2A La Prensa Panamá, miércoles 4 de junio de 2025 Suscríbete www.prensa.com Síguenos twitter.com/prensacom Comenta facebook.com/prensacom Panorama Mónica Palm [email protected] Alcalde Mayer Mizrachi Archivo Vínculos familiares en el alquiler de radios digitales para la alcaldía de Mizrachi La Alcaldía de Panamá alquilará 110 radios digitales de comunicación a una empresa vinculada a familiares del alcalde Mayer Mizrachi y del subdirector ejecutivo institucional de esta entidad, Jorge Enrique Barranco Landero. La empresa se llama Kadair, S.A. Aarón Ronny Mizrachi Malca y Raymond Mizrachi Matalon —padre y hermano, respectivamente, del alcalde capitalino— fueron directores y accionistas de esta sociedad, al menos hasta el 9 de junio de 2015. Jorge E. Barranco Landero, actual director de Kadair, S.A., es hermano del subdirector ejecutivo institucional de la Alcaldía de Panamá. La empresa alquilará 110 radios digitales de comunicación nuevos, con GPS, para uso de la Dirección de Seguridad Municipal, a cambio de $49,998.96. Si el monto hubiese superado los $50,000, la alcaldía habría tenido que presentar la oferta ante el Consejo Municipal y obtener la aprobación de los ediles. La contratación fue adjudicada por el jefe de Compras, Ernesto Villarreal, el pasado 7 de febrero, aunque la orden de compra se emitió el 1 de abril. La convocatoria a este acto público se anunció el 14 de noviembre, y la recepción de propuestas fue el 25 de ese mismo mes. Kadair fue la única empresa que presentó una oferta. El nombre es muy similar al de una sociedad inscrita en las Islas Vírgenes Británicas, denominada Kadair Investment Ltd., la cual fue una herramienta utilizada por la Oficina de Operaciones Estructuradas de Odebrecht para canalizar coimas a través de los sistemas financieros de varios países. Solo en el Banque Pictet, de Suiza, Kadair Investment Ltd. realizó transferencias por poco más de $15 millones. En la vista fiscal del caso Odebrecht consta que los beneficiarios finales de Kadair Investment Ltd. son Luis Enrique y Ricardo Alberto Martinelli Linares, hijos del expresidente Ricardo Martinelli Berrocal (2009–2014). Luis Enrique y Ricardo Alberto estuvieron presos en Nueva York cumpliendo una condena por conspirar para blanquear capitales utilizando el sistema financiero estadounidense, luego de confesar que recibieron al menos $28 millones en coimas de Odebrecht, siguiendo instrucciones de su padre, quien en aquella época era el gobernante. Ronny Mizrachi, cuñado del expresidente Martinelli, está imputado en el caso Odebrecht y será enjuiciado por presunto blanqueo en noviembre próximo. Martinelli también debe ir a juicio. Al cierre de esta edición se esperaba la reacción de la Alcaldía de Panamá sobre la contratación de Kadair, S.A. Aleida Samaniego C. [email protected] Molinar: ‘Le estamos negando a los estudiantes su futuro’ PARO DOCENTE Tras más de un mes de paro docente que ha afectado a cientos de estudiantes en el país, la ministra de Educación, Lucy Molinar, hizo un llamado urgente a retomar las clases, dejar atrás la confrontación y pensar primero en los jóvenes. “Volvamos todos. Hagamos un pacto por la paz del país”. Molinar señaló que ya varios docentes han retomado clases, aunque lamentó que persista un ambiente de desinformación que, en sus palabras, “no está ayudando al país”. “Nada de lo que estamos haciendo, nada de lo que está pasando ayuda a construir país. Al final aquí vivimos todos y este país nos pertenece a todos”, expresó. Además, insistió en que es momento de bajar la intensidad del conflicto. “Si todos logramos comenzar a pensar un poquito más en Panamá, podríamos comenzar a ponernos de acuerdo y encontrar esas avenidas en las que podamos, sobre la base de la verdad, construir”, afirmó. La titular de Educación también advirtió que en el debate se han difundido múltiples falsedades y manipulaciones que dificultan avanzar hacia soluciones reales: “No nos hagamos daño y no sacrifiquemos a lo más valioso que tenemos, que son nuestros jóvenes”. Recalcó que mientras haya estudiantes sin recibir clases, se trata de un fracaso colectivo. “No es solo un fracaso del ministerio, es de todos. Le estamos negando a los estudiantes la posibilidad de construir un mejor futuro. La educación debe ser un espacio sagrado”, enfatizó. Molinar reiteró que no hay amenazas de despidos ni represalias contra los educadores. “Eso no es cierto. Por favor, solo déjense llevar por información oficial. Ya desde el lunes pasado muchos colegios se reincorporaron a clases, y a nadie se le ha despedido ni perseguido”, aclaró. Inspecciones en el cauce del Estibaná, principal afluente del río La Villa. Cortesía: MiAmbiente El agua es potable, pero el río está enfermo Aleidas Samaniego C. [email protected] LA VILLA Aunque las autoridades aseguran que el agua del río La Villa potabilizada es segura, gracias al tratamiento en las plantas Roberto Reyna y Rufina Alfaro, el río La Villa está gravemente contaminado. A medida que crece la preocupación por la contaminación del río La Villa —principal fuente de agua para las provincias de Herrera y Los Santos—, el Ministerio de Salud (Minsa) ha llamado a la calma. Según la institución, el agua que actualmente se potabiliza en las plantas Roberto Reyna (Herrera) y Rufina Alfaro (Los Santos) es segura para el consumo humano. “El agua que estamos distribuyendo es totalmente apta para el consumo. No hay riesgos para la salud de los ciudadanos”, aseguró Alejandro Arze Moreno, director nacional del Subsector