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7A La Prensa Panamá, jueves 19 de junio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. cracia social, moderna y ética. Pero ese legado fue traicionado Hoy el PRD es un cascarón sin ideología, sin visión de país y sin una narrativa coherente. No representa a los trabajadores, ni a los campesinos, ni a los estudiantes…Solo representa el clientelismo. Ha dejado de ser un partido político para convertirse en una plataforma de prostitución del poder: un negocio electoral con franquicias locales. La carrera no es por servir: es por llegar a tiempo al reparto. Lo demás —educación, salud, justicia, transparencia…para el presidente no existe. Silencio ¿Qué pensaría Torrijos si viera en qué se ha convertido el partido que ayudó a moldear? ¿Qué pensaría al ver su nombre manipulado para justificar acomodos, planillas secretas y pactos con lo peor de la política nacional? Tal vez repetiría lo que le dijo una vez a su hijo Martín: “Cuídate de los lambones y de los ladrones. Uno te dice lo que quieres oír, el otro se lleva lo que no es suyo.” Hoy, el PRD está saturado de ambos. El mutismo de su actual dirigencia es una metáfora perfecta: no tienen nada que decir porque no tienen nada que Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Es la impunidad Justicia Los humanos antiguos sabían que el mundo era una esfera. En las noches, solo veían puntos luminosos redondos (estrellas y planetas). Veían la luna redonda y a la Tierra proyectando una sombra redonda sobre ella. Además, durante el día, veían el sol redondo y la luna también (sabían que era ella porque siempre muestra la misma cara). Cuando estaban en la mar océana, veían el horizonte ligeramente desalineado en los extremos; el mástil con la bandera era lo último que se divisaba del barco en lontananza. De regreso del viaje, lo primero que veían eran las cumbres de las montañas y las torres blancas de las iglesias. (Nuestra catedral tenía hoyuelos pintados de plateado en las cúpulas de las torres, para reflejar —en todas direcciones— luz concentrada que servía de faro diurno). Los antiguos sabían que el mundo era una esfera. Lo que no sabían era explicarlo. De eso se encargó Isaac Newton, al darle nombre a una fuerza invisible de atracción entre las cosas: la gravedad. La sociedad panameña es ingrávida. Nos hace falta dignidad, tanto en lo material como en lo espiritual. Guillermo Ford Boyd (q. e. p. d.) lo identificó hace muchos años. Todos lo vemos y lo sabemos. Nos consta, pero no lo aceptamos. No lo aceptamos porque hay una fuerza invisible que nos separa. Quien suscribe estas líneas considera que esa fuerza invisible que nos aleja es la impunidad. Y es lo que tiene todo parado. No los maestros, no Suntracs, no los originarios con sus violaciones a la ley y al libre tránsito. No el gobierno con sus imposiciones y sus posverdades. No las asociaciones del sector privado ni los partidos políticos con sus intereses cortoplacistas. Estos son solo síntomas de una vida social indigna. El problema no es la corrupción generalizada: esa es la consecuencia. El problema es que no hay castigo. La riqueza mal habida es protegida. Y el dinero que se produce con trabajo no alcanza. Si se considera que actualmente hay un gran riesgo de perder el país —discrepo, ya somos abusados por los grupos organizados de izquierda, de derecha y por un presidente extranjero acometedor—, hágase un arreglo. Pero no un “cierre en falso” (a la fuerza). Actuemos todos contra la impunidad. No a destiempo, no con prepotencia, no con segundas intenciones, no con favoritismos, sino con resultados concretos y reconociendo los errores ya cometidos. Esa es la causa de nuestra vida indigna: la impunidad. Reasentamientos sostenibles: un nuevo paradigma para Panamá Canal de Panamá y comunidades de la cuenca del río Indio. Esta norma establece que el desplazamiento físico y económico de comunidades debe evitarse siempre que sea posible, pero, cuando es inevitable, tiene que manejarse de forma planificada, participativa y justa. Exige, entre otras cosas: consultas tempranas, libres e informadas con las comunidades afectadas; compensaciones justas y suficientes, no solo por la tierra, sino también por el restablecimiento de los medios de vida; reasentamientos que permitan a las familias mantener o mejorar su calidad de vida; mecanismos de quejas accesibles y eficaces; y seguimiento posterior a la reubicación para asegurar que las soluciones funcionen. El Canal de Panamá mantiene el compromiso de aplicar las mejores prácticas como base para el diseño y ejecución del proyecto estratégico del lago de Río Indio. Allí no solo construirá un lago: construirá el futuro. Y ese futuro debe incluir a todas las personas, especialmente a quienes estén directamente dentro de la huella del proyecto. Uno de los componentes más importantes del proyecto es, sin duda, trabajar de la mano con las 550 familias que deben ser reasentadas. Este es un tema prioritario para el Canal de Panamá, y nuestro compromiso no se limita a cumplir con una norma técnica; requiere de personal comprometido, con una profunda convicción que promueva el acceso a la información, la participación pública y el respeto a los derechos de quienes habitan estas comunidades. Desde el primer momento, hemos asumido que el reasentamiento no puede ser un proceso unilateral ni improvisado; por el contrario, debe ser fruto del diáloKarina Vergara El partido sin voz. ...pero con olor PRD Hay silencios que duelen. Otros que avergüenzan. Y algunos, como el del presidente del PRD, que simplemente apestan. Porque en medio del hedor que emana de las gestiones más recientes de ese partido —con escándalos que enlodan desde el Fondo de Ahorro hasta las botellas sin funciones, desde obras infladas hasta indignos pactos legislativos—, la voz de quien debería representar al colectivo brilla por su ausencia. Silencio absoluto. Ni una palabra para explicar, asumir, corregir o siquiera disimular. Y ese