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10A La Prensa Panamá, miércoles 28 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. de la invasión de Estados Unidos, se sostiene en tres patas que restan estabilidad al sistema. Esto se debe a que los partidos políticos que llevan a los gobernantes al poder responden a agendas particulares que no representan al resto de la población. Les recuerdo a los voceros empresariales que, para que haya estabilidad, las leyes deben beneficiar a todos los sectores y no solo a unos pocos. También les recuerdo que, en muchos países de América Latina, ganar con un 34% —como fue el caso de Laurentino Cortizo y José Raúl Mulino— no representa legitimidad. Por eso, se ha consensuado la necesidad de una segunda vuelta electoral, para que los dos candidatos más votados puedan representar, en efecto, el sentir democrático de la mayoría, y no solo de una fracción minoritaria. Si la Ley 462 ha sido rechazada por muchos sectores sociales, incluidos profesionales como médicos, enfermeras y docentes, es porque hay un descontento generalizado, no solo por su contenido, sino por la forma manipulada en que fue aprobada. Primero, se utilizó el recurso de las “consultas” para aparentar una cobertura amplia de opiniones. LueLas colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Sin educación, no hay victoria Brecha social Preocupado por las prolongadas y obligadas vacaciones de nuestros niños y jóvenes, especialmente de los estratos más populares, titulo este artículo parafraseando el conocido lema de algunos grupos que proclaman: “sin lucha no hay victoria”. Ese grito, antes pertinente, ha perdido valor. Hoy se ha convertido en un argumento que, en la práctica, condena y sacrifica a los estudiantes de escuelas públicas, manteniéndolos en la ignorancia y profundizando la desigualdad social, es decir, agrandando la brecha entre la educación pública y la privada. Panamá ha registrado uno de los crecimientos económicos más sostenidos de la región, pero con una de las peores distribuciones de la riqueza. Y es justamente la educación la herramienta fundamental para reducir esa inequidad. Cuando lo entendamos, comenzaremos a cerrar la otra gran brecha: la que deja la riqueza en manos de unos pocos. Las luchas por la Caja de Seguro Social, la minería, los embalses, los altos costos de vida o las desigualdades económicas y sociales no deben librarse sacrificando a nuestros estudiantes. Ellos son quienes podrán, con preparación, ayudarnos a elegir mejores líderes y propiciar un país más atractivo para la inversión y el empleo de calidad. Resulta paradójico que algunos gremios que critican—con razón—la inequidad social, sean los mismos que, al paralizar clases, condenan a nuestros niños a la pobreza por falta de educación de calidad. Entendamos entonces que sin educación, no hay victoria. Entre 2020 y 2025, la brecha entre educación pública y particular se ha ampliado. Nuestros estudiantes han perdido más de 500 días de clases, lo que los relega a una formación incompleta y los condena a ser trabajadores de segunda categoría. Es urgente que docentes y dirigentes sindicales recapaciten. El derecho a protestar no puede ejercerse a costa del derecho a estudiar. Los paros forzados, en un sistema ya golpeado por currículos desfasados, infraestructura deficiente y escasa tecnología, solo ahondan la herida y restan competitividad a nuestros jóvenes en un mundo cada vez más exigente. No podemos soslayar tampoco el alto grado de corrupción e impunidad que persiste. Un escándalo tapa al anterior, y los gobernantes parecen convencidos de que el poder otorga impunidad y riqueza instantánea. Es necesario educar con el ejemplo. Los gobernantes no han querido ver que todas las grandes protestas recientes—la pandemia en 2020, el alza del combustible en 2022, la minería en 2023, la crisis de la CSS en 2024—tienen un denominador común: corrupción, impunidad, justicia parcializada y abandono del sistema educativo. Queda claro que en Panamá, como en el resto del mundo, sin educación no hay victoria. Cuando la educación forma parte del ADN Vocación La educación primaria (6 a 12 años) incluye materias fundamentales como matemáticas, ciencias, educación física, música, arte e inglés, que es obligatorio en muchas escuelas. En esta etapa se refuerzan valores como la disciplina, el respeto a la autoridad y el cumplimiento de normas. La puntualidad, la atención en clases y la realización de tareas se promueven de forma constante. En el primer ciclo de secundaria (12 a 15 años) se profundiza en las materias básicas y se permite al estudiante explorar asignaturas de interés. En el segundo ciclo (15 a 18 años), el sistema se divide en dos modalidades: académica, orientada a la universidad, y profesional, enfocada en formación técnica. Actualmente, hay alrededor de 50 millones de jóvenes matriculados en educación superior, lo que representa más del 60% de cobertura, con egresados que pronto se incorporan a la vida laboral. Para ingresar a instituciones de educación superior, los estudiantes deben presentar el Gaokao, un examen nacional que se rinde al finalizar la secundaria y define el ingreso a universidades. Los cupos se asignan según el puntaje y las preferencias del estudiante. Las universidades más prestigiosas y las carreras más demandadas exigen los puntajes más altos, que influyen directamente en las oportunidades laborales. El éxito de la formación estudianJorge Obediente ¿De cuál democracia me hablan? Representación política He escuchado algunas declaraciones de líderes empresariales en torno a la Ley 462, recién aprobada en la Asamblea con 48 votos a favor, y que ha dado origen a jornadas de protestas en todo el país. De acuerdo con los voceros de Apede