6A La Prensa Panamá, domingo 6 de julio de 2025 Panorama Al menos mil camisetas de la selección nacional de fútbol de Panamá, presuntamente falsificadas, fueron retenidas por inspectores de la Dirección de Prevención y Fiscalización Aduanera (DPFA), ayer en una bodega ubicada en el área de carga del Aeropuerto Internacional de Tocumen. Durante una diligencia, se examinó una guía aérea procedente de Perú con destino a Panamá, que había sido declarada como “confecciones”. Sin embargo, al momento de la verificación física, se encontraron más de mil camisetas con símbolos alusivos a la selección nacional de fútbol de Panamá, incluyendo el logotipo de la marca Reebok y el emblema de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut). Ante la sospecha de un posible caso de fraude marcario, las autoridades aduaneras procedieron a retener la mercancía, que fue puesta a disposición de la Dirección de Propiedad Intelectual. Detectan camisetas falsificadas de la selección AEROPUERTO Vista aérea de la devastación en Jabalia, en el norte de Gaza, el 30 de enero de 2025. Getty Images Cuando el centro no se sostiene: monstruos, caos y el nuevo (des)orden internacional Daniel Zovatto ESPECIAL PARA LA PRENSA [email protected] Yasser Yánez García [email protected] ANÁLISIS Un nuevo superciclo geopolítico se abre paso, caracterizado por la competencia sin restricciones entre grandes potencias, la fragmentación económica, la militarización de la política exterior y un desprecio por las normas globales. Vivimos en tiempos sombríos, donde la historia parece avanzar sin brújula y el vértigo se impone sobre la razón. Lo advirtió W. B. Yeats hace más de un siglo, en su inquietante poema The Second Coming: “Todo se desmorona; el centro no puede sostenerse… la anarquía pura se ha desatado sobre el mundo”. La frase resuena hoy con una claridad escalofriante. Como también lo hace la lúcida advertencia de Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Ambos capturaron lo esencial de los períodos de transición histórica: cuando el viejo orden colapsa y no hay aún una alternativa clara, el caos se convierte en terreno fértil para lo monstruoso. Ese es el punto en el que nos encontramos hoy. El llamado orden internacional liberal, nacido en 1945 y consolidado tras el fin de la Guerra Fría, está actualmente en plena descomposición. Las reglas que lo sostenían —multilateralismo, cooperación, resolución pacífica de los conflictos, respeto al derecho internacional— se están erosionando aceleradamente ante la vuelta de la ley del más fuerte. Un nuevo superciclo geopolítico se abre paso, caracterizado por la competencia sin restricciones entre grandes potencias, la fragmentación económica, la militarización de la política exterior y un desprecio cada vez más abierto por las normas globales. La escena internacional es hoy una “tierra baldía”, un escenario hobbesiano donde las reglas no se respetan y lo que prevalece es el uso de la fuerza. Gaza es ejemplo de esta barbarie: miles de civiles inermes asesinados, en su mayoría mujeres y niños, mientras el mundo asiste impávido a la destrucción sistemática de una población cercada. En Ucrania, la agresión de Rusia ha provocado un sangriento conflicto armado en el que conviven una guerra de trincheras del siglo XX con las armas más sofisticadas del siglo XXI; guerra que acelera la carrera armamentista en Europa, hasta hace poco considerada la zona de paz por excelencia. La OTAN, nacida para contener el bloque comunista, ha resucitado —por la presión de Trump y la nueva amenaza de Putin— como maquinaria bélica expansiva, exigiendo a sus 32 miembros aumentar su gasto militar en plena era de crisis climática y desigualdad obscena. A la vez, el conflicto entre Estados Unidos, Irán e Israel —hoy en paréntesis gracias a un frágil alto el fuego— evidencia la amenaza constante de las armas nucleares. En medio de este tablero internacional complejo, volátil e impredecible —atravesado por una policrisis y una permacrisis—, la “bestia tosca” de la que hablaba Yeats, que se arrastra hacia Belén para nacer, adopta hoy nuevas formas: el resurgimiento del autoritarismo, el tribalismo identitario, el ultranacionalismo, el odio racial, el negacionismo climático, una renovada carrera armamentista —incluida la amenaza nuclear— y el peligro existencial de una inteligencia artificial sin regulación ni control democrático. No hay un nuevo centro. Y sin centro, sin pacto, sin reglas, sin ética, lo que avanza no es el progreso, sino la regresión. La historia no siempre marcha hacia adelante; a veces, gira en espiral hacia el abismo. Y ese abismo, si no actuamos con urgencia, responsabilidad y compromiso ético, está más cerca de lo que creemos. Hoy más que nunca necesitamos de la poesía, del pensamiento crítico y, sobre todo, de la historia. No como refugios estéticos, sino como herramientas políticas y brújula moral. Yeats y Gramsci — como tantos otros— no son solo voces del pasado, sino advertencias urgentes que debemos escuchar con atención en este punto de inflexión, en esta ruptura de época. Porque en este claroscuro, si no somos capaces de construir alternativas