12A La Prensa Panamá, lunes 25 de agosto de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. hoy esa cifra ha descendido al 52%. Para cambiar esta tendencia, es necesario facilitar la creación de empresas, especialmente en sectores estratégicos como logística, agricultura, turísticos y servicios. Esto implica revisar y simplificar los procesos regulatorios, garantizando estándares técnicos y sanitarios sin imponer barreras innecesarias. La evidencia empírica del mundo nos enseña que la prosperidad surge cuando se permite a los individuos actuar libremente en el mercado, sin trabas innecesarias. En Panamá, sin embargo, persisten barreras absurdas que impiden el ejercicio de profesiones y oficios, especialmente en sectores en que tenemos ventajas competitivas como la logística y los servicios en general. ¿Por qué un joven panameño debe enfrentar años de trámites para abrir una clínica, mientras que en otros países basta con cumplir requisitos técnicos y sanitarios básicos, por ejemplo? La desregulación no significa ausencia de normas, sino eliminación de aquellas que no aportan valor, que enLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. La economía creativa no cabe en una cuenta satélite Desigualdades En el marco de un seminario que organizamos recientemente con Quality Leadership University con la participación del Ministerio de Cultura, se discutió la necesidad de la investigación para diseñar e implementar políticas culturales y desarrollar la economía creativa. Esto requiere estudios que vayan más allá de cuentas satélite e indicadores cuantitativos tradicionales. La economía creativa es el conjunto de actividades que transforman la creatividad, la cultura y el conocimiento en bienes y servicios con valor económico, social y simbólico. Sectores como la moda, teatro y la música tienen un alto potencial para generar ingresos y exportación, con dinámicas sociales marcadas por precariedad laboral, y desigualdades de género y etnia. Desde que comencé a trabajar en la economía creativa en Panamá hace más de veinte años, la cuenta satélite siempre ha sido la quimera de muchos gestores culturales para demostrar su valor frente a políticos, patrocinadores y administradores públicos. Sin duda, esta herramienta sirve para dimensionar el peso de este sector, mostrando su aporte al Producto Interno Bruto (PIB), al empleo y al comercio exterior. Sin embargo, reducir el análisis de la economía creativa a un conjunto de cifras es insuficiente para captar la complejidad de sus dinámicas sociales, culturales y laborales. Como se planteó en el seminario, es indispensable realizar estudios sistemáticos e interdisciplinarios capaces de desentrañar las relaciones de poder, los procesos productivos, las desigualdades de género y de clase, y los vínculos con procesos históricos y comunitarios. Uno de los casos de estudio que presentamos fue el de la industria de la moda en Panamá, basado en un proyecto comisionado por ProPanamá y PNUD en 2024. El estudio revela que este sector genera ingresos de más de 4,100 millones de dólares y emplea a casi 48,000 personas, de las cuales el 60% son mujeres. Sin embargo, tras estas cifras alentadoras se esconde una realidad de precariedad laboral, marcada por la informalidad, la falta de protección social y la persistencia de brechas de género y étnicas. Por ejemplo, las mujeres perciben en promedio ingresos significativamente menores que los hombres, con una brecha salarial de alrededor del 18% en el empleo formal y que se intensifica en el trabajo informal, donde ellas ganan menos de la mitad de lo que perciben ellos. En algunos segmentos del sector, hasta el 70% de la fuerza laboral carece de seguro social. A esto se suma la fuerte presencia de población de grupos originarios, particularmente mujeres ngäbes y gunas, cuya inserción en el sector reproduce desigualdades históricas en el acceso a educación, crédito y oportunidades de formalización. El estudio sugiere que existen tensiones entre personas que ejercen la artesanía y las que ejercen el diseño, donde muchas veces las segundas no comprenden ni valoran plenamente la cultura laboral de las primeras, reproduciendo relaciones de desigualdad. La moda, por lo tanto, no puede