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9A La Prensa Panamá, lunes 16 de junio de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. fondo no es la Ley 462 en sí misma. Hay fuerzas políticas y sociales detrás del movimiento: algunas artificiales, organizadas y con recursos; otras, más orgánicas. Los primeros —aquellos que pierden elección tras elección y encantan con un discurso trasnochado, descalificador y divisorio (los “buenos” contra los “malos”)— son los verdaderos responsables. Por tanto, corresponde señalarlos y exigirles responsabilidad por cualquier infracción. La judicialización de los manifestantes, tanto de sus dirigentes como de los vándalos, es necesaria y apropiada. Es un “secreto de pasillos” que algunos partidos políticos y múltiples organizaciones sindicales utilizan sus recursos para instigar el rompimiento del orden público, sin contar con la posible intromisión extranjera. Con ellos no debe haber espacio para la negociación, porque suscriben estrategias similares a las de Putin. A estos actores se les debe exigir responsabilidad, siempre dentro del marco legal. Y no, no debe aceptarse que eso sea calificado como “persecución política”. Gobiernos anteriores cedieron al chantaje, en ocasiones hasta para salvar su propio pellejo. Eso tiene que cambiar,porqueempobrecenuestrademocracia. Para el gobierno actual es más fácil, porque está comenzando; pero el hecho de Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. El segundo mundo Retroceso institucional En un ensayo reciente, el autor conocido como boriquagato explora el concepto del “segundo mundo”. Estamos familiarizados con los términos “primer mundo” y “tercer mundo”, y tendemos a asumir que basta con aplicar ciertas políticas públicas para alcanzar el primero, con todos los beneficios que ello conlleva. Sin embargo, el autor advierte que incluso países que alguna vez llegaron al primer mundo pueden experimentar un retroceso hacia el segundo. El progreso no está garantizado. Es posible descender, aun después de haber alcanzado niveles de desarrollo avanzados. Partamos de la premisa de que el tercer mundo es un sistema donde existe un círculo vicioso de desconfianza individual y sistémica que se refuerzan mutuamente. En contraste, en algunos países del primer mundo se observan prácticas basadas en la confianzasocial:porejemplo,puestosdeventaagrícola sin supervisión, donde el comprador deposita el dinero según una lista de precios. Esa confianza mutua permite reducir controles y preservar el respeto a la propiedad. El segundo mundo, en cambio, representa “lo peor de todos los mundos”: combina los altos costos y complejas regulaciones del primer mundo con la disfunción y baja productividad del tercero. Entre sus características se encuentran redes eléctricas inestables, carreteras en mal estado y servicios públicos ineficientes. El autor utiliza como ejemplo principal a Puerto Rico —donde presumiblemente reside—ydescribecómosuinfraestructuracolapsa, mientras persisten estructuras regulatorias propias de sociedades avanzadas. A partir de este análisis, introduce el concepto de la paradoja libertaria: las libertades y derechos propios de una sociedad del primer mundo pueden volverse vulnerabilidades cuando son explotados por quienes no comparten esos valores. Entre los ejemplos que menciona están los sistemas basados en la confianza —vulnerables al juega vivo—, las protecciones legales que impiden responder ante conductas antisociales, como el abuso del derecho al libre tránsito, o sistemas de bienestar social fácilmente corrompibles. La conclusión es contundente: los sistemas exitosos del primer mundo no dependen únicamente de su diseño institucional, sinodeunatransmisiónduraderadelosvalores que los sustentan. Alcanzar ese nivel requiere primero un cambio cultural. El funcionamiento del sistema depende de valores compartidos; su preservación, de una defensa activa de esos valores. De lo contrario, el juega vivo nos empujará al segundo mundo. El autor lo resume con la expresión “reglas de oro y edades de oro”. Con un sistema educativo público en franco deterioro —herramienta esencial para inculcar esos valores—, y una educación privada que forma talento humano que luego emigra por falta de oportunidades locales, ¿estamos condenados a confrontar la realidaddelsegundomundo?Estasideasdeberían hacernos reflexionar, especialmente ante la actitud de ciertos sectores que parecen promover el retroceso de Panamá en lugar de su avance. En 50 años tendremos estrés hídrico, ¿estamos preparados? Ósmosis inversa en contacto con agua salada proveniente del mar o de los cascos de los buques, lo que