11A La Prensa Panamá, lunes 21 de julio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. del contexto de implementación. Incidir en la cultura política de los actores, asegurar la aplicación efectiva de sanciones y fortalecer la coordinación interinstitucional son claves para una reforma incremental y efectiva. En un contexto global marcado por la incertidumbre radical y la polarización tóxica, tres grandes temas demandan atención urgente: 1. La revolución tecnológica. Las nuevas tecnologías de la información están transformando profundamente la política. La digitalización ha traído una paradoja: la misma infraestructura que amplía el acceso a la información facilita la circulación masiva de contenidos manipulados que distorsionan la realidad. Los algoritmos y su monetización, así como el mal uso de la inteligencia artificial, reproducen desigualdades y sesgos de acceso a la información, afectando la democracia al promover cámaras de eco y radicalización política. Dado el creciente poder de las compañías tecnológicas, es necesario profundizar la colaboración con ellas para combatir la desinformación, prevenir la violencia digital y mejorar la fiscalización de las campañas en redes sociales. 2. El dinero ilícito. La corrupción endémica y el avance del crimen organizado socavan el Estado de derecho democrático. Son fenómenos transnacionales con mecanismos cada vez más sofisticados que enfrentan órganos estatales con baja coordinación y débil presencia territorial. En las elecciones, especialmente a nivel subnacional, ha aumentado el uso de recursos ilícitos para financiar campañas de manera opaca. Además, persiste el uso de fondos públicos en prácticas clientelaLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Impulsores de un ecosistema científico y económico Ciencias empresariales Panamá se encuentra en una encrucijada en su desarrollo científico y económico. Históricamente, el país ha enfrentado dificultades para consolidar un ecosistema científico sólido, en gran parte por el tamaño limitado de su mercado y la falta de incentivos para la investigación en diversas disciplinas. Sin embargo, las ciencias empresariales surgen como una alternativa innovadora y estratégica frente a este panorama. La investigación en ciencias empresariales no se limita a optimizar procesos o aumentar la rentabilidad de las compañías. Va mucho más allá: abre la puerta a la exploración de nuevos mercados, identificando oportunidades conocidas como blue oceans (mercados nuevos o inexplorados donde la competencia es irrelevante porque se crean oportunidades de valor únicas aún no explotadas). Estos mercados representan una fuente inagotable de innovación y crecimiento, con un efecto multiplicador que trasciende las fronteras de lo estrictamente empresarial. Al abrir estos espacios, las ciencias empresariales se convierten en un imán para científicos de otras áreas. Un ecosistema empresarial diversificado y en expansión atrae a investigadores de las ciencias naturales, exactas y sociales, quienes encuentran en estos nuevos mercados oportunidades para aplicar su conocimiento de forma innovadora y rentable. Este enfoque también redefine el papel de las universidades. La conexión entre academia y empresa cobra mayor relevancia cuando la investigación se alinea con las necesidades del mercado. Carreras como administración, economía o mercadeo dejan de entenderse solo como formaciones teóricas para convertirse en laboratorios de innovación aplicada. Cada proyecto empresarial funciona como una hipótesis en prueba, un espacio donde se generan datos, se identifican patrones y se descubren soluciones. Además, Panamá vive un momento estratégico. Con la salida de la lista gris del GAFI y un proceso de fortalecimiento institucional en curso, existe una oportunidad real de posicionar al país como un hub de innovación regional. La promoción de las ciencias empresariales puede actuar como un acelerador natural para este objetivo, alineando incentivos académicos, empresariales y estatales en torno a la creación de valor sostenible. El valor de las ciencias empresariales trasciende los términos financieros: radica en su capacidad para generar un ecosistema científico dinámico y colaborativo. La lógica del capitalismo, que premia a quienes aportan