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6A La Prensa Panamá, martes 14 de octubre de 2025 Celebraciones en Tel Aviv, Israel, tras la llegada de los secuestrados. EFE El hijo que volvió de los túneles: la historia de Eitan Horn Eliana Morales Gil [email protected] MEDIO ORIENTE En medio del vértigo diplomático y militar, retumba la historia de Eitan Horn, de 38 años, y uno de los liberados tras más de dos años de cautiverio en los túneles de Hamás en Gaza. El lunes 13 de octubre de 2025 amaneció con un anuncio que muchos creían imposible: los últimos rehenes vivos retenidos por la organización terrorista Hamás empezaban a ser liberados. En Israel, miles de carteles con rostros envejecidos por el tiempo se resignificaban. En Gaza, se celebraba el alto el fuego. En medio de ese vértigo diplomático y militar, retumba la historia de Eitan Horn, de 38 años, y uno de los liberados ayer tras poco más de dos años de cautiverio en los túneles del movimiento islamista palestino. Hace apenas unos días, su madre, Ruty Strum, compartió su historia con un grupo de periodistas latinoamericanos que viajamos a Israel invitados por la Fundación Fuente Latina para cubrir los actos conmemorativos del segundo aniversario del ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás irrumpió en comunidades del sur del país, y dejó 1,200 muertos, secuestró a 240 personas y provocó una guerra que transformó el mapa político del Medio Oriente. Una entrega bajo tregua Pero antes de entrar en su historia, es preciso poner en contexto los eventos noticiosos de los últimos días. El acuerdo de paz firmado este fin de semana, mediado por Egipto, Catar y Estados Unidos, permitió la liberación de 20 rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos y el compromiso de un alto el fuego. Entre los liberados se encuentran, además de Eitan, Nimrod Cohen, quien fue secuestrado desde un tanque cerca de la frontera con Gaza; Rom Braslavski y Bar Kupershtein, capturados mientras trabajaban en el festival de música Nova, y Evyatar David, Maxim Herkin, Elkana Bohbot, Segev Kalfon, y Yosef Haim Ohana, plagiados también en este festival. En esa lista también figuran Matan Zangauker, raptado en su casa de Nir Oz junto a su pareja; los hermanos argentinos Ariel y David Cunio, capturados en el kibutz Nir Oz y en su casa junto a su esposa y sus hijas gemelas; Avinatan Or, cuya novia fue capturada y rescatada luego en junio de 2024. El presidente estadounidense Donald Trump, pieza central del acuerdo, celebró lo que llamó “una victoria del diálogo y la fuerza moral del pueblo israelí”. En Tel Aviv, un anuncio gigante con su rostro apareció el sábado por la nocha en la avenida Kaplan: “Gracias, presidente Trump”, decía en letras blancas sobre fondo azul. En Gaza, en tanto, el Ministerio de Salud afirma que en los últimos dos años, más de 65 mil palestinos han muerto durante bombardeos producto de la guerra. Una madre y dos nombres En medio de las celebraciones, Ruty Strum vuelve a ocupar el lugar que nunca quiso: el de testigo. Ella no habla de política. Habla de hijos. “El 7 de octubre, hace dos años, a las seis y veintinueve sonó la sirena. Tenemos un refugio en el edificio, bajamos, y pensé: primero veo el WhatsApp de Eitan. No estaba conectado”, recuerda sentada en la biblioteca de un hotel en Tel Aviv. Luego se enteró que sus dos hijos Iar y Eitan, estaban desaparecidos. Desde ese momento, su vida quedó dividida entre los mensajes que no llegaban y las listas que se actualizan con nombres de rehenes. A finales de noviembre de 2023, un oficial del ejército la llamó y le dijo que sus dis hijos estaban vivos. Después se enteró que ambos estaban en los túneles de Hamas en Gaza. En febrero de 2024 Iar fue liberado por motivos médicos, pues tiene principio de diabetes, pero Eitan permaneció en cautiverio. “Ver salir a Iar fue alegría y dolor. No podía festejar sin su hermano. Lo dejaron ahí”, dice. Esa frase, “lo dejaron ahí”, condensa toda la tragedia de este acuerdo que, para muchos, llegó tarde. Ruty cuenta que un día, cuando los túneles de Hamás se derrumbaban por los ataques del ejército israelí, los hermanos corrieron juntos. “Eitan se sentó y dijo ‘seguí vos, yo no sigo’. Iar le contestó ‘si vos no te levantás, me quedo contigo’. Lo levantó del brazo, corrieron”. No hay metáfora, serie o película que iguale esa escena. El regreso Ahora, Eitan regresó. Llegó en una caravana militar que cruzó la franja que separa a dos pueblos, a dos memorias, a una historia que aún no se reconcilia consigo misma. En la base aérea de Hatzor, médicos del ejército revisaron a los liberados. Algunos presentaban signos de desnutrición y estrés extremo. La televisión israelí mostró imágenes de abrazos contenidos, banderas ondeando, lágrimas discretas. La ciudad que espera En la Plaza de los Rehenes, frente al cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel en Tel Aviv, se concentraron cientos de personas al mediodía. Velas, fotos y banderas ocuparon nuevamente el espacio donde durante meses se exigió el regreso de los secuestrados. Allí, los rostros de los liberados fueron reemplazados por carteles con la palabra “Home”, mientras los demás permanecen iluminados por velas. El ambiente, a diferencia de otros días de protesta, fue sobrio. Algunos cantaron el himno nacional, otros guardaron silencio. Un joven con la camiseta del Maccabi Tel Aviv resumió el sentir común: “Es alivio, pero no victoria”. Arbel Yehoud celebró con júbilo el regreso de su novio Ariel. “Mi Ariel ha vuelto a casa y estoy abrumada de emoción y alegría”, dijo en un comunicado hecho público por la sede del Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas. “Dediqué todo mi esfuerzo a la lucha por traer a mi Ariel a casa, por traer a David a casa y por traer de vuelta a todos los rehenes”, narró. Entre la tregua y la incertidumbre El acuerdo fue posible gracias a 72 horas de negociaciones intensas en El Cairo. Fuentes diplomáticas señalaron que la intervención de Trump fue decisiva al ofrecer garantías de seguridad para Israel y presionar a Hamás. Sin embargo, Naciones Unidas y varias organizaciones humanitarias advierten que el cese el fuego podría quebrarse en cualquier momento si no se facilita ayuda a Gaza. En esta historia Eitan Horn es solo uno de veinte nombres que hoy cruzaron la frontera. Detrás de cada uno hay un eco, un trauma y una esperanza. Pero detrás del relato grandilocuente está ella, Ruty Strum, una madre que vivió dos años con la agonía sostenida. Las milicias de Gaza ya no cuentan con rehenes vivos. El acuerdo se gestó en Egipto. En la foto, los protagonistas. EFE Palestinos reciben en Jan Junis, Gaza, a los prisioneros liberados tras su salida de cárceles israelíes . EFE El rehén Matan Zangauker se reúne con su familia en el punto de recepción inicial en Jerusalén. EFE Eitan Horn. Archivo Panorama

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