8A La Prensa Panamá, martes 9 de septiembre de 2025 Quienes viajan al interior del país dan fe del mantenimiento de la vía Panamericana, pero quienes deben usar la Boyd-Roosevelt sufren de su deterioro, causado por el tránsito constante de autobuses, autos, motos, camiones y otros vehículos. El asfalto, que alguna vez cubrió la vía, está tan dañado que obliga a los conductores a “chifear” los huecos producidos por el uso y el abandono, o por las lluvias de los últimos meses. Esto convierte a la arteria en una amenaza para quienes se ven forzados a usarla. A ello se suma un tramo en “ampliación/reparación” que no muestra avances considerables. Algunos sospechan que la lentitud de la obra favorece a los pocos agentes de tránsito presentes, que en vez de regular el tráfico se enfocan en multar a quienes intentan esquivar los huecos. Si terminaran pronto esa obra, habría tiempo y recursos para atender las reparaciones urgentes, lo que aliviaría Bandas: la rebusca ‘cultural’ Tomadura de pelo Vivimos en un país de ficción, en un delirium tremens por abstinencia de criterio y de lecturas. Una de sus manifestaciones más extremas es la aceptación del anteproyecto de ley que propone la creación de un Patronato de Bandas Independientes, al que se destinaría el 0.001% del PIB nominal, con un crecimiento proyectado del 6% anual. Le llaman «movimiento cultural» y «economía creativa». Un disparate. Los de siempre —RM, PRD, CD, Alianza— le dieron su sí; y los de ahora —MOCA, Vamos— se abstuvieron, ese voto tibio de quienes nadan y guardan la ropa. La comisión de Educación morirá de cobardía por discutir frivolidades. A ver si nos organizamos los escritores panameños, que llevamos desarrollando nuestro «movimiento cultural» desde antes de la fundación de la República. El que quiera «género bandero», que se lo pague. El que quiera desfilar disfrazado y derrochar su dinero en «patriotismo» cada noviembre, que lo financie: nadie está obligado a honrar a la patria con gastos innecesarios. Los que venden toda esa parafernalia —los de siempre— nos han hecho creer que, si no gastas así, no eres «panameño». ¡Basta ya de manipulaciones «culturales»! Ojalá practicáramos la cultura del respeto y la honestidad. ¿Qué tal la buena costumbre de inaugurar una escuela cada «mes de la patria», con todo lo que necesita? Pero no hay plata para eso, claro: qué locura. En cambio, sí tenemos, como poco, 863 mil dólares para financiar bandas. Puro delirio corrupto que demuestra que, como sociedad, estamos «fuera de la cama de los perros». ¿Por qué poner dinero público primero y luego levantar fondos privados? Hágalo al revés, Beni Jr., y cuando lo tenga organizado, veremos si conviene beneficiar a más de 25 mil personas —pobres— que integran unas 60 bandas independientes y que, según se dice, no tienen dinero para expresar su cultura. Hay que ser muy caradura para proponer semejante engaño, y tener pocas luces para abstenerse ante esta tomadura de pelo «cultural». El despertar de la medicina: un nuevo paradigma para el cuerpo y el alma Neurociencias ponsables de enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, digestivas e incluso oncológicas. El psiquiatra Bessel van der Kolk, en su obra El cuerpo lleva la cuenta, demuestra cómo los traumas emocionales, especialmente en la infancia, reconfiguran la estructura cerebral, generan disociaciones crónicas y se somatizan como dolor físico, enfermedades gastrointestinales o afecciones respiratorias. Estudios de neuroimagen del Hospital McLean revelan que el trauma temprano reduce el volumen del hipocampo y altera la conectividad entre regiones cerebrales críticas para la regulación emocional. Bruce Lipton, pionero en epigenética, sostiene que nuestras percepciones — no solo nuestros genes— regulan la expresión genética. Investigaciones publicadas en Nature Reviews Genetics (2019) confirman que factores ambientales y psicológicos pueden activar o silenciar genes específicos, impactando directamente en nuestra biología. Sanar ya no puede definirse como la simple desaparición de un síntoma. Sanar es un proceso multidimensional: recuperar la conexión con uno mismo, resignificar el dolor, restaurar relaciones y encontrar sentido incluso en la enfermedad. No todos los cuerpos se curan, pero todos los seres humanos pueden sanar algo en su historia. El nuevo paradigma reconoce que el síntoma puede ser un lenguaje. El insomnio puede hablar del miedo a lo no resuelto; la migraña crónica, de la autoexigencia internalizada; el colon irritable, de la respuesta corporal al control, Julio César Barría Manejando en la Transístmica Mantenimiento El pasado domingo manejé por la vía Boyd-Roosevelt (Transístmica) hacia Las Cumbres, como lo hago regularmente desde hace casi seis meses, y quiero compartir esta experiencia que, día a día, viven miles de panameños: no solo padecen una vía severamente deteriorada, sino también la imprudencia en la conducción de vehículos. La Transístmica, como popularmente se le conoce, fue en su momento la principal vía de comunicación entre las ciudades de Panamá y Colón, beneficiadas por su posición estratégica en la entrada y salida del Canal de Panamá. Hoy, aunque sigue siendo importante para el comercio mundial, ha tenido que compartir protagonismo con rutas más