7A La Prensa Panamá, sábado 5 de julio de 2025 Panorama La ciudad de Doral, al sur de Florida, alberga la mayor comunidad de migrantes venezolanos en EUA. Getty Images Doral, la ciudad mas venezolana de EUA Los venezolanos apoyaron a Donald Trump en su campaña y ahora sufren el impacto de sus políticas migratorias. Viviana Ferrer trabajaba en un restaurante entre 8 y 12 horas al día. Cuando volvía a casa se entregaba a dos sensaciones: el dolor de sus pies cansados y las ganas de abrir un negocio propio. Aquel era su primer empleo. Por primera vez vivía lejos de su familia y fuera de Venezuela. Ferrer emigró en 2018, cuando tenía 23 años y acababa de graduarse de abogada, un título que no tendría validez en Estados Unidos, su destino migratorio. Había escuchado sobre una ciudad en el sur de Florida llamada Doral, donde vivían tantos venezolanos que era conocida como “Doralzuela”. Parecía el lugar ideal para alguien como ella, que no hablaba inglés y no conocía a nadie. “En Doral te sientes como en Venezuela. Es una comunidad tranquila y segura que está llena de venezolanos y te facilita el proceso de migrar porque uno se siente como en un pedacito de su tierra”, dice. Doral forma parte del conglomerado urbano de Miami y ha sido uno de los destinos principales de la comunidad venezolana que abandonó el país en la última década debido a la crisis política y económica. Y esa comunidad es la más afectada ahora por las decisiones del gobierno del presidente Donald Trump sobre las deportaciones de migrantes y el fin de programas de protección migratoria que beneficiaban a muchos venezolanos. En 2020, dos años después de instalarse en la ciudad y en plena pandemia, Ferrer abandonó el restaurante y se asoció con Andrea Cabrera para invertir sus ahorros en un Freightliner MT45, un camión mediano del año 1997, diseñado para entregas y transporte de mercancías. Apenas recibieron las llaves de aquel camión blanco, aprendieron de mecánica para hacer el mantenimiento ellas mismas. Instalaron una cocina y mandaron a pintar el camión de negro. Desde entonces lo llaman “El Negrito”. “Soy fan de la arepa y mi sueño era tener un camión para vender las mejores arepas de Miami”, dice Ferrer entre risas desde la cocina de Arepa Point, el food truck que aparca cada noche en un estacionamiento de Doral para ofrecer comida venezolana desde las 7:00 pm hasta la medianoche. “Despachamos unas 200 arepas cada noche”, dice Ferrer mientras abandona el camión por la puerta trasera para darle espacio a los cocineros. “Y sentimos que esto apenas comienza”. Ferrer es un ejemplo del empuje emprendedor de los venezolanos en Doral. El crecimiento de Doral Doral es uno de los 34 municipios del condado de Miami-Dade, con una población de 79,359 habitantes en 2023, de los cuales 32.3% era de origen venezolano, según la encuesta anual del Censo de Estados Unidos. La palabra Doral combina los nombres de Doris y Alfred Kaskel, una pareja de migrantes polacos judíos que invertía en bienes raíces y compró un extenso terreno, a finales de la década de 1950, para construir un campo de golf y un hotel desde donde luego creció la ciudad. Los Kaskel inauguraron el Doral Hotel and Country Club en 1962. Dos años después, esta propiedad hospedó el Doral Open Invitational, el campeonato de golf profesional más importante de Florida. En 2012, Trump compró el club por $150 millones y lo convirtió en el Trump National Doral Golf Club, que no sólo alberga torneos internacionales sino que recibe al mandatario cuando visita sus propiedades en Florida. Doral ha figurado en la lista de las ciudades más pujantes de Florida e incluso de Estados Unidos, una posición reforzada por la inversión de un empresario como Trump. Entre 2002 y 2014, la economía local creció 21% mientras que la tasa de empleo aumentó 2,6 veces más rápido que el resto del condado de Miami-Dade, indica un estudio de la Universidad Internacional de Florida. En 2017, Doral conquistó el hito de ser la ciudad de más rápido crecimiento de Florida y la undécima del país, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Uno de los factores que ha influido en este crecimiento es su cercanía con el Aeropuerto Internacional de Miami, por donde transitaron 56 millones de pasajeros en 2024, y que alimenta una amplia red de empresas de logística y servicios para el terminal aéreo. Y en esa expansión tuvo mucho que ver la creciente población de origen venezolano, que acumula un estimado de 903,000 personas en Estados Unidos, de acuerdo al censo de 2021, y es el grupo hispano que creció más rápidamente en los últimos años, con un aumento de 181,5% entre 2010 y 2020. Por eso se dice que Doral es la ciudad más venezolana de Estados Unidos. La prosperidad económica atrajo nuevos migrantes, quienes contribuyeron al crecimiento de 42,3% de la población de Doral entre 2015 y 2023. Este período coincide con la llamada emergencia humanitaria en Venezuela, en la que 7.9 