7A La Prensa Panamá, jueves 17 de julio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. desafueros, crímenes y arbitrariedades cometidas en contra del pueblo panameño durante aquel fúnebre y negro período de nuestra historia. El problema es que ahora no estamos en los tiempos de “regáñeme, mi general”, ni se trata de palabras dichas al viento por parte de un periquito o periquita, o de un primo lejano del diputado Camacho, o incluso de las desabridas declaraciones de un pelechador y rezagado varillero del noriegato. Por el contrario, estamos hablando de las declaraciones públicas de un ministro de Estado del actual gobierno de José Raúl Mulino, quien aseguró con vehemencia ante los medios que: “Debemos estar agradecidos de Ricardo Martinelli, quien ayudó a que el país tuviera una elección y una transición democráticas”, y reiteró además, con pasmosa convicción, la manida frase utilizada en la campaña pasada: “Martinelli es Mulino y Mulino sigue siendo Martinelli”. Si el presidente Mulino pasa por alto las recientes declaraciones de Navarro, o peor aún, las celebra como una inocente mamarrachada de su Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Una victoria pírrica Primer año de gestión En el año 279 a. C., en la batalla de Asculum, Pirro, rey griego de Epiro, logró una importante victoria contra el gran y glorioso Imperio Romano. Sin embargo, perdió a gran parte de sus guerreros. Al finalizar la batalla, uno de sus generales exclamó: “Rey, hemos vencido”, a lo que Pirro, contemplando el campo de batalla y la devastación de sus tropas, respondió: “Con otra victoria como esta, estamos perdidos”. Este pasaje histórico dio origen a la expresión “victoria pírrica”, utilizada para referirse a un resultado favorable obtenido a un costo tan alto que, en realidad, se asemeja a una derrota para el vencedor. El presidente de la República ha asumido múltiples batallas de forma simultánea: la Ley 462, los memorandos de entendimiento con Estados Unidos, las jubilaciones de los empleados bananeros en Bocas del Toro, las protestas del Suntracs, de los grupos originarios y de los gremios docentes. Ha enfrentado estos problemas de manera frontal y directa, logrando imponerse y doblegar a los grupos que protestaban, algo que ningún mandatario anterior había conseguido, pues sus predecesores solían terminar firmando armisticios con sus opositores. Coincido en que, en muchos de estos casos, el mandatario tenía razón respecto a las oscuras intenciones que gravitaban sobre algunos grupos y gremios, movidos principalmente por intereses políticos y no por una verdadera voluntad de resolver problemas nacionales. En ese sentido, no podemos censurar la acción del Órgano Ejecutivo ni la forma en que enfrentó la conflictividad. No obstante, esta victoria ha tenido un alto costo: la contracción económica y la pérdida de empleos en Bocas del Toro, además de la muerte y las graves lesiones de personas, que la propia Defensoría del Pueblo ha catalogado, en algunos casos, como violaciones a los derechos humanos. A esto se suma la caída en la aceptación del presidente y de sus ministros, reflejada en encuestas nacionales e internacionales que sitúan su aprobación en apenas 9%. Reconozco que el presidente ha acertado en algunos aspectos de su gestión y ha asumido riesgos que ningún otro mandatario se atrevió a tomar. Sin embargo, esas victorias le han causado bajas significativas que afectarán su gobierno en los próximos cuatro años. El tema que se avecina es el de la mina, un asunto espinoso ante el cual la población manifestó una férrea oposición en 2023. Lo más recomendable, para evitar sobresaltos que amenacen la paz social, es que el presidente consulte mediante un plebiscito si Panamá quiere o no minería. Si la consulta es aprobada, tendría luz verde para reactivar la mina de Donoso sin mayores oposiciones. En conclusión, las victorias logradas en el primer año de gobierno de José Raúl Mulino se han conseguido a un alto costo social y económico, cuyos efectos solo podrán evaluarse con el tiempo. Esos efectos implican, y seguirán implicando, un elevado costo político para el presidente y para su partido, Realizando Metas, especialmente en el próximo torneo electoral. Carrera legislativa: ¿botín político o purga institucional? Servicio público profesionalizar el servicio público — como la Ley 12— se usan para blindar y proteger nombramientos políticos injustificados, innecesarios y onerosos. Esto genera cuatro problemas que debemos visibilizar y enfrentar: 1. Clientelismo institucionalizado: cada directiva hereda compromisos de planilla, perpetuando un sistema opaco y sin control. 2. Falta de transparencia: muchas plazas carecen de trazabilidad; no se sabe quién las ocupa ni qué funciones cumplen. 3. Ausencia de tecnología: no existen registros digitales de desempeño, horarios ni productividad, lo que impide toda evaluación objetiva. 4. Falta de sanciones reales: la estabilidad se ha convertido en un escudo frente a la rendición de cuentas. A esto se suma un problema aún más grave: las llamadas “botellas históricas”. Funcionarios que llevan décadas en la Asamblea sin evaluación alguna, y en algunos casos ni siquiera se sabe si siguen activos o bajo qué condiciones. Por eso, urge una “purga legislativa” de carácter técnico y legal, orientada a ordenar el sistema con criterios claros, verificables y constitucionalmente sostenibles, sin persecuciones ni venganzas políticas. Esto no implica debilitar a la Asamblea ni negar su necesidad operativa. Es cierto que los diputados requieren personal de confianza para asesoría, gestión en circuito y atención ciudadana. La clave está en regular con David Montenegro Al buen callar llaman, Sancho Exabruptos La frase aparece en el capítulo 43 de la Segunda Parte del Quijote, cuando Sancho se deja venir con una letanía de necedades, logrando enfurecer a don Quijote, y este lo reprende. Una recomendación similar le habría convenido acatar al ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, antes de dar a conocer sus recientes e inoportunos exabruptos. La verdad es que, en estos momentos, viniendo de un miembro del PRD, no deberían sorprendernos tanto sus almibaradas declaraciones en favor de Martinelli, puesto que hace poco también escuchamos, por ejemplo, al diputado Bolota Salazar gritar a todo pulmón en la Asamblea que Martinelli era lo máximo, llegando incluso a conmover hasta las lágrimas al propio Camacho con su inusitada intervención. Se suponía que, en aquella ocasión, tal desafuero era producto del acostumbrado oportunismo conductual, muy propio de este honorable padre de la patria. Pero al parecer, la adulación y la cepillería les viene de arrastre por igual a estos dos personajes, y de seguro a muchos otros de la misma camada, incubada desde aquellos tiempos en que en dicho partido se le rendía culto y veneración absoluta al dictador Noriega, a quien consideraron su emblemático padrino y mentor, sin importar los flamante ministro de Ambiente, entonces todos los panameños tendríamos razones para sentirnos preocupados y, en consecuencia, para considerar sospechosamente ciertas las aseveraciones de Navarro. Qué lamentable sería que, a estas alturas del partido —transcurrido apenas el primer año de gobierno—, tengamos que llegar al convencimiento de haber estado asistiendo a la presentación de una obra de teatro muy bien montada, en la que el presidente Mulino tuvo la habilidad suficiente para engañarnos y convencernos a todos, desde el primer día de su gestión, de la veracidad de su supuesta “metamorfosis kafkiana” para bien del país, que todos nos creímos. Ello sería verdaderamente frustrante y desalentador para todos los panameños, y supongo que terriblemente frustrante, además, para la mayoría de sus actuales ministros, quienes —al igual que yo— llegamos a creer a pies juntillas en las palabras del presidente Mulino cuando, al tomar posesión del cargo, dijo emocionado: “Tengo la intención de dejarle como legado un buen ejemplo a los panameños, a mis hijos y a mis nietos”, propósito que, como él sabe, y todos sabemos, ni remotamente pudo ni podrá lograr jamás su amigo, el delincuente condenado y prófugo de la justicia Ricardo Martinelli, pese a las múltiples y oficiosas adulaciones adicionales que continúe recibiendo en su yate, ahora de parte de sus nuevos aliados y súbditos del PRD. Opinión EL AUTOR es abogado. EL AUTOR es pintor y escritor. EL AUTOR es abogado y director de la Fundación de Gobernanza Democrática. Irving Domínguez Bonilla firmeza. Estas posiciones deben estar claramente definidas, supervisadas y excluidas del ingreso automático a la carrera. Esta reforma, a mi juicio, debe incluir los siguientes parámetros: 1. Concursos públicos obligatorios: derogar los procedimientos especiales y establecer el concurso como única vía de ingreso a la carrera legislativa. 2. Regulación del personal de confianza: establecer mecanismos verificables, con rendición de cuentas clara sobre funciones y desempeño. 3. Transformación digital: implementar un sistema integrado de gestión legislativa que incluya expedientes electrónicos del personal, registro biométrico de asistencia, evaluaciones de desempeño basadas en indicadores objetivos y una plataforma en línea accesible al público donde se publiquen, en tiempo real, vacantes, salarios y funciones, conforme a las mejores prácticas de gobierno abierto y las demandas de transparencia de la ciudadanía panameña. La Asamblea enfrenta un momento decisivo: puede seguir siendo un símbolo del clientelismo o liderar su propia transformación. La nueva junta directiva tiene en sus manos la oportunidad de limpiar la casa y demostrar que los partidos políticos aún pueden actuar con responsabilidad. Esta no es solo una cuestión técnica, sino de voluntad y compromiso con el país. Panamá espera que sus líderes estén a la altura. Esta podría ser la última oportunidad para recuperar la confianza de un pueblo que ya no cree en promesas vacías. La Asamblea Nacional de Panamá atraviesa una crisis de confianza sin precedentes. Según una encuesta de La Prensa de marzo de 2024, el 84.1% de los panameños tiene poca o ninguna fe en este órgano del Estado, una cifra que en provincias como Coclé alcanza el 98.6%. Una de las raíces principales de este problema es la deficiente aplicación de la carrera del servicio legislativo, creada por la Ley 12 del 10 de febrero de 1998, cuyo objetivo era profesionalizar la administración legislativa y garantizar estabilidad basada en el mérito. Sin embargo, esta ley se ha convertido en un mecanismo para proteger intereses políticos ilegítimos. Entre 2008 y 2024, más de 1,200 personas ingresaron a la carrera legislativa por vías especiales, sin concursos ni evaluaciones. Solo en abril de 2024 se acreditaron 450 funcionarios, sin pruebas técnicas que validaran su capacidad ni su rendimiento. Estos datos no deben analizarse de forma aislada. Según cifras citadas por este mismo periódico, para abril de 2024, la Asamblea tenía una planilla de 4,022 personas. Del presupuesto total asignado, casi el 97% se destina a funcionamiento, y apenas el 3% a inversión. Hablamos de más de 113 millones de dólares anuales que no encuentran justificación ni sustento en planes de eficiencia institucional. Mientras la planilla crece desmesuradamente, las leyes diseñadas para Estamos hablando de las declaraciones públicas de un ministro de Estado del actual gobierno de José Raúl Mulino, quien aseguró con vehemencia ante los medios que: ‘Debemos estar agradecidos de Ricardo Martinelli, quien ayudó a que el país tuviera una elección y una transición democráticas”. Joaquín González J. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón La nueva junta directiva de la Asamblea Nacional tiene ahora la oportunidad de limpiar la casa y demostrar que los partidos políticos aún pueden actuar con responsabilidad.
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