y la Cámara de Comercio, la democracia se basa en los votos: unos ganan y otros pierden, como si se tratara de un juego de Monopolio. Según ese silogismo, si 48 diputados votaron a favor de la ley y constituyen mayoría, entonces la ley fue escogida democráticamente. Pero deberían saber un poco más de historia de la democracia y darse cuenta de que el sistema nació en Grecia, donde también se establecía que si un gobernante actuaba en contra del sentir popular podía ser destituido. Eso me parece justo en cualquier sistema democrático, ya que las mayorías también pueden equivocarse y, por tanto, rectificar. Los representantes de la empresa privada y los bancos deben entender que la democracia no está hecha solo para el beneficio de un reducido grupo, y que nuestra sociedad está compuesta por diversos sectores con intereses legítimos. La democracia panameña, desgo se impuso la propuesta del Ejecutivo, que —según lo ha dicho el propio presidente Mulino— representa a los empresarios. Para darle legitimidad, se llevó a la Asamblea, donde el proyecto no fue aprobado con un 70% de los votos, sino por menos. Lo mismo ocurrió con la propuesta minera: muchos diputados que votaron en contra del sentir ciudadano terminaron “pidiendo perdón” por el error cometido. Como era de esperarse, muchos de ellos recibieron un voto castigo y no fueron reelectos. Lo mismo podría ocurrir con quienes aprobaron la reforma al seguro social impulsada por el Ejecutivo. Sería ingenuo pensar que la sociedad panameña no ha madurado lo suficiente como para distinguir entre verdaderos representantes y quienes actúan en componendas para fines particulares. Sigue siendo un error del Ejecutivo —y de sus aliados empresariales— usar epítetos descalificadores contra todos los que se oponen a sus intereses, que no son necesariamente los de la mayoría del pueblo panameño, como ya ha quedado demostrado en coyunturas pasadas. Si se sigue invocando el concepto de democracia con oportunismo, como algunos lo están haciendo, no se sembrará más que la semilla del descontento, la frustración y el resentimiento. Y eso, más temprano que tarde, nos puede conducir a oscuros retrocesos. Opinión EL AUTOR es ciudadano. EL AUTOR es sociólogo y docente. EL AUTOR es ciudadano. Guillermo Alonso Quiñones R. til depende de la calidad y la dedicación del cuerpo docente. China cuenta con más de 20 millones de profesores de tiempo completo, capacitados tanto en docencia como en sus respectivas disciplinas. Profesores extranjeros también enseñan idiomas, incluyendo el inglés. China es el segundo país del mundo que más invierte en educación. Garantiza la gratuidad de la educación primaria y secundaria, y otorga préstamos y becas para los estudiantes que los requieren. También invierte en infraestructura educativa, como laboratorios, bibliotecas y tecnología. El gobierno asegura que el sistema educativo responda a las necesidades del país, formando ciudadanos que contribuyan al desarrollo social y económico. A partir del 1 de septiembre de 2025, China implementará la enseñanza obligatoria de inteligencia artificial para todos los estudiantes entre 6 y 15 años, quienes recibirán nueve años de formación avanzada en IA, como parte de una estrategia nacional para asegurar el liderazgo global en tecnología y educación digital. Qué desgracia la de Panamá, que ni siquiera tiene los cimientos para construir una educación digna. La base de ciudadanos analfabetas o sin niveles educativos mínimos para contribuir al país, sumada a docentes sin vocación ni talento, compromete el futuro de la juventud. Un gobierno sin políticas educativas claras y una Asamblea Nacional más interesada en recortar el presupuesto del sector para atender intereses personales, nos deja a dos generaciones de distancia de un verdadero cambio. El daño causado no solo a la juventud, sino al futuro de Panamá, por personas sin vocación para la enseñanza y sin una cultura adecuada para transmitir valores ciudadanos, es profundo. Sus aptitudes distan mucho de las necesarias para ser buenos educadores. Comparemos con países donde la educación enfatiza la disciplina, el respeto a la autoridad y la rigurosidad académica. Nos referimos a China, que cuenta con más de 260 millones de estudiantes y una estructura educativa similar a la de Panamá: preescolar, primaria de seis años y secundaria dividida en primer y segundo ciclo, siendo los primeros nueve años obligatorios. La tasa de asistencia en este tramo es del 99%, lo que contribuye a un índice de alfabetización del 97% y a resultados sobresalientes en las pruebas internacionales PISA, donde China ocupa el primer puesto. La jornada escolar inicia a las 7:30 a.m. y finaliza a las 3:30 p.m. Las clases de refuerzo o aprendizaje adicional empiezan a las 5:00 p.m., de modo que los estudiantes estudian un promedio de 10 horas diarias. Aunque la educación preescolar no es obligatoria, está dirigida a niños de 3 a 6 años y busca el desarrollo integral a través del fortalecimiento de habilidades básicas, sociales y emocionales. Muchos ingresan a primaria sabiendo leer, escribir y con conocimientos básicos de matemáticas. Se ha consensuado la necesidad de una segunda vuelta electoral, para que los dos candidatos más votados puedan representar, en efecto, el sentir democrático de la mayoría, y no solo de una fracción minoritaria. Jaime Cheng Peñalba Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Anne e Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón En China la jornada escolar inicia a las 7:30 a.m. y finaliza a las 3:30 p.m. Las clases de refuerzo o aprendizaje adicional empiezan a las 5:00 p.m., de modo que los estudiantes estudian un promedio de 10 horas diarias.

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