6B La Prensa Panamá, lunes 11 de agosto de 2025 Coclé Fashion Week se convierte este año en Latin American Fashion Week 2025. Escanea el código QR para más contenido en Ellas.pa. La guayabera, un básico del armario masculino La guayabera ha trascendido sus orígenes humildes hasta convertirse en un básico imprescindible del armario masculino, que se hace, poco a poco, un hueco en el femenino por su tejido fresco y un patrón sinónimo de elegancia que trasciende fronteras. Los reyes Felipe VI y Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía y la reina Sofía ofrecen la tradicional recepción a las autoridades de Baleares y a una representación de la sociedad balear, este lunes en el Palacio de Marivent. EFE/Ballesteros Esta camisa tradicional con cuatro bolsillos y dos hileras de alforzas, se cree que se inventó a principios del siglo XVIII, es distintiva de América Latina, donde los dominicanos reclaman su autoría, aunque no son los únicos, Cuba también se la adjudica, incluso el gobierno de la isla la declaró en 2010 prenda oficial para ceremonias diplomáticas y de Estado. El escritor colombiano Gapor EFE/Inma Tapia [email protected] briel García Márquez lució una al recoger el Nobel de Literatura y Felipe VI también la usó en una Cumbre Iberoamericana, lo que demuestra que su uso conlleva una formalidad, que trasciende a los espacios menos institucionales. Ricardo Fraguas, director general de la compañía española de moda Grupo Mirto, asegura que “la guayabera ha pasado de ser una prenda tradicional de Latinoamérica a la camisa tendencia de verano, por lo fresca, cómoda y elegante que es”. Una prenda que combina “tradición, artesanía y refinamiento contemporáneo”, con una versatilidad que la convierte en ideal para eventos formales e informales, “atemporal, no entiende de edades; mantiene un diseño auténtico que hace que se adapte a todos los estilos”. El actor Johnny Deep, el príncipe Harry de Inglaterra, Bill Clinton, David Beckham o el cantante Juanes se han sentido cómodos luciendo esta prenda que se arruga poco, confeccionada principalmente en lino y algodón, “tejidos ligeros y transpirables”, indica Fraguas. Un clásico de la sastrería masculina española como Félix Ramiro lleva tiempo incorporándolas a sus colecciones estivales en blanco, negro, azul marino, celeste e incluso amarillo; también remarca que “aportan frescura y elegancia”, con unos diseños confeccionados en lino 100%. El auge de la ‘guayamisa’ El responsable de Mirto indica que también introducen colores nuevos cada temporada, actualizan patrones y detalles “siempre manteniendo la esencia”, aunque se han permitido crear su propia versión con la guayamisa, “la fusión perfecta de la camisa y la guayabera”, que conserva las jaretas, pero lleva únicamente dos bolsillos, ligeramente más corta y estilizada. Fraguas no ha dudado en adaptar esta prenda al armario femenino guiados por la demanda. “Nos dimos cuenta de que ellas las compraban y creamos un modelo de vestido camisero fluido en el que hemos mantenido los elementos icónicos, como alforces y bolsillos”. Aunque la reinterpretación máxima la realiza Oteyza, capitaneada por Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda, con su camisa ‘Guaya’, construida -explican- en diferentes capas simétricas y formas lineales ovaladas que “estilizan el cuerpo, además de aportar movimiento y sofisticación”, confeccionada en algodón egipcio, con cuello clásico y botonadura oculta. Alex Miralles, creador de la línea masculina de Pedro del Hierro, ha reinterpretado estas camisas a través de una amplia gama de siluetas relajadas, más informales, ricas texturas y color para un hombre elegante, que busca comodidad. Esta camisa tradicional con cuatro bolsillos y dos hileras de alforzas, se cree que se inventó a principios del siglo XVIII. Es distintiva de América Latina, donde los dominicanos reclaman su autoría, aunque no son los únicos. por Gabo García de Paredes [email protected] ‘El Aleph’ está disponible en Tiendapanama.com. Cortesía ¿Y si todos los futuros ya pasaron?, ‘El Aleph’ de Jorge Luis Borges ¿Qué pasa cuando no hay límite de tiempo? Cuando se vive para siempre, o cuando se mira el universo, pasado, presente y futuro, ¿cambiamos y evolucionamos con los intentos? ¿O el destino repite las cosas en bucles sin fin? Jorge Luis Borges se pregunta lo mismo en El Aleph. Esta colección de 17 cuentos, publicada originalmente en 1949 y luego expandida en 1952, es una de las grandes obras de la literatura latinoamericana, pero más que eso, es divertidísima. El mismo Borges clasifica el libro como parte del género fantástico, y la primera vez que escuché esto, pensé que serían cuentos en la tradición de fantasía de la literatura en inglés, con magia, castillos y dragones. Me equivoqué. La fantasía de estos cuentos está en su temática: el infinito, que toma forma en todas las acciones de todos los humanos de toda la historia, desarrolladas infinitamente. Desde una ciudad de hombres inmortales, hasta la Buenos Aires de los años 40, y a través de personajes tan terrenales como fabulosos, los relatos del libro quieren entender qué pasa cuando el tiempo deja de ser final. En El Aleph, Borges busca respuestas en hombres que viven para siempre (como en el cuento El inmortal), en el estudio de las intenciones de los dioses para los hombres (Los teólogos, La busca de Averroes), en personas que repiten, sin saberlo, lo que han hecho sus antepasados (El Zahir, El hombre en el umbral), y hasta en todo lo que existe sobre la tierra, visto desde un solo lugar en un mismo momento (El Aleph, a mi gusto uno de los mejores cuentos de la historia del idioma español). Y cuando Borges se aleja de las preguntas sobre el infinito, también nos regala meditaciones acerca del tiempo y si no sería posible cambiar hechos que ya ocurrieron (La otra muerte). El resultado de esta búsqueda es una serie de relatos deleitables, que nos llenan de dudas existenciales y nos hacen cuestionar nuestros actos de todos los días. Todos los personajes del libro están atormentados por alguna disconformidad con un status quo ante el que se rebelan o del que huyen, y nos llevan con ellos en viajes increíbles, tanto físicos como metafísicos. Y como si eso fuera poco, El Aleph está casi perfectamente escrito. El legendario estilo de Borges es florido y elaborado, pero siempre funciona en servicio de su temática. No hay una sola metáfora, de entre las tantas que nos regala el autor, que no sirva para esclarecer lo que nos relata, haciendo que se sientan siempre frescas a pesar de su complejidad. El Aleph no tiene una respuesta a sus grandes preguntas. Cada relato las contesta de una manera diferente, dejando que los lectores exploren posibilidades y saquen sus propias conclusiones. Si bien los relatos de El Aleph son demandantes, obligándonos a los lectores a entregarles toda nuestra atención para descifrarlos, nos recompensan con una experiencia literaria verdaderamente inolvidable. El Aleph está disponible en todas las librerías de Panamá y en Tiendapanama.com.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxMjQ5NQ==