de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (Disapas) del Minsa. Añadió que ambas plantas están operando al 75% de su capacidad, lo que garantiza un suministro constante de agua tratada. Además, se han intensificado los monitoreos de calidad en toda la red de distribución. Desde el 27 de mayo, técnicos del Ministerio de Ambiente (Miambiente) han estado inspeccionando puntos críticos de la cuenca, como el vertedero de Macaracas y tramos de los ríos La Villa y Estibaná. La prioridad: identificar posibles fuentes de contaminación, como granjas porcinas, y evaluar indicadores como coliformes fecales, turbidez y sedimentos. “Estamos comprometidos con la protección del agua que consumen nuestros ciudadanos. Nuestro equipo continúa en el terreno recopilando información científica y exigiendo medidas correctivas a quienes incumplen”, publicó Miambiente en su cuenta de X. A lo largo del río Estibaná, subcuenca del río La Villa, las aguas ya no corren limpias. Las inspecciones realizadas la semana pasada por el Minsa confirmaron lo que los moradores de Herrera y Los Santos han denunciado durante años: el corazón hídrico de la región está enfermo, especialmente en su parte media y baja. Y los responsables tienen solo 72 horas para actuar, según las medidas dictadas por el Minsa. En estos tramos del río — claves para la agricultura, la ganadería y el consumo humano— se han detectado fuentes serias de contaminación. “Vamos a cerrar las instalaciones que sea necesario cerrar”, advirtió el ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, tras recorrer la zona. “Este es un problema de muy vieja data que vamos a resolver de raíz”. En medio de esta crisis ambiental, las comunidades esperan que, por fin, llegue una respuesta firme. Durante años, el agua ha arrastrado residuos, olores insoportables y promesas sin cumplir. Los niños ya no se bañan en el río como antes. Las familias temen por su salud. Mientras las autoridades prometen soluciones de fondo, los habitantes siguen esperando que el río vuelva a ser lo que fue: fuente de vida, no de preocupación. La salud pública y el futuro ambiental de la región están en juego. Metales pesados: una amenaza silenciosa Más allá de la materia orgánica, investigaciones científicas han revelado la presencia de metales pesados —plomo,cadmio,arsénico— en los suelos, sedimentos y aguas de la cuenca del río La Villa. Estos hallazgos provienen del estudio “Extracción secuencial de metales pesados en suelos y sedimentos de la cuenca del río La Villa de Panamá”, financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt). La investigación fue liderada por José Ezequiel Villarreal-Núñez y Jhon Alexander Villalaz-Pérez, del Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (Idiap) —entidad pública especializada en ciencia agropecuaria—; Adolfo poco solubles en agua, tienden a acumularse en los sedimentos. Otros —como el cromo y el cadmio— provienen directamente del agua utilizada para el riego, afectando cultivos y suelos agrícolas. Un compromiso compartido Aunque las autoridades reiteran que el agua potable distribuida actualmente es segura, el desafío ambiental persiste. Tanto el Minsa como Miambiente han reforzado la vigilancia técnica y el monitoreo de posibles focos de contaminación. Pero también se necesita la participación ciudadana. Proteger las fuentes hídricas es una responsabilidad colectiva. El uso responsable del agua, la fiscalización de prácticas agrícolas y la presión social para exigir políticas ambientales sostenibles son pasos clave. “A pesar de los desafíos, estamos trabajando incansablemente para asegurar que todos reciban agua potable segura. Pedimos a la población que continúe cooperando con nuestras acciones de control”, concluyó Miambiente. Mientras las instituciones estatales avanzan con inspecciones, sanciones y medidas correctivas, la ciencia advierte que la contaminación de la cuenca del río La Villa no es un problema puntual ni reciente. Se trata de una amenaza silenciosa que exige un cambio estructural en el uso de agroquímicos, la gestión ambiental y la vigilancia de nuestras fuentes de agua. Santo-Pineda, del Centro Regional Universitario de Los Santos de la Universidad de Panamá; y Neldis Ballesteros, de la Universidad Católica Santa María La Antigua (Usma). Durante 2016 y 2017, el equipo recolectó 41 muestras, tanto en época lluviosa como en época seca, para evaluar suelos agrícolas destinados a cultivos como caña de azúcar, maíz, tomate, melón y pasto para ganado. “Estos metales no solo contaminan el agua. Se acumulan en los cultivos y entran a la cadena alimentaria”, advierte el estudio. La persistencia y toxicidad de estos compuestos los convierte en una amenaza para la salud humana y el ambiente, ya que su naturaleza no biodegradable permite que se mantengan activos en el ecosistema durante décadas. Uno de los hallazgos más alarmantes figura en el estudio “Metales pesados en agua, suelos y sedimentos de la cuenca del río La Villa, Panamá”, que plantea una relación directa entre la contaminación y el uso intensivo de agroquímicos. Se estima que el 90 % de los pesticidas que ingresan al país se destinan a la agricultura. De acuerdo con los investigadores, cada panameño “consume (no necesariamente ingiere) unos 3 kilogramos de agroquímicos al año”, una cifra que sextuplica el promedio centroamericano. Los expertos también advierten que metales como el plomo y el arsénico, aunque UI UNIDAD INVESTIGATIVA
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