analizarse únicamente como una plataforma para personas que ejercen el diseño y el modelaje o como motor de exportaciones o de consumo interno. Es también un espacio donde se cruzan la economía informal, las diversas naciones que forman nuestro país, las desigualdades de género y la muy concentrada cadena de valor de la economía creativa. El seminario dejó claro que las necesidades de investigación de la economía creativa en Panamá y en la región no se limitan a medir cuánto aporta al PIB, sino que también es necesario entender, desde centros de investigación y universidades, cómo se organiza, a quién beneficia y qué desigualdades reproduce. Solo así se podrá convencer a los gobiernos, patrocinadores y administradores públicos de su verdadero valor como campo de transformación social. El derecho al cuidado Abuso y negligencia des, ni el Ministerio de Trabajo están abordando con seriedad esta problemática. Acompaño actualmente el caso de varios cuidadores en uno de estos centros, y la realidad es alarmante: si denuncian abusos o negligencia contra las personas mayores, o piden mejores sus condiciones laborales, son despedidos o desmejorados en sus condiciones de trabajo. Este contexto obliga a advertir que cuando se vulneran los derechos de los cuidadores, quienes sufren las consecuencias directas son las personas mayores que residen en estos centros. Los entornos laborales abusivos generan un maltrato institucionalizado que afecta a cuidadores y personas mayores. El conocido síndrome de Burnout - o síndrome del quemado - es una manifestación clara de esta crisis: muchos cuidadores lo padecen hoy, ante la indiferencia de las autoridades. De poco sirven los foros, congresos, informes sobre la importancia del cuidado si, en la práctica, los que cuidan en los centros de larga estadía deben convertirse en testigos pasivos del abuso y la negligencia. Aunque existen leyes que los amparan, los entes encargados de aplicarlas miran hacia otro lado. Esto refleja cuánto se desvaloriza la dignidad humana de las personas mayores, especialmente aquellas en la etapa final de la vida. El sufrimiento en los últimos años de vida exige una respuesta urgente, ética y estructural. “Defender a quienes Magaly Janneth Castillo C. Desatar el crecimiento: Panamá necesita una desregulación urgente Competitividad Desde el Palacio de las Garzas se abre una oportunidad histórica para impulsar transformaciones profundas que fortalezcan el crecimiento económico de Panamá. Muchas de estas transformaciones pueden ser adoptadas por los ministros con el Presidente y por el Consejo de Gabinete sin necesidad de pasar por la Asamblea Nacional. Igualmente, con la nueva mayoría legislativa, el país tiene el espacio político necesario para avanzar en reformas estructurales que generen empleo, atraigan inversión y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) lidera un ambicioso programa de inversiones que puede convertirse en un motor clave para la economía nacional. Este impulso puede ser complementado con una estrategia de modernización que actualice el modelo económico, haciéndolo más dinámico, inclusivo y competitivo. Uno de los desafíos más urgentes es revertir la caída en el empleo formal. Mientras que en 2014 el 60% de los panameños contaba con empleo formal, carecen la actividad económica y que protegen intereses gremiales en detrimento del consumidor. En el sector logístico, por ejemplo, la apertura a nuevos operadores y tecnologías podría convertir a Panamá en un verdadero hub regional, más allá del Canal. Pero la maraña de restricciones, dirigidas a proteger a grupúsculos, es una barrera insalvable. El comercio también necesita oxígeno. La apertura comercial, acompañada de una simplificación arancelaria y eliminación de licencias restrictivas, permitiría a los panameños acceder a bienes más baratos y a los empresarios competir en igualdad de condiciones. Hoy, muchos capitales prefieren destinos como República Dominicana o Costa Rica, donde las reglas son más claras y menos restrictivas. El crecimiento del sector público, como sustituto de la inversión privada, no es sostenible. Cada año que se posterga la reforma, se agranda el déficit de oportunidades. Y lo más grave: se perpetúa la dependencia