valor, se refleja en este modelo: al ofrecer soluciones innovadoras y descubrir nuevos nichos de mercado, todos los actores del ecosistema se benefician, fomentando un entorno de crecimiento sostenible y de beneficios compartidos. Apostar por la investigación en ciencias empresariales no solo fortalece el tejido empresarial panameño, sino que impulsa la creación de un ecosistema científico vibrante y diverso. Es una invitación a pensar en grande, innovar y construir un futuro donde el conocimiento y la empresa avancen de la mano, generando valor para todos. Los panameños, la juventud y la esperanza Centroizquierda personales o de grupo. Hemos sido testigos —y luchamos contra ello— de cómo esa concepción presagiaba la destrucción del país. Vi cómo la institucionalidad y las organizaciones políticas, que alguna vez representaron esperanza, fueron vaciadas de contenido. Cómo todo se fue desfigurando y se sustituyó la vocación cívica, social y patriótica por el interés económico y electorero, con el fin de disfrutar y expoliar el poder. Las organizaciones políticas quedaron reducidas a una mínima expresión de representatividad, con actitud de rémora, sirviendo a los pocos empresarios que necesitan del poder político para desarrollar sus negocios. Así se incubó el desastre que hoy vivimos: Con la renuncia a los principios. Con la ambición desmedida llegaron la corrupción y los narcodólares que apuntalaron el clientelismo. Lo anterior creó la necesidad de perpetuarse en el poder, sin importar el destino del país. Por ello, de manera cínica, se jugó con los principios y, sin importar el daño y el desprestigio, se introdujo el transfuguismo no solo entre los políticos, sino también en otras esferas sociales. La deslealtad institucional se convirtió en norma y el oportunismo en ideología. El proyecto político de país se transformó en un simple proyecto de poder. Por todo esto se rompió la confianza ciudadana, lo cual se evidenció en las elecciones posteriores a 2009. Hoy la desconfianza y el descrédito son descomunales y generalizados. Esa desconfianza ha impulsado a la juventud, como una esperanza, a participar en política. Con ellos adquirimos la deuda moral de ayudarlos —por el bien del país— a recuperar la fe y la confianza en la práctica política, para que los más sanos no sean desviados. Esa siempre será una posibilidad. Francisco Sánchez Cárdenas El poder del dinero y la fragilidad democrática en tiempos digitales Financiación política La relación entre el dinero y la política debe estar guiada por tres principios fundamentales de las democracias: participación e inclusión, equidad en la competencia y transparencia con rendición de cuentas. Cuando los fondos ilícitos, los escándalos de corrupción y los conflictos de interés permean la política, el proceso de toma de decisiones se ve afectado, comportando un serio riesgo de cooptación del Estado y aumentando el desencanto con los partidos políticos y las elecciones. Panamá ha legislado e innovado en materia de financiación política, pero, dada la velocidad de los cambios que trae aparejada la revolución tecnológica, ciertos elementos y tendencias del debate mundial pueden contribuir a la reflexión futura en el seno de la Comisión Nacional de Reformas Electorales y, el año próximo, en la Asamblea Nacional. Desde hace 30 años, en IDEA Internacional acudimos al llamado para asistir técnicamente los procesos de reforma sobre financiamiento político en la región y el mundo. Si bien la evidencia comparada permite identificar prácticas que tienden a estandarizarse, no se trata de copiar y pegar, sino de adaptar las normas y buenas prácticas a las características y necesidades res y los conflictos de interés con privados, lo que se traduce en campañas más costosas. 