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5A La Prensa Panamá, lunes 15 de septiembre de 2025 Panorama Marcos Young conversa sobre los retos de los servicios de salud de la CSS. Isaac Ortega Marcos Young: ‘La mejora en la CSS es lenta, pero necesaria’ Aleida Samaniego C. [email protected] SERVICIOS DE SALUD En esta entrevista, Marcos Young, director de Prestaciones de la CSS, destaca avances en consultas y cirugías, pero reconoce el rezago histórico y las quejas de los pacientes por la falta de insumos. Los pacientes de la Caja de Seguro Social (CSS) llevan años repitiendo las mismas quejas: la falta de medicamentos, la escasez de insumos, las cirugías pendientes y las citas médicas que, en algunos casos, tardan más de un año en concretarse. Las autoridades reconocen la situación y aseguran que trabajan en cambios dentro de la institución para mejorar la atención. Aun así, la desesperación crece entre los asegurados, que a diario expresan su molestia en redes sociales o directamente en las instalaciones de la CSS, donde la frustración se ha convertido en parte de la rutina. Ante este escenario, La Prensa entrevistó al director nacional de Prestaciones y Salud de la CSS, Marcos Young, quien calificó la atención con una nota de 4.5 sobre 5, reconociendo que la institución arrastra un rezago histórico, con 49 mil procedimientos pendientes y un abastecimiento de medicamentos cercano al 60%. Además, defendió los avances recientes —como el incremento en consultas, cirugías y estudios de laboratorio— y resaltó que ningún hospital privado del país maneja el volumen que asume la entidad. ¿Cómo califica la atención de la CSS en los servicios de salud del 1 al 5? Yo le pondría un 4.5. ¿Por qué? Venimos de una mora histórica en la atención de salud, tanto en el ministerio como en la Caja, y ahora, con la nueva ley, la gente esperaba que mágicamente todo cambiara de la noche a la mañana. Pero la realidad es otra: teníamos un déficit de 49 mil procedimientos y un abastecimiento de medicamentos alrededor del 60%. La situación ahora es diferente, aunque aún requiere mejoras. Dicho esto, también hay que dimensionar lo que se ha logrado. En el primer semestre se realizaron 6 millones de consultas, se dispensaron 14 millones de recetas y se llevaron a cabo 16 millones de exámenes de laboratorio. Ningún hospital privado en Panamá maneja ese volumen. Solo en J.J. Vallarino (Juan Díaz), por ejemplo, se entregan 4.5 millones de pastillas al mes. Esto no sería posible sin el compromiso de miles de funcionarios que trabajan día y noche, aunque, como en cualquier organización, siempre habrá quienes no cumplan al 100%. El mayor reto es el cambio de mentalidad, tanto dentro como fuera de la institución. Sí, hay casos de mala atención, pero no representan a todos nuestros funcionarios. Hoy las consultas han crecido un 10% y las cirugías un 15%, y aun así, si comparamos con los 16 millones de atenciones y recetas que damos al año, las quejas son mínimas. ¿Cómo explica que aún haya pacientes que deban madrugar para conseguir una cita y que, en casos como una resonancia magnética, se les programe hasta diciembre de 2026? Es cierto que todavía vemos casos como esos y estamos trabajando intensamente para corregirlos. Me alegra que se plantee la pregunta, porque hay denuncias en curso, incluso ante el Ministerio Público, para investigar por qué se venden citas o se manipulan los procesos de atención. Eso es inaceptable y debe terminar. Si miramos las cifras, ningún hospital privado realiza el volumen que maneja la Caja: en seis meses se hicieron alrededor de un millón de estudios y se atiende a una población de 2.6 millones de personas. Claro que hay demoras, pero también avances. Esto no es exclusivo de Panamá: en Costa Rica, algunos pacientes del Seguro Social han recibido citas para resonancias hasta el año 2042. En otras palabras, enfrentamos un rezago histórico y los cambios derivados de la nueva ley no se verán de un día para otro. Solo llevamos seis meses de trabajo efectivo; los demás meses se destinaron a ajustar la normativa y los procesos internos. ¿Se justifica que los pacientes no puedan realizarse pruebas, como las de tiroides, por falta de insumos? Por supuesto que los pacientes se están quejando. Durante ocho meses, se recibieron reactivos de química e inmunohistoquímica de manera insuficiente en provincias como Los Santos. Esto se debió a un proceso legal que la administración de la CSS entabló contra una empresa, lo que afectó la realización de estudios como los de azúcar, perfil hepático, tiroides y otros análisis. Salomónicamente, la institución decidió trabajar con dos proveedores mientras se actualizan todos los equipos de laboratorio. La realidad es que la prueba de laboratorio más costosa es la que no se puede realizar, y hubo una gran discusión sobre la transición de química líquida