7A La Prensa Panamá, viernes 23 de mayo de 2025 Contacto [email protected] Los artículos de opinión y las caricaturas son responsabilidad exclusiva de los autores. La opinión de La Prensa se expresa únicamente en el Hoy por Hoy. provenientes tanto de universidades nacionales como extranjeras— han ingresado al sistema. De ellos, 56 han reforzado la planta docente en universidades públicas, privadas, instituciones de educación técnica superior y en el Ministerio de Educación (Meduca). Lo destacable es que una parte de estos profesionales se ha integrado al sistema educativo en el interior del país. Por ejemplo, 14 de ellos se encuentran en las provincias de Chiriquí, Coclé, Veraguas y en la región de Azuero: 10 en universidades públicas, 2 en universidades privadas y 2 en el Meduca. ¿Qué motiva a un experto con formación internacional a desarrollar su vida académica y científica en las provincias? La Dra. Nacarí Marín, del Centro Regional de Azuero de la Universidad Tecnológica de Panamá, explica que su decisión fue inicialmente de carácter personal y familiar: buscaba un lugar adecuado para criar a sus hijos. Lleva ya ocho años viviendo en la región central del país. Con el tiempo, esa decisión ha tenido un impacto laboral positivo. Al reflexionar, comenta: “Lo que me sigue motivando es trabajar con los muchachos que buscan apoyo. Debo destacar que no se trata solamente de mi persona, sino Las colaboraciones para la sección de Opinión deben incluir la identificación del autor. Los artículos no deben exceder 650 palabras. No se publican colaboraciones que hayan aparecido en otros medios y La Prensa se reserva el derecho de seleccionar, editar y publicar. No devolvemos el material. Diferenciar las cepas que causan la tuberculosis Diagnóstico temprano La tuberculosis (TB) es una enfermedad infectocontagiosa que puede afectar a personas de cualquier edad, sexo o etnia. Es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y, en la mayoría de los casos, compromete los pulmones. Es una enfermedad tratable y curable, por lo que el diagnóstico temprano resulta clave para iniciar el tratamiento oportunamente. Una persona puede contraer tuberculosis debido a factores como la convivencia con individuos con TB activa, el uso de drogas, la edad avanzada o un sistema inmunológico debilitado por VIH. Los síntomas incluyen fiebre, sudoración nocturna, fatiga, pérdida de peso y tos persistente por más de 15 días. Existen diversos genotipos de Mycobacterium tuberculosis que, según sus características genéticas, pueden presentar mayor capacidad de transmisión, resistencia o virulencia. Esto hace necesario profundizar en el análisis genómico de cada cepa bacteriana. El registro genético y genómico sistemático de las bacterias que circulan en el país permitiría detectar brotes, identificar patrones de resistencia y conocer su evolución. Recientemente, publicamos en la revista científica Infection, Genetics and Evolution (volumen 131) un estudio sobre la presencia de una cepa endémica de M. tuberculosis en la provincia de Colón. El análisis, basado en 90 secuencias de ADN recopiladas entre 2021 y 2023, sugiere que esta cepa podría ser responsable de uno de cada tres casos de TB en esa provincia. Las herramientas moleculares y genómicas son fundamentales para enfrentar patógenos problemáticos en Panamá. La experiencia de la pandemia por COVID-19 nos demostró la importancia de estar preparados ante nuevos desafíos epidemiológicos y de conocer a fondo aquellos patógenos existentes que aún requieren atención, como la tuberculosis. Esto resalta la necesidad de que investigadores e instituciones trabajen de forma colaborativa para hacer frente a la reemergencia de enfermedades infecciosas. Panamá necesita fortalecer su sistema sanitario y adoptar soluciones integradas y colaborativas a nivel nacional para prevenir, detectar y responder a las enfermedades infecciosas, en especial aquellas que afectan a la población más vulnerable. Es crucial considerar que la configuración epidemiológica de las zonas urbanas y rurales varía según factores ambientales, sociales, culturales y de migración interna, los cuales influyen en la adaptación de la tuberculosis y otros patógenos. Las decisiones basadas en evidencia científica permitirán abordar de manera