2B La Prensa Panamá, miércoles 27 de agosto de 2025 Economía & Negocios América Latina: un recurso vital para la sostenibilidad global Puente de negocios Luis Eduardo Ocando B. economí[email protected] América Latina es una región de contrastes: abundancia de recursos naturales, población trabajadora, riqueza cultural y potencial energético. Sin embargo, esa riqueza convive con desigualdades, pobreza persistente, una clase media frágil y obstáculos que frenan el crecimiento económico. Este artículo explora ese doble rostro con datos recientes. La cara brillante: potencial real y avances concretos Latinoamérica cuenta con ventajas estratégicas: agua, biodiversidad, energía y capital humano. No obstante, su crecimiento es bajo en comparación con otras regiones. Según el Banco Mundial, la región crecerá apenas 2.1% en 2025 y 2.4% en 2026 — los niveles más bajos del mundo— debido a la escasa inversión, el alto endeudamiento y un entorno incierto. La Cepal proyecta cifras similares: 2.2% en 2025 y 2.3% en 2026. En 2024, el crecimiento fue de solo 1.9% por falta de inversión productiva, infraestructura insuficiente e informalidad laboral. En este contexto, México sobresale. En el segundo trimestre de 2025 alcanzó un récord de inversión extranjera: 34,265 millones de dólares, 10% más que el año anterior y el doble que en 2017. Esta política se reflejó en la reducción de la pobreza: entre 2018 y 2024, 13.4 millones de mexicanos salieron de la pobreza multidimensional y la incidencia bajó del 49.9% al 35.4%. El avance se explica por transferencias sociales, aumento del salario mínimo y un mercado laboral más formal. La otra cara: desigualdad y pobreza estructural Aun con progresos, la pobreza sigue siendo alta. En 2023, uno de cada cuatro latinoamericanos vivía con menos de 6.85 dólares diarios (PPA 2017). Según la Cepal, la pobreza afectó al 27.3% de la población, el nivel más bajo desde 1990, pero con marcadas diferencias: menos del 5% en algunos países y más del 55% en otros. La desigualdad es igualmente significativa. El 20% más pobre recibe apenas 4.8% del ingreso total, mientras el 20% más rico concentra 50.5%. La brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 12 a 1; en la OCDE es de 4 a 1. La concentración de riqueza también es alarmante. Oxfam calcula que 106 milmillonarios acumulan más de 565,000 millones de dólares, mientras millones viven en pobreza. Esta disparidad erosiona la democracia y limita la capacidad estatal para proveer servicios públicos, agravada por la evasión fiscal y sistemas tributarios regresivos. Otros problemas estructurales completan el panorama. Solo el 65% de las carreteras están pavimentadas y el 30% de la población carece de internet confiable. Se recomienda elevar la inversión en infraestructura del 3% al 5% del PIB. Además, la región sigue dependiendo de exportaciones de recursos, lo que restringe la transformación productiva. Propuestas para salir del estancamiento Para aprovechar sus recursos, América Latina debe replantear sus estrategias. Algunas rutas clave son: 1. Fortalecer la inversión: El secretario general de la OMI, el panameño Arsenio Domínguez. EFE OMI aborda riesgos y retos del transporte marítimo Reyna Katiuska Hernández [email protected] REGULADOR MARÍTIMO El organismo no aborda las sanciones en cuanto al registro de naves, sino que verifican si los países cumplen con las medidas de seguridad y protección del medioambiente. Los riesgos de abanderamiento de buques usados por redes internacionales para lavar dinero y financiar el terrorismo con el transporte de combustible, además de los problemas con ataques a las flotas que transitan por el Mar Rojo por parte de los Hutíes y los retos de la descarbonización del transporte marítimo, fueron abordados por el secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez, durante su primera visita oficial desde que asumió este cargo. Domínguez expuso en una conferencia magistral en la Cancillería de Panamá, que los países como Panamá que tiene un gran registro de naves abanderadas, enfrentan el desafío de cumplir estríctamente con las medidas de seguridad para evitar los riesgos de