6A La Prensa Panamá, miércoles 9 de julio de 2025 El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) anunció el inicio de un proceso de limpieza y desinfección de las redes de distribución de agua potable en Azuero, luego de registrar mejoras sostenidas en la calidad del agua cruda del río La Villa. Así lo informó Rutilio Villarreal, director de la institución, quien aseguró que los niveles de materia orgánica se han estabilizado y están dentro de los límites que las plantas potabilizadoras pueden procesar. Villarreal dio a conocer la noticia en una conferencia de prensa realizada después del consejo de gabinete. “Llevamos más de ocho días en monitoreo constante y los indicadores muestran que el río vuelve a su equilibrio natural”, dijo Villarreal al presentar el balance semanal de la situación ambiental en la región. Como siguiente paso, el Idaan iniciará una intervención por etapas que contempla la instalación de válvulas, la microsectorización de las redes y la desinfección de las plantas potabilizadoras. El plan incluye la sectorización hidráulica de los sisRío La Villa: Idaan inicia proceso de desinfección de redes en Azuero CONTAMINACIÓN temas en Chitré, Las Tablas, Guararé y la vía hacia Los Santos, con el n de aislar pequeñas zonas de la red para facilitar la limpieza. “Una vez culminada la instalación de válvulas e hidrantes, comenzaremos con la desinfección de las plantas Roberto Reina y Runa Alfaro, y luego avanzaremos región por región”, explicó el funcionario. La desinfección se realizará durante la noche, ya que las redes deben permanecer al menos seis horas en contacto con la solución de cloro. Villarreal indicó que el procedimiento será informado a través de medios de comunicación locales y mediante visitas casa por casa, donde se entregará un manual explicativo. Jorge Herrera, presidente de la Asamblea Nacional. Elysée Fernández Sin carros alquilados, pero con 4 mil empleados: el reto fiscal de la Asamblea Eliana Morales Gil [email protected] Eliana Morales Gil [email protected] PODER LEGISLATIVO ¿Logrará Jorge Herrera recortar el gasto en una Asamblea Nacional atrapada por privilegios y planillas abultadas? La decisión del nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Herrera, de cancelar los contratos de alquiler de vehículos para los miembros de la directiva marca un gesto inicial en la ruta hacia el recorte del gasto legislativo. Aunque la medida representa un ahorro estimado de 277 mil dólares anuales, su impacto es simbólico frente al tamaño real del aparato administrativo que debe enfrentar. La medida adoptada por Herrera, del Partido Panameñista, implica renunciar al uso de los dos vehículos 4x4 que la Asamblea asigna tradicionalmente a su presidente. La misma restricción se aplicará a los dos vicepresidentes, quienes tampoco contarán con autos alquilados por el Legislativo. El gesto apunta a una narrativa de austeridad en un contexto marcado por el descrédito institucional. El 1 de julio, durante su primer discurso como presidente del Legislativo, Herrera delineó una agenda institucional. Prometió revisar el reglamento interno de la Asamblea, eliminar las llamadas “botellas” (personas que cobran pero no trabajan), impulsar la digitalización de procesos y rendir cuentas al nal de cada periodo legislativo, entre otras promesas. “Nuestro compromiso es legislar cara al pueblo panameño”, dijo. “Tenemos la oportunidad de hacer que la Asamblea se acerque más al pueblo, escuche con atención las voces de quienes, desde cada rincón del país, claman por justicia social”, añadió. La planilla, el reto El verdadero reto, sin embargo, se encuentra en la planilla legislativa. En abril pasado, la Asamblea mantenía contratadas a 4,022 personas, un volumen de personal que consume aproximadamente el 86% de su presupuesto de funcionamiento para 2025. Esto equivale a un gasto de al menos 85.2 millones de dólares anuales. Ese mismo mes, la Contraloría General de la República, dirigida por Anel Flores, ordenó que los pagos de salarios se realizaran mediante cheques, como parte de una auditoría que busca vericar la existencia de personal que cobra sin cumplir funciones. Posteriormente, el contralor presentó una denuncia al Ministerio Público para que investigue las denominadas “botellas”, una práctica histórica que ha erosionado la credibilidad de la Asamblea y ha distorsionado el uso de los fondos públicos. Uno de los casos más notorios es el del diputado Benicio Robinson, presidente del Partido Revolucionario Democrático (PRD), quien reporta gastos mensuales en planilla por 261,225 dólares. Su caso ha sido citado de forma reiterada por sectores que reclaman una depuración profunda del recurso humano vinculado a los diputados. Presupuesto En paralelo, el presupuesto total del Legislativo también ha crecido. El presupuesto modicado hasta mayo de este año ascendía a 111.3 millones de dólares para funcionamiento, más 3.9 millones para inversión. La cifra original, aprobada por la Asamblea, era de 95.7 millones para funcionamiento y 