8A La Prensa Panamá, lunes 8 de septiembre de 2025 José Manuel Terán, exministro de Salud durante la administración de Mireya Moscoso (1999-2004). Elysée Fernández Exministro de Salud califica de populista proyecto de salud 24/7 Aleida Samaniego C. [email protected] ENTREVISTA El proyecto de ley 19 busca garantizar salud 24/7 en Panamá, pero José Manuel Terán advierte que su implementación es inviable por falta de planificación, recursos e infraestructura. El proyecto de ley 19, que busca garantizar servicios de salud las 24 horas, los siete días de la semana en todo el país, y que actualmente se discute en una subcomisión de la Comisión de Salud, Trabajo y Desarrollo de la Asamblea Nacional, representa una aspiración para miles de panameños que dependen del sistema público de salud. La iniciativa, presentada por el diputado independiente Betserai Richards, resulta atractiva a primera vista y ha sido recibida con beneplácito por la ciudadanía. Sin embargo, el texto no detalla los mecanismos concretos para su ejecución ni indica cómo se financiarán los recursos humanos e infraestructura necesarios. Para conocer la viabilidad del proyecto, La Prensa entrevistó al exministro de Salud José Manuel Terán, quien dirigió el ministerio entre 1999 y 2001 y cuenta con amplia experiencia en gestión sanitaria y planificación de políticas públicas. ¿Considera que Panamá tiene la capacidad real — presupuesto, médicos e infraestructura— para garantizar salud 24 horas, los siete días de la semana, en todo el país? Sería lo ideal, pero, en este momento, Panamá no cuenta con la capacidad. El proyecto suena atractivo y es bien recibido por la ciudadanía, pero si no viene acompañado de una ejecución presupuestaria clara y de los recursos humanos necesarios, se quedará en una propuesta populista. Peor aún, podría generar mayor insatisfacción ciudadana al no poder cumplirse en la práctica. No es solo cuestión de voluntad política; es una cuestión de logística, de recursos, de planificación y de coordinación. Para cumplir con la promesa de servicios 24/7, necesitaríamos personal médico y técnico especializado disponible en todo el territorio, algo que hoy no existe en la magnitud que demanda esta iniciativa. ¿Quién pagará la cuenta de extender los servicios de salud: el Estado, los pacientes o los trabajadores, como advierten algunos dirigentes? El Estado, definitivamente. Así lo establece el propio proyecto de ley, que señala que será el Ejecutivo quien lo reglamente. Ahora bien, en materia de salud, las necesidades son infinitas y los recursos muy limitados. Si consideramos la cantidad de instalaciones que se pretende incluir, hablar de una implementación real resulta prácticamente imposible. No se trata solo de financiar más centros; también hay que mantener el personal, equipamiento, insumos y programas de atención continua. Si esto no se planifica con base en cifras reales, lo único que lograremos será crear expectativas que no podrán cumplirse, lo que generará descontento y frustración entre la población. ¿Por qué el Ejecutivo debe asumir esta responsabilidad? Tuve la oportunidad de revisar algunas estadísticas. Según el proyecto, la medida impactaría directamente a centros y puestos de salud, en total 758 instalaciones que deberían funcionar de 7:00 a.m. a 7:00 p.m. Pero la propuesta va más allá: establece que, en cada región de salud —que no necesariamente coincide con las provincias— el Estado debe garantizar al menos dos instalaciones de segundo nivel abiertas las 24 horas. Con estos cálculos, Panamá necesitaría construir aproximadamente ocho hospitales adicionales en distintas regiones para cumplir con la ley. Esto no se puede realizar en el plazo perentorio de seis meses que se plantea para su entrada en vigencia. Además, de los 758 puestos de salud, subcentros y centros, un total de 156 no funcionan actualmente en el país, según datos del Ministerio de Salud (Minsa). Aunque es un anteproyecto bien intencionado, resulta irrealizable sin un sustento financiero sólido y sin el recurso humano necesario. La responsabilidad del Ejecutivo es inevitable, porque solo el Estado tiene la capacidad legal y administrativa de reglamentar, financiar y supervisar esta iniciativa a nivel nacional. Sin embargo, esto requerirá muchos recursos y tiempo, y la satisfacción del paciente probablemente tardará años en lograrse, considerando la falta de personal especializado y la necesidad de construir ocho nuevos centros y duplicar otros. ¿Entonces no resulta viable la propuesta? No, no es viable. Por eso los anteproyectos de ley deben estar realmente sustentados. La primera fuente debe ser el Minsa; los datos están disponibles públicamente en su página web, con estadísticas de 2024. Ahí se puede diferenciar claramente entre una propuesta congruente y otra llena de retórica que, al final, no tiene posibilidades de ejecutarse. La idea de servicios de salud 24/7 es positiva, pero, sin un plan de recursos humanos, infraestructura, financiamiento y supervisión, se queda en una promesa vacía. Además, la satisfacción del paciente no se logra de manera inmediata; requiere años de consolidación del sistema, seguimiento de indicadores y ajustes permanentes. ¿Qué deberían hacer los legisladores para que un proyecto de salud sea realmente viable? Cualquier anteproyecto debe venir acompañado de un análisis técnico y financiero sólido. Esto incluye una evaluación de la capacidad del personal médico, la cantidad de hospitales y centros requeridos, el presupuesto disponible y los tiempos de implementación realistas. Además, es fundamental priorizar regiones con mayor déficit de servicios y ajustar las metas de acuerdo con los recursos existentes. Solo así se puede transformar una buena