7A La Prensa Panamá, jueves 26 de junio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. quemando, y el fuego se puede propagar, le prestas una manguera sin exigir pago”. Ahora la premisa es otra: “No más donaciones de ahora en adelante; solo damos préstamos”. En 1947, el secretario de Estado George Marshall, mediante un discurso en la Universidad de Harvard, lanzó su plan para ayudar a una Europa Occidental devastada por la guerra. Marshall dijo: “Nuestra política no va contra ninguna nación, sino contra la pobreza, el hambre, la desesperación y el caos”. Muchos recordaron que en 1961 el entonces presidente Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso, para promover el desarrollo social y económico de América Latina. Y qué decir de los Cuerpos de Paz, una agencia federal independiente que envía voluntarios a diversos países para ayudar en salud, educación y hasta en agricultura. No soy tan ingenuo como para no reconocer que gran parte de esa política también buscaba frenar el avance del Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Responsabilidad compartida: más allá de la protesta Madurez democrática En Panamá nos hemos acostumbrado a señalar. A buscar un culpable. A indignarnos con facilidad y exigir soluciones inmediatas desde una sola dirección: el gobierno. “El Estado no me da”, “las autoridades son responsables”, “si hubiera más apoyo yo podría…”. Y aunque en muchos casos esto es cierto, no deja de ser menos inquietante cómo, como sociedad, nos desligamos de nuestra propia cuota de responsabilidad. ¿Dónde empieza el deber ciudadano y dónde termina la queja? Vivimos repitiendo que los cierres de calle son culpa de las autoridades, que la mala educación es culpa del gobierno, que la inseguridad es culpa del sistema. Pero no basta con señalar. En cada protesta que impide el paso de ambulancias, que retrasa a trabajadores o cierra escuelas, también hay una decisión individual: una mano que lanza la piedra, una voz que incita, una conciencia que calla. ¿Y si fuéramos nosotros los que, tras meses de esfuerzo, perdiéramos lo poco que hemos logrado por culpa de esa misma rabia mal dirigida? ¿Qué pensaríamos si la estufa que compramos con sacrificio terminara siendo usada como barricada porque “era necesario”? ¿Justificamos ese daño solo porque “los de arriba también lo hacen”? ¿Hasta dónde nos lavamos las manos mientras exigimos justicia con los pies metidos en el lodo? No se trata de defender la ineficiencia del Estado ni de invisibilizar la injusticia estructural. Se trata de preguntarnos, con honestidad: ¿qué estamos construyendo como sociedad cuando optamos por destruir lo poco que tenemos? ¿Hay o no hay formas de hacerse escuchar sin sabotear lo que también nos pertenece? Nuestro país no se construye únicamente desde el poder. Se edifica en las pequeñas decisiones diarias: en el respeto al espacio público, en la solidaridad con el vecino, en el rechazo frontal al clientelismo, en la ética con que ejercemos incluso los trabajos más sencillos. El civismo no es un accesorio de la democracia. Essucolumnavertebral. En este proyecto llamado Panamá, todos jugamos un papel clave. Las autoridades tienen una responsabilidad enorme —y muchas veces fallan—, pero eso no nos exime a los ciudadanos de actuar con coherencia. No basta con indignarse. También toca actuarconsentidocomún,conrespetoporelotro,con una mirada de país que no se agota en la protesta, sino que también construye desde el ejemplo. Porque el país no es solo lo que hacen o dejan de hacer quienes gobiernan. También es lo que nosotros permitimos, toleramos o repetimos. El caos institucional muchas veces se sostiene sobre la apatía ciudadana. Y en la ausencia de autocrítica, terminamos reproduciendo lo mismo que decimos combatir. No se trata de callar ni de aceptar con resignación lo injusto. Se trata de ejercer la ciudadanía con madurez. Exigir, sí. Pero también proponer. Señalar, sí. Perotambiéndarejemplo.Latransformaciónque buscamos no vendrá solo desde arriba. Vendrá cuando dejemos de preguntarnos quién tiene la culpa y empecemos a preguntarnos: ¿qué parte de esto es mía? Es hora de hacernos cargo. La responsabilidad es mía.Ytambiénestuya. El