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5A La Prensa Panamá, jueves 28 de agosto de 2025 Panorama as, ineficiencia y hoja de ruta ón deficitaria. El 74% de la población recibe agua de forma desigual, exigiendo inversiones urgentes y mejor planificación urbana. namá) coincidieron en que la crisis hídrica exige inversiones urgentes, mejor gobernanza, innovación tecnológica y coordinación iento urbano. Elproblema de acceso a agua potable en muchas comunidades en Panamá, escuelas, hospitales y áreas remotas tiene en las nuevas tecnologías una herramienta aliada para crear soluciones prácticas y amigables con el medioambiente. Durante el Foro de Agua 2025 organizado por La Prensa, expertos en el tema analizaron en el panel ‘Soluciones para un futuro azul: innovación, tecnología y acción ciudadana’ distintas propuestas y casos de éxito que ya se aplican en el país para dar respuesta a la crisis hídrica. Desde prácticas empresariales responsables con la reutilización del agua, hasta el desarrollo de tecnología para la recolección de agua de lluvia, cosecha de agua y el uso de la inteligencia artificial, aplicaciones y análisis de datos en tiempo real, están al servicio del país y la comunidad indicaron expertos. Francisco De Arco, fundador de Rainwater, planteó un panorama crítico. “Todavía mueren niños por ingerir agua de mala calidad”, alertó al exponer que el acceso a agua potable sigue siendo un reto en comarcas indígenas y comunidades rurales. Recordó que, mientras construir una planta potabilizadora puede costar más de 200 millones de dólares, instalar un sistema de captación de agua de lluvia cuesta apenas 25 a 30 dólares por persona. Entre los resultados más impactantes, De Arco destacó que ya se han captado más de 25 millones de litros de agua de lluvia, beneficiando a 60 escuelas y comunidades en Panamá. “Con menos de 3 millones de dólares logramos que decenas de escuelas tengan acceso permanente a agua de calidad”, subrayó. Esta solución ha permitido reducir la deserción escolar, garantizar huertos educativos y fortalecer la seguridad alimentaria con sistemas de riego eficiente y energías renovables. El especialista recordó que el agua de lluvia es un recurso seguro y subutilizado: “Cuando cae del cielo, viene transparente. Es agua de alta calidad, tanto que en algunos países se embotella como agua gourmet”. Explicó que con sistemas de almacenamiento que alcanzan hasta un millón de litros, varias escuelas en Panamá ya cuentan con autonomía de 4 meses en época seca, evitando cierres por falta de agua e incluso ahorrándole al Estado cerca de 14 millones de dólares anuales en distribución de cisternas. Tecnología y datos en tiempo real Durante su intervención, Rocío Vega, CEO de Esri Panamá, resaltó cómo la tecnología de punta y la inteligencia geográfica se han convertido en herramientas esenciales para la gestión eficiente del agua en Panamá y el mundo. Explicó que, gracias al uso de sensores, satélites y plataformas de análisis, hoy se cuenta con un verdadero “sistema nervioso” capaz de generar datos en tiempo real sobre el ciclo hídrico, permitiendo un monitoreo mucho más preciso de los caudales, la cobertura vegetal y la calidad del recurso. La CEO de Esri Panamá destacó además el papel de la inteligencia artificial y la analítica avanzada de datos, que han transformado el acceso a la información hídrica. Con estas tecnologías es posible no solo entender el presente, sino también anticipar escenarios futuros a través de modelos predictivos, gemelos digitales y pronósticos de caudales con hasta 10 días de anticipación. Esto representa un avance sin precedentes para la planificación territorial y la formulación de políticas públicas basadas en evidencia. Innovación: proponen cosecha de agua Reyna Katiuska Hernández [email protected] Katiuska Hernández, moderadora; el consultor Leyson Guillén; Rocío Vega, de Esri Panamá y Francisco De Arco, de la fundador de Rainwater. Anel Asprilla Ilya Espino de Marotta y el economista Eric Ferrer. Elysée Fernández Río Indio: embalse, reasentamientos y seguridad hídrica en Panamá Yolanda Sandoval [email protected] En Panamá, más de la mitad de la población depende del agua de los lagos del Canal, la misma que permite que grandes barcos crucen el istmo y que las ciudades mantengan su ritmo diario. Ante esta doble responsabilidad, el Canal de Panamá ha puesto en marcha un ambicioso plan para asegurar el agua para la población y para el tránsito marítimo. Se trata del proyecto más importante después de la ampliación del Canal, que implica la construcción de un embalse en Río Indio y que se espera garantice agua suficiente para los próximos 50 años. Este embalse, además de su relevancia hídrica, trae consigo tensiones sociales, dado que requiere el reasentamiento de comunidades y la reorganización de actividades productivas en la zona. Ilya Espino de Marotta, subadministradora de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y responsable del plan, participó en el Foro del