8A La Prensa Panamá, lunes 26 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. nible, y su debilitamiento continuo compromete las capacidades estructurales del país. Panamá enfrenta desafíos importantes en este ámbito: invierte un porcentaje relativamente bajo en educación en comparación con otras naciones, situándose en el puesto 143 de 192 en inversión anual (según Relación entre el gasto público en educación y los resultados de aprendizaje en Panamá, Bloise, 2024). Además, solo el 20% de los jóvenes alcanza un título de educación terciaria, y muchas de las carreras ofrecidas requieren una actualización urgente para alinearse con las demandas del mercado laboral. Las consecuencias son claras: las deficiencias del sistema educativo tienen un impacto directo sobre el desarrollo económico. Según el Informe sobre pobreza y equidad 2024 del Banco Mundial, el Índice de Capital Humano de Panamá se ha mantenido estancado en la última década. Esto implica que la productividad de las futuras generaciones podría alcanzar apenas la mitad de su potencial, lo que representaría una pérdida significativa de ingresos y oportunidades de crecimiento en el mediano y largo plazo. En contraste, los países que han Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. El verdadero Día de Acción de Gracias Historia colonial El 29 de mayo de 2025 se celebra la Ascensión del Señor. Esa es la fecha que, en justicia histórica, debería marcar el verdadero Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos. Explico por qué. Desde el 27 de marzo de 1512, cuando Juan Ponce de León descubrió la península de Florida, los españoles fueron los primeros europeos en explorar y colonizar amplias zonas del territorio que luego se llamaría Estados Unidos de América. Durante 308 años ondearon banderas españolas en tierras hoy estadounidenses, mientras que la de las barras y las estrellas existe desde hace apenas 249. En noviembre de 1621, un grupo de ingleses calvinistas se estableció en lo que hoy es Plymouth, Massachusetts, y agradeció a Dios haber sobrevivido. Desde entonces, cada cuarto jueves de noviembre, se celebra el Thanksgiving Day. Pero pocos saben que ochenta años antes de la llegada del Mayflower, otros europeos ya habían dado gracias a Dios, no en la costa, sino cerca del centro geográfico de lo que hoy es ese país. El día de la Ascensión del Señor de 1541, un grupo liderado por el salmantino Francisco Vázquez de Coronado llegó al cañón de Palo Duro, cerca de Amarillo, en el norte de Texas. Allí, el fraile andaluz Juan Padilla ofició la primera misa en suelo de los actuales Estados Unidos, agradeciendo a Dios por la vida en medio de tierras inhóspitas y desconocidas. Pero no hablaban inglés y, además, eran «papistas». Así que, para muchos, fue como si no hubieran existido. Padilla continuó hacia el norte predicando el Evangelio, hasta que fue asesinado en 1542 cerca de Herrington, Kansas. Fue el primer mártir cristiano en territorio estadounidense. Si los estadounidenses prefieren ignorar parte de su historia, es asunto suyo. Pero al menos los 50 millones que se expresan en español podrían celebrar, no con pavo, sino con carne de búfalo —el alimento que abundaba allí en el siglo XVI— el día de la Ascensión del Señor. Ese sí es el auténtico Día de Acción de Gracias, aunque no les guste a los English only. Representar para pacificar Exclusión política tema electoral panameño es extraordinariamente excluyente. Es decir, las demandas de la sociedad no son canalizadas correctamente. En esas condiciones, no es raro que el régimen político panameño pierda legitimidad. Posiblemente, los datos de opinión del CIEPS que mejor recogen este problema son el 46% de personas que “no simpatizan ni con partidos ni independientes”, el 62.4% a los que la política les genera “sentimientos negativos” y que el apoyo a la democracia haya bajado hasta un alarmante 37%. La baja representatividad lleva a que se produzcan leyes que luego las encuestas nos dicen que son altamente impopulares, incluso cuando son consultadas o la Asamblea Nacional hace su mejor esfuerzo deliberativo. Y este es el quid del asunto: la ciudadanía y los actores organizados que no tienen el sistema de representación entre sus repertorios de incidencia son empujados a las calles para participar en los procesos de formulación de políticas públicas. Hay una nueva realidad: el mismo sistema de representación que en la década de los noventa y principios de los dos mil generaba gobernabilidad, hoy, en el Panamá del siglo XXI, con una economía más diversa y demandas de la población acumuladas y más sofisticadas, genera más bien ingobernabilidad. ¿Qué hacer? Hay que reformar para actualizar nuestro sistema de representación. En la Constitución, habría que aumentar el tamaño de las circunscripciones. A través de la ley electoral se puede rescatar el verdadero espíritu del sistema de residuos con el objetivo Harry Brown La protesta no educa Paro en educación En las últimas semanas, Panamá ha sido escenario de intensas protestas, entre ellas un paro docente indefinido en rechazo a la reforma del sistema de pensiones. Las protestas, como instrumento de presión social, son legítimas y necesarias en toda democracia. Sin embargo, cuando paralizan el derecho a la educación de miles de niños y jóvenes, el costo que asumimos como país es mucho mayor de lo que parece. Desde 2020, los estudiantes panameños han enfrentado interrupciones constantes en su educación: primero por la pandemia, luego por huelgas y protestas como las de 2023. En los últimos cinco años, solo el calendario escolar de 2024 se desarrolló con regularidad. Actualmente, en 2025, los estudiantes del sistema oficial vuelven a perder semanas de clases debido al paro docente, lo que agrava aún más las brechas de aprendizaje y