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12A La Prensa Panamá, martes 27 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. ta pérdida equivale a 2.45 años escolares, profundizando las brechas educativas y comprometiendo el desarrollo de competencias básicas de una generación entera. Ningún país de la región ha perdido tanto tiempo lectivo en un período tan corto. Entre 2019 y 2024, mientras la economía generó apenas 3,520 nuevos empleos, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo, más de 10,500 jóvenes perdieron sus trabajos. El desempleo juvenil alcanzó el 17.8% en 2024, cuatro puntos por encima del promedio regional (13.8%). Más alarmante aún, el 60% de los empleos juveniles son informales. Esta exclusión del sistema de seguridad social garantiza que, décadas más tarde, esos jóvenes enfrenten una vejez sin pensiones dignas. A este escenario se suma la crisis del costo de vida. Según el Instituto de Estudios Nacionales, el costo mensual para los panameños se estima en 1,064 dólares, mientras que el salario promedio es de 734 dólares. Esta brecha de 330 dólares representa un abismo para miles de familias, que deben elegir entre educación, alimentación, vivienda o salud. La cotización a la seguridad social se convierte en un lujo que muchos no pueden permitirse, sacri‹cando su protección futura por necesidades inmediatas. La tendencia es preocupante: mientras el costo de vida aumentó 18 dólares entre 2023 y 2024, los salarios permanecen estancados desde 2019. Esta realidad presiona sobre la deserción escolar, creando un círculo vicioso que pudo haberse evitado con reformas educativas postergadas durante décadas. Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Sin diálogo, no hay futuro para Panamá Polarización En este momento de grandes di‹cultades para la sociedad panameña, cuando el concepto de diálogo parece haber perdido su esencia y relevancia, nos corresponde a quienes aún creemos en su poder insistir y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para recuperarlo. La historia ha demostrado que los problemas del país no se resolverán mediante la violencia, la fuerza o la represión, sino a través del diálogo genuino, la construcción de consensos y el respeto a los principios democráticos. La polarización que atraviesa la sociedad panameña, con posiciones que parecen irreconciliables, es preocupante y desesperante. A ello se suma la desinformación y la manipulación en algunos medios y redes sociales, fenómenos que requieren un seguimiento constante. Individuos malintencionados difunden información falsa con ‹nes políticos u otros, propagando mentiras que, sin veri‹cación ni análisis, terminan aceptándose como verdades. Hemos llegado a un punto en que cualquier discurso que apela a las emociones y adopta un tono confrontativo contra el “poder” recibe atención y difusión sin el más mínimo cuestionamiento. Estas ideas se propagan en círculos privados sin control, generando reacciones emocionales que profundizan la división del país. Por otro lado, el gobierno no ejerce un liderazgo democrático, sino que impone su punto de vista sin considerar la necesidad de explicar, debatir o consultar a la ciudadanía. Se olvida un principio histórico fundamental: “el mejor gobierno es aquel que logra el mayor grado de felicidad para su pueblo”. Un claro ejemplo de este ambiente caótico es el generado por la reforma a la Caja de Seguro Social (CSS). La Asamblea Nacional discutió y aprobó una ley tan sensible sin realizar un esfuerzo adecuado para informar a los ciudadanos sobre su contenido y alcance. El vacío informativo dejado por las instituciones responsables fue aprovechado por quienes adversaron la nueva ley, con argumentos insu‹cientes o manipulados, ya sea por desconocimiento o mala intención. Como resultado, se instaló un rechazo a la reforma por parte de grupos con gran capacidad de movilización. La respuesta ha sido la presión y el rechazo en las calles por parte de sindicatos, maestros y un amplio sector de la ciudadanía. En contraste, el gobierno ha respondido con el uso de la fuerza policial, gases lacrimógenos y la criminalización de la protesta. El gobierno y la Asamblea deben asumir su cuota de responsabilidad en la crisis actual y buscar una salida dialogada. Coincido con quienes a‹rman que no hay otro camino viable que sentarse a analizar, política y técnicamente, las posibles soluciones. En Panamá, la Concertación Nacional para el Desarrollo, establecida por la Ley 20 de febrero de 2008, ofrece un espacio de participación donde convergen gremios sindicales, profesionales, empresariales, pueblos