eficaz los desafíos que enfrenta la salud pública del país. El país de las contradicciones Crisol de razas estadounidense con la construcción del Canal. Estos últimos se asumieron —erróneamente— como “dueños” de una parte del país que nunca les perteneció y cuya posesión fue producto de chantajes y manipulaciones. A pesar de esos contextos adversos, la joven República supo resistir con perseverancia y valentía. Dentro de este pequeño país existen personajes que encarnan la hidalguía panameña y que, en su momento, lucharon por nuestra soberanía con identidad fortalecida y orgullo nacional. Nuestro país se construye sobre una base poblacional compuesta por nativos y por migraciones de distintas etnias que, al integrarse, conformaron un crisol de razas que sigue enriqueciendo hasta hoy la identidad panameña. Nos caracteriza una población trabajadora, alegre, creativa y luchadora, como lo ha demostrado a lo largo de distintas épocas. El futuro de Panamá es de valor incalculable. Su crecimiento económico y su proyección internacional lo convierten en ejemplo de logros importantes. Pero la pregunta persiste: ¿por qué somos un país de contradicciones?¿Cómo permitimos que nuestra autoestima y seguridad se vean vulneradas por influencias negativas que debemos enfrentar? Entre ellas: el estado de la educación, la falta de formación integral, la justicia social pendiente, el debilitamiento cultural, la inseguridad, y los gobiernos que, en muchas ocasiones, no representan el sentir del país. Tristemente, estos gobiernos han sido elegidos por muchos de nosotros, y de ello también somos responsables. Tenemos una deuda con nuestros antepasados, quienes se alzaron con esfuerzo, honestidad y trabajo para dejarnos como herencia este país. Supieron enfrentar Gilberto Abood Guillén Sembrando ciencia en las provincias Educación En los últimos 15 años, Panamá ha incrementado su masa crítica de expertos formados en Ciencia y Tecnología (CyT), alcanzando un total de 306 profesionales con estudios a nivel de doctorado. Esta comunidad especializada incide positivamente en la resolución de problemáticas nacionales como la calidad del agua, la inocuidad alimentaria y el desarrollo de las ciencias de la computación, gracias a su conocimiento del entorno y sus particularidades. Son quienes dan los primeros pasos para transformar las aulas, los laboratorios y los programas educativos en el interior del país. Algunos de estos profesionales, formados en investigación científica, se desempeñan como docentes en diversas instituciones educativas, donde trabajan con constancia y discreción para mejorar la calidad de la formación de nuevas generaciones. Además de su labor docente, generan y difunden resultados de investigación mediante publicaciones científicas, lideran proyectos académicos y, en algunos casos, han obtenido cátedras por concurso. A partir de 2015, el Estado panameño formalizó el proceso de inserción de expertos en CyT. Desde entonces, 112 profesionales — que somos un equipo de trabajo que busca precisamente ver de qué manera podemos generar capacidades locales en esta región”. De forma similar, el Dr. Eyvar Rodríguez, subdirector del Centro de Investigación Herbario (UCH) en la Universidad Autónoma de Chiriquí, ha encontrado estudiantes que comparten su pasión por conocer el medio ambiente en el que vivimos. Coincide con la Dra. Marín en que nada motiva más que un estudiante curioso, comprometido y apasionado por el conocimiento. La inversión en talento humano está dando frutos, aunque no siempre sean visibles de inmediato. Corresponde ahora continuar identificando y apoyando este valioso recurso, realizando los ajustes necesarios para avanzar en un mundo transformado por tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, que están automatizando muchas tareas cognitivas tradicionales. Necesitamos identificar y desarrollar profesionales con impulso para aprender durante toda la vida, capaces de construir relaciones de confianza, colaborar, liderar con sentido ético y actuar con determinación en contextos complejos. Personas con iniciativa, con una misión personal clara y una chispa interior que les permita crecer y hacer crecer a otros. Opinión EL AUTOR es investigador posdoctoral en INDICASAT-AIP, miembro del SNI e integrante de