8A La Prensa Panamá, viernes 1 de agosto de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. casos que tomamos… pero también a través de los principios que decidimos no abandonar, incluso cuando nadie nos observa. Esta época actual exige, más que nunca, recordar la esencia de la profesión. Hoy, donde cualquiera puede dar consejos legales en redes sociales y donde la desinformación jurídica se difunde con la misma rapidez que un meme, los abogados tenemos una responsabilidad distinta: no solo saber, sino saber discernir. Informar no es simplificar al punto de distorsionar. Los abogados tenemos el deber de comunicar con claridad, sí, pero también con rigor. Educar no es volvernos influencers, sino convertirnos en referentes confiables para una sociedad que necesita comprensión, no confusión. El acceso a la ley está abierto, pero la comprensión del Derecho sigue siendo compleja. No basta con repetir artículos o subir sentencias a Instagram. Los abogados debemos resistir la tentación de volvernos solo “creadores de contenido legal”, y mantenernos como guardianes del criterio, del análisis y de la verdad procesal, aunque eso no siempre genere likes. Todos tienen su lugar, siempre que no olviden lo fundamental: la ética, la honestidad intelectual y el compromiso con la justicia, incluso cuando esta no se alinee con el interés inmediato del cliente. Y es que, al final, no importa si un abogado litiga todos los días, si redacta contraLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Más allá del aula: ciencia para aprender mejor Educación La forma en que aprendemos está cambiando rápido. Ya no basta con pizarras, libros de texto y repasar apuntes. Hoy, la ciencia del aprendizaje nos muestra cómo funciona el cerebro, cómo recordamos mejor y qué prácticas realmente mejoran la educación. La neurociencia educativa revela que no todos los estudiantes asimilan de igual manera. Hay investigaciones que demuestran que repetir información sin contexto tiene menos impacto que usar ejemplos prácticos, imágenes y relatos reales. Esto se conoce como aprendizaje multisensorial, que activa más áreas del cerebro y refuerza la memoria a largo plazo. Por esta razón, cada vez más escuelas y universidades integran plataformas interactivas, análisis de datos e inteligencia artificial (IA). Estas herramientas basadas en IA pueden personalizar ejercicios, detectar áreas débiles y adaptar contenidos según el progreso de cada estudiante. Project Astra es un ejemplo reciente: un prototipo de asistente de inteligencia artificial multimodal, desarrollado por Google DeepMind, que combina reconocimiento de voz, procesamiento de lenguaje y datos en tiempo real para resolver preguntas y reforzar conceptos. Según un reporte de HolonIQ, el gasto global en tecnología educativa crecerá de 227 mil millones de dólares en 2020 a alrededor de 404 mil millones en 2025. Sin embargo, no todo es software. La ciencia también estudia la motivación y la permanencia escolar. Diversos estudios en Panamá muestran que uno de los retos es mantener a los jóvenes interesados y reducir la deserción. Para eso, entender sus contextos, usar ejemplos cercanos y aplicar técnicas comprobadas como la retroalimentación inmediata, la gamificación o el aprendizaje colaborativo pueden marcar la diferencia. Detrás de cada app educativa, cada tablero digital o cada plan de estudios actualizado hay evidencia científica. Comprenderla y aplicarla no es tarea solo de expertos. Docentes, familias y estudiantes pueden beneficiarse si sabemos preguntar: ¿qué dice la ciencia sobre cómo aprendemos mejor? Aprender mejor también es una forma de acercar la ciencia a nuestra vida diaria y exigir políticas educativas que se basen en hechos, no en intuiciones. Una educación basada en ciencia es progreso para todos. Miocardio Salud pública su altísima mortalidad, seguramente tiene propósitos que distan mucho de reconocer el derecho de la gente a la verdad, porque las cifras no se le han ocultado ni vedado a nadie y se han divulgado a todo lo largo del sufrimiento y desgaste anímico de tantos fallecidos, durante 5 años, desde finales del año 2019. Como el corazón de quienes conspiran contra la ciencia y las vacunas late a un ritmo agónico, su digitalización es dar información parcial, falsamente asociada a data correcta y lograr así, sacarle ventaja a la distracción de la mayoría de las audiencias, que no