7A La Prensa Panamá, lunes 16 de junio de 2025 Panorama ‘No más envenenamiento del río La Villa’: clama el arzobispo Ulloa Aleida Samaniego C. [email protected] MENSAJE Dijo que cada gota contaminada refleja una relación quebrada con la creación, y que la crisis ecológica también es una crisis moral y social, alimentada por la indiferencia y el afán de ganancia a cualquier costo. En la misa ayer, el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, dedicó unos minutos para abordar la crisis hídrica que enfrentan los habitantes de la región de Azuero, debido a la creciente contaminación del río La Villa. Ulloa calificó esta situación como “un atentado contra la naturaleza y una amenaza directa para la salud de las personas”. Afirmó que lo que hoy viven los ciudadanos de Herrera y Los Santos es una expresión dolorosa del descuido ambiental, la ausencia de políticas públicas sostenidas y de una conciencia ciudadana que aún no despierta. “El daño al principal río de la región no es resultado de un incidente aislado ni reciente”, subrayó. “Durante años se han tolerado prácticas irresponsables: vertidos ilegales, deforestación de cuencas, mal manejo de residuos y sobreexplotación agrícola sin control”, denunció. El líder de la Iglesia católica hizo un llamado a la acción, destacando que la situación requiere tanto una respuesta urgente de las autoridades como una conversión ecológica por parte de todos los ciudadanos. “Debemos educar, denunciar, participar y defender el bien común”, expresó Ulloa. “Los ríos no tienen voz, pero los ciudadanos sí. Nuestra voz debe ser clara: no más envenenamiento del río La Villa”. Ulloa advirtió que lo que ocurre en Azuero es solo una muestra del deterioro ambiental que sufre todo el país. “No se trata solamente de cuidar un río, se trata de proteger la vida misma”, indicó. Además, sostuvo que cada gota contaminada es una señal de una relación quebrada con la creación, y que la crisis ecológica también es una crisis moral y social, alimentada por la indiferencia y el afán de ganancia a cualquier costo. Una monja que soñó con la luna: la historia del Corpus Christi Frentiao José Alejandro Rodríguez [email protected] Todo comenzó con una monja en Bélgica que soñó con la luna llena pero con una mancha negra. Ella sintió que eso era una revelación divina: que la luna representaba la Iglesia y que la mancha era algo para celebrar el sacramento de la Eucaristía, que en la religión católica, es lo que convierte el pan sin levadura en el cuerpo de Cristo. Por eso es que se llama Corpus Christi. Y Dio y dio y dio hasta que el papa de ese tiempo, el papa Urbano IV instituyó la fiesta del Corpus Christi en toda la Iglesia. Entonces, cuando los europeos llegan a América, traen consigo la religión católica de España, que fue la que puso la plata para la colonización y, obviamente, ellos querían evangelizar. Se encontraron con una problema. El idioma. ¿Como evangelizan a indígenas que no hablan el mismo idioma? Y se les ocurrió usar el teatro para evangelizar. Y hacían una gran obra de teatro con ángeles y los elementos divinos para representar el bien y los diablos para representar el mal. Estas tradiciones se trasladaron de dentro de la iglesia, a las afueras de la iglesia y, posteriormente, al pueblo, y se combinó con instrumentos y bailes con el fin de llevar el mensaje religioso a las masas. Uno de los mas vistosos y tradicionales es el de La Villa de Los Santos; también se ha celebrado en Parita, Antón, Darién y en muchas otras partes de Panama. En La Villa, el Corpus Christi tiene varias etapas, empieza con el diablo “encoheta’o”, que corre por las calles con un fuego de artificio. En la madrugada se da la danza del torito y en la mañana viene el “cuarteo” del Sol, en el cual, el diablo mayor, la diabla que es la pareja, el caracolito que es el hijo, y el diablo capitán se reparten el Sol en cuatro partes y con eso representan su dominio del mundo en un pacto diabólico. Despues la danza del gran diablo o los diablos limpios piden permiso para entrar a la iglesia. Los dejan entrar y hacen una celebración o misa. Terminado esto caminan por las llamadas “alfombras” que son obras de arte gigantes hechas en las calles a lo largo de varias noches, y que son confeccionandas con sal de colores u otros elementos naturales. Algo que me pareció muy brutal es que El diablo y San Miguel Arcángel hacen un juicio final por el alma de una persona. Al final del juicio, San Miguel gana representando el triunfo del bien sobre el mal. Y todas las danzas y manifestaciones están en las calles, la Montezuma española, la Montezuma cabezona, las Enanas, Mojigangas y Parrampanes, el Chivo, los Gallinazos, el Zaracundé y otras. En Parita tienen la Danza del venado. En fin, en todas las regiones de Panamá que celebran el Corpus Christi tienen sus maneras peculiares de celebrarlo. Algo curioso es que las actúan puros hombres porque así se hacía tradicionalmente. Según una entrevista echa a Elena Llorach, una de las hipótesis de los espejos en los trajes de los diablos limpios, es que nos refleja a nosotros y nos recuerda de nuestros pecados y nuestras faltas. Y al final, recordarnos que estas danzas, tradiciones y actuaciones son la representación de nuestra humanidad y panameñidad. Un abrazo y nos vemos en el siguiente Frentiao.
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