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12A La Prensa Panamá, martes 24 de junio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. interrupción de clases, cuando debiera tratarse de una excepción. Los números son brutales. Un estudiante que estaba en séptimo grado en 2020 ha perdido el 40.8% de su educación secundaria completa. Estos jóvenes, que deberían estar graduándose y preparándose para el futuro, han visto comprometidas sus competencias académicas fundamentales. Los que estaban en cuarto grado han perdido el 36.4% de su educación durante el período más crítico para el desarrollo de habilidades básicas. Pero las consecuencias van más allá de las aulas. El informe revela una transformación preocupante del mercado laboral: por cada empleo formal perdido, se han creado tres empleos públicos y nueve empleos informales. La informalidad juvenil ha aumentado del 52% al 60% entre 2019 y 2024, mientras que los salarios reales de los jóvenes han caído un 1.7%. Esto signi- ca que una generación entera está siendo empujada hacia la precariedad laboral, con 268,000 jóvenes ninis proyectados para 2025. Cuando analizamos el ámbito internacional, Panamá supera por 130 días al segundo país más afectado durante la pandemia. Mientras México perdió 250 días, Colombia 170 y el promedio de la OCDE fue de 126 días, nosotros alcanzamos los 380. Y eso fue solo el comienzo de una racha de interrupciones que continúa hasta hoy. Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Visas como medallas Soberanía El juego de la soberanía que ha puesto en marcha el Trumpetista de Nueva York tiene una nueva regla: si te quitan la visa o la Green Card, entonces eres un héroe patrio. Ya han salido los dolidos líderes políticos a colgarse la medalla de que a ellos les retiraron la visa para entrar al Norte, y eso los convierte automáticamente en víctimas del trumpismo más rampante. Pero mentira. Que se escuchen otra vez Visa para un sueño, y sabrán que lo suyo no es más que un sarpullido sobre la realidad de América Latina. El medallismo tricolor se convierte, según ellos, en prueba de que están en lo cierto, y buscan compensar su nulo peso político con esta decisión soberana que cada día sufren miles de personas. Poder o no entrar a Estados Unidos no te da estatus alguno, y si estos políticos lo buscan, es ridículo. Calica de mediocres a quienes pretenden heroísmo por una circunstancia de lo más habitual, retratando perfectamente la clase política que sufrimos en Panamá. La política panameña, tan crispada y desnortada, necesita una visión más elaborada. Elevar lo personal a lo público y darle (pretenden ellos) rango de ofensa nacional a un visado es de una mediocridad casposa que no hace más que sumirnos en un bochorno internacional —más grande que el del inquilino de Las Garzas—, sordo y roón, arrogante y autoritario, y que nadie sale a explicar a nivel internacional porque nadie quiere salir movido en la foto; nadie quiere perder su capacidad de viajar al Norte. Que les aproveche su país. Que “el buen vecino” sea próspero. ¿No tenemos suciente con nuestro Panamá, tan bello y tantas cosas que decimos? Conténtense con nuestra tierra y dejen la lloradera bobalicona por visados y tarjetas verdes. Tengamos un poco de pudor y coherencia, tengamos visión de Estado: nuestro problema es mucho más grande que el de un par de políticos sin posibilidad de visitar al Tío Sam. ¿Panameño, experto en autodestruirse? Riesgo país sos scales y las exportaciones. 2. Corrupción y falta de independencia judicial. Reiteradas denuncias en estos ámbitos han debilitado la conanza en las instituciones. Informes del Banco Mundial y Transparencia Internacional destacan una gobernanza frágil. 3. Huelgas prolongadas en sectores clave. Educación, salud y construcción han sido protagonistas de paros motivados por el descontento con decisiones políticas. Estas acciones generan incertidumbre y proyectan una imagen de débil gobernabilidad. 