tienen por qué conocer datos científicos. Ahora tergiversan la información sobre la aparición de miocarditis y pericarditis, en individuos vacunados contra covid-19. Un primer informe canadiense, publicado en el 2023, sugirió un aumento de miocarditis y/o pericarditis durante la semana posterior a la aplicación de la vacuna ARNm para covid-19 administrada en Canadá (Comirnaty, de Pfizer-BioNTech y Spikevax, de Moderna). El grupo revisó los informes del Sistema de Vigilancia Canadiense por Efectos Adversos de las Inmunizaciones de diciembre 2020 a marzo 2022. Los casos atribuidos a individuos de 18-39 años fueron estimados para cada vacuna y se compararon con las ratas conocidas de los años 2015 a 2019, cuando no había pandemia ni vacunas contra el SARS-CoV-2 (el coronavirus 2 del Síndrome Respiratorio Severo Agudo). En 1,273 recipientes varones de 18-29 años de edad, que recibieron una segunda dosis de la vacuna ARNm covid-19 de Moderna, el riesgo de miocarditis y/o pericarditis que se podía atribuir a la vacuna de Moderna (106 individuos) fue entre 4.72 a 5.69 veces mayor al compararlo con la vacuna de Pfizer (33 individuos). La conclusión fue: “el riesgo de miocarditis y/o pericarditis es superior después de la 2ª. dosis de la primera vacunación con la vacuna mRNA-1723 (Moderna), en aquellos varones entre 18-39 años de edad, especialmente entre 18-29 años de edad”. En junio de 2023, Julia Stowe y sus investigadores en Inglaterra, publicaron sus resultados sobre el riesgo de miocarditis y pericarditis con unos 50 millones de individuos elegibles para (1) recibir la primera serie de la vacuna de ARNm, (2) después de la vacunación refuerzo, y (3) en aquellos que habían tenido una infección previa con el virus SARS-CoV-2. Entre el 22 de febrero de 2021 y el 6 de febrero de 2022, hubo en Inglaterra 2,284 admisiones hospitalarias por miocarditis y 1,651 por pericarditis. Pedro Ernesto Vargas ‘Ser abogado, más allá del título y de una vocación que no se quita’ 9 de agosto En la facultad de Derecho se nos enseña no solo a argumentar o a resolver problemas legales, sino que existen educadores que nos entrenan para interpretar el mundo, un mundo dinámico y de constante transformación. Pero llega un punto en el que debemos tomar una decisión: ¿A qué rama del Derecho quiero dedicarme? ¿Por qué me interesa cierto tipo de casos más que otros? Ya sea por vocación, por la defensa de derechos humanos o por la adrenalina que genera litigar en la rama penal, algunos encuentran en el Derecho de familia una forma de proteger la dignidad en los vínculos más vulnerables. Otros se inclinan por el Derecho Corporativo o Tributario, y también están los que, por diversas circunstancias, siguen la línea del bufete donde hicieron su pasantía, del profesor que los marcó o del primer cliente que les cambió la vida. Sea cual sea el camino, todos construimos nuestra identidad profesional a través de los tos desde una oficina, si trabaja para el Estado o para una fundación, si se dedica a la docencia o, incluso, si lo hace desde un escenario. Lo cierto es que quien ha sido formado en Derecho nunca deja de ser abogado. Tenemos al intérprete de Pedro Navaja, que, aunque no litigue en los tribunales, lleva al Derecho en la médula de sus canciones; escuchar sus letras es escuchar demandas sociales, denuncias al poder, defensa de los olvidados y construcción de justicia desde la música. Porque ser abogado no es solo ejercer una profesión, es encarnar un compromiso. A los nuevos colegas, en vísperas de conmemorarse el Día del Abogado en Panamá, les dejo esta reflexión: no se angustien si aún no han encontrado su especialidad. Lo importante es no perder el sentido del oficio, ese que no se aprende solo en libros ni se mide en diplomas, sino en la forma en que uno se pone al servicio de la verdad, la justicia y la dignidad humana. Porque ser abogado no es solo un título: es una forma de estar en el mundo. Y cuando se ejerce con convicción, no hay escenario donde no se note. Honremos el Derecho en cada acto, en cada palabra y en cada silencio. Porque eso es lo que de verdad nos define. Opinión EL AUTOR es consultor de empresas con MBA en Finanzas Corporativas e integrante de Ciencia en Panamá. EL AUTOR es abogado. EL AUTOR es médico. Franklin Ward Se observó un mayor riesgo de miocarditis, principalmente en hombres, en los primeros 6 días de la segunda dosis de la