indígenas, iglesias, universidades, clubes cívicos, partidos políticos, representantes de provincias, organizaciones juveniles y de derechos humanos, junto con delegados de los órganos del Estado. Esta instancia fue creada para que todos los panameños y panameñas impulsaran metas y objetivos en busca del país que merecemos. La patria nos exige abrir todos los espacios posibles de diálogo para escucharnos, evitar la polarización y la violencia, e intercambiar propuestas de solución frente a los desafíos que enfrentamos. Tomando en cuenta que la ley permite que la mitad más uno de los miembros de la Concertación Nacional para el Desarrollo pueda autoconvocarse, instamos a que convoquen una reunión extraordinaria. Es imperativo abrir este espacio de escucha y debate con todos los sectores. La polarización solo nos aleja de las soluciones que Panamá necesita. La juventud y el cambio Democracia liberal En algunos países lo hacen de forma encubierta y en otros de forma abierta, con donaciones millonarias que, obviamente, deberán ser devueltas con creces. Y siempre está la corrupción omnipresente, que ha existido en todos los países y épocas. En aquellos considerados más “serios”, la corrupción persiste de forma velada o mediante mecanismos aparentemente íntegros, pero que, para cualquier observador atento, resultan turbios. Así las cosas, la democracia liberal actualmente redunda en el bene‹cio de unos pocos a costa de las mayorías, especialmente ante la escasez de estadistas que, como reza el sabio dicho, “piensan en las próximas generaciones, y no en las próximas elecciones”. Sin embargo, la democracia liberal tiene un gran punto a su favor: la libertad individual. Pero esto solo tiene valor para quienes no enfrentan grandes necesidades económicas, quienes no viven una pobreza que les impone como única libertad la de buscar el sustento diario como sea. De allí la necesidad de una mejor distribución de la riqueza. Segunda consideración: la democracia liberal actual solo permite el cambio de candidatos, ya sean individuos o partidos políticos, pero en la práctica nada cambia. Somos testigos de cómo en cada elección el partido gobernante es derrotado y otro llega al poder. Sin embargo, es justo reconocer que “nada cambia”: los mismos problemas de siempre perRamón Varela Morales Una bomba social en ciernes: jóvenes sin futuro Educación El panorama educativo y laboral panameño revela una realidad preocupante. Los datos recientes ilustran un sistema educativo debilitado, incapaz de ofrecer competencias relevantes, en medio de interrupciones masivas y un mercado laboral que no genera plazas dignas, todo ello en un contexto de creciente costo de vida. Los datos sobre el estado de la educación en Panamá muestran una progresión alarmante: mientras el 90% de los niños accede a la educación primaria, solo el 49% llega al nivel terciario. Esta deserción masiva representa un desperdicio de talento y potencial humano incalculable. Desde 2009, la prueba PISA señalaba claramente los problemas estructurales del sistema educativo, al igual que los más de 17 diálogos nacionales que han advertido la urgente necesidad de una reforma integral. La inacción política ha tenido consecuencias tangibles y devastadoras. La situación se agravó con las interrupciones del calendario escolar desde 2020. Panamá ha acumulado 490 días de clases presenciales perdidas debido a la pandemia de la covid-19, las huelgas docentes de 2022 y 2023, y las protestas por las reformas a la Caja de Seguro Social. EsLa brecha entre formación académica y necesidades del mercado agrava el problema. Esta desconexión explica por qué, pese a algunos avances en evaluaciones como PISA y ERCE 2019, esos logros no se traducen en mejores oportunidades laborales para los graduados. Las autoridades del Meduca contaban con evidencia cientí‹ca para impulsar cambios estructurales, pero optaron por soluciones cosméticas y cortoplacistas, que no abordaron el problema de fondo. La economía panameña está construyendo una bomba de tiempo social. Con el 60% de los jóvenes trabajadores en la informalidad y fuera del sistema de seguridad social, estamos ante una generación que llegará a la vejez sin pensión. El costo para el Estado será exponencial: deberá asumir la asistencia social de cientos de miles de adultos mayores que, habiendo trabajado, no accedieron a la formalidad ni a los bene‹cios de protección social. El futuro de Panamá exige acciones urgentes y coordinadas, pero también un reconocimiento honesto de los errores del pasado. No podemos permitirnos otra década de oportunidades perdidas. Las