Agua, organizado por La Prensa, para explicar las necesidades de infraestructura y la importancia estratégica de garantizar el suministro hídrico. Durante su intervención, AGUA 2025 reconoció que el crecimiento demográfico ha ejercido una presión creciente sobre los recursos de agua potable: en 2012, Panamá ya había alcanzado el nivel de consumo que se había proyectado para 2025. “El cambio climático también nos impacta; el 2023 fue el año más crítico, donde tuvimos que reducir los tránsitos diarios de barcos, de 36 a 24, para proteger el consumo de la población”, recordó Marotta. Para enfrentar este desafío, el Canal avanza con el proyecto de río Indio, una obra de $1,500 millones que garantizará agua por los próximos 50 años. Este embalse abarcará 4,600 hectáreas y llevará agua por gravedad hasta el lago Gatún a través de un túnel de 9 kilómetros. Aunque es diez veces más pequeño que Gatún, su gran profundidad le permitirá almacenar la misma cantidad de agua útil. Como parte del desarrollo del proyecto, 550 familias serán reasentadas según su elección, recibiendo nuevas viviendas, títulos de propiedad y la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida. “Escuchamos a las comunidades para que su patrimonio y vida familiar se mantengan. Pueden permanecer en la cuenca o reubicarse donde decidan”, detalló Espino de Marotta. El Canal ha implementado plataformas participativas y un censo socioeconómico para asegurar que cada familia reciba un plan justo de compensación. Pero el proyecto de Río Indio no ha estado exento de controversias. La Coordinadora Campesina por la Vida contra los Embalses afirma que la cuenca enfrenta su mayor amenaza ante el apetito insaciable de agua. Por su parte, la ACP ha estado llamando al diálogo con todas las comunidades y organizaciones involucradas para explicar el alcance del proyecto y desmitificar algunos puntos. En el foro, cuando Espino de Marotta habló del impacto económico de la obra, indicó que la construcción generará 1,500 empleos directos y beneficiará a más de 10,000 habitantes de la cuenca. También abordó el tema ambiental: en Río Indio se plantarán 50 hectáreas de árboles en 12 comunidades, se mejorarán acueductos rurales, se instalarán paneles solares en 16 escuelas y se apoyará a productores locales. “El proyecto no solo asegura agua, sino que fortalece el desarrollo social, educativo y económico de las comunidades, garantizando la operación confiable del Canal y el bienestar de la población”, concluyó Espino de Marotta, subrayando la importancia de la cooperación interinstitucional con los ministerios de Educación, Salud y Obras Públicas para lograr un impacto sostenible en toda la cuenca. sos se utilizan para abastecer asentamientos informales donde el Idaan no puede invertir hasta que se regularicen los terrenos. Este año, la factura en cisternas ya alcanza 8 millones de dólares. En Tocumen, Panamá; y David, en Chiriquí, este mecanismo debería responder a medidas temporales, mientras avanzan los proyectos de mejora en las redes. En materia de eficiencia, Villarreal anunció la adquisición de 25,000 nuevos medidores que reemplazarán equipos que ya superaron su vida útil, con el objetivo de reducir pérdidas, combatir las conexiones ilegales y avanzar hacia la meta del 100% de micromedición. $104 millones de inversión en plantas La entidad también ejecuta un plan de rehabilitación de 20 plantas potabilizadoras en todo el país, con una inversión superior a 104 millones de dólares. Esta inversión responde a que se constató que las 55 plantas trabajaban, en promedio, al 75% de su capacidad, lo que limita la eficiencia en la gestión del agua. Asimismo, Villarreal destacó que se desarrolla un plan de mantenimiento de la red de distribución y de los equipos, con miras a frenar el deterioro acumulado. Un ejemplo es la modernización de la planta de Chilibre, que contempla la sustitución de válvulas principales y la optimización de procesos de potabilización. Pero cada mantenimiento trae consigo un costo alto: implica parar la planta, dejar sin agua a miles de personas en algunas zonas y, en no pocas ocasiones, reanudar el suministro muchas horas después de lo programado, con el malestar ciudadano que ello conlleva. Los trabajos en Chilibre comprenden tres fases: la primera, el cambio de compuertas, rejillas y bombas; la segunda, la rehabilitación de la subestación eléctrica; y la tercera, la modernización integral de la planta. Aunque estas labores han implicado paradas programadas, se busca garantizar un servicio más estable y eficiente en el futuro. Esta potabilizadora abastece a 1.6 millones de usuarios. Villarreal reconoció que los años de falta de inversión no podrán resolverse de inmediato, pero aseguró que los proyectos en ejecución dejarán una hoja de ruta para que futuras administraciones continúen el esfuerzo. “El agua no puede esperar”, recalcó, insistiendo en la necesidad de dar continuidad a las políticas de gestión hídrica.

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