a química seca —la primera usa agua y la segunda no—, y se eligió la opción que garantizaba abastecer la demanda. No intento justificar la decisión, sino explicar que nos vimos obligados a actuar frente a una situación compleja. Si la Caja no hubiera hecho esta inversión, ¿qué habría pasado con los servicios durante la crisis del agua en Los Santos o en la ciudad de Panamá? Los problemas de calidad del agua que enfrenta el Idaan complican aún más la operación de los laboratorios, y la decisión tomada permitió que los servicios continuaran funcionando frente a estas limitaciones. ¿Cuánto es el tiempo de espera de un paciente con problemas de corazón del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid a la Ciudad de la Salud? El tiempo de espera depende del funcionamiento de la red de transporte sanitario. Antes no contábamos con suficientes ambulancias, por lo que se adquirieron 55 unidades; actualmente, alrededor de 30 están en proceso de reacondicionamiento y reparación. Una vez listas, el plan del director general es que cada policlínica cuente nuevamente con una ambulancia para traslados de corta distancia. Además, el aumento de enfermedades respiratorias —como covid-19, influenza A y B, H1N1 y virus sincitial respiratorio— ha incrementado la demanda de traslados, no solo para cardiología, sino también para insuficiencia respiratoria y pacientes oncológicos. Por eso, se optimizan los horarios de traslado: de nada sirve tener una ambulancia parada en un tranque si el paciente está en camilla; buscamos la mayor eficiencia posible. Se está reforzando el personal, especialmente en áreas como Panamá Oeste y Bocas del Toro, donde una ambulancia requiere alrededor de 15 personas para operar 24/7, considerando ausencias y rotaciones. ¿Existen estadísticas oficiales sobre muertes en ambulancias durante traslados del Complejo a la Ciudad de la Salud? Actualmente no se cuenta con estadísticas precisas sobre pacientes que fallecen durante el traslado en ambulancia. Sin embargo, la reorganización de los traslados y la incorporación de más unidades buscan minimizar riesgos y garantizar una atención oportuna. Cabe destacar que no todos los traslados a la Ciudad de la Salud son casos cardiológicos; también incluyen urgencias respiratorias y pacientes oncológicos. La demanda seguirá siendo alta mientras no haya mejoras de infraestructura que faciliten el acceso. Sin la Ciudad de la Salud, estos pacientes habrían tenido que ser atendidos por centros que no cuentan con capacidad para absorber 300 o 400 casos críticos diarios. ¿Por qué ha sido tan difícil conseguir que los profesionales de salud realicen las cirugías de cataratas y cómo están solucionando este retraso? Las cirugías de cataratas han sido históricamente una “deuda” por problemas en la distribución de recursos humanos y la dificultad para conseguir que los profesionales se comprometan con estas áreas, lo que no fue fácil. Ahora, el programa especial para reducir la mora permite operar pacientes en plazos más aceptables (3 meses, cuando internacionalmente se aceptan 6 a 9 meses) y ha incrementado la cirugía electiva en un 11%. Se están pagando incentivos a los profesionales que trabajan fuera de su horario regular para cubrir diferentes áreas, aunque el proceso enfrenta limitaciones por mantenimiento de instalaciones y disponibilidad de quirófanos. Hasta ahora, más de 2 mil pacientes han sido operados y el objetivo es lograr “mora cero” en 18 meses, garantizando que los pacientes sean atendidos dentro de un tiempo razonable según estándares internacionales. Además, se reconoce que el entusiasmo y los incentivos económicos han ayudado a superar resistencias iniciales del personal. Doctor, usted calificó la atención de la CSS con un 4.5 sobre 5, pero muchas personas perciben todo lo contrario. ¿Qué mensaje les da a quienes dicen que el servicio es malo? Yo entiendo perfectamente esa percepción y la decepción que sienten muchas personas. Venimos de años con problemas históricos y de cambios legislativos que buscaban proteger la sostenibilidad económica del país, pero que no resolvían inmediatamente la experiencia diaria de los pacientes. Mi mensaje es doble: primero, pido paciencia a la población mientras seguimos implementando cambios; y segundo, reconozco el compromiso de nuestro personal de la Caja de Seguro Social. Si nosotros, que trabajamos aquí, no damos lo mejor cada día por los pacientes, nadie más lo hará. El cambio más profundo siempre empieza dentro de la institución. Si tuviera que describir el servicio de salud en una sola frase, diría: dignidad. En resumen, a pesar de los progresos en consultas, cirugías y traslados, la CSS sigue bajo la lupa de los pacientes, que reclaman soluciones inmediatas mientras la institución intenta equilibrar avances y expectativas.

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