8A La Prensa Panamá, sábado 18 de octubre de 2025 La opinión de Hilde Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. sultado terapéutico desafortunado o un diagnóstico impreciso, sobre todo cuando se ha cumplido con los procesos y procedimientos que dictan las guías y normas de atención. Esto es tan equivocado como pretender inmolar a una persona solo porque no cree en el Dios cristiano o simplemente por pensar diferente. Me queda clarísimo que hay malos médicos, al igual que hay malos ingenieros, malos abogados, malos sacerdotes, malas enfermeras y un largo etcétera. A pesar de ello, estoy convencido de que la mayoría de los profesionales panameños, incluyendo por supuesto al cuerpo Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. El rostro humano del Canal Diálogos Panamá 2000 Bajo este fundamento sui géneris, dibujado sobre un lienzo de soberanía, se desarrolló el primer modelo de administración hecho a lo panameño, en el que el denominado bien común ha sido la esencia del contrato social establecido con la población desde los albores de la naciente administración de la vía acuática. Este bien común —que significa lo bueno, lo valioso, lo que pertenece a todos— ya estaba representado desde la Constitución Política de Panamá, Título XIV, en su artículo 315, como patrimonio inalienable de la Nación panameña, lo que implicaba desde su génesis un vínculo profundo con la identidad nacional. En correspondencia, su Ley Orgánica 19 de 1997, en cuyo preámbulo se define al Canal como pilar del desarrollo humano y socioeconómico del país, abierto a la participación sin discriminación alguna, introdujo sabiamente valores de inclusión, equidad y justicia social. Los arquitectos del nacionalismo panameño no escatimaron esfuerzos en blindar cada vez más la vía, al reconocer en su artículo 6 la responsabilidad ambiental de la Autoridad sobre la cuenca Emilio Messina La inquisición médica panameña Proyecto de mala praxis Al mejor estilo de Torquemada y sus seguidores, algunos diputados y personas de la sociedad civil, con convicción profunda y muy particular —o bien sin ninguna—, se han dado a la tarea de pretender judicializar los malos resultados de la atención médica a través del impulso de una ley contra la mala práctica. A pesar de que esta pretensión legislativa o civil, en la mayoría de los casos, no es más que la percepción de personas disgustadas con algún facultativo o con alguna institución de salud por malos resultados médico-quirúrgicos, es tremendamente injusto considerar culposo un reasí fuera, no tardaría en surgir una petición ciudadana por los malos resultados de la Asamblea Nacional — que son bastantes— o por los desatinos políticos, que sin lugar a duda son otro tanto. Señores diputados: el asunto no es crear leyes “a lo loco y tontamente”. Mejor céntrense, por ejemplo, en mejorar las políticas de equiparación salarial y robustecer los mecanismos de reclasificación y las escalas de los empleados públicos —que bastante falta hace—, o en aumentar de una buena vez el presupuesto de funcionamiento del Ministerio de Salud, para atender con mayor eficiencia, eficacia y holgura a nuestra población, en vez de andar “apagando fuegos” por ahí, como suelen hacer con frecuencia. Estas cosas sí serían tremendos logros, y no inventar una “inquisición médica” pretendiendo judicializar el infortunio. Nada menos, nada más. Opinión EL AUTOR es médico. EL AUTOR es coordinador de la Memoria Histórica del Canal. unidades indivisibles que debían ser protegidas y promovidas; precepto bajo el cual siempre se ha entendido que solo si el desarrollo es sostenible, puede llamarse desarrollo. En una ocasión, durante una entrevista, le preguntaron a la madre Teresa de Calcuta qué era lo más importante en su vida, a lo que ella respondió: “la entrevista que estoy teniendo con usted en este momento”. Dicen que nadie experimenta por cabeza ajena; por eso, hoy una conversación horizontal es necesaria y cada vez más posible. Y qué mejor que sostenerla con los actores principales —sus verdaderos protagonistas: la población. Porque no basta con hablar; hay que estar dispuesto a cambiar de opinión si la razón lo exige. Se cuenta que Jürgen Habermas, filósofo y sociólogo alemán, en una conferencia ante un gran auditorio, colocó frente a él una mesa redonda con varias sillas, pero