Tío Sam y la injerencia canalera Relaciones con EUA ño del canal— permite que los Estados Unidos, haciendo gala de su poderío militar y geopolítico, consideren que estas estipulaciones del artículo III no son justas, equitativas, razonables ni limitadas por parte de Panamá a lo necesario para la navegación segura y el funcionamiento eficiente del canal. Pudiendo considerar, por lo tanto, que la neutralidad permanente ha quedado sin efecto. Como se puede advertir, al quedar establecido un régimen de neutralidad permanente para el Canal de Panamá sujeto a condiciones y restricciones que nada tienen que ver con la estricta neutralización del canal, no solo se desnaturaliza dicho régimen, sino que, además, los Estados Unidos quedan empoderados para señalar violaciones al Tratado de Neutralidad por parte de la República de Panamá (tal cual está sucediendo hoy), a pesar de que esta haya cumplido a cabalidad con todo lo relacionado con el pago de peajes u otros derechos por el tránsito y servicios conexos. No en balde, ahora pretenden imponernos el no pago de peajes (tránsito gratuito) para sus naves de guerra y auxiliares, a pesar de que esto violaría el Tratado de Neutralidad. Las reglas que la República de Panamá aplica para que los fines de seguridad interior, eficiencia y mantenimiento del canal sean apropiados, además, debieron estar ajenas al Tratado de Neutralidad por ser cuestiones que han debido ser objeto de jurisdicción exclusiva de Panamá. Al ser incluidas, se convierten también en causas de conflicto con los Estados Unidos, al considerar que la República de Panamá no está manejando eficientemente el canal, que no está proveyendo los servicios conexos para el tránsito a través del mismo, o que los peajes y otros derechos por estos servicios no son justos, razonables, equitatiJulio Ernesto Linares La nueva política exterior de Estados Unidos Liderazgo moral Por décadas —si no por mucho más—, Estados Unidos simbolizó la moralidad, la democracia y el poder de las leyes. La inscripción en la Campana de la Libertad, en Filadelfia, dice: “Proclamad la libertad en toda la Tierra a todos sus habitantes”. Como escribe el rabino Lord Jonathan Sacks, la nación norteña fue fundada por puritanos que escaparon de las persecuciones en Europa y crearon comunidades inspiradas en la política de la Biblia hebrea, especialmente el libro de Deuteronomio. El periodista Brad Stone publicó un artículo titulado “América se autoproclama como el líder moral del mundo. Ya no”, en la revista Businessweek, donde recuerda que el lema de la política exterior de la Unión Americana era: “Nos va a ir bien si hacemos el bien”. Menciona al autor de la estrategia “lend-lease” (presta y alquila), que Roosevelt utilizó para ayudar a Gran Bretaña, cuando luchaba sola contra el poderío nazi durante la Segunda Guerra Mundial. “Si la casa de tu vecino se está comunismo. Estados Unidos también tiene su historia oscura. La esclavitud en los estados sureños solo terminó cuando el Norte ganó la Guerra Civil en 1865, con el presidente Abraham Lincoln a la cabeza (lo que le costó ser asesinado). Pero no fue suficiente: el tratamiento “Jim Crow” continuó sometiendo a los afrodescendientes en el sur. Y qué decir de los dictadores que la nación norteña apoyó en América Latina y el resto del mundo con el lema: “Es un hijo de p..., pero es nuestro hijo de p...”. Afirma Robert Keohane, profesor de Princeton, que el pueblo norteamericano siempre creyó que el liderazgo de sus dirigentes en el mundo era moral y valía la pena. Resulta curioso que, en una encuesta reciente, por primera vez los encuestados opinaron que China tendrá una mejor influencia global. Mientras escribo estas líneas, el presidente Donald Trump —que fue elegido proclamando una política de aislamiento— decidió intervenir en el conflicto Israel-Irán y destruir tres reactores nucleares en territorio persa, logrando luego un cese al fuego de todas las hostilidades. Aunque esto es material para otro artículo, las consecuencias de esta guerra y la intervención de Trump están por verse. Opinión EL AUTOR es odontólogo. EL AUTOR es internacionalista. EL AUTOR es abogado. Manuel Vega Guevara vos y consistentes con