7A La Prensa Panamá, miércoles 27 de agosto de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Casos verdes: no son urgencias reales. Casos amarillos: pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o problemas cardíacos que, por falta de control, llegan con complicaciones. Casos rojos: urgencias verdaderas. Este modelo desorganizado impide al médico general dar un seguimiento integral y preventivo al paciente. El resultado es un sistema colapsado y reactivo, donde no existe la posibilidad de practicar medicina preventiva, ni de ofrecer soluciones reales a la salud del paciente. El camino está en implementar de manera correcta la estrategia de APS. La estrategia APS: un sistema organizado La APS busca ordenar la atención médica mediante pasos concretos: Sectorización: consiste en señalar la unidad ejecutora (UE) que tendrá que atender a un paciente según la cercanía y accesibilidad desde su residencia. Médico de cabecera (MC): cada familia tendrá un MC responsable de su salud, con un máximo de 400 familias (unas 2,000 personas). Estos médicos estarán capacitados y actualizados por médicos familiares (MF) y médicos especialistas (ME). Adscripción de la familia a su MC de preferencia. Este sistema crea una relación cercana y de confianza entre paciente y médico. El MC agenda la siguiente cita de forma automática: cada seis meses o un año para pacientes sanos, y cada 3 o 4 meses para quienes tienen enfermedades crónicas, Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Centros de salud 24/7: ¿un problema más o una solución? Políticas públicas La red de atención primaria en Panamá dista de ofrecer la calidad que la población necesita, una realidad ampliamente reconocida. Las causas son múltiples, aunque predominan la escasez de insumos y la falta de personal. Aun así, los centros de atención intentan responder con los recursos disponibles, procurando brindar a los ciudadanos un servicio lo más cercano posible a los estándares deseados. Según datos del INEC (2023), existen aproximadamente 778 instalaciones de salud en el país: más del 56% son subcentros y puestos de salud, alrededor del 35% corresponden a centros de salud y policlínicas, y apenas un 8% son hospitales. Además, el gasto público en salud representó el 4,76% del PIB en 2022, lo que ubicó a Panamá en la posición 72 a nivel mundial en inversión sanitaria. Es evidente que la salud no entiende de horarios, y la ciudadanía está cansada de la deficiente atención recibida. Aunque en ocasiones se atribuye a la falta de compromiso de algunos profesionales, en la mayoría de los casos responde a un sistema incapaz de dotar al recurso humano de lo mínimo para ejercer con eficiencia. No es raro que en muchos centros falten gasas, guantes o medicamentos esenciales, condiciones que limitan cualquier intento de ampliar horarios de servicio. En este contexto, la propuesta de convertir todos los centros de salud en unidades 24/7 puede sonar atractiva en discursos políticos, pero en la práctica revela una profunda falta de planificación. Quienes la impulsan no han realizado investigaciones ni consultas técnicas con profesionales de salud pública, conocedores de la realidad de las instalaciones. Se trata más de un proyecto con fines populistas que de una política pública seria. Una medida de tal magnitud no puede improvisarse en un país donde incluso hay centros sin insumos básicos y donde persisten retrasos en los pagos a médicos y enfermeras que ya cumplen turnos extendidos. De acuerdo con el Código Sanitario y las disposiciones del Ministerio de Salud, un centro debe contar con permisos legales, infraestructura adecuada y recurso humano suficiente y calificado. Esto incluye accesibilidad universal, consultorios médicos, farmacia, laboratorio clínico básico, sala de procedimientos, cadena de frío para vacunas y condiciones de seguridad. En cuanto al personal, se requiere médicos generales, odontólogos, enfermería, técnicos de farmacia, trabajadores sociales o psicólogos, laboratoristas, personal administrativo y de limpieza, así como conductores de ambulancia. Sin estos elementos, hablar de atención 24/7 