vacunación primaria y la dosis de refuerzo (por nuevo linaje) de las vacunas de ARNm, con los mayores riesgos en varones entre 16 y 39 años, con un riesgo superior entre 16 y 24 años de edad; y un menor riesgo en personas con infección previa por SARS-CoV-2 y ausencia de un mayor riesgo, tras la dosis de refuerzo. En cambio, el riesgo de miocarditis y pericarditis fue elevado a los 27 días después de la infección por SARS-CoV-2 y fue mayor en varones de 40 años y más. Ryan Ruiyang Ling, de la escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Singapur, junto a sus colaboradores, hicieron una revisión sistemática de datos internacionales, de incidencia de miocarditis y pericarditis asociadas con las vacunas contra covid-19 y compararon con aquellas asociadas a otras vacunas. La incidencia total de miocarditis y pericarditis observada en 22 estudios (405,272,721 dosis de vacunas) fue de 33.3 casos por millón de dosis de vacunas, y no fue significativamente diferente entre individuos que recibieron las vacunas contra covid-19 (11 estudios y 395,361,933 dosis) y aquellos que recibieron vacunas no contra covid-19 (11 estudios y 9,910,788 dosis). Comparada con los casos asociados con las vacunas de covid-19, la incidencia de miocarditis y pericarditis fue significativamente superior después de la vacunación contra la viruela, y no lo fue frente a la vacunación contra la influenza, ni en otros estudios sobre su incidencia con otras vacunas que no eran contra la viruela. Con respecto a la miocarditis y pericarditis con las vacunas contra covid-19, se observó igual que en otros estudios, mayor riesgo en grupos de varones, menores de 30 años de edad, después de recibir vacunas ARNm y después de la 2ª. dosis de la vacunación primaria vs la primera y la dosis de refuerzo. La miocarditis después de la vacunación contra covid-19 con vacunas ARNm (19.7 por cada millón de dosis) fue muy inferior a la producida por la infección con el virus de la covid-19, el SARS-CoV-2 (2,76 por cada 1,000 infecciones). Quienes enferman con covid-19 tiene 35 veces más riesgo de desarrollar miocarditis o pericarditis, que aquellos que no enferman. Su curso posterior a la vacunación es benigno comparado con el curso de la miocarditis por la infección, caracterizado por falla cardíaca y muerte. El liderazgo en la ciencia y la medicina no se beneficia de uno atado a una ideología política, como tampoco de uno deslegitimado por una profunda brecha en el conocimiento de ellas o un interés insano de falsearla, porque lo que se logra es arrastrar con ese liderazgo, decisiones y actuaciones que ponen en peligro, no solo el descubrimiento de la verdad, sino la salud y la vida de millones de seres humanos. Robert F. Kennedy, Jr., quien lidera el ministerio de salud de los Estados Unidos -el Departamento de Salud y Servicios Humanos, HHS, por sus siglas en inglés- es reconocido por su profundo compromiso y larga historia con el movimiento anti-vacunas y, como bien se ha comprobado, su pobre y nada relevante formación científica ni higiénica. En nuestro medio, esa desaventurada propuesta sanitaria de la administración Trump de acabar con todo lo logrado en salud pública, comienza a ser utilizada para rescatar teorías de conspiración y fábulas extravagantes con respecto a la pandemia de covid-19: “no hubo tales muertos por una pandemia que no existió”, “las vacunas mataron más personas por miocarditis y pericarditis”. Es muy difícil encajonar estas afirmaciones en el contexto de la ciencia, de la epidemiología, de las estadísticas y del respeto al duelo de millones de personas en el mundo. A nivel mundial, para el 1 de abril 2025, la covid-19 produjo 7,057,132 muertes confirmadas y 18.2-33.5 millones de muertes estimadas. En comparación, entre 1959 y 1960 se produjo un pico en la mortalidad global, con 54.61 millones de muertes totales, con la contribución significativa del “flu asiático”. Esto fue un aumento de la mortalidad mundial, similar al ocurrido durante los años de la pandemia de covid-19, cuyo pico se alcanzó en el 2021 con 69.73 millones de muertes. Afirmar que la pandemia del covid-19 no existió, que el virus no se aisló, que la vacuna fue un fraude y mató más gente es una burla con serios visos inmorales. Quien continúa negando la pandemia y Tomás Sucre Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. 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