2B La Prensa Panamá, miércoles 28 de mayo de 2025 Economía & Negocios Velocidad matamiedo: moverse rápido también es liderar Cultura organizacional Luis Eduardo Ocando economí[email protected] su operación en una semana y se jaron un plan de internacionalización que tomaría más tiempo en ejecutarse. No tenían más recursos ni más certezas que los demás. Lo que tenían era conanza interna para tomar decisiones rápidas, probar y corregir sobre la marcha. No todo les salió perfecto, pero salieron adelante. Con el paso del tiempo, movieron su operación al exterior y su país base dejó de ser la matriz para convertirse en una subsidiaria más del grupo, ahora multinacional. Y el equipo salió más unido. Eso me quedó grabado. Porque entendí que moverse rápido, cuando todo tiembla, no es solo una estrategia. Es un mensaje. Es decirle al equipo: no sabemos todo, pero no nos vamos a quedar quietos. Y ese tipo de actitud genera más seguridad que cualquier PowerPoint con datos. El miedo tiende a frenar. Y lo entiendo. Cuando hay incertidumbre, el instinto es pisar el freno, protegerse, esperar a que pase. Pero hay momentos en que quedarse quieto también es una apuesta. Una peligrosa. Porque mientras uno se paraliza, otro se adapta. Y eso cambia todo. Supimos de casos en los que, por ejemplo, una tienda de barrio, en plena pandemia, se vio obligada a cerrar por restricciones. En lugar de resignarse, el dueño agarró su celular, hizo una lista de difusión en WhatsApp y empezó a vender desde ahí. No contrató un CRM ni diseñó una estrategia digital. Solo actuó. Y ese gesto sencillo, rápido, le salvó el negocio y le dio una relación mucho más cercana con sus clientes. Ese es el punto. No se trata de tener grandes recursos o planes sosticados. Se trata de entender que, cuando todo se mueve, uno también tiene que moverse. A veces, incluso antes de estar 100% listo. Pero claro, para moverse así se necesita algo más que voluntad. Se necesita una cultura que lo permita. Equipos que no tengan miedo de equivocarse, líderes que escuchen, estructuras que no ahoguen con burocracia. Porque si todo tiene que escalarse, validarse y pasar por tres comités antes de actuar, la oportunidad ya se fue. La agilidad no se improvisa. Se entrena. Y no me reero a metodologías o manuales, sino a algo más básico: conanza. En el equipo, en el criterio compartido, en la capacidad de adaptarse. Esa conanza es lo que permite tomar decisiones rápidas sin que se sientan como un salto al vacío. En el artículo anterior decía que las crisis, bien leídas, pueden ser plataformas. Hoy lo complemento: esas plataformas sirven si alguien se anima a subirse. Y eso requiere movimiento. Acción. Velocidad. No hay liderazgo en la espera eterna. No hay transformación en la pasividad. Por eso, cuando todo está nublado, avanzar no es solo una decisión operativa. Es una forma de liderar. De generar conanza. De marcar el paso, incluso sin tener todo resuelto. Porque a veces, lo más valiente que se puede hacer en medio del caos es tomar una decisión y moverse. No porque sea seguro, sino porque es necesario. El autor es Country Managing Partner – EY. EFE. WASHINGTON, EUA Logo de la compañía petrolera. EFE/Archivo EUA confirma que licencia de Chevron en Venezuela expiró MEDIDA La Administración de Donald Trump conrmó que la licencia que permite a la petrolera estadounidense Chevron operar en Venezuela vencía ayer por la noche como medida de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, detalló en una rueda de prensa que “la licencia expira a las 11:59 p.m.”. “No vamos a permitir que llegue dinero que asista al régimen de Maduro”, apuntó la vocera. Según Bruce, Trump ordenó al secretario de Estado, Marco Rubio, que expiren todas las licencias petroleras de la “era” de su antecesor, Joe Biden (20212025), que “beneciaron al régimen de Maduro”. A partir de hoy, Chevron contará con un permiso que solo permitirá operaciones esenciales de mantenimiento y le prohibirá realizar nuevas inversiones y la producción y exportación de crudo desde Venezuela. La Administración de Biden había otorgado licencias petroleras en noviembre de 2022, coincidiendo con el diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición antichavista para la convocatoria de elecciones presidenciales en el país. Trump había anunciado en marzo pasado la retirada de la licencia de Chevron para el 3 de abril, pero posteriormente concedió una prórroga que expiraba este 27 de mayo. Richard Grenell, enviado especial de Trump, armó recientemente que la licencia se renovaría después de que él mismo lograra pactar con Caracas la liberación de un estadounidense detenido en Venezuela. Poco después, el secretario de Estado, Marco Rubio, contradijo lo dicho por Grenell al anunciar que el permiso de Chevron caducaría el 27 de mayo, tal como estaba previsto. La salida de Chevron representará un golpe económico para Venezuela, ya que la compañía había contribuido signicativamente a la reactivación de la producción petrolera nacional. La semana pasada escribí sobre esa delgada línea entre el oportunismo y la oportunidad. Sobre cómo, en tiempos de crisis, hay quienes se quedan esperando que pase la tormenta y hay quienes se animan a avanzar, no por imprudencia, sino porque entienden el momento. Hoy quiero seguir ese hilo, porque hay un elemento clave que separa a los que lideran de los que solo observan: la velocidad. No me reero a correr sin sentido ni a actuar por impulso. Me reero a la capacidad de leer el contexto, tomar una decisión y moverse. A no quedarse atrapado en el análisis innito ni en la excusa del “cuando todo esté más claro”. Esa claridad muchas veces no llega. Y mientras uno espera, otro ya está haciendo. Lo viví de cerca hace unos años, en una organización pequeña, pero con equipos ágiles. En medio de una crisis política que paralizó a muchos, ellos reorganizaron toda
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