7A La Prensa Panamá, jueves 21 de agosto de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. cio. Y algo bueno hizo, porque se comprueba lo que todos sabíamos hace muchísimos años y es el primer contralor que se atreve a enfrentar esta realidad y otras. Pero de repente todo cambió. Durante los días de pago con cheques llegaron personas que no caben en ese enorme edificio, pero todo indica que siguen allí, no trabajando sino cobrando desde casa u otro sitio. Los que no pueden comprobar que trabajan tienen la defensa de sus diputados de que no necesitan ponchar, por lo que, según el contralor, es difícil probar que incumplen. Allí están los exdiputados eternos cobrando, aunque hace años perdieron y nunca fueron electos; allí está el número de choferes que rebasan los 71 diputados, para manejarle quién sabe a quién; allí están todos esos promotores deportivos y culturales que ni puesto de trabajo tienen, pero se les permite cobrar desde los sitios donde residen sus amos diputados, mientras otros no se ven nunca. Si bien llegó una buena e importante camada de diputados jóvenes e independientes en la última elección, en algunos asuntos se han plegado y, en otros, han sido incapaces y hasta estériles sus quejas. Denuncian y se lamentan, pero todo sigue igual. ¿Y qué hace el Órgano Ejecutivo? En este tema, tristemente, parece que le gusta el relajo.NosolamenteenvíaasuasesorEstrella (por cierto, una persona muy seria y de positivas cualidades humanas, porque lo conozco) a servir como enlace. Y parece ser que va más allá de eso, porque siempreaparececonmásvehemenciacuando Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. ‘Esto no es un plan de paz. Es una capitulación’ Encuentro Trump-Putin Así lo define el periodista Timothy L. O’Brien al encuentro que tuvo Trump en Anchorage, Alaska, con Putin. Este último, que estaba siendo tratado como un paria por la comunidad internacional desde que iniciara una guerra de expansión contra Ucrania en febrero de 2022, fue recibido con alfombra roja. Ese año, lo que pensaba que iba a ser un paseo hasta Kiev de pocas semanas se convirtió en una guerra de desgaste en la que el Instituto de Defensa Británico asegura que el ejército ruso ha sufrido más de un millón de bajas. El conflicto ya lleva casi cuatro años. Sin embargo, no se puede subestimar al oso ruso y su capacidad de recuperación. Para Putin, Ucrania fue parte importante “de la desintegración de la Rusia histórica”. En un artículo llamado “Por qué Putin tiene las de ganar”, los periodistas Kumanaev, Holder, Sonne y Matsnev sostienen que el líder ruso quiere —y ha logrado— conquistar gran parte de las regiones del Donbás (ricas en carbón, acero, litio y titanio), que pertenecen a las provincias de Donetsk y Luhansk. Esto se convertiría en una clara ganancia para Rusia, porque todavía no ha podido retenerlas del todo; los ucranianos mantienen defensas fortificadas. También codicia las regiones de Zaporizhzhia y Jersón. El costo de la guerra en Ucrania para el ejército ruso ha sido muy alto. El salario básico en Rusia es de 900 dólares. Un soldado gana 2,450. Como incentivos para enrolarse, se les ofrece 30,000 dólares, con pensiones aseguradas y ayuda incluso para la hipoteca de su casa. Por ejemplo, en junio un sargento llamado Miroslau perdió una pierna: va a recibir 6,400 dólares del gobierno local, además de 23,800 por la aseguradora estatal y 47,000 dólares del Ministerio de Defensa. El ataque de 2022 diezmó al ejército ruso. Ahora Putin ha emprendido la primera movilización desde la Segunda Guerra Mundial, llamando a 300,000 ciudadanos. Otorgó perdones presidenciales a más de 100,000 convictos para ir al frente. Hoy Rusia recluta 1,000 soldados al día, el doble que Ucrania. Tiene sustanciales ingresos, pese a las sanciones, con exportaciones de petróleo, gas natural, carbón y oro. Además, ha logrado producir su propio dron explosivo, copiado del de Irán, llamado Lancet Geran-2. Ucrania ha recibido hasta el momento 70 mil millones en ayuda; el presupuesto de defensa de Rusia es de 170 mil millones. Hasta el momento Rusia ocupa un quinto de Ucrania y el frente de batalla abarca 1,000 kilómetros. Si Ucrania cediera las regiones que Putin exige, estaría entregando su “corredor de fortalezas”, imprescindible para contener un ataque ruso. Ahora viajemos a Washington D. C., a la Casa Blanca, donde se celebró el encuentro entre Zelensky, de Ucrania, acompañado por más de cinco líderes europeos, y el presidente Trump. Con justa razón, Ucrania y los europeos exigen primero un cese al fuego (porque mientras tanto Rusia sigue conquistando territorio ucraniano), pero Putin insiste en negociar un comprensivo plan de paz. Resultado: ideas inconcretas y posibles promesas futuras. Ucrania no entraría