es ilusorio. El verdadero desafío no es abrir las puertas todo el día, sino fortalecer las condiciones estructurales para que los centros cumplan su función: promover la salud, prevenir enfermedades, diagnosticar oportunamente, tratar con eficacia y garantizar referencias seguras. Además, cualquier ampliación de horarios debe ser gradual, planificada y sustentada en evidencia. Es imprescindible asegurar que las unidades que ya funcionan lo hagan correctamente y, desde allí, expandir progresivamente por provincias con base en estudios epidemiológicos y análisis de datos que justifiquen la asignación de recursos. Solo de esta manera un modelo 24/7 puede convertirse en política pública viable y sostenible, dejando de ser un eslogan político para transformarse en un verdadero compromiso con la vida y el bienestar de la población. La atención primaria merece soluciones reales, no promesas vacías. Antes de ampliar horarios, el Estado debe garantizar que los centros existentes operen con eficiencia, con personal motivado, pagos puntuales y recursos suficientes. Eso es lo que la ciudadanía realmente necesita. Si por acá llueve, por Gringolandia no escampa Soberanía debemos estar atentos a lo que suceda en la asignación de contratos y licitaciones. Actualmente en Panamá están en discusión varios megaproyectos, como los puertos de Cristóbal y Balboa. Esta transacción —detenida por China— consistía en concesiones principalmente al fondo estadounidense BlackRock. ¿Será que BlackRock ofreció “incentivos” al gobierno gringo para que lo apoyara en dicha operación? Localmente, se espera el fallo de inconstitucionalidad de esos contratos. ¿Debemos ponernos nerviosos? Todavía está caliente la jugada de los magistrados de la no muy honorable Corte Suprema de perpetuarse jugosas jubilaciones, con el argumento de que “se requería una buena remuneración para evitar tentaciones”. Imaginemos del tamaño de las “tentaciones” que BlackRock o Li Ka-shing pudieran aportar como cereza del pastel para lograr sus beneficios. Hasta ahora, el proceso de estudios y eventuales fallos duerme el sueño eterno. ¿Será que no se ponen de acuerdo? Otro megaproyecto es el tren hacia Chiriquí y la frontera con Costa Rica, que está en su etapa inicial de definición de ruta. El Desquiciado ha manifestado que quiere empresas gringas en el proyecto, pero en la realidad ninguna les llega a los talones a las chinas en eficiencia, experiencia y costos. ¿Será que ya tiene en la mira a otro BlackRock para sus posibles negociados? También está el proyecto del gaseoducto que quiere construir la Autoridad del Canal de Panamá en terrenos de su propiedad. Me parece que hay opciones mejores y más seguras: seguimos poJorge G. Obediente El camino es la Atención Primaria de Salud Servicio público A diario escuchamos las quejas sobre la atención de los pacientes en los cuartos de urgencias: largas filas para conseguir una cita médica, demoras para acceder a un especialista y dificultades para encontrar una cama hospitalaria. También vemos propuestas de diputados y otros actores para resolver estas situaciones. Aunque bien intencionadas, estas medidas no atacan el verdadero origen del problema, porque lo que enfrentamos no son problemas aislados, sino consecuencias de la falta de una estrategia sólida de Atención Primaria de Salud (APS). En este espacio explicaré de manera breve sus causas y el camino correcto para mejorar la salud de los panameños. El sistema actual: atención por demanda espontánea Nuestro sistema está basado en la demanda espontánea: “me siento mal, voy a buscar al médico”. Esto genera filas de madrugada, dificultad para conseguir citas con médicos generales, tiempos muy distantes con especialistas y la saturación de los cuartos de urgencias, donde los pacientes necesitan ser clasificados para su atención, ocurriendo lo siguiente: según el caso. Si surge un problema en ese espacio de tiempo, el paciente se comunica directamente con su MC, evitando así acudir innecesariamente a urgencias. Con este modelo: • Disminuyen las filas de madrugada. • Se reducen los casos “verdes” y “amarillos” en urgencias. • Los