las llamadas flotas fantasmas. “Las flotas fantasmas representan no solo un riesgo de seguridad y de comercio desleal, sino también un obstáculo a la descarbonización, pues operan al margen de los controles internacionales y de las regulaciones ambientales”, alertó. Sostuvo que parte del trabajo de la OMI es impulsar el diálogo con los Estados miembros, entre ellos Panamá, con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la industria naviera para establecer mejores prácticas de comunicación y evaluaciones de riesgo. Igualmente, aclaró que la OMI no aborda las sanciones en cuanto al registro de naves, sino que verifican si los países cumplen con las medidas de seguridad y protección del medioambiente para evitar que cualquier buque que navegue pueda considerarse un riesgo. “Dentro de la organización adoptamos una resolución para abordar lo que llamamos la flota fantasma. En esta resolución se solicita a los países, que adopten las medidas necesarias para garantizar que todos los buques bajo su pabellón cumplan con las normas de seguridad, de manera que no representen riesgos. Esa es la forma en que la OMI enfrenta este tema a nivel internacional”, dijo al señalar que abordarán este tema con las autoridades panameñas. Admitió que la seguridad marítima atraviesa un momento crítico. “El transporte enfrenta retos serios, en particular por el efecto negativo sobre la gente de mar, personas inocentes que trabajan para beneficio de todos en el mundo”. Señaló que las causas de los ataques en zonas como el Mar Rojo y de la proliferación de embarcaciones sin registro o con prácticas irregulares están fuera del alcance directo de la OMI, sin embargo, trabajan para alertar sobre los riesgos y crear medidas de seguridad. Retos de la descarbonización Domínguez también abordó la urgencia de avanzar en la transición energética del transporte marítimo. Recordó que la OMI aprobó una estrategia para alcanzar cero emisiones netas hacia 2050, con metas intermedias para 2030 y 2040, que implican transformaciones tecnológicas, normativas y financieras. “El sector marítimo es global y necesita medidas globales. Si la OMI no las adopta, surgirán impuestos regionales, como ya lo hizo la Unión Europea”, advirtió. Sobre lo señalado por Estados Unidos sobre las medidas de descarbonización del transporte marítimo, Domínguez señaló que su papel como Secretario General de la OMI no es emitir opiniones sobre la postura de cada país. aumentar el gasto en infraestructura, asociaciones público-privadas y cobertura digital y vial. 2. Reforma fiscal progresiva: ampliar la base tributaria, mejorar la eficiencia del sistema impositivo y aplicar impuestos de forma inteligente. 3. Impulso a empleos de calidad: formalizar la economía, capacitar en tecnologías verdes y proteger los derechos laborales. 4. Integración regional diversificada: ampliar mercados más allá de Estados Unidos, consolidando acuerdos con Europa, Asia y África. 5. Desarrollo sostenible e inclusivo: promover sectores verdes y políticas sociales que fortalezcan la resiliencia frente al cambio climático. Conclusión: una región con promesa y responsabilidades América Latina tiene condiciones para ser clave en el desarrollo sostenible: recursos, energía, capital humano y biodiversidad. Pero debe enfrentar sus fallas estructurales: pobreza, desigualdad, infraestructura débil, concentración de riqueza e instituciones frágiles. Los avances de México muestran que es posible reducir la pobreza con políticas bien dirigidas, aumentar la inversión y mejorar ingresos. Sin embargo, se requiere replicar y ampliar estos esfuerzos en toda la región, con reformas fiscales, integración equitativa y un enfoque en infraestructura social. Si los países latinoamericanos logran combinar estas políticas con planes de largo plazo —reduciendo la dependencia de recursos primarios, fortaleciendo instituciones y promoviendo inclusión— podrán superar los estigmas del subdesarrollo y emerger como un actor dinámico, justo y sostenible en la economía global. El autor es consultor internacional/Estrategia tributaria y patrimonial.
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