4. Inestabilidad política. Las elecciones de 2024, marcadas por la polarización y el regreso de guras con procesos judiciales, han sembrado dudas sobre la continuidad de políticas económicas estables. Este contexto ha propiciado una dinámica autodestructiva: constantes con‚ictos entre trabajadores y el Estado o empleadores erosionan el tejido social y económico. Desde 2005, los docentes han protagonizado múltiples protestas: contra reformas a la seguridad social (2005), la “Ley Chorizo” (2010), condiciones laborales (2013), promesas salariales incumplidas (2016), el alto costo de vida (2022) y contratos mineros (2023). Algunas huelgas han durado semanas, afectando a comunidades enteras. El sindicato SUNTRACS, con una fuerte base militante, ha paralizado centenares de proyectos, incluida la ampliación del Canal (2012, 2014, 2018 y 2022), exigiendo aumentos salariales mientras la industria obtenía ganancias millonarias. Estas acciones, muchas veces indenidas, provocan bloqueos que afectan directamente la economía nacional. En mayo de 2012, los gremios de salud Carlos García Molino Estado de emergencia: cuando la educación se convierte en privilegio Sexenio perdido 490 días de clases perdidos. 800,000 estudiantes afectados. Panamá ocupa el deshonroso primer lugar mundial en interrupciones educativas en los últimos seis años. Estas no son solo cifras en un informe, son las coordenadas de una tragedia nacional que se desarrolla ante nuestros ojos. El estudio Un sexenio perdido, de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social y Jóvenes Unidos por la Educación (JUxLaE), documenta con precisión lo que ya intuíamos: hemos sacricado el futuro de una generación entera en el altar de con‚ictos que parecen no tener n. Cada día que cerramos las aulas, excluimos a nuestros estudiantes y los condenamos al fracaso. Los privamos de la única herramienta real de movilidad social que existe: la educación. Estamos creando una sociedad que discrimina desde la cuna, en la que los jóvenes no podrán acceder a una jubilación digna por no haber cumplido con su trayectoria educativa y laboral formal. Esta exclusión sistemática perpetúa un círculo vicioso de pobreza e informalidad que marcará a generaciones futuras. La cronología de la crisis es devastadora: desde la pandemia de la covid-19 (380 días perdidos) hasta las protestas actuales por la reforma de la CSS (40 días adicionales). Cada crisis ha sumado días perdidos, pero, más importante aún, ha creado una generación de estudiantes que ha visto normalizarse la Las proyecciones a largo plazo son alarmantes y conrman esta realidad discriminatoria. Los estudiantes panameños perderán el 25% de sus ingresos vitalicios, lo que representa una reducción permanente estimada si no se aplican intervenciones correctivas. El PIB nacional sufrirá un impacto del -4.2% para 2035, equivalente a $797.5 millones anuales. Para las familias de bajos ingresos, la probabilidad de movilidad social se reduce en un 33%. Estamos construyendo, bloque por bloque, una sociedad estraticada donde la educación interrumpida determina el destino social y económico de por vida. Los 490 días perdidos han creado un daño exponencial que se multiplicará por décadas. La posición de JUxLaE es clara: se debe declarar formalmente un estado de emergencia educativa, implementar inmediatamente los protocolos establecidos por COPEME y poner a disposición la televisión y la radio educativa. Rechazamos categóricamente que el derecho a la educación sea utilizado como carta de negociación. Es éticamente cuestionable arriesgar el futuro educativo de niños y jóvenes. El llamado a los gremios docentes es especialmente importante: honrar su código de ética profesional, anteponer el bienestar estudiantil y buscar alternativas de diálogo que no vulneren el derecho a la educación. La responsabilidad que la prolongación del con‚icto tiene sobre el futuro de la juventud panameña no puede seguir siendo ignorada. Ya no podemos permitirnos más días perdidos. Cada día sin clases es un día menos de oportunidades, un paso más hacia la consolidación de este “sexenio perdido”. El futuro de Panamá depende de las decisiones que tomemos hoy. Opinión EL AUTOR es escritor. EL AUTOR es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación. EL AUTOR es auditor forense y examinador de fraude autorizado. Pedro Crenes suspendieron consultas y hospitalizaciones durante casi dos meses. En