. Cortesía Asamblea celebra sesión especial por la visita del presidente de Paraguay LEGISLATIVO Eliana Morales Gil [email protected] La Asamblea Nacional celebró ayer una sesión especial a raíz de la visita al palacio Legislativo del presidente de Paraguay, Santiago Peña. La visita del mandatario paraguayo se produce pocos días después de que el presidente José Raúl Mulino sancionara la ley que ratifica la incorporación de Panamá como Estado Asociado del Mercosur, un documento previamente aprobado por la Asamblea Nacional. Fue una sesión especial cargada de simbolismo político y diplomático. El presidente de la Asamblea, Jorge Herrera, abrió la sesión con un discurso de tono solemne en el que destacó la “amistad entre Panamá y Paraguay” y el respaldo del país guaraní al ingreso panameño al Mercosur como país observador. Presentó la visita como un gesto de fortalecimiento institucional y habló de “diplomacia legislativa moderna”. “Panamá valora profundamente el respaldo firme que Paraguay ha expresado hacia nuestro proceso de incorporación como Estado Asociado del Mercosur”, dijo Herrera, subrayando la coincidencia política entre ambos gobiernos. Santiago Peña, por su parte, pronunció un discurso extenso y cuidadosamente estructurado. Desde el inicio se presentó como “un hermano latinoamericano” y apeló a una visión de integración regional basada en la cooperación económica, la estabilidad institucional y la paz hemisférica. Subrayó las “complementariedades” entre Paraguay y Panamá: el primero, con su potencial agroindustrial y energético; el segundo, con su plataforma logística y financiera global.

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