modernas y expeditas. Sin embargo, para quienes residen o estudian en Panamá Norte, San Miguelito y áreas vecinas, continúa siendo una de las pocas alternativas básicas para movilizarse hacia y desde el centro financiero y comercial de la capital. el dolor de cabeza de quienes transitan diariamente. Es un consejo al oído de quienes tienen la responsabilidad. Aprovecho para señalar que no solo en esta vía, sino en todo el país, pareciera que las licencias de conducir se reparten como en “cajitas felices”. Falta respeto, solidaridad y valores básicos al volante. A veces da la impresión de que los niños en “carritos locos” de feria manejan mejor que muchos conductores. La Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre también tiene su cuota de responsabilidad, pero de allí a pensar que se puede hacer lo que se quiera, mientras no nos atrapen, es inaceptable. Y cuidado si el auto es grande y caro: muchos de sus dueños creen tener privilegios y estar por encima de la ley, alardeando de sus “padrinos”. Ojalá quienes deben construir o reparar la Transístmica lo hagan de una vez por todas, y quienes la utilizamos lo hagamos con más responsabilidad y sentido común. Asimismo, que los agentes de tránsito entiendan que su función principal es ayudar a que la circulación sea más fluida, en lugar de enfocarse únicamente en imponer multas que ni corrigen ni previenen, pero sí alimentan la corrupción que tantos hemos sufrido. EL AUTOR es escritor. EL AUTOR es dirigente cívico y analista político. EL AUTOR es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación y estudiante de Medicina. Pedro Crenes Castro la ansiedad o la represión emocional. No se trata de culpar, sino de comprender. Se habla mucho de “humanizar la medicina”, pero esta frase suele quedarse en buenas intenciones estéticas. El verdadero desafío no es humanizar lo existente, sino construir una medicina verdaderamente humana desde sus cimientos. Esto implica cambiar las preguntas. En lugar de preguntar únicamente “¿qué tienes?”, comenzar a preguntar: “¿qué te ha pasado?”, “¿qué necesitas expresar?”, “¿qué parte de tu historia aún no ha sido escuchada?”. Implica formar médicos que no teman mirar el dolor de frente, que no se escondan tras tecnicismos y que comprendan que escuchar también es una intervención clínica. La medicina del alma no niega la ciencia: la amplifica. Un médico que puede recetar un antibiótico y, al mismo tiempo, sostener el llanto de su paciente sin interrumpirlo, está practicando la medicina del siglo XXI. Un clínico que integra cuerpo, mente y espiritualidad no hace magia: devuelve al ser humano su totalidad. Este nuevo paradigma exige también una ética distinta: la ética de la presencia, de la compasión y de la humildad. Una ética que reconozca que el médico no es un dios ni el paciente una máquina rota. Ambos son seres humanos en un encuentro, y en ese encuentro puede surgir algo profundamente curativo. La enfermedad deja de ser enemiga para volverse maestra; el dolor se convierte en guía, y la consulta en un acto sagrado para el cuerpo, el alma y la vida de ambos. No basta con salvar vidas. Necesitamos devolver vida a las vidas. Y para eso, la medicina debe despertar. Durante más de un siglo, la medicina moderna ha construido su poder sobre una lógica profundamente mecanicista: el cuerpo como una máquina que debe ser reparada, la mente como una función secundaria y el alma como un residuo poético, irrelevante en el laboratorio. Sin embargo, una corriente silenciosa, pero imparable, está despertando dentro de hospitales, laboratorios, consultas y aulas de medicina. No es una moda ni una pseudociencia: es una revolución epistemológica que está reconfigurando lo que entendemos por salud, enfermedad y sanación. Este despertar nos invita a mirar más allá de los biomarcadores y protocolos estandarizados. Nos recuerda una verdad que incluso las civilizaciones antiguas comprendían sin tecnología: el cuerpo y el alma no pueden tratarse por separado porque nunca estuvieron separados. Las neurociencias, la epigenética, la psiconeuroinmunología y la biología del trauma han comenzado a tejer una narrativa distinta, más profunda. Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (2012) demostró que el estrés psicológico crónico acelera el envejecimiento celular y aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Investigaciones del Instituto Nacional del Cáncer confirman que el estrés emocional sostenido modifica el sistema inmune, altera el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal y desencadena procesos inflamatorios crónicos resQuienes viajan al interior del país dan fe del mantenimiento de la vía Panamericana, pero quienes deben usar la Boyd-Roosevelt sufren de su deterioro, causado por el tránsito constante de autobuses, autos, motos, camiones y otros vehículos. Juan B. McKay Estudios de neuroimagen del Hospital McLean revelan que el trauma temprano reduce el volumen del hipocampo y altera la conectividad entre regiones cerebrales críticas para la regulación emocional. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente y Director Editorial (Encargado) Jorge Molina Mendoza Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Opinión
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==