no se sentó en ninguna. Durante su intervención, alguien le preguntó por qué nadie se sentaba en ellas, y él respondió: “porque la mesa representa el diálogo que aún no hemos tenido”. Como en el relato de Agnes Gonxha Bojaxhiu, verdadero nombre de la madre Teresa, quizás esta sea la conversación más importante que aún no hemos tenido y que sigue latente, esperando por nosotros. Desde la reversión del Canal de Panamá a manos panameñas, hace 25 años, ya existía un vínculo indivisible con el país al pensar en esta obra y su modelo de gestión como una ficción jurídica, entendida como una construcción legal e institucional única que permitió su existencia, operación y soberanía bajo un régimen especial, distinto al resto del orden jurídico nacional. Pero justo lo que la hace diferente es lo que la convierte en una pieza invaluable dentro de la institucionalidad panameña, principalmente por el hecho de que hoy sus atributos no surgieron por generación espontánea, sino de la ciencia, la técnica y el sentido común de un conjunto de panameños que, consensuando criterios y deponiendo intereses, pudieron definir una hoja de ruta en los Diálogos Panamá 2000, que permitió diseñar toda su estructura y funcionamiento: una institución del Estado de la cual hoy nos enorgullecemos como nación. En Panamá ya existen mecanismos jurídicos vigentes para manejar un caso de queja por sospecha de mala práctica, pero cuidado con tildar de “mala práctica” un infortunio que nada tiene que ver con la calidad de la atención. Rafael de Gracia Ruiz Diálogos Panamá 2000 permitió diseñar toda la estructura y funcionamiento de una institución del Estado de la cual hoy nos enorgullecemos como nación. hidrográfica, promoviendo la coordinación con organismos gubernamentales y no gubernamentales. Era un desafío sin parangón, que implicaba una gestión participativa y sostenible. Así lo expresó uno de los negociadores del Tratado del Canal de Panamá, el Dr. Adolfo Ahumada, durante un conversatorio en el icónico Centro de Capacitación Ascanio Arosemena, al afirmar que “no se blindó el Canal, como mal se ha dicho, para protegerlo de los panameños; se aseguró que sus contribuciones al país fueran sostenibles bajo un concepto de rentabilidad, justicia redistributiva y equidad social.” Como en los años noventa, hoy el cuidado es el mismo, e incluso mayor. Por ello, el efecto de demostración de la capacidad de organización de las comunidades de la cuenca del Canal —como ocurre hoy en la denominada cuenca tradicional— es una carta de presentación de que, en proyectos de elevado valor nacional, el Canal de Panamá es, en todo momento, un espejo que refleja el rostro humano de las poblaciones. En el caso del lago que se proyecta para río Indio, no se trata solo del cumplimiento de normas nacionales o internacionales que obligan al Canal a realizar un desarrollo sensible y coordinado con las comunidades. Es que la naturaleza del Canal de Panamá, desde el diseño de su modelo, ya había incorporado en su ADN el valor de la gente y el valor del ambiente como médico, mantiene un alto nivel ético y de compromiso. Respecto al trabajo del médico, hay tres premisas que no podemos soslayar. Primero, el médico se prepara para hacer el bien y no para fastidiar a nadie. Segundo, la medicina no es una ciencia exacta; se basa en las buenas probabilidades, aunque nada es absolutamente seguro. Y tercero, los médicos nos enfrentamos constantemente con la enfermedad, pretendiendo dominar la incontrolable variabilidad biológica. Casi siempre trabajamos contra natura, intentando ganarle la partida a los designios de la vida con los que no estamos de acuerdo. Vale destacar que, en esta última premisa, la ciencia ha avanzado mucho, pero de ninguna manera tenemos el poder de controlar los desenlaces desafortunados, a pesar de los buenos esfuerzos. En Panamá ya existen mecanismos jurídicos vigentes para manejar un caso de queja por sospecha de mala práctica, pero cuidado con tildar de “mala práctica” un infortunio que nada tiene que ver con la calidad de la atención. Si Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente y Director Editorial (Encargado) Jorge Molina Mendoza Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Subdirector Asociado Rolando Rodríguez B. Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==