provoca un aumento gradual de salinidad en el lago Gatún. Esto compromete tanto la biodiversidad como el suministro de agua potable. La propuesta de embalsar el río Indio implica el desplazamiento de más de 2,000 personas y la inundación de áreas agrícolas y forestales. A esto se suma la pérdida de servicios ecosistémicos esenciales. Aunque puede ser necesario aumentar la disponibilidad de agua, depender únicamente de nuevas fuentes no garantiza resiliencia. Lo que se necesita es eficiencia. Es momento de adoptar un enfoque estructural, con soluciones que cierren el ciclo del agua y eviten seguir cavando el mismo hoyo. Por ejemplo, se puede implementar un sistema de reutilización progresiva, en el que el agua dulce del lago se use durante uno o dos ciclos operativos. Antes de que su salinidad alcance niveles críticos, esa agua puede ser sometida a desalinización y reintroducida al sistema o al lago, siempre que cumpla con los estándares. Este enfoque híbrido no solo reduciría la presión sobre nuevas fuentes, sino que ayudaría a conservar el equilibrio ecológico de la cuenca canalera. La desalinización ya está siendo explorada por la Autoridad del Canal de Panamá. En la comunidad de Escobal, Colón, se desarrolla un plan piloto de potabilización por ósmosis inversa que abastece a unas 800 personas. Este tipo de experiencias permite evaluar la Lizzie Torres Cruz Estrategia conocida y reacción propuesta Descontento y orden público En la plaza, algunos de los grupos que se manifiestan contra la Ley 462 utilizan una estrategia de negociación que no es novedosa: emitir demandas absurdas y culpar a los demás por no aceptarlas; no conceder nada; retrasar continuamente el proceso; esperar a que otros presenten compromisos o concesiones; y recalibrar o reajustar. Si esto le suena familiar, es porque conoce la estrategia de Putin en su conflicto bélico en Ucrania. ¿Cómo se responde? Lo primero que debe quedar claro es que las manifestaciones no son un “problema del gobierno”, entendido como el Ejecutivo, Legislativo o Judicial. Es un problema de todos, porque compartimos la responsabilidad por sus causas y consecuencias. Cada uno debe participar y contribuir para enfrentar la situación. También debemos reconocer que el trasque le reste tanto tiempo puede ser una tentación para hacer “arreglos coyunturales”. También es necesario fortalecer la supervisión de estas organizaciones. El Tribunal Electoral debe vigilar a los partidos políticos, y las entidades correspondientes deben hacer lo propio con los gremios sindicales, para asegurar que los fondos que reciben —ya sea de simpatizantes, agremiados o del Estado— sean utilizados para los fines que justificaron su entrega. Asimismo, debe llamarse la atención a los extranjeros que interfieren en asuntos que no les competen. Pero no se puede perder de vista que existe un descontento ciudadano legítimo. Me refiero a los manifestantes motivados por diversas insatisfacciones. Es ahí donde el gobierno, bajo el liderazgo del Órgano Ejecutivo —elegidoconstitucionalmenteparaello—,debeenfocar todos sus esfuerzos: en la generación de empleos y oportunidades. No desde el sector público, que ya no resiste más presión y solo agrava el clientelismo, sino desde el sector privado, que a cambio espera educación de calidad y seguridad jurídica. Hay que activar un círculo virtuoso. Opinión EL AUTOR es director de la Fundación Libertad. EL AUTOR es abogado. LA AUTORA es ingeniera ambiental con experiencia en gestión hídrica y circularidad de recursos en países nórdicos y América Latina. Surse Pierpoint viabilidad técnica de soluciones más ambiciosas, especialmente si se combinan con tecnologías emergentes como la electrodiálisis o la desalinización solar pasiva. Pero no se trata solo de tecnología. También es urgente fortalecer las normativas que promuevan un uso más inteligente del recurso hídrico y restaurar las cuencas que alimentan el canal. Sin bosques sanos, suelos protegidos y gobernanza efectiva, ninguna infraestructura puede garantizar la sostenibilidad. Embalsar el río Indio puede parecer una solución rápida, pero es una decisión de largoimpactoquecomprometecomunidades, destruye ecosistemas y mantiene un modelo de gestión obsoleto. Apostar por eficiencia, tecnología y restauración es más complejo, sí, pero también más justo, resiliente y alineado con los desafíos climáticos y sociales del presente. El canal es una obra de ingeniería de escala global. La estrategia hídrica que lo sostiene debe estar a esa altura. Persistir en un modelo de expansión infinita es ignorar que vivimos en un planeta con límites. Es hora de adoptar una visión más circular