Ciencia en Panamá. DE LAS AUTORAS Angie Garcés es subdirectora de Desarrollo de Capacidades Científicas y Tecnológicas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Jane Saldaña es consultora independiente. EL AUTOR es médico psiquiatra con subespecialidad en psiquiatría de niños y adolescentes. Fermín Acosta grandes retos y proyectaron al país hacia un futuro mejor. Me preocupa el auge del negativismo, del “juega vivo”, primer paso hacia la corrupción. También me alarma la cultura de la violencia, alimentada por múltiples factores, entre ellos la exposición constante a ciertos mensajes promovidos por algunos medios de comunicación que la normalizan o enaltecen, amparados en una mal entendida libertad de expresión. ¿Qué sucede con nuestra educación? Las estadísticas son alarmantes. Los bajos niveles de logro educativo, la deserción escolar, las deficiencias académicas, la falta de acceso a universidades, las infraestructuras inadecuadas, la carencia de materiales y equipos, y los programas obsoletos, reflejan una profunda crisis. A ello se suma la falta de actualización docente y la insuficiente capacitación de maestros. Muchos estudiantes provienen de hogares disfuncionales, con padres separados, donde son testigos de maltrato o violencia intrafamiliar. Crece el número de jóvenes reclutados por pandillas, en busca de la “familia” que no tienen. Aumentan los trastornos emocionales, las enfermedades psiquiátricas y las adicciones. Esta triste realidad afecta no solo a nuestra sociedad, sino también al mundo al que pertenecemos. Pero aún estamos a tiempo de cambiarla. Podemos recuperar niveles aceptables de convivencia nacional si empezamos por cambiar nosotros mismos, si retomamos los valores familiares y recuperamos la alegría de vivir. Eso nos permitirá construir una mejor nación para todos los panameños y proyectar a nuestro querido Panamá hacia un mundo más próspero y feliz. “La familia y la educación son la respuesta de principios y valores para una sociedad saludable en un mundo de crisis”. Deben ser nuestras principales prioridades. Nada debe perturbarlas. Considero importante reiterar lo escrito en un artículo de mi autoría publicado hace algunos años en un medio de comunicación social. Lo hago en estos momentos cruciales para nuestro país, que necesita afrontar una realidad que le pertenece, a fin de resolver los problemas que lo agobian y que podrían conducirnos a la destrucción si no somos capaces de enfrentarlos. Somos parte de un istmo rodeado por dos océanos, atravesado por la cordillera Central y con una de las pocas selvas tropicales que aún embellecen, con su vegetación y fauna, a esta pequeña nación. Podemos sentirnos privilegiados. Panamá abrió sus entrañas para dar paso a una de las maravillas del mundo: su canal, obra que revolucionó la navegación y el comercio mundial. Desde la conquista española, nuestro territorio fue visualizado como punto clave del intercambio internacional —como lo fueron las ferias de Portobelo—, papel que hoy continúa con eventos como Expocomer y con grandes instituciones como la Zona Libre de Colón, Panamá Pacífico y otros emporios comerciales y portuarios que representan pilares de nuestra economía. Qué decir, además, del núcleo financiero internacional, del pujante sector bancario y del centro logístico multimodal, que nos ha hecho merecedores del apodo de “centro del mundo y corazón del universo”. Pero, ¿de dónde surge históricamente nuestro querido Panamá? Su historia comienza con los pueblos originarios, asentados en distintas regiones del país, con identidades y culturas propias. Tras la conquista española, Panamá siguió su desarrollo como departamento de Colombia, hasta la llegada de la influencia francesa y Necesitamos identificar y desarrollar profesionales con impulso para aprender durante toda la vida, capaces de construir relaciones de confianza, colaborar, liderar con sentido ético y actuar con determinación en contextos complejos. Angie Garcés y Janes Saldaña Entre los retos a enfrentar figuran el estado de la educación, la falta de formación integral, la justicia social pendiente, el debilitamiento cultural, la inseguridad, y los gobiernos que, en muchas ocasiones, no representan el sentir del país.
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