en la OTAN, pero estaría amparada en el famoso Artículo 5, que establece una defensa mutua si alguno de sus Estados miembros es atacado. Tal vez Estados Unidos también ofrecería sus garantías. A cambio, está implícito que Ucrania tendría que ceder parte de su territorio, conquistado o no. En 1994, en el llamado Memorando de Budapest, Ucrania cedió su arsenal nuclear soviético a cambio de garantías para su seguridad de parte de Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido. Francamente, soy bastante pesimista sobre un pronto arreglo de paz entre estas dos naciones. Por un lado, no se puede premiar con territorio —conquistado o no— al Estado que, sin razón, iniciara la agresión. Por el otro, están las llamadas “nuevas realidades sobre el terreno”. En un mensaje a los ucranianos, Putin anunció: “sigan, sigan, sigan, y les irá peor”. Zelensky, sobre todo, sabe que a la larga no cuenta con los recursos para combatir con la potencia rusa. Pero si Putin se sale con la suya, su apetito aumentará… Están los países bálticos, Polonia, etc. El agua: derecho, no abandono Azuero mos no es suficiente. Mientras tanto, nuestra gente sigue enfermando. Cada día que pasa sin acción efectiva del Gobierno y sin el inicio de este saneamiento es un día más en que herreranos y santeños consumen agua no apta para el consumo humano, exponiéndose a enfermedades gastrointestinales, problemas en la piel y otras afecciones prevenibles. El agua que debería dar vida, en muchas comunidades se ha convertido en un riesgo silencioso que atenta contra la salud y la dignidad. Chitré, donde alguna vez se concentró gran parte de la actividad económica y administrativa de la región, fue también un punto de encuentro cultural y social. Hoy, esa vitalidad se apaga lentamente, no solo por la crisis del agua, sino por la ausencia de planes claros para reactivar la economía,generarempleoyofrecerespacios culturales que retengan a su gente y atraigan visitantes. No hay desarrollo sostenible sin agua segura y suficiente, pero tampoco lo hay sin una visión que impulse a la región hacia adelante. Es imposible proyectar un futuro próspero cuando la población vive pendiente, antes que nada, de si tendrá acceso a agua potable ese día. Pero la historia de Azuero no es solo la de una crisis crónica; también es la de una ciudadanía resiliente que se ha convertido en su propio gestor. En barrios y comunidades, vecinos se organizan para compartir agua, instalar sistemas de almacenamiento comunitario o coordinar turnos de distribución. Comerciantes ajustan horarios y procesos para adaptarse a la disponibilidad del recurso. Escuelas y centros de salud buscan soluciones temporales para no suspender actividades. Esa resiliencia, sin embargo, no debe ser romantizada. La capacidad de adaptarse no exime al Estado de su obligación de garantizar el acceso al agua potable, un derecho humano reconocido a nivel internacional y consagrado en la dignidad misma de las personas. No se trata de pedir favores ni de agradecer por cisternas ocasioKaitlein Pamela Marciaga Botellas, despilfarro y descontrol legislativo Planillas La llegada del contralor a la Asamblea Nacional fue formidable. Acusó, denunció, señaló, en fin, demostró y confirmó lo que todos sabemos: que se trata de una asamblea de parásitos. Porque trabajan cuatro días a la semana; reciben $1,000 mensuales en gasolina que no usan, pero se quedan con la plata; cada diputado tiene la escandalosa suma de hasta $20,000 mensuales para personal propio; los suplentes tienen el cargo brujo de “asistente técnico parlamentario”, para cobrar por haber salido electos y en contra de lo fallado por la Corte; solo sesionan ocho meses al año; tienen una planilla que supera los 4,000 funcionarios, para un promedio inmisericorde de alrededor de 60 trabajadores por diputado; tienen oficinas en las provincias de “iniciativas ciudadanas” que pagan millones en planillas de gente que no va y alquileres de locales vacíos, porque no se presenta un solo requerimiento; algunos poseen búnkeres y oficinas secretas donde nadie sabe qué hacen. En fin, todos creímos que con la aparición de Súper Bolo al menos iniciaría el principio del fin de este malefihay algún tipo de votación. Pero lo que desenmascara al gobierno en este delicado asunto es que le ha mantenido a la Asamblea Nacional los mismos $98 millones de presupuesto para el 2026 que le otorgó en 2025. Y, ante una situación injustificable, se salen con la excusa de que “la cifra de $98 millones es la más baja en años, pero nadie ve eso”. Una inexcusable narrativa para aceptar y transmitir como viable lo que es imposible justificar. Se demuestra que no importa que se despilfarre el dinero, después que sea menos que lo derrochado por el anterior gobierno. Este derroche