3 millones para inversiones. Herrera ha señalado que el tema de recursos humanos está en revisión. Esta fue una de las condiciones centrales del acuerdo político que dio forma a la nueva mayoría parlamentaria: la reducción de las planillas como compromiso entre las bancadas opositoras. El acuerdo político que llevó a Herrera a la presidencia del Legislativo se conformó entre 18 diputados de Vamos, ocho diputados del Partido Panameñista, otros cuatro de la nueva bancada Seguimos, cinco diputados de Cambio Democrático y dos del Partido Popular. En un órgano históricamente marcado por la opacidad y los excesos, el nuevo presidente de la Asamblea enfrenta ahora una tarea que va más allá del recorte puntual. Algunos analistas desde ya advierten que la contención del gasto no será suciente si no se acompaña de una transformación estructural en la forma en que se administra el poder legislativo. Por estos días, mientras avanza el proceso de conformación de las comisiones de trabajo, en el Palacio Justo Arosemena también se mueve el engranaje administrativo. Ayer martes se conoció el nombramiento de una de las primeras funcionarias de alto per- l: Ayerim J. Benítez Torres asumirá la Dirección de Infraestructura y Servicios Generales. Rutilio Villarreal. Cortesía Al grano Flor Mizrachi [email protected] El contralor Anel Bolo Flores se vende como el perro bravo de las finanzas públicas. Transparente, firme, recto. Pero sus actos contradicen su libreto. Su rol es técnico, no político. Pero el 1 de julio, en plena elección del presidente de la Asamblea, apareció buscando votos para la candidata oficialista Shirley Castañedas. En la Asamblea, que lo nombró a él. Y cuando lo cuestionaron metió más la pata. Bravo, salió a decir que “le habían contado” que un empresario coclesano compró votos. Chisme sin pruebas, 101. Y luego, cuando le pidieron explicaciones, se victimizó diciendo que lo difamaban. Eso no es fiscalización. Es matraqueo. Va contra la Constitución, contra la Ley de la Contraloría y contra el Código de Ética, que hablan de prudencia, decoro y respeto, no de operadores políticos. Al contralor le toca controlar, no hacer campaña ni ser matraqueador del Ejecutivo. Si así arranca, ¿qué podemos esperar después? Y más allá del bochorno del 1 de julio, ¿qué ha hecho realmente en estos seis meses? Prometió 500 auditorías en cinco meses. ¿Dónde están? ¿Cuáles se enviaron al Ministerio Público o al Tribunal de Cuentas? La Procuraduría ya expresó preocupación por la lentitud y falta de claridad en algunos informes enviados. ¿Y qué pasó con las que anunció con bombos y platillos? La de Gerardo Solís, por ejemplo, y la de Panama Ports. Dijo que esa empresa debía más de $1,337 millones, que la AMP manipulaba cifras y que presentaría denuncias penales. Y por lo menos hasta ahora no hay evidencia pública de que se hayan presentado. De hecho, en Panama Ports habló de empresas fantasmas, contratos leoninos y delitos. Nada menor. Pero silencio. ¿Cuántas denuncias se presentaron? ¿Se exigieron reparaciones? Habló de la “cofradía de gánster” en la Asamblea. cretario general a Ventura Vega, su compañero de matraqueo. Un puesto clave, ocupado por un operador político y asesor de Mulino. Y mientras -al estilo Ricardo Martinelli- amenazaba con publicar dossieres de diputados que pedían puestos para parientes, no publicó nada. Pero sí destituyó a la esposa de un diputado… a la que él mismo había nombrado. O sea, sí hizo favores políticos. En resumen: Bolo Flores parece un contralor duro, pero en la práctica es más show que acción real. Ojalá entienda que esto no se trata de robar cámara y acumular poder, sino de limitarlo. Porque después de Gerardo Solís y del vulgar saqueo del PRD, Panamá necesitaba un buen contralor. No otro que confunde trabajo con protagonismo y politiquería. la denuncia. Pero el Ministerio Público estaba esperando la auditoría por peculado al menos hasta la semana pasada. A la Universidad de Panamá la llamó “guarida de fascinerosos” y “finca familiar”. Durísimo. ¿Y las acciones? Si hay delitos, uno esperaría que presentara la demuncia también contra quienes firmaron y permitieron esos abusos durante años, ¿no? Con los docentes fue rápido: dijo que 82 eran botellas y aplicó descuentos de inmediato a más de 7 mil docentes. Bien. Pero también hay docentes que alegan estar trabajando y que no les están pagando. ¿Qué pasa con eso? Pero en la Asamblea ha preferido postergar auditorías mientras negocia relojes biométricos. La doble vara. Que se escribe con V, no con B de Benicio. Tampoco se salva en nombramientos. Puso como seSí, al mismo órgano del Estado al que fue después a pedir votos para Castañedas. Ahí detectó clanes familiares, planillas infladas, gente cobrando sin trabajar. Denunció que algunos diputados manejaban planillas de más de $100 mil mensuales. ¿Qué medidas concretas se tomaron? En el IFARHU encontró un enriquecimiento injustificado de $400 mil en Bernardo Meneses. Y presentó Panorama
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