3. La interferencia extranjera. Crece la preocupación por la injerencia de países o conglomerados transnacionales en procesos electorales de otros Estados mediante la propagación de narrativas desestabilizadoras o conspirativas que buscan alterar el comportamiento electoral y debilitar la soberanía democrática. El desarrollo de capacidades de monitoreo y análisis de amenazas digitales, mediante la cooperación internacional con agencias de inteligencia financiera y órganos electorales, es esencial. Para finalizar, dos consideraciones deben guiar el próximo proceso de reformas en materia de financiamiento político. Por un lado, la creciente concentración del poder económico y del poder político deteriora la pluralidad democrática: a mayor colusión de intereses privados y públicos, más nepotismo y debilitamiento del Estado de derecho. El fortalecimiento de la sociedad civil, los órganos de control y los medios de comunicación independientes es clave para prevenir este riesgo. Por otro lado, la legislación debe encontrar un equilibrio entre garantizar una competencia política leal y la integridad electoral, y respetar derechos fundamentales como la libertad de expresión. Contrario a la narrativa antiderechos predominante, regular no es censurar, y la libertad de expresión no equivale a la libertad de agresión. Opinión EL AUTOR es miembro de la Fundación Libertad. EL AUTOR es oficial de Programa para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional. EL AUTOR es médico y ex presidente del PRD. Bryan Townshend Bahamón No es tarea fácil porque ellos no creen en nada ni en nadie que lleve una bandera política, pero tampoco es imposible. La desconfianza de ellos —y también la nuestra— es real. Y, ¿saben qué? ¡Tienen razón! Tienen razón porque han visto cómo sus padres y sus abuelos apostaron a procesos que prometieron un cambio y solo recibieron más desigualdad, más corrupción y más cinismo.Tienen razón porque han visto cerrarse las puertas del trabajo digno, de la educación pública de calidad y de una salud humana no mercantilizada. Tienen razón porque nadie quiere vivir en una democracia que no resuelve ni siquiera las necesidades básicas, mucho menos las de quienes apenas sobreviven. Pero a nuestra juventud también le digo: no podemos aceptar la política tal como se practica hoy. Desconfiar es un acto sano, pero no pueden rendirse ni dejarse confundir hasta poner en peligro la democracia, que —con todas sus falencias— sigue siendo la práctica política que posibilita la igualdad de oportunidades. Rendirse no es una opción La política nunca será totalmente transparente ni decente, pero lo más atrevido, osado y necesario es luchar para volver a creer que puede serlo. Tampoco se trata de volver al pasado. Se trata de recoger lo mejor de ese legado y proyectarlo hacia adelante con radical honestidad. Como cristiano, creo en los milagros y tengo fe en el Señor, pero en política no se pueden prometer milagros ni pedir fe ciega. En estos años he aprendido —y muchas veces por las malas— que no basta con tener la razón. Que la democracia, al igual que la credibilidad, hay que construirla cada día. Que la justicia no se decreta y que la política necesita redención. No con discursos vacíos, sino con prácticas concretas, nuevas formas de organización, ética, transparencia y coherencia. En medio de problemas con la Ley 462, la mina, los polémicos memorandos de entendimiento, la falta de agua, la corrupción y muchos etcéteras, y a cuatro años de las próximas elecciones, hoy quiero hablar de un tema estructural: cómo hemos masacrado la confianza y lo necesaria que nos será en el futuro. Hablemos desde la verdad y con espíritu reflexivo, pero sobre todo desde la necesidad de un nuevo comienzo. Hemos dedicado décadas de nuestras vidas al servicio público y a la vida política. Lo hicimos desde una trinchera ideológica clara: la de centroizquierda. Lo hicimos inspirados en un conjunto de principios que hablaban de justicia social, dignidad humana, soberanía, democracia profunda, desarrollo con equidad y la obligación moral de no dejar a nadie atrás. Pertenecemos a una generación que heredó una lucha noble. Una lucha que tuvo nombres y apellidos. Una lucha que nació del pensamiento, pero también del sacrificio e incluso de la inmolación de mujeres y hombres que entregaron su vida por construir un país más justo. De líderes que nos enseñaron que el poder solo vale si sirve para transformar, corregir desigualdades y ampliar derechos. Pero debo decir también, con el mismo compromiso con la verdad, que esa lucha fue traicionada por la manera en que muchos decidieron usar esas ideas como simple fachada para intereses Nicolás Liendo Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. 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