sigue siendo inaceptable. El arte de gobernar no es alargar el mal, sino tomar decisiones. Pero la necesidad de cambios se va extendiendo en el tiempo, por el temor al costo político. Por lo tanto, se han mantenido leyes especiales, jubilaciones especiales, aumentos automáticos, exoneraciones e incentivos, planillas abultadas y subsidios. Temas que, a pesar de tener que ventilarse en la Asamblea Nacional frente a la necesidad de iniciativas legislativas presentadas desde el Órgano Ejecutivo, ninguno de los dos actúa y los gastos del Estado crecen. Y, mientras tanto, la Asamblea Nacional, con la nueva cara de esperanza generada el pasado 1 de julio con una junta directiva de oposición, la vemos transformándose desdeesafechacomoelHombreLobo:anteel matraqueo del asesor enlace que solo cumple órdenes basadas en la ilusión, el espejismo, el desatino y la fantasía de la “armónica colaboración” constitucional. Un mes perdido porque, al final del camino, parece importar más la figuración y el dominio legislativos que el crecimiento institucional y democrático. Opinión EL AUTOR es internacionalista. EL AUTOR es abogado. LA AUTORA es abogada. Ezra Homsany nales; se trata de exigir políticas públicas coherentes, inversiones sostenidas y una gestión transparente. Sin embargo, esta exclusión se ve agravada por un círculo vicioso que también nace en las urnas. Una parte de la población, cansada y necesitada, sigue optando por elegir a los mismos políticos que, período tras período, administran el abandono. Lo hacen, muchas veces, por familiaridad, por promesas que apelan más al bolsillo inmediato que a un proyecto de futuro, o por pequeños beneficios económicos que distorsionan el juicio y minimizan la exigencia ciudadana. Frente a este panorama, urge pensar más allá de las respuestas de emergencia. Azuero necesita inversiones sostenidas, pero también creatividad para diversificar su recurso. Algunas alternativas son: aprovechar la captación y almacenamiento de agua de lluvia en comunidades y centros escolares; instalar plantas modulares de tratamiento que puedan reforzar a la potabilizadora existente; y explorar proyectos de reforestación de cuencas para recuperar el caudal del río La Villa. Ninguna de estas medidas sustituye la obligación del Estado de modernizar el sistema, pero sí pueden complementar la solución estructural y dar alivio inmediato a la población. Azuero, y especialmente Chitré, de donde soy, merece más que sobrevivir con estrategias improvisadas. Merece un sistema de abastecimiento moderno, eficiente y sostenible. Merece que su resiliencia sea reconocida no como una excusa para el abandono, sino como una razón para priorizar las inversiones y la planificación. La sed no debería ser costumbre. Y que quede claro: mientras el poder siga viendo en esta crisis una oportunidad de clientelismo y no un deber de Estado, seguiremos llenando botellas, enfermándonos y votando por quienes nos condenan a vivir con la sed como herencia. La crisis del agua en la región de Azuero no es un accidente reciente, sino la consecuencia de décadas de abandono y desatención por parte de las autoridades. Es una cadena de omisiones que ha atravesado gobiernos, banderas políticas y discursos de campaña. Azuero tiene en su memoria colectiva un pasado de lucha, marcado por el Grito de Independencia, pero hoy no se distingue por ser una región de confrontaciones. Por el contrario, hemos demostrado paciencia, una capacidad de adaptación heroica… pero también conformista. Ante la falta de soluciones reales, hemos optado por resolver, no por pelear. No porque no exista indignación, sino porque la experiencia nos ha enseñado que la confrontación rara vez trae cambios. Esa resignación, entendible tras años de abandono, es también una señal de alerta: cuando la costumbre reemplaza a la exigencia y la fiscalización ciudadana, el derecho se convierte en un privilegio condicionado. El problema es estructural. El sistema de abastecimiento, dependiente del río La Villa, arrastra décadas de falta de mantenimiento y modernización. La contaminación del río y la presión creciente por el aumento de la población han agravado el panorama. A esto se suma una gestión pública que responde más a emergencias que a planificación. Las inversiones, cuando se hacen, suelen llegar tarde y sin la magnitud necesaria para revertir el deterioro acumulado. Producto de esa falta de mantenimiento y estrategia, hoy se gestiona un plan estratégico de emergencias por crisis hídrica, con un costo de 10 millones de dólares hasta diciembre. Pero lo que haceJulio Ernesto Linares Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Presidente y Director Editorial (Encargado) Jorge Molina Mendoza
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