los principios del Derecho Internacional. Frente a esta disyuntiva, el Tratado de Neutralidad estaría impidiendo a Panamá disponer libremente de su recurso natural más importante (su posición geográfica). No solo porque el propósito de los literales (a), (b) y (c) de la sección 1 del artículo III le dan a los Estados Unidos injerencia en la forma como Panamá manejará el canal, proveerá los servicios conexos para el tránsito a través del mismo y fijará los peajes y otros derechos por servicios de tránsito y conexos, sino también porque el Entendimiento 1 establece cinco exigencias que la República de Panamá debe tomar en consideración antes de proceder a cualquier ajuste en los peajes por el uso del canal. Y esas exigencias implican que Panamá y Estados Unidos deberán cooperar en el intercambio de información necesaria para su consideración. Bajo esta premisa es que ambos países firmaron aquella declaración conjunta para el tránsito de los buques de guerra y auxiliares, para implementar un confuso “costo neutral”; supuestamente para compensar esos costos de los buques de guerra y naves auxiliares con servicios que recibe Panamá. Cuyo ajuste parece inclinarse hacia un reembolso de sus peajes a los Estados Unidos, con la intención de darle la vuelta o esconder el ilícito paso gratuito. A pesar de todo lo anterior, Estados Unidos carece de argumentos técnicos o jurídicos para imponernos absolutamente nada en el marco del establecimiento de peajes u otros derechos por el tránsito y servicios conexos, aparte del uso de la fuerza, el dolo, la amenaza y la coacción. Acciones que ha ejercido contra nosotros para forzarnos la firma del Memorando de Entendimiento (MoU). Porque resulta que la República de Panamá, a través de la Autoridad del Canal de Panamá, ha cumplido a cabalidad estas obligaciones tanto innecesarias como escabrosas, no obstante su equivocada inclusión en el Tratado de Neutralidad. El fundamento y soporte del Tratado concerniente a la neutralidad permanente y al funcionamiento del Canal de Panamá (Tratado de Neutralidad) lo constituye el mantenimiento de un régimen de neutralidad permanente o de neutralización, a efecto de que el canal permanezca siempre neutral. De manera que las naves de todas las naciones del mundo transiten de forma abierta, neutral, segura y accesible, en términos de entera igualdad, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra. A pesar de lo anterior, el Tratado de Neutralidad contiene disposiciones que desvirtúan el régimen de neutralización establecido, porque parte de su redacción parece estar inspirada en el comercio y la seguridad de Estados Unidos de América. Lo anterior se comprueba en el artículo II, cuando los principios de neutralidad permanente de que trata su párrafo primero son condicionados al cumplimiento de los requisitos consignados en los literales (a) y (b) de ese mismo artículo, que más que ver con la estricta neutralización del Canal de Panamá, guardan relación con su funcionamiento. Es decir, que la neutralidad permanente del canal queda sujeta al “pago de peajes u otros derechos por el tránsito y servicios conexos, siempre que fueren fijados según lo estipulado en el artículo III, literal (c)”, y “al cumplimiento de los reglamentos pertinentes, siempre que los mismos fueren aplicados según las estipulaciones del artículo III”. A pesar de que la República de Panamá está cumpliendo a cabalidad con lo establecido en el Tratado de Neutralidad respecto al pago de peajes u otros derechos por el tránsito y servicios conexos, la inclusión de estos temas —que le corresponden exclusivamente a Panamá como soberano territorial y dueEl periodista Brad Stone publicó un artículo titulado ‘América se autoproclama como el líder moral del mundo. Ya no’, en la revista ‘Businessweek’, donde recuerda que el lema de la política exterior de la Unión Americana era: “Nos va a ir bien si hacemos el bien”. Ezra Homsany Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón Ahora pretenden imponernos el no pago de peajes (tránsito gratuito) para sus naves de guerra y auxiliares, a pesar de que esto violaría el Tratado de Neutralidad.
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