pacientes crónicos se mantienen controlados, con menos hospitalizaciones. • Se liberan hasta 40% de las citas de especialistas, reduciendo drásticamente los tiempos de espera para los pacientes de primera vez. • El MC puede recetar tratamientos de seguimiento a pacientes crónicos, liberando aún más tiempo de los especialistas. Nuevas figuras de gestión La APS también contempla dos instancias de gestión: Comité Local de Atención Primaria (CLAPS): representantes de todos los departamentos de la UE que se reúnen semanalmente para resolver problemas críticos. Comité de Articulación de Red (CAR): directores médicos de cada red de UE que se reúnen mensualmente para compartir soluciones y buenas prácticas. Este trabajo colaborativo fomenta el compromiso de todos los actores y mejora la eficiencia del sistema. La Atención Primaria de Salud es el único camino para garantizar un sistema de atención ordenado, eficiente y de calidad, para el beneficio de todos los panameños. De lo contrario, los cuartos de urgencias continuarán saturados, los equipos de hemodiálisis no serán suficientes, las camas hospitalarias seguirán siendo escasas. Continuaremos atendiendo la enfermedad y no conservando la salud. Opinión EL AUTOR es médico. EL AUTOR es odontólogo. EL AUTOR es ciudadano. Emilio Castillo niendo todos los huevos en la misma canasta, y no pasa un solo día sin que salga a relucir que el Desquiciado y sus secuaces quieren retomar “su canal”. Sería más lógico y seguro que dicho gaseoducto se construya en Chiriquí o Bocas del Toro, donde ya existe una empresa con servidumbre y experiencia comprobada por años. La ACP, por su parte, tiene proyectos en Corozal e Isla Margarita y probablemente termine con los puertos de Balboa y Cristóbal, a la espera de fallos de la Corte. ¿Por qué no pensar en una visión más amplia y segura, aprovechando las aguas profundas de Chiriquí y Bocas para construir megaportuarios en ambos océanos? Estos, complementados con zonas industriales, podrían atraer empresas extranjeras que aprovecharían la tarifa única de 10% que el Desquiciado asignó a Panamá. Sería una oportunidad para convertirnos en un centro logístico mundial, con empresas europeas y asiáticas —como Vietnam o Corea del Sur— instalándose aquí, ya que los aranceles que pagan en Gringolandia son muy superiores a ese 10%. Estos megaproyectos requieren una red vial y ferroviaria eficiente, que conecte con el tren hacia la frontera y eventualmente hacia Centroamérica. Tenemos que reconocer el error que fue obligarnos a salir de la Ruta de la Seda: revivir esa iniciativa es impostergable. Para terminar, reitero que la soberanía territorial en Panamá está peor que antes. Cuando existía la Zona del Canal, los gringos mandaban en ella, pero no se metían con el resto del país. Ahora se inmiscuyen en todo, y solo se hace lo que ellos permiten. Hemos subordinado la soberanía a pedir permiso. Enterémonos de una importante razón por la cual el Desquiciado quiere que todo lo que se construya, maneje o contrate en Panamá sea por empresas gringas. En información publicada en inglés en la edición del 25 de agosto de 2025 de The New York Times se menciona que “Trump está utilizando su discreción para alcanzar sus metas políticas” y, además, que en todo el gobierno “él está aplicando la ley de manera selectiva” (traducción libre). Trump ordenó a las instancias gubernamentales detener la aplicación de la ley que hace ilegal que las empresas estadounidenses sobornen a gobiernos extranjeros. El procurador general indicó al Departamento de Justicia que no se preocupara por la ley que exige a los lobbyists extranjeros declarar sus actividades (traducción libre). Una de las afirmaciones del Desquiciado era que, en el caso de Panamá, las compañías gringas no podían competir en grandes proyectos porque no pagaban coimas como otras empresas extranjeras. Con esta orden ejecutiva quiso ponerlas al mismo nivel que los “coimeros”. Por eso Carlos Abadía Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Presidente y Director Editorial (Encargado) Jorge Molina Mendoza
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