e innovadora que garantice agua no solo para la operación del canal, sino para la vida que lo rodea y lo sostiene. La escasez de agua en el Canal de Panamá ha reactivado propuestas que, aunque parecen pragmáticas, perpetúan una lógica que ya no responde a los desafíos actuales. Embalsar el río Indio —una inversión de 1,200 millones de dólares con alto costo social y ambiental— no resuelve el problema estructural: seguimos desperdiciando el agua. Durante más de un siglo, Panamá ha respondido a la demanda hídrica del canal embalsando ríos: primero el Chagres, que dio origen al lago Gatún, y luego Alhajuela. Ahora se plantea intervenir otra cuenca, pero si no transformamos la manera en que usamos el recurso, dentro de algunas décadas estaremos debatiendo qué otro río inundar. Cada tránsito de barco utiliza millones de galones de agua dulce, que en su mayoría se pierden en el proceso. Las esclusas neopanamax permiten cierto ahorro mediante tinas de reutilización, pero las esclusas panamax tradicionales siguen operando con menor eficiencia. Además, el agua reutilizada entra Francisco Arias Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón nes socioeconómicas que permitan un desarrollo humano que mejore la calidad de vida. Que la población opine o vote en contra de un candidato o funcionario por decisiones que favorecen a una clase empresarial, gremial o política en particular —en perjuicio de la ciudadanía en general— no debe considerarse un costo, sino un merecido karma político. Algunas medidas percibidas como perjudiciales —por razones tan variadas como el desconocimiento de sus alcances, la ignorancia sobre temas técnicamente complejos, la manipulación por fuerzas oportunistas con agendas ocultas o incluso la desconfianza radical hacia todo lo que ofrece un sistema político plagado de corrupción— pueden ser decisiones muy beneficiosas. En esos casos, el líder de turno asume el costo político, consciente de que generará insatisfacción por las razones antes expuestas. Ese servidor público, dispuesto a sacrificar su futuro político por darle a su país lo que necesita, debe ser el modelo a emular. Por desgracia, en democracia, la mayoría de la clase política practica a diario la demagogia, afirmando que su objetivo es mejorar las condiciones del pueblo, cuando su mayor aspiración es mantenerse vigente en el ruedo a como dé lugar. Para lograrlo, siempre es más fácil prometer soluciones simplistas u oponerse a proyectos importantes porque los propuEl costo político del servidor responsable Cortoplacismos Uno de los grandes peligros de la democracia es el fenómeno del populismo. Es una certeza empírica que los conceptos de populismo y costo político son diametralmente opuestos. Para resolver arduos problemas sociales que exigen sacrificios e incertidumbre a corto plazo, el funcionario electo debe arriesgarse a perder una cuota —a veces enorme— de su popularidad. No cabe duda de que se trata de un asunto extremadamente delicado. Lo impopular no da rédito político inmediato, por lo que muchos servidores públicos prefieren adoptar posturas populistas. El populismo puede definirse de manera inequívoca como la práctica política de decir y hacer lo que buena parte de la población quiere, en detrimento de lo que realmente necesita para su bienestar futuro. El único propósito de un líder político debe ser gobernar para el beneficio de la ciudadanía: crear las condiciosieron sus contrincantes. Otros atacan los intentos de solucionar problemas que, cuando ellos detentaban el poder, no tuvieron la voluntad de enfrentar; o bien, cínicamente, buscan mantener las malas prácticas que se pretenden subsanar, solo porque se benefician de ellas. Las actitudes populistas de la mayoría de nuestros políticos hacen que imperen las decisiones cortoplacistas que solo sirven para ganar elecciones. Esas mismas actitudes frenan políticas de Estado exitosas y sostenibles que fomentan las condiciones para un verdadero progresosocioeconómico.Paraestospolíticos, el factor determinante es cómo aquello que dicen y hacen puede afectarlos electoralmente. En este estado de cosas, será imposible aplicar los cambios profundos y estructurales necesarios para mejorar nuestro paupérrimo sistema educativo y las demás condiciones que garanticen la seguridad social y laboral de la mayoría. Aspiremos a tener servidores responsables que, como buenos padres y madres de familia, estén dispuestos a asumir el costo político de tomar decisiones difíciles e impopulares que procuren los mejores beneficios para el pueblo que los eligió. EL AUTOR es abogado. Iván Robles

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