de subsidios y empleos estatales como única vía de progreso. Panamá tiene todo para ser una economía vibrante: ubicación estratégica, talento humano, infraestructura. Lo que falta es voluntad política para desmontar el modelo estatista y corporativista que nos ha llevado a esta parálisis. La desregulación, la apertura y la simplificación no son ideología: son sentido común. Opinión EL AUTOR es economista y miembro del Sistema Nacional de Investigación. EL AUTOR es director de la Fundación Libertad. LA AUTORA es abogada y defensora de derechos humanos. Javier Stanziola cuidan es también defender a quienes son cuidados.” Según un documento de Cancillería de la República (2021), para el año 2030, las personas mayores de 60 años representarán el 16.7% de la población en Latinoamérica, y una proporción significativa requerirá cuidados de larga estancia. Es momento de mirarnos en ese espejo. No basta con aprobar leyes que luego nadie se encarga de hacerlas cumplir. Contamos con la Ley 431 de 2024 que creó el Sistema Nacional de Cuidados, actualmente engavetada en el Ministerio de Desarrollo Social. También está la ley 149 de abril de 2020, que tipifica el maltrato físico, mental, emocional y el trato negligente, con penas de tres a cinco años de prisión. Sin embargo, las denuncias duermen el sueño eterno en las Fiscalías de Familia y el MIDES tampoco toma medidas administrativas. El 12 de junio de 2025, mediante opinión consultiva OC-31/25, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue categórica al afirmar que “las personas cuidadoras deben ejercer su labor sin discriminación, de manera segura y digna. Asimismo, se debe prevenir, sancionar toda forma de violencia, acoso o discriminación basada en el hecho de asumir responsabilidades de cuidado, incluidas aquellas que ocurran en el ámbito laboral...” El Estado panameño debe garantizar entornos seguros, justos y humanos para quienes cuidan, porque de su calidad de vida depende la calidad de los cuidados que brindan. Proteger a las personas cuidadoras no es solo una cuestión laboral: es un imperativo ético. Si ellos son silenciados, las personas mayores quedan desprotegidas. La precariedad laboral de las personas cuidadoras también debe preocuparle al Estado. Todas las personas, en algún momento de nuestras vidas, necesitaremos cuidados. Ya sea por enfermedad, discapacidad, envejecimiento o situaciones transitorias, el cuidado es una necesidad universal. En casos de dependencia funcional permanente o al final de la vida, el cuidado se vuelve aún más crítico. Por ello, debe ser garantizado como un derecho humano, ejercido con respeto a la dignidad de quien lo recibe. En Panamá, la Ley 431 de 2024 creó el Sistema Nacional de Cuidados, con el propósito de proteger a quienes se encuentran en situación de dependencia: niños, niñas, adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad, y quienes atraviesan situaciones de dependencia transitoria. Esta ley también reconoce los derechos de quienes cuidan, tanto remunerados como no remunerados. La norma establece que las personas cuidadoras tienen derecho a “desempeñar su tarea en condiciones de trabajo decente, en ambientes libres de discriminación, maltratos y violencia de cualquier índole.” Además, ordena la creación de un Consejo y una Dirección Nacional de Cuidados, bajo la coordinación del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), y exige el diseño de una política pública específica para proteger esta labor esencial. Sin embargo, en las residencias de larga estadía para personas mayores - sean públicas o privadas - la situación de los cuidadores es crítica. Ni el MiUno de los desafíos más urgentes es revertir la caída en el empleo formal. Mientras que en 2014 el 60% de los panameños contaba con empleo formal, hoy esa cifra ha descendido al 52%. Carlos Ernesto González Ramírez Acompaño actualmente el caso de varios cuidadores de personas mayores, y la realidad es alarmante: si denuncian abusos o negligencia contra las personas mayores, o piden mejores sus condiciones laborales, son despedidos o desmejorados en sus condiciones de trabajo. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. 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