señales estaban ahí desde hace quince años; los datos eran inequívocos y las advertencias constantes. La omisión sistemática de quienes debieron actuar ha hipotecado no solo el presente, sino también el futuro de miles de jóvenes panameños. Opinión LA AUTORA es abogada. EL AUTOR es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación. EL AUTOR es ingeniero, informático y escritor. Magaly Castillo sisten —educación, salud, vivienda, agua potable, medicamentos costosos, inseguridad, etc. Regresamos entonces a la pregunta original: ¿por qué se elige “democráticamente” a autócratas de extrema derecha o izquierda? Creo que la respuesta salta a la vista: la necesidad de un cambio. Aunque ese cambio sea negativo para los votantes, muchas veces se considera imperioso, con la esperanza de que en el futuro se equilibren las cosas. No obstante, muchas situaciones de nuestra América han demostrado que ese futuro, si llega, tarda lo su‹ciente como para arruinar la vida de varias generaciones. Así, hemos visto recientemente a dirigentes elegidos que se dedican a descali‹car e insultar, en lugar de proponer, guiar y ejecutar. En la película La caza del Octubre Rojo, Ramius (Sean Connery) le dice a Jack Ryan (Alec Baldwin): “Una revolución de vez en cuando es buena, ¿no?”. El problema es: ¿a costa de quién y de qué? ¿Y si realmente traerá cambios positivos, o simplemente dará paso a una nueva acumulación de riqueza entre nuevos ricos, o a una repartición de pobreza, como hemos visto repetidamente, siempre con los poderosos usufructuando de la riqueza colectiva? Todos los días amanezco rogando que aparezca un estadista que guíe a la nación por el buen camino, lo que necesariamente implica aplicar justicia equitativa —y no selectiva— a los responsables de los desmanes del pasado, incluyendo el decomiso de todas las fortunas que no puedan ser justi‹cadas. Solo así podremos evitar que, tarde o temprano, terminemos bajo una dictadura de derecha o de izquierda que destruya nuestro hermoso país. Para muchos resulta inexplicable la elección “democrática” de autócratas de extrema derecha o izquierda, a todas luces inestables, xenófobos, violentos, abusadores, misóginos, narcisistas, vanidosos, ultrarreligiosos y, en ‹n, personas que van contra el bien común, intentando imponer sus posiciones y favoreciendo a los ultra-ricos y grandes corporaciones por encima de la mayoría de los ciudadanos. Entonces surgen las preguntas: ¿quiénes los eligen? ¿Y por qué? Los estudios indican que buena parte de los votos proviene de personas con bajo nivel educativo, de ideologías extremas y de la juventud. A las personas con poca educación se les convence con dádivas, mentiras y otras técnicas demagógicas que prometen el cielo y la tierra, pero que terminan en desilusión. Sin embargo, eso no basta para ganar una elección. Está clara la orientación del voto de los sectores ideológicos extremos, aunque generalmente no representan más del 10% de los votantes en una población típica. En este sucinto análisis me concentraré en explorar las razones que creo que llevan a las juventudes a votar por estos caballeros o damas del apocalipsis. Primera consideración: las falacias de la democracia liberal. Los antagonistas se enfrentan a un abanico de opciones donde todas las que tienen posibilidades reales de ser elegidas representan a sectores de la élite. Yair Velásquez G. Está clara la orientación del voto de los sectores ideológicos extremos, aunque generalmente no representan más del 10% de los votantes en una población típica. 7A LaPrensa Panamá, jueves 16 de enero de 2025 Opinión Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. [email protected] Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensase reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión deLa Prensase expresa únicamente en el Hoy por Hoy. Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente fundador Roberto Eisenmann Jr. Director emérito Guillermo Sánchez Borbón † Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Esta es una publicación de Corporación La Prensa, S.A. ©. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción, sin la autorización escrita de su titular. ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. Garantizamos que todo contenido publicado es creado y rigurosamente revisado por nuestro equipo editorial antes de su difusión. Utilizamos la IA como herramienta de apoyo para asegurar la precisión y calidad de la información que entregamos a nuestros lectores. Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista

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