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8A La Prensa Panamá, lunes 13 de octubre de 2025 El remolcador San Roque en el río Magdalena con sus barcazas o lanchones de poco calado acarreando sacos de cemento, tapados con lonas. Foto, Stanley Heckadon. 1970 Aventuras a lo largo del Magdalena Stanley Heckadon-Moreno Especial para La Prensa [email protected] MEMORIAS En su travesía por el río, el autor narra su viaje de puerto en puerto, vendiendo sacos de cemento, mientras explora los pueblos y la historia compartida entre el Magdalena y el Istmo de Panamá. En el verano de 1970 me gradué de antropólogo en la Universidad de Los Andes, Bogotá. A Panamá envié, vía aérea, mis libros comprados en las excelentes librerías de esta gran ciudad. Ahora debía concretar un plan que venía madurado. Bajar el río Magdalena hasta Barranquilla. En Cartagena abordaría una canoa del comercio costanero con San Blas, donde tomaría una avioneta a ciudad de Panamá. Tras una década de ausencia regresaría a casa. Ansiaba conocer la histórica puerta de entrada al Nuevo Reino de Granada sobre la que había leído en las obras de Fray Bartolomé de Las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo, Antonio Cuervo, Juan Friede y Fray Pedro Simón. Cuánta historia compartida entre este río y el Istmo. El interés se acentuó durante mi trabajo de campo en las Islas de San Bernardo, a 60 millas náuticas al oeste de Cartagena, al estudiar a sus pescadores, muchos de los cuales fueron marineros en el comercio del coco con la llamada Costa del Indio, es decir, San Blas. En Bogotá, a quienes me decían conocer el río, les pedía contarme lo que sabían sobre sus pueblos y gentes, incluyendo el tema de la seguridad. En mi clase de Psicología del Mundo Obrero, dictada por Gerard Van Rossier, un cura belga fumador empedernido, me hizo leer y escribir un informe sobre el libro La Violencia en Colombia, publicado en 1962. Obra de monseñor Germán Guzmán Campos, el sociólogo Orlando Fals Borda y el penalista Eduardo Umaña Luna. Dramática narrativa cuando el país y el Magdalena se tiñeron de sangre tras el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948. Viajaría con poca plata y ligero. Regalé la ropa gruesa, incluyendo una parka que traje de California. En la mochila, llevaba dos mudas de ropa, una bolsita impermeable que flotaba con mi camarita Kowa, comprada en la plaza 5 de Mayo en Panamá, y una libreta de notas. Mi vestimenta consistía en pantalones cortos, una camisa de mangas largas de algodón y guaraches de cuero comprados en Oaxaca, México. Inicié mi diario el domingo 29 de marzo de 1970. Era pleno verano. El río estaría bajo de aguas: La Dorada Tras unos tragos la noche del sábado 28 de marzo con Alvaro Salcedo, estudiante de Los Andes, tomé un bus de la Flota Magdalena, que por 16 pesos me llevó a La Dorada, viaje de cinco horas vía Honda. La carretera sigue el curso del río. Los cantiles pegados al río que corre por la margen derecha. La tierra se ve muy fértil y según se baja de las montañas su valle se van ampliando y el terreno es más plano y amplio. La Dorada, a 890 kilómetros de la desembocadura del río, tiene unos 50,000 habitantes. Actualmente, está en una depresión económica debido a que el Ferrocarril del Magdalena, inaugurado hace unos diez años, asestó un duro golpe a todas las poblaciones a orillas del río. La navegación del alto y el bajo Magdalena Al llegar al río conversé con los braceros que cargan y descargan las embarcaciones, los que quedan, siendo viejos en su mayoría, indicador que los jóvenes ya no quieren dedicarse a este trabajo. Había antes unos 300 braceros aquí, ahora quizás solo quedan unos 100. La navegación en el río se hace en dos tramos. La navegación del bajo Magdalena que llega hasta aquí y la del alto Magdalena de aquí hacia Honda y Girardot. La navegación del alto Magdalena ha cesado por completo. Todos los braceros de Honda, Girardot, etc. quedaron sin trabajo, lo mismo que los de Puerto Salgar que está frente a La Dorada. Aquí llegaba la carga dirigida, más que todo, hacia el Tolima y Antioquia. A Puerto Salgar llegaba la que iba hacia Cundinamarca. Las dos terceras parte de esa mercancía ahora va por el ferrocarril, aunque este último es más caro que por el río. A 16 centavos por tonelada por kilómetro versus 4 centavos por tonelada por kilómetro por el río. Ahora la navegación del bajo Magdalena es hasta Puerto Berrío y Barranca Barrancabermeja y la de arriba es hasta aquí. Hasta La Dorada solo suben los