justas y sostenibles, los monstruos no dejarán de multiplicarse… y la democracia será su víctima principal. El autor es director y editor de Radar Latam 360 A Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y Georgia Tech Panamá están avanzando en la creación de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, un ambicioso proyecto cuyo propósito es posicionar a Panamá como un referente en innovación tecnológica en América Latina. Reconociendo la inteligencia artificial (IA) como una herramienta crucial para el desarrollo económico y la competitividad nacional, las autoridades han subrayado la importancia de su implementación de manera ética, confiable y alineada con los intereses del país. El proyecto de la Senacyt no se limita solo a la adopción de la IA, sino también a la manera en que esta puede transformar sectores estratégicos para el crecimiento de Panamá, como la salud, la educación, las finanzas, la agroindustria, la logística y la administración pública. Estos sectores, esenciales para el desarrollo nacional, serán los primeros en beneficiarse de las oportunidades que ofrece la IA. Además, se enfocará en cómo la inteligencia artificial puede mejorar la fuerza laboral y facilitar la evolución digital del país. “Esta colaboración estratégica tiene como objetivo transferir conocimientos y experiencias entre el gobierno, la academia, el sector privado y los actores científicos del país, para que podamos avanzar juntos en esta revolución tecnológica”, explicó Jorge Barnett, director de Georgia Tech Panamá. La alianza con el Georgia Institute of Technology de Atlanta, uno de los centros líderes en IA a nivel mundial, permitirá incorporar una perspectiva global que enriquecerá el desarrollo de la estrategia, integrando lo mejor de la tecnología con la realidad local, dijo. Un proceso inclusivo y participativo El proceso de formulación de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial no es solo técnico, sino también participativo y plural. En febrero de 2025, la Senacyt organizó un conversatorio con representantes de gobiernos, gremios y la academia, donde se discutieron los retos, riesgos y oportunidades que la IA trae para Panamá. Durante el evento, el secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Eduardo Ortega Barría, destacó la necesidad de que la adopción de la IA sea segura, ética y confiable. Para hacer de este proceso una verdadera iniciativa inclusiva, la Senacyt lanzó la Encuesta Nacional de Inteligencia Artificial, disponible en su portal web. La encuesta, compuesta por 16 preguntas, busca recabar las opiniones de los ciudadanos sobre el uso futuro de la IA en el país. La participación está abierta a todos los residentes en Panamá, sin importar su nacionalidad, asegurando que la estrategia sea representativa de la sociedad en ¿Quiénes lideran la Estrategia Nacional de IA en Panamá TECNOLOGÍA su conjunto. “Queremos que esta estrategia no se construya desde un escritorio, sino con las voces de todos los sectores”, enfatizó el secretario de la Senacyt. La Estrategia Nacional de IA no solo tiene el objetivo de adoptar la tecnología, sino también de convertir a Panamá en un referente en la aplicación ética de la inteligencia artificial. Con el apoyo de actores internacionales y locales, el país tiene la oportunidad de posicionarse como un líder en la implementación responsable de la IA, alineándose con las mejores prácticas internacionales. A pesar de los avances, Ortega Barría, funcionario de la Senacyt, ha resaltado que el país aún enfrenta varias brechas que deben abordarse de inmediato para aprovechar el potencial de la IA. En primer luAleida Samaniego C [email protected] La encuesta sobre inteligencia artificial estará disponible en el sitio web de la Senacyt y en sus redes sociales. iStock gar, se destacó la falta de acceso a datos actualizados y robustos, un componente fundamental para el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial. “Los científicos necesitan trabajar con datos de calidad para obtener resultados efectivos”, subrayó. Otras barreras críticas incluyen la escasez de capital humano especializado, la insuficiencia de infraestructura tecnológica y la falta de capacidad computacional. Abordar estos desafíos será esencial para que Panamá logre aprovechar todo el potencial de la inteligencia artificial y se convierta en un líder regional en esta tecnología. La encuesta sobre inteligencia artificial estará disponible a través del sitio web de la Senacyt y en sus redes sociales (Facebook, Instagram y X). Este proceso participativo es una oportunidad única para que la ciudadanía contribuya activamente en la construcción de una visión compartida sobre el uso de la IA, asegurando que el país no solo se adapte a la tecnología, sino que también lidere su desarrollo de manera ética y responsable. Con este enfoque inclusivo, Panamá está dando un paso firme hacia la construcción de una infraestructura tecnológica moderna, confiable y alineada con las exigencias del futuro, donde la inteligencia artificial será clave para su desarrollo económico y social.
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