retrasa el desarrollo de competencias clave para su futuro. Este patrón de interrupciones no es un problema menor ni coyuntural. La educación es un pilar fundamental del desarrollo económico sostepriorizado la educación como eje de su estrategia de desarrollo han logrado avances notables. Una educación de calidad no solo eleva la productividad individual, sino que también facilita la atracción de empresas internacionales, el desarrollo de industrias tecnológicas y la creación de empleos con mayor valor agregado. Panamá tiene el potencial de posicionarse como un hub de innovación y servicios avanzados, pero para lograrlo necesita una fuerza laboral capacitada, adaptable y bien formada desde las aulas. Más allá de los derechos laborales y las disputas políticas, debemos tener claro que interrumpir el calendario escolar no solo afecta el presente de los estudiantes, sino también la capacidad del país para construir un futuro competitivo. Mientras otras naciones invierten con urgencia en ciencia, tecnología e innovación, Panamá continúa sacrificando el aprendizaje por conflictos que podrían y deberían resolverse por otras vías. La protesta cumple una función esencial en la democracia, pero el desarrollo exige visión de país. Si aspiramos a una economía más dinámica, resiliente y preparada, necesitamos una educación estable, moderna y orientada al futuro. No se trata solo de formar alumnos: se trata de formar el Panamá que vendrá. Opinión EL AUTOR es jubilado. EL AUTOR es economista y miembro de Fundación Libertad. EL AUTOR es doctor en ciencias políticas e investigador del CIEPS. Francisco Moreno Mejías de abrirle espacio a las fuerzas políticas nuevas y pequeñas no representadas, acabando de una vez por todas con la odiosa fórmula cuyo cálculo infla injusta y artificialmente a los partidos dominantes. También hay que revisar el financiamiento, que hoy da demasiada ventaja a los actores partidistas que tienen más tiempo en el sistema de representación. También hay que alinear las normas de entrada y salida del sistema: si entrar es difícil porque se necesitan muchas firmas distribuidas en todo el país, la salida también debe ser difícil, reconociendo el esfuerzo de inscribir un nuevo partido. Hoy entrar es difícil y salir es fácil, porque les pedimos a partidos nuevos competir contra los mismos que diseñaron el sistema a su medida, tienen cuarenta años en él o tienen la posibilidad de acceder a enormes cantidades de dinero para hacer política. A los partidos nuevos se les podría dar un período de gracia de una o dos elecciones para aplicarles umbrales de votos que, si no cumplen, entonces sí los sacaría del sistema. También puede recuperarse la figura del “llanero solitario”, para dar espacios de representación a los partidos que tengan un desempeño electoral mínimamente satisfactorio. De lo que se trata es de dar tiempo para el aprendizaje electoral y representativo a actores que han estado demasiado tiempo fuera de las instituciones. A pesar del descontento y los desafíos actuales, el momento que vive Panamá también abre la oportunidad histórica de reformar nuestras instituciones para construir una democracia más incluyente y representativa. Si actuamos basados en nuestras experiencias exitosas y el conocimiento generado local e internacionalmente, podemos transformar la protesta en una fuerza regeneradora para un país más justo y gobernable. Las cuatro semanas de protestas y huelgas que hasta el momento hemos tenido en 2025 deben ser entendidas como la continuidad de las que hubo en 2019, 2022 y 2023. Evidentemente, Panamá ya no es el país políticamente estable que fuimos desde la transición a la democracia, y eso impacta directamente la capacidad de generar riqueza y bienestar para la población. Por lo tanto, es necesario preguntarnos por qué protestan los panameños. Al respecto, los politólogos Sergio García y Asbel Bohigues plantean que las protestas en Panamá podrían deberse a una combinación de privación relativa y un déficit de recursos de movilización de algunos actores políticos. En cuanto a las privaciones relativas, algunos de los indicadores son muy conocidos. En el país más rico de América Latina hay una altísima desigualdad, alto desempleo, creciente informalidad laboral, bajos salarios y, según las encuestas del CIEPS, servicios básicos muy mal evaluados. No se trata de cifras, sino de una enorme cantidad de personas que viven en incertidumbre, sufren y que, aun trabajando muy duro, no logran ni siquiera cumplir sus sueños más modestos. Todo esto da sentido a que, en 2023, el 68.5% de la población haya contestado en la encuesta del CIEPS que “Panamá debe cambiar radicalmente”. La dimensión de los recursos de movilización se refiere a la posibilidad que tiene la ciudadanía de incidir en la toma de decisiones. Varios politólogos panameños, entre ellos Carlos Guevara Mann, Antonio Sanmartín y el austriaco Willibald Sonnleitner, hemos demostrado empíricamente que el sisMás allá de los derechos laborales y las disputas políticas, debemos tener claro que interrumpir el calendario escolar no solo afecta el presente de los estudiantes, sino también la capacidad del país para construir un futuro competitivo. Bryan Townshend Bahamón Fundado en 1980 Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Presidente Ejecutiva y Directora Editorial Annette Planells Gerente Comercial Sudy S. de Chassin Subdirectora y Editora de la Unidad de Investigación Mónica Palm Editora Digital Yolanda Sandoval Editor del Impreso Juan Luis Batista ISSN 2953-3252: La Prensa ISSN L 1605-069X: prensa.com Aviso sobre el uso de Inteligencia Artificial Este periódico emplea inteligencia artificial (IA) para asistir en la edición de contenidos y mejorar la experiencia de lectura. 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