remolcadores con barcazas que pueden llevar hasta 300 toneladas de carga. Las del bajo río pueden llevar hasta 1000 toneladas. La San Roque Al bajarme del bus en La Dorada comencé a preguntar qué nave iba hasta Barranquilla, pero todas iban a puertos intermedios. Me sugirieron probar suerte en un viejo remolcador pintado de verde y aseado, la San Roque. Su capitán tenía fama de gran conocer del río. Fui y le expliqué mi plan. Dijo que tampoco llegaría a Barranquilla. Al comentarle mi hondo deseo de conocer el río y sus pueblos sonrió y dijo que conocía a otro capitán cuya nave sí iba y hablaría con él más adelante. Me apuré a embarcarme, ya que el viaje sería lento, pues iríamos de puerto en puerto vendiendo sacos de cemento. Esto me alegró, pues también quería conocer pueblos famosos por sus canciones, como Plato, cuna de Se va el Caimán, que se va para Barranquilla; o Tamalameque, donde salía La Llorona Loca. Aliviado, abordé con mi mochila, libreta de notas y cámara fotográfica, listo para observar cuanto pudiese. (En la próxima entrega, abordaremos la llegada a Barrancabermeja, el pueblo más caliente del río Magdalena). Gremios empresariales como la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) y la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) manifestaron este domingo 12 de octubre su respaldo a varios proyectos de ley anticorrupción que permanecen estancados en la Comisión de Gobierno de la Asamblea Nacional. Los dirigentes de estas organizaciones hicieron un llamado a los diputados a avanzar con estas iniciativas, señalando que su aprobación es clave para fortalecer la transparencia y la confianza en las instituciones públicas, en un momento en que la opinión pública exige medidas contundentes contra la corrupción. En su carta semanal al país, la CCIAP resaltó que se llevan años hablando de corrupción, pero que esta no se enfrenta con la firmeza adecuada. “Hace una década, este problema apenas figuraba entre las últimas preoGremios empresariales respaldan proyectos anticorrupción PRONUNCIAMIENTOS Ohigginis Arcia Jaramillo [email protected] cupaciones de los panameños; en 2019, ya escalaba posiciones; hoy ocupa los primeros lugares en la lista de inquietudes ciudadanas, seguido del desempleo. Ambas preocupaciones están directamente conectadas: la corrupción erosiona la confianza, frena la inversión local y extranjera, impide la creación de empleos y resquebraja las oportunidades de desarrollo que tanto necesitamos”, destacó el gremio empresarial. El gremio recordó que actualmente existen 13 anteproyectos y 7 proyectos de ley en materia de anticorrupción que permanecen sin discusión en la Comisión de Gobierno, Justicia y Asuntos Constitucionales de la Asamblea Nacional. El Procurador General de la Nación, Luis Gómez, presentó dos de estos proyectos ante la Comisión de Gobierno, que preside el diputado Luis Eduardo Camacho, de Realizando Metas. De acuerdo con la CCIAP, estas iniciativas no son perfectas, pero comparten un propósito fundamental: atacar el principal cáncer de la sociedad panameña. Crece el respaldo También Apede manifestó su respaldo a la iniciativa anticorrupción presentada por el procurador general, orientada a fortalecer al Ministerio Público en el combate de los delitos contra la administración pública. En un comunicado, Apede resaltó que la lucha contra la corrupción no puede esperar y que el Proyecto de Ley 291 —Ley General Anticorrupción—, presentado por el procurador Gómez, marca un punto de inflexión para el país. “No se trata de una simple reforma penal, sino de una apuesta por la eficacia, la transparencia y la rendición de cuentas. El proyecto amplía los plazos de prescripción, regula la colaboración eficaz, fortalece el rol y refuerza la autonomía del Ministerio Público y promueve la cooperación internacional en casos complejos, todo bajo control judicial, garantizando el debido proceso y los derechos de los investigados”, afirmó Apede en su nota. Vale recordar que el proyecto presentado por el procurador busca evitar que las investigaciones penales dependan únicamente de las auditorías de la Contraloría General de la República, institución dirigida actualmente por Anel Flores. Sobre esta propuesta, el presidente de la República, José Raúl Mulino, declaró que no le gusta. No obstante, el gremio empresarial destacó que respalda la propuesta del procurador general “porque sin transparencia no hay desarrollo, y sin justicia no hay confianza”.

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