millones de personas emigraron del país debido a la crisis económica, el colapso de los servicios públicos y la violencia, de acuerdo con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. Los venezolanos que emigraron a Doral buscaban aprovechar la conexión que siempre hubo entre Venezuela y Miami. “Hemos visto diferentes olas de migrantes en Doral”, asegura Christi Fraga, alcaldesa de la ciudad. Descendiente de una familia cubana, Fraga observa un patrón que se repite entre los migrantes venezolanos y cubanos: cuando la situación en sus países de origen se agrava, aumenta la llegada de migrantes a Doral. “Al principio, los (venezolanos) que emigraron fueron los que estuvieron en contra del gobierno de (Hugo) Chávez, empresarios que querían sacar sus inversiones y traerlas a Estados Unidos”, dice Fraga. “Pero en los últimos años vimos personas que no tenían recursos y arriesgaron todo para venir, hasta sus propias vidas. Eso realmente pone un estrés en los recursos de cada ciudad, en la infraestructura, en los colegios. La migración es un tema muy sensible”. “¿A qué me voy a ir yo a Miami?” Frank Carreño, presidente de la Cámara Venezolana Americana de Comercio, ha presenciado ese proceso desde que llegó a Doral en el año 2003. “Al principio esto era monte y culebra, estaba prácticamente despoblado. Lo que había era grandes extensiones de terreno con vacas y dos calles principales”, recuerda sentado en una mesa en El Arepazo, un restaurante de comida venezolana que sirve como punto de referencia en Doral. “Los venezolanos cabíamos todos en El Arepazo, pero la comunidad fue creciendo en la medida en que Venezuela se complicaba política, económica y socialmente. La gente se frotaba las manos porque eso significaba que iban a venir más inversionistas y más dinero”. Cuando Carreño regresaba a Venezuela de visita entre 2004 y 2008, sus conocidos le decían: “¿A qué me voy a ir yo a Miami? ¿A limpiar piscinas o a limpiar pocetas (lavabos)?”. Pero esa perspectiva cambió. “A partir de 2017, la gente me decía: ‘Yo quiero irme a Miami, así sea a limpiar piscinas o a limpiar pocetas’. Desde entonces, empezó a venir una ola migratoria que era más fuerza laboral, gente que venía dispuesta a trabajar en lo que fuese”. En 2012, los habitantes de Doral eligieron al empresario Luigi Boria como el primer alcalde de origen venezolano de Estados Unidos. Entre antiguos empresarios y nuevos emprendedores, la comunidad de Doral supone 40% de los afiliados de la cámara que Carreño preside y agrupa a un variado portafolio de compañías: desde bancos y restaurantes hasta locales de envíos y academias de artes marciales. El voto por Trump Durante el gobierno del presidente Joe Biden, la entrada irregular de migrantes por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó niveles históricos y muchos de ellos fueron venezolanos que recibieron medidas migratorias especiales por las condiciones en Venezuela, como el Estatus de Protección Temporal (TPS) o permisos humanitarios (parole). Trump llegó a la Casa Blanca con la promesa de iniciar las deportaciones con los migrantes indocumentados que tuvieran antecedentes criminales. Y convenció a sus “vecinos” de Doral: ganó con alrededor de 60% de los votos en los precintos electorales de la ciudad, según cifras del condado de Miami-Dade. Lo que resultó inesperado en “Doralzuela” fue que el esfuerzo por expulsar a los migrantes se enfocara en los venezolanos, especialmente en los beneficiarios de TPS y parole, así como la insistencia del gobierno de Trump en asociar a los migrantes venezolanos con la peligrosa banda de crimen organizado Tren de Aragua. “Voté por Trump pensando que nos iba a ayudar a salir del gobierno de (Nicolás) Maduro y resulta que ahora negocia con él y ataca a los venezolanos”, dijo a BBC Mundo una residente de Doral que pidió no dar su nombre para evitar represalias contra su familia en Venezuela. El viernes 31 de enero, dos días después de asumir su segundo mandato, un emisario de Trump se reunió con Maduro en Caracas para obtener el compromiso de que su gobierno recibiría los vuelos de migrantes deportados y liberaría a estadounidenses presos en Venezuela. María Alejandra Longobardi, una venezolana que se hizo ciudadana estadounidense después de obtener asilo, votó a favor de Trump para un segundo mandato. “Mi esperanza con él era el florecimiento de la economía. Pero el problema mayor que he visto es el miedo de la gente a ser deportada”, asegura mientras despacha paquetes para Venezuela desde su negocio de envíos en Doral. “Lo he sentido como una persecución hasta cierto punto. Y no me veo afectada, pero soy inmigrante, trabajo en este país y ésta es mi casa”. Para más información e historias personasles de este artículo, escanee el QR Andrea Cabrera y Viviana Ferrer abrieron un camión de venta de arepas en Doral durante la pandemia. Valentina Oropeza/BBC Mundo
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