6B La Prensa Panamá, sábado 11 de octubre de 2025 Daniella junto a su profesor tutor José Quintero. Cortesía Daniella Acosta y su paso por Talenpro por Diana Fernández [email protected] La finalista de TalenPro 2025 nos cuenta cómo la competencia y la escuela de vida la han cambiado de forma artística y personal. Daniella Acosta es finalista en la categoría Mejor Intérprete en TalenPro 2025. Es estudiante del Colegio San Vicente. Asesorada por su profesor tutor José Quintero, Daniella representará a la Zona Este con la canción Cielo Rojo. “Me siento súper feliz, emocionada, agradecida y afortunada con la oportunidad de formar parte de la familia TalenPro, porque no solo es una oportunidad para crecer y expresarme a través del arte, sino que también me permite aportar a una causa social y generar un impacto positivo en la vida de otras personas”, expresó Daniella en una entrevista compartida con ELLAS. TalenPro es un proyecto de la Fundación Puertas Abiertas, creado por la cantautora panameña Erika Ender. Se trata de una iniciativa intercolegial para jóvenes de secundaria en Panamá, que combina la competencia en canto, baile y otras disciplinas con proyectos de impacto social. “Es una plataforma artística creada para que los jóvenes tengamos la oportunidad de demostrar nuestros talentos, poniéndolos al servicio de los demás, mientras recibimos talleres y herramientas que nos ayudan a ser mejores seres humanos”, agregó Daniella. Para la joven estudiante, esta experiencia ha sido mucho más que una competencia. “La escuela de vida TalenPro me ha transformado de manera positiva en todos los aspectos, siempre resaltando que un talento va mucho más allá de lo que se hace en un escenario, porque de qué me serviría tener un gran don si no lo comparto con las demás personas”, reflexionó. Además, destacó que la combinación del talento y el servicio es lo que ha hecho que su participación sea una “experiencia inolvidable”, lo que la ha motivado a dar “lo mejor de sí” siempre. La intérprete destacó que, durante su paso por el programa, ha aprendido el valor del trabajo en equipo y la importancia de mantener los pies sobre la tierra. “Hemos aprendido a trabajar en equipo y, sobre todo, a valorar lo que tenemos por más pequeño que sea; a siempre mantener nuestra esencia con humildad y sencillez para así poder transformar nuestro entorno en algo positivo y real”, agregó. Convencida del poder de la perseverancia, el mensaje de Daniela para otros jóvenes que sueñan con alcanzar sus metas es que “nuestra mayor debilidad es renunciar a las cosas en vez de luchar por ellas. La forma más segura de tener éxito y cumplir un sueño es siendo resiliente e intentándolo una vez más, superando nuestros miedos y transformando el dolor en fortaleza”. La gran final es el próximo domingo 19 de octubre a las 7:00 p.m. en la Arena Roberto Durán. Será transmitida en directo en cadena nacional. “No se lo pueden perder, porque verán todo nuestro recorrido y la transformación que hemos vivido los finalistas durante estos meses, tanto en lo artístico como en lo personal”, concluyó. Lászlo Krasnahorkai. EFE Lászlo Krasnahorkai es el ganador del Nobel de Literatura 2025 EFE [email protected] El Nobel de Literatura ha reconocido esta semana al húngaro László Krasznahorkai “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. La Academia Sueca destacó que el segundo autor húngaro en ganar el premio, después de que Imre Kertesz lo hiciese en 2002, es un “gran escritor épico en la tradición centroeuropea que va desde Franz Kafka a Thomas Bernhard” y cuya obra destaca “por el absurdo y los excesos grotescos”. Maestro del apocalipsis Nacido en Gyula (sudeste de Hungría, 1954), estudió Derecho entre 1973 y 1978, pero acabó dejándolo para alternar distintos empleos como minero y vigilante de seguridad, a la vez que desarrollaba su gusto por la escritura. En 1977 inició sus estudios de Filología Húngara en la Universidad de Budapest y comenzó a publicar en varias revistas literarias. Su primera novela, Tango satánico (1985), relata la historia de un grupo de personas que vive en una granja colectiva abandonada poco antes de la caída del comunismo: fue una sensación literaria en su país y sería llevada al cine una década después, la primera de sus colaboraciones con el director Béla Tarr. Una elección “esperada” y “predecible” La elección de Krasznahorkai fue recibida sin sorpresas en Suecia, y aunque el reconocimiento a su literatura es generalizado, algunas voces critican su designación por ser previsible. Así, la emisora pública Radio Suecia, señaló que el premio era “esperado” y resaltó la complejidad de su narrativa y su estilo “único”.
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