julio de 2022, se sumaron a las protestas contra la in‚ación. Hoy, entre mayo y junio de 2025, coinciden paros docentes, médicos y de la construcción. Hay escuelas cerradas, hospitales semi paralizados y carreteras bloqueadas. Las acciones legales contra dirigentes sindicales solo han intensicado la tensión, en un contexto de creciente polarización social. ¿Por qué hablar de “expertos en autodestruirnos”? Porque hemos normalizado medidas extremas que paralizan el país más de lo que construyen soluciones. Cada protesta se convierte en un referente para la siguiente. La respuesta institucional es de- ciente, y el ciclo se repite. Según la Real Academia Española, terrorismo es el uso de la violencia y el terror sobre una colectividad como forma de lucha política. Combatirlo requiere determinación, unidad y compromiso con la democracia y los derechos humanos. Por eso, los lamentables actos de violencia ocurridos en Changuinola deben condenarse con rmeza. Atentan no solo contra la seguridad ciudadana, sino también contra la paz nacional. El historial reciente re‚eja una sociedad atrapada en espirales de confrontación. El desafío no es eliminar las movilizaciones — que pueden ser legítimas—, sino romper el ciclo autodestructivo. Hay que canalizar las demandas sociales por vías institucionales, con voluntad de diálogo y reformas viables. Panamá, bendecido por su posición geográca y su canal interoceánico, tiene todo para ser una nación próspera. Pero los eventos recientes —que han afectado la conanza de los inversionistas, deteriorado los servicios públicos y alimentado el desempleo— muestran lo contrario. Nos enfrentamos a una pregunta urgente: ¿seguiremos por el camino del cortoplacismo y la confrontación o construiremos un pacto nacional basado en la legalidad, el respeto institucional y el desarrollo sostenible? La autodestrucción no es un destino inevitable. Pero lo será si no cambiamos de rumbo. Panamá merece más que ser recordado como un país que tuvo todas las oportunidades… y las desperdició por su propia mano. Panamá ha sufrido algunas alteraciones en su calicación de riesgo país. En marzo de 2023, la calicadora Fitch Ratings degradó la calicación de Panamá de BBB (grado de inversión) a BB+ (grado especulativo), con perspectiva estable, citando problemas scales, aumento de la deuda y el cierre de la mina más grande del país. Fue la pérdida denitiva del grado de inversión por parte de Fitch. Por su parte, Moody’s rebajó la nota de Baa2 a Baa3 en octubre de 2023 (todavía dentro del grado de inversión) y modicó la perspectiva de negativa a estable, mencionando la falta de una respuesta scal adecuada. Luego, el 29 de noviembre de 2024, mantuvo la calicación en Baa3, pero volvió a cambiar la perspectiva a negativa, advirtiendo un deterioro scal mayor al esperado y riesgos futuros. Standard & Poor’s, en noviembre de 2023, revisó la perspectiva de su calicación BBB a negativa, y en noviembre de 2024 conrmó la rebaja de BBB a BBB-, aún dentro del grado de inversión, pero con señales claras de deterioro. Estas agencias han justicado sus decisiones con base en factores como el aumento del décit scal y de la deuda pública, los riesgos de gobernabilidad y la dependencia de ingresos cíclicos (como los provenientes del Canal y la minería). En los últimos años, Panamá ha atravesado eventos políticos que han deteriorado su perl crediticio: 1. El cierre de la mina Cobre Panamá (2023). Esta decisión fue interpretada como una señal de inseguridad jurídica, afectando la conanza de los inversionistas en la estabilidad de los contratos a largo plazo. La mina representaba cerca del 5% del PIB, impactando negativamente los ingreEl denominador común ha sido salir urgentemente del problema, resolver, pero no necesariamente innovar y preparar a Panamá para el futuro, pero eso claramente no habla de liderazgo. Yair Velásquez G. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón El desafío no es eliminar las movilizaciones —que pueden ser legítimas—, sino romper el ciclo autodestructivo. Hay que canalizar las demandas sociales por vías institucionales, con voluntad de diálogo y reformas viables.

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