intención en un proyecto ejecutable y sostenible. ¿Por qué es importante planificar la formación de personal de salud a largo plazo? La formación de profesionales de la salud requiere tiempo: desde la educación básica hasta especializaciones, hablamos de más de 15 años. Por eso, cualquier plan debe ser estratégico, no limitado a un gobierno o a un quinquenio. Esto asegura que tengamos suficientes médicos y especialistas para cubrir las necesidades del país en el futuro. Actualmente, ¿cuál es la situación del recurso humano en salud en Panamá? Existe una escasez notable de especialistas. Por ejemplo, contamos con muy pocos neurólogos y neurocirujanos. Esto demuestra que debemos formar más especialistas y garantizar que todos los médicos estén capacitados y comprometidos con el sistema, incluyendo la rendición de cuentas y la medición de resultados. ¿Qué responsabilidad tiene el Estado en la formación y regulación de profesionales de la salud? El Estado tiene la obligación de asegurar que los médicos completen los dos años de internado obligatorios, para que puedan ejercer dignamente en todo el territorio. Además, debe planificar la educación y formación de manera integral, de forma que haya suficientes profesionales capacitados para sostener el sistema de salud. ¿Qué papel juegan la medición de resultados y la planificación financiera en la salud pública? No estamos acostumbrados a medir resultados ni a calcular cuánto cuesta realmente una atención en salud. Para que el sistema funcione, debemos conocer estas cifras y planificar los recursos humanos, infraestructura y presupuesto necesarios, basándonos en datos reales y no en improvisaciones. ¿Qué sucede con los planes de salud a largo plazo, como el Libro Blanco? Muchos planes, como el Libro Blanco, han sido elaborados con estudios exhaustivos, pero pierden continuidad con cada nuevo gobierno. La clave es retomar estas propuestas sólidas y adaptarlas, asegurando seguimiento y continuidad política para que se conviertan en proyectos sostenibles. ¿Cómo debería ser el sistema sanitario panameño hacia 2040 o 2050? Debe ser un sistema integral, competitivo y planificado. Esto incluye una formación de recurso humano adecuada, infraestructura suficiente y un presupuesto sostenido. Solo así podremos garantizar servicios de calidad y cobertura en todo el país, sin depender de soluciones temporales o promesas incumplidas. Perfil del entrevistado Cargos desempeñados: •Médico de atención primaria con enfoque en estilos de vida saludables, incluyendo salud integral, nutrición y actividad física. •Miembro de la Junta Directiva de la Clínica Hospital San Fernando, Panamá. •Ministro de Salud de la República de Panamá. •Miembro de la Junta Directiva de la Caja de Seguro Social y del Comité Económico Nacional. Aleida Samaniego C. [email protected] El proyecto detectará hasta 10 microorganismos asociados a estas enfermedades en distintos grupos poblacionales. Archivo Nuevo estudio busca revelar prevalencia real del VIH y otras ITS en Panamá SALUD SEXUAL Una investigación sobre la “Prevalencia de las Infecciones de Transmisión Sexual y VIH/sida” en la población general y en grupos vulnerables será realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP) y la Aids Healthcare Foundation (AHF Panamá). El proyecto detectará hasta 10 microorganismos asociados a las infecciones de transmisión sexual (ITS) en distintos grupos poblacionales, incluidos estudiantes universitarios y comunidades vulnerables. La información obtenida contribuirá a diseñar programas de educación y prevención más efectivos. Así quedó plasmado en un memorando de entendimiento firmado entre el rector de la UP, Eduardo Flores Castro, y la coordinadora de AHF-Panamá, Natasha Dormoi. Flores Castro destacó la importancia de fortalecer la investigación en salud, particularmente en el ámbito de las enfermedades de transmisión sexual. La decana de la Facultad de Medicina de la UP, Oris Lam de Calvo, señaló que para la Universidad de Panamá y la Facultad de Medicina es un “honor y orgullo” que AHF —con presencia en más de 40 países— considere al país y a la institución para este estudio, en el que participará el Departamento de Microbiología. La profesora titular del departamento de Microbiología Humana, Nora Ortiz de Moreno, explicó que el equipo ya se ha organizado para estudiar la situación de las infecciones de transmisión sexual en Panamá, a pesar del conocimiento sobre sus causas, prevención y tratamiento, los casos siguen aumentando. El memorando contempla además otras acciones, como actividades de extensión y promoción de la salud, congresos de actualización científica, atención a poblaciones vulnerables, giras asistenciales en distintas regiones del país y el impulso a la producción académica del personal docente mediante libros, guías de atención primaria, artículos científicos y publicaciones especializadas. Dormoi subrayó que la firma del memorando sella un compromiso con la educación, la innovación y, sobre todo, con las personas a quienes sirven. Destacó que la investigación servirá de guía para orientar políticas de salud, fortalecer la prevención y mejorar la atención integral de la población panameña. “Queremos que este proyecto sea un puente para que la ciencia y la acción social caminen de la mano, y que estudiantes, investigadores y profesionales lleven sus conocimientos del aula y del laboratorio al terreno”, destacó Dormoi. El estudio permitirá establecer datos precisos sobre la prevalencia de ITS y VIH/ sida, sirviendo como guía para futuras políticas de salud, fortaleciendo la educación, la prevención y la intervención directa en las comunidades más vulnerables del país. Panorama
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