silencio no es prudencia: es complicidad. Lo que indigna no es solo la corrupción, sino la desvergüenza con la que esta ha sido normalizada por una estructura partidaria que alguna vez quiso ser sinónimo de proyecto nacional. Porque sí, el PRD fue prohijado por figuras de peso moral y político en la historia latinoamericana y europea: Felipe González, Mario Soares, Carlos Andrés Pérez, entre otros líderes de la Internacional Socialista, quienes acompañaron con esperanza el nacimiento de un partido que —tras la muerte de Omar Torrijos— se propuso transitar hacia una demoproponer. Su programa es el poder por el poder. Su identidad, el reparto. Su norte, el presupuesto. Y mientras tanto, el país se desmorona. La educación colapsa, la justicia se vende, el agua se seca, la juventud emigra y la desigualdad se extiende como un cáncer. Mientras el PRD calla, esperando que el próximo ciclo electoral les devuelva la oportunidad de volver a las oficinas públicas a hacer lo mismo: nada, pero con otras caras. Ese cinismo solo se sostiene porque la sociedad aún lo tolera A Panamá le urge una nueva generación política. No una que repita eslóganes huecos, sino una que se atreva a pensar, a limpiar y a reconstruir. Una ciudadanía que diga basta. Que deje de premiar el saqueo con votos. Que eleve el estándar de lo que exige y lo que tolera. El PRD fue alguna vez un intento de darle rumbo ético y popular a la transición democrática. Hoy es una de las columnas del pantano que impide que Panamá avance. Y su silencio —el del presidente mudo, el de los cuadros que miran hacia otro lado— no es olvido: es consentimiento. Por eso, cuando los partidos callan ante su propia podredumbre, es la sociedad la que tiene que alzar la voz. Gritar por dignidad. Por memoria. Y por futuro. Opinión EL AUTOR es abogado. EL AUTOR es exdirector de La Prensa. LA AUTORA es gerente socioambiental del proyecto del Lago de Río Indio, Canal de Panamá. Ricardo Salcedo López go, del reconocimiento de las necesidades y aspiraciones de las familias, y de una planificación detallada que permita no solo mitigar los impactos, sino también generar oportunidades de desarrollo local. Se trata de un proceso en el que panameños nos preocupamos por panameños, dentro y fuera de la cuenca del río Indio. Nos aseguramos de que las familias sean informadas y participen activamente en el proceso de toma de decisiones. Esto forma parte de una estrategia más amplia que busca asegurar el agua del futuro para el país, al tiempo que, juntos, impulsamos el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades de la cuenca del río Indio. Estoy convencida de que Panamá, una vez más, puede y debe liderar modelos de infraestructura que combinen progreso, equidad y sostenibilidad, y que sirvan de ejemplo para el resto del continente. El proyecto del lago de Río Indio tiene el potencial de convertirse en un referente regional si se ejecuta con la misma visión con la que se desarrolló el proyecto de ampliación del Canal. Reconocemos que no basta con hacer bien las cosas desde la ingeniería; también hay que hacerlas bien desde el respeto, la escucha y la justicia social. Significa que hemos aprendido de nuestra historia y que estamos dispuestos a hacerlo mejor, considerando experiencias pasadas, lecciones aprendidas y atendiendo las recomendaciones de organismos internacionales. Como panameños, tenemos la responsabilidad de demostrar que es posible avanzar sin dejar a nadie atrás; que es posible transformar el territorio, sí, pero también transformar nuestra manera de relacionarnos con quienes lo habitan. El reto es grande, pero también lo es nuestra convicción. Porque, cuando se trabaja con respeto, transparencia y compromiso, el desarrollo no se convierte en una amenaza, sino en una oportunidad. Una oportunidad para construir no solo un lago y proteger una cuenca hidrográfica, sino un futuro más justo y sostenible para todos. La historia de Panamá está marcada por grandes obras de infraestructura que transformaron no solo nuestro territorio, sino también la vida de miles de personas. Uno de los ejemplos más emblemáticos es la creación del lago Gatún a inicios del siglo XX, asociada a la construcción del Canal de Panamá, una hazaña de ingeniería sin precedentes para su época, que implicó el desplazamiento de comunidades mediante un proceso carente de respeto por los derechos fundamentales de aquellos que resultaron impactados. En aquel entonces, no existían estándares internacionales asociados a los derechos humanos aplicables a procesos de reasentamiento. Las personas solo eran reubicadas; poco importaba su opinión y contaban con escasa información, sin opciones reales de compensación ni acompañamiento que garantizara el restablecimiento de sus medios de vida. Un modelo que afectó a generaciones enteras. Era otra época, otro paradigma y otro mundo. Pero los tiempos han cambiado, y con ellos también ha evolucionado la forma en que se gestionan los proyectos de gran impacto. Hoy, el desarrollo ya no puede medirse solo en kilómetros construidos o en volúmenes de agua almacenada. También debe medirse en calidad de vida, justicia social y sostenibilidad. En ese contexto, la Norma de Desempeño 5 (ESS5) del Marco Ambiental y Social del Banco Mundial —adoptada por la Corporación Financiera Internacional (IFC) y aplicada hoy por múltiples organismos multilaterales y gobiernos responsables— representa un cambio fundamental: pone a las personas en el centro de los proyectos de desarrollo. El Canal de Panamá acoge esta norma como una mejor práctica que podemos ajustar a nuestra realidad, considerando la diversidad sociocultural de las familias Hoy el PRD es un cascarón sin ideología, sin visión de país y sin una narrativa coherente. No representa a los trabajadores, ni a los campesinos, ni a los